Tal día como hoy 31 de marzo del 1578, es asesinado en una calle de Madrid, Juan de Escobedo, secretario de Don Juan de Austria.
Escobedo pertenecía a una familia hidalga y se trasladó a Madrid en su juventud para entrar al servicio de Ruy Gómez de Silva, príncipe de Éboli, a través del cual se introdujo en la Corte y trabó amistad con el futuro secretario de Felipe II, Antonio Pérez y por mediación de este último, obtuvo diversos cargos burocráticos cortesanos lo que le proporcionó un elevado prestigio.
Gracias a Ruy Gómez de Silva en 1574 Juan de Escobedo fue nombrado secretario de Juan de Austria, para que mantuviese informado a Felipe II y al de Éboli de las actividades del hermanastro del rey y desempeñó un doble juego de espionaje e intrigas, puesto que por un lado cumplió las órdenes que le habían sido encomendadas, pero por otro defendió y alentó las aspiraciones de Juan de Austria respecto de Inglaterra y Flandes.
Tras el nombramiento en 1576 de Juan de Austria como gobernador de Flandes, este envió a Escobedo a Madrid para que solicitara por él ante la Corte, dinero, armas e instrucciones para sus proyectos sobre la obtención del trono inglés mediante un matrimonio con María Estuardo.
En el transcurso de sus gestiones, Escobedo tuvo conocimiento de los negocios ilícitos que mantenían Antonio Pérez y Ana Mendoza de la Cerda, princesa de Éboli, sobre la venta de secretos de Estado, cargos públicos y dignidades eclesiásticas. Al parecer Escobedo, para garantizar la posición favorable a sus pretensiones de Antonio Pérez ante el rey, amenazó a este con ofrecer la información obtenida a Felipe II.
Para evitar el chantaje, Antonio Pérez se valió de su ascendiente sobre el monarca para convencer a Felipe II de que Escobedo había sido el instigador de todos los supuestos proyectos de traición de Juan de Austria, y de la necesidad de eliminarle. Los historiadores no se manifiestan unánimes acerca de si Felipe II intervino en la muerte de Escobedo, autorizando a Pérez a organizar su asesinato.
Antonio Pérez intentó en tres ocasiones acabar con la vida de Escobedo mediante el envenenamiento, pero ante los sucesivos fracasos encargó a seis de sus criados que le dieran muerte, orden que ejecutaron una noche, cuando regresaba de la residencia de la princesa de Éboli, con la que algunos historiadores opinan que mantenía relaciones amorosas.
La familia de Escobedo, inició un proceso judicial para esclarecer los hechos y probar la culpabilidad de Antonio Pérez, a quien popularmente se señaló como responsable del crimen. Sin embargo, los alcaldes de casa y Corte no llevaron a cabo ninguna gestión sobre el caso, hasta que en julio de 1579, después de la muerte de Juan de Austria, Felipe II tuvo noticia de las intrigas de su secretario y ordenó su detención.
El proceso contra Pérez se incoó en 1582, pero hasta 1584 no se presentaron los cargos, entre los que no se incluyó el asunto del asesinato de Escobedo.
Un año después, Antonio Pérez fue sometido a tormento y confesó su culpabilidad en el caso, aunque acusando al monarca de haber participado con su autorización, siendo condenado a muerte por asesinato; sin embargo, el proceso se interrumpió con la huida del reo al reino de Aragón y posteriormente a Francia e Inglaterra.
Sus maquinaciones contra Felipe II en el extranjero ayudaron a forjar la “leyenda negra española”.
Relación efemérides históricas; cuentos, reflexiones, poesias...
sábado, 31 de marzo de 2018
viernes, 30 de marzo de 2018
Los Sucesos de Aznalcóllar
Tal día como hoy 30 de marzo del 1935, tiene lugar el segundo y último día de los Sucesos de Aznalcóllar (Sevilla)
Estos hechos fueron unos acontecimientos violentos ocurridos los días 29 y 30 de marzo de 1935 en el municipio sevillano de Aznalcóllar entre falangistas de Sevilla e izquierdistas de Aznalcollar.
