Tras la finalización en 1945, de la Segunda Guerra Mundial sin que –como anunciaban anarquistas y comunistas – se produjese la invasión de España por los aliados, las guerrillas anti franquistas, cada día tuvieron un medio más hostil para su actuación.
Como en otros lugares, la represión en Álora registró muchos fusilamiento y por esto, los que tenían pendientes delitos de sangre y otros por cuestiones de ideas políticas, decidieron refugiarse en la sierra, tratando de evitar la muerte.
Una de esas partidas guerrilleras, de ideología anarquista, era la de José Castillo Vera, “El Patalete”, al que acompañaba su hermano Juan, ambos naturales de Álora, así como Antonio Aranda “Guitica”; Gabriel Ortega Espinosa, el “Rubio de las Mellizas”, José Carrión ,“Panzaburra” y otros que provenían del desmantelado grupo del “Tabarrito”, uno de los primeros que se echó al monte a principios de la Guerra Civil.
Esta partida, actuó desde finales del año 1944 hasta el 1950, siendo su zona de acción preferente los términos de Álora, Ardales y el Valle de Abdajalís, teniendo sus escondites en la Sierra del Hacho - próxima a Álora - y la Sierra de Antequera.
De su inicial ideología anarquista, pasaron luego a integrarse en las agrupaciones guerrilleras dirigidas por el partido comunista, aunque al parecer, lo hicieran bajo amenazas y con reticencias.
A medida que el régimen de Franco se consolidaba, cada vez era menor el apoyo que estos grupos recibían de la gente, empezando a ser vistos como simples delincuentes, cuyas acciones o “golpes económicos” como ellos les denominaban, era secuestros al modo de los bandoleros del siglo XIX, sin otra finalidad que obtener fondos para su propia supervivencia.
Durante el año 1945, realizaron no menos de tres se tales secuestros, de los que se les supuso unos beneficios económicos de 110.000 pesetas y en agosto de 1948, llevaron a cabo otro en los Cortijuelos de Álora, en el flanco occidental de la Sierra del Hacho, de la hija de un terrateniente, donde obtuvieron un rescate de 250.000 pesetas.
El 31 de enero de 1947, se produce un enfrentamiento con la Guardia Civil cerca de Álora, en el que resultó muerto José Castillo “Patalete”– jefe del grupo - y pocas semanas después, en una emboscada en el término de Antequera caería su hermano Juan, por lo que la partida se disuelve y mientras algunos deciden entregarse, los demás se incorporan a otras..
Con la muerte en enero de 1950 a manos de la guardia civil de Antonio Aranda “Guitica”en “el Quebradero”, cercano a Álora, se puede considerar extinguido allí el fenómeno guerrillero.
Sin embargo, no todos los guerrilleros murieron en enfrentamientos, por ejemplo Pablo Pérez Hidalgo alias “Manolo el Rubio”,natural de Bobadilla - Málaga- fue dado falsamente por muerto en 1950, y estuvo escondido en un refugio del término de Genalguacil, con su compañera Ana “La Oveja”, siendo detenido en 1976 y – puesto en libertad - marchó a su pueblo natal Bobadilla, donde finalmente murió el 4 de diciembre de 1992.