Tal día como hoy 2 de junio de 1782, el rey Carlos III firma una real cédula que autoriza la creación de un Banco Nacional, que se funda con el nombre de “Banco Nacional de San Carlos”, vieja idea defendida por su primer ministro, conde de Floridablanca, que acabaría por convenirse con el correr del tiempo, en el Banco de España.
El principal objeto del Banco Nacional de San Carlos, era el descuento de vales reales, que era una modalidad de deuda pública, cuyos títulos, además de proporcionar rentabilidad a su poseedor, tenían capacidad liberatoria en grandes pagos, por lo que son considerados la primera manifestación de papel moneda en España.
Al año siguiente de su institución, este banco empezó a emitir los primeros billetes llamados “cédulas” que garantizaban un inmediato reembolso en metálico en el propio banco emisor sin producir ningún interés, lo cual les diferenciaba de los vales reales por eso todos los billetes llevaban la leyenda “El Banco de España pagará al portador...”
Sin embargo, los primeros billetes no tuvieron ningún éxito, debido a la abundancia de moneda de plata en circulación en España y a la propia existencia de los vales reales, que servían como moneda.
Entre los años 1793 y 1814, España se vio implicada en varias guerras que situaron al banco en serias dificultades, por la considerable deuda que el Tesoro había contraído con él a lo largo de esos veinte años de conflictos, hasta que el Ministro de Hacienda de Fernando VII, Luis López Ballesteros, concibió la idea de dotar al Banco de San Carlos con un fondo de 40 millones de reales.
En 1844, fue aprobada la creación de otro banco emisor en Barcelona y en 1846 otro similar en Cádiz, cada uno de los cuales tenía facultad de emitir sus propios billetes y ponerlos en circulación además de desenvolver sus restantes actividades crediticias.
Tras la revolución de 1854, la ideología netamente liberal que la inspiraba, permitió, entre otras modificaciones, que el Banco pasara a llamarse Banco de España, pero a pesar de esta denominación, la institución sólo operaba en Madrid, Valencia y Alicante, ciudades en que abrió sucursales en 1858.
El 19 de marzo de 1874 las graves necesidades financieras causadas por la Tercera Guerra Carlista y por la Guerra de Cuba, obligaron al Gobierno de la Primera República a decretar la fusión de todos los bancos emisores con el Banco de España.
A partir de entonces, el Banco de España estableció una red de sucursales en toda la nación y a finales del siglo XIX, había más de cincuenta en todas las ciudades de importancia mercantil y el Banco de España seguía siendo una sociedad por acciones de propiedad privada, aunque el Gobernador eran nombrado por el Gobierno.
Con la Ley de Ordenación Bancaria de 1921, el Banco de España se consagró como banco de bancos, o banco central, desarrollando –de acuerdo con el Gobierno- nuevos instrumentos de política monetaria y tras la guerra civil de 1936-1939, el Banco perdió competencias y autonomía a favor del Ministerio de Hacienda.
En la actualidad, la labor principal del Banco de España, además de aplicar las políticas monetarias impuestas por el Banco Central Europeo, consiste en la supervisión del resto de entidades financieras, la concesión y denegación de autorizaciones de operativa bancaria, etc.