El día 29 de marzo acudió a Aznalcóllar un grupo de cuatro falangistas para vender y difundir su revista-ideario ARRIBA, y se produjeron discusiones entre miembros de la izquierda y los falangistas, resultando apuñalado en su transcurso el falangista Adrián Iruzta.
Al día siguiente acudieron 20 falangistas para seguir vendiendo su revista e inmediatamente se produce una pelea de más de dos horas en la que, debido a una pedrada en la cabeza, cae al suelo el falangista Manuel García Míguez, perito industrial, siendo rematado por un disparo a quemarropa y también muere en el mismo enfrentamiento el izquierdista que remató al falangista, con lo que el saldo final es de dos muertos y cinco heridos.
Después de su retirada del pueblo sevillano varios falangistas fueron detenidos en Sanlúcar la Mayor y encarcelados. Se les acusa de homicidio, y el fiscal pide 14 años de prisión para cada uno, siendo en el juicio defendidos por José Antonio Primo de Rivera, resultando condenados el 5 de octubre tres de ellos a dos años y once meses de cárcel, quedando absueltos los demás.
El cadáver de Manuel García Míguez fue llevado al cementerio municipal en el carro de la basura del pueblo siendo sometido a insultos, pedradas y vejaciones y la Falange le concedió una medalla honorífica a título póstumo, la única entregada póstumamente por dicha organización.
El día 12 de mayo de 1935, José Antonio Primo de Rivera, en un discurso en El Gran Teatro de Córdoba recordó estos sucesos para arengar a la multitud:
"En estos días han muerto dos camaradas magníficos, uno en Salamanca, otro en Aznalcóllar; mientras estamos aquí reunidos, trece de los nuestros sufren cárcel en Sanlúcar la Mayor. Así todos los días, una juventud escéptica, perezosa, se va convirtiendo en una juventud militante. Estad seguros de que este ímpetu nuestro triunfará al cabo.”
España era un polvorín a punto de estallar...
Estos hechos fueron unos acontecimientos violentos ocurridos los días 29 y 30 de marzo de 1935 en el municipio sevillano de Aznalcóllar entre falangistas de Sevilla e izquierdistas de Aznalcollar.
El día 29 de marzo acudió a Aznalcóllar un grupo de cuatro falangistas para vender y difundir su revista-ideario ARRIBA, y se produjeron discusiones entre miembros de la izquierda y los falangistas, resultando apuñalado en su transcurso el falangista Adrián Iruzta.
Al día siguiente acudieron 20 falangistas para seguir vendiendo su revista e inmediatamente se produce una pelea de más de dos horas en la que, debido a una pedrada en la cabeza, cae al suelo el falangista Manuel García Míguez, perito industrial, siendo rematado por un disparo a quemarropa y también muere en el mismo enfrentamiento el izquierdista que remató al falangista, con lo que el saldo final es de dos muertos y cinco heridos.
Después de su retirada del pueblo sevillano varios falangistas fueron detenidos en Sanlúcar la Mayor y encarcelados. Se les acusa de homicidio, y el fiscal pide 14 años de prisión para cada uno, siendo en el juicio defendidos por José Antonio Primo de Rivera, resultando condenados el 5 de octubre tres de ellos a dos años y once meses de cárcel, quedando absueltos los demás.
El cadáver de Manuel García Míguez fue llevado al cementerio municipal en el carro de la basura del pueblo siendo sometido a insultos, pedradas y vejaciones y la Falange le concedió una medalla honorífica a título póstumo, la única entregada póstumamente por dicha organización.
El día 12 de mayo de 1935, José Antonio Primo de Rivera, en un discurso en El Gran Teatro de Córdoba recordó estos sucesos para arengar a la multitud:
"En estos días han muerto dos camaradas magníficos, uno en Salamanca, otro en Aznalcóllar; mientras estamos aquí reunidos, trece de los nuestros sufren cárcel en Sanlúcar la Mayor. Así todos los días, una juventud escéptica, perezosa, se va convirtiendo en una juventud militante. Estad seguros de que este ímpetu nuestro triunfará al cabo.”
España era un polvorín a punto de estallar...
jueves, 29 de marzo de 2018
El llamado “Milagro de Calanda”
Tal día como hoy 29 de marzo del 1640, en Calanda - Teruel - Miguel Pellicer recupera su pierna por obra de la Virgen del Pilar en el llamado “Milagro de Calanda”.
Miguel Juan Pellicer Blasco es conocido por el milagro de Calanda, según el cual la Virgen del Pilar le habría “hecho crecer” una nueva pierna que le había sido amputada tras un accidente.
A los 19 años, a finales del año 1636, cuenta la leyenda que llevando un carro cargado de trigo y tirado por dos mulas, cayó a tierra, pasándole una rueda sobre su pierna derecha.
Fue trasladado a Valencia y según consta en el Libro de Registro, que aún se conserva, permanece cinco días y solicita permiso para trasladarse a Zaragoza. La primera visita es al Templo de Nuestra Señora del Pilar e ingresado en el Hospital General, se le amputa la pierna y se le colocó una de madera.
Recurrió a la mendicidad en una de las puertas del Templo del Pilar, en Zaragoza donde oía misa todos los días y el 29 de marzo de 1640, al llegar la noche y habiéndole preparado su madre una cama improvisada con un serón de esparto al lado del lecho conyugal, se duerme.
La leyenda señala que entre las diez y media y las once de la noche entran sus padres en la habitación "a luz de candil", y al acercarse su madre ve admirada que por debajo asomaban dos pies cruzados.
El día 2 de abril, cinco días después del milagro, D. Miguel Andreu, notario de Mazaleón, levanta acta notarial de "tan impresionante hecho", que se conserva en el Archivo del Ayuntamiento de Zaragoza. El Cabildo de Zaragoza remitió al Conde-Duque de Olivares la información del hecho para que, a su vez, la pusiera en conocimiento del rey Felipe IV y la archidiócesis aragonesa reconoce el hecho como "milagro" el día 27 de abril de 1641.
En el otoño de este mismo año viaja a Madrid para ser presentado a Felipe IV, el cual, tiene la deferencia de besarle la pierna y regresa a Calanda. A finales del siglo XVII comienza la construcción del denominado Templo del Pilar, y donde antes se ubicaba la habitación de Pellicer, en la actualidad hay una capilla en honor al milagro.
El acta notarial del proceso de 1641 fue remitida al papa Urbano VIII, quien se dio por enterado pero no se pronunció sobre el hecho y este milagro fue difundido en el año 2007 en el programa “Cuarto Milenio”.
El día 9 de noviembre de 2015, dos historiadores - Ángel Briongos y Antonio Gascón - desmitifican el milagro de la Virgen del Pilar, el más conocido de Zaragoza, el del cojo de Calanda, un personaje que más bien debería haber pasado a la historia como el "pícaro de Calanda".
Así lo explican en las más de setecientas páginas del libro "El milagro del cojo de Calanda. La génesis de un mito", un ensayo de investigación que presentaron en la capital aragonesa.
A la conclusión que han llegado estos historiadores después de haber consultado documentos de distintos archivos históricos es que la construcción de este mito, tiene dos protagonistas claros -Miguel Pellicer, el cojo de Calanda y el vicario de Calanda que estaba siendo investigado por la Inquisición – motivado toda la supercheria en un cruce de intereses, con la lucha del clero como fondo.
Durante casi cuatrocientos años hay cristianos de todo el mundo que han creído - y siguen creyendo - el “milagro de Calanda”.
Miguel Juan Pellicer Blasco es conocido por el milagro de Calanda, según el cual la Virgen del Pilar le habría “hecho crecer” una nueva pierna que le había sido amputada tras un accidente.
A los 19 años, a finales del año 1636, cuenta la leyenda que llevando un carro cargado de trigo y tirado por dos mulas, cayó a tierra, pasándole una rueda sobre su pierna derecha.
Fue trasladado a Valencia y según consta en el Libro de Registro, que aún se conserva, permanece cinco días y solicita permiso para trasladarse a Zaragoza. La primera visita es al Templo de Nuestra Señora del Pilar e ingresado en el Hospital General, se le amputa la pierna y se le colocó una de madera.
Recurrió a la mendicidad en una de las puertas del Templo del Pilar, en Zaragoza donde oía misa todos los días y el 29 de marzo de 1640, al llegar la noche y habiéndole preparado su madre una cama improvisada con un serón de esparto al lado del lecho conyugal, se duerme.
La leyenda señala que entre las diez y media y las once de la noche entran sus padres en la habitación "a luz de candil", y al acercarse su madre ve admirada que por debajo asomaban dos pies cruzados.
El día 2 de abril, cinco días después del milagro, D. Miguel Andreu, notario de Mazaleón, levanta acta notarial de "tan impresionante hecho", que se conserva en el Archivo del Ayuntamiento de Zaragoza. El Cabildo de Zaragoza remitió al Conde-Duque de Olivares la información del hecho para que, a su vez, la pusiera en conocimiento del rey Felipe IV y la archidiócesis aragonesa reconoce el hecho como "milagro" el día 27 de abril de 1641.
En el otoño de este mismo año viaja a Madrid para ser presentado a Felipe IV, el cual, tiene la deferencia de besarle la pierna y regresa a Calanda. A finales del siglo XVII comienza la construcción del denominado Templo del Pilar, y donde antes se ubicaba la habitación de Pellicer, en la actualidad hay una capilla en honor al milagro.
El acta notarial del proceso de 1641 fue remitida al papa Urbano VIII, quien se dio por enterado pero no se pronunció sobre el hecho y este milagro fue difundido en el año 2007 en el programa “Cuarto Milenio”.
El día 9 de noviembre de 2015, dos historiadores - Ángel Briongos y Antonio Gascón - desmitifican el milagro de la Virgen del Pilar, el más conocido de Zaragoza, el del cojo de Calanda, un personaje que más bien debería haber pasado a la historia como el "pícaro de Calanda".
Así lo explican en las más de setecientas páginas del libro "El milagro del cojo de Calanda. La génesis de un mito", un ensayo de investigación que presentaron en la capital aragonesa.
A la conclusión que han llegado estos historiadores después de haber consultado documentos de distintos archivos históricos es que la construcción de este mito, tiene dos protagonistas claros -Miguel Pellicer, el cojo de Calanda y el vicario de Calanda que estaba siendo investigado por la Inquisición – motivado toda la supercheria en un cruce de intereses, con la lucha del clero como fondo.
Durante casi cuatrocientos años hay cristianos de todo el mundo que han creído - y siguen creyendo - el “milagro de Calanda”.
miércoles, 28 de marzo de 2018
La creación de la Guardia Civil española
Tal día como hoy 28 de marzo del 1844, la reina Isabel II crea por Real Decreto el cuerpo de la Guardia Civil.
La Guardia Civil es un instituto armado de naturaleza militar, dependiente del Ministerio del Interior y del de Defensa, que cumple entre otras, funciones de seguridad.
Se constituyó a iniciativa del ministro de la Guerra Manuel de Mazarredo, mediante un Real Decreto de 28 de marzo de 1844 y el 2 de mayo de ese mismo año Ramón María Narváez asumió el poder y retomó la idea, encargando su reorganización a Francisco Javier Girón y Ezpeleta, II duque de Ahumada, quien ostentaba el cargo de inspector general militar, siendo este el primer director general.
La Guardia Civil nació el 13 de mayo de 1844, debido a la necesidad de disponer de un cuerpo de seguridad pública de ámbito nacional, profesional y de amplio despliegue, que respondiera de manera eficiente a las necesidades de seguridad de la España de la primera mitad del siglo XIX, lo cual lleva a cabo con gran éxito.
Sus más de 173 años de historia continuada, sin alterar su nombre, le otorga la consideración de cuerpo policial más antiguo de España, independientemente de su ámbito.
También conocida como “Benemérita”, forma parte de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, junto con el Cuerpo Nacional de Policía y la Constitución le fija “la misión primordial de proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades de los españoles y garantizar la seguridad ciudadana, bajo la dependencia del Gobierno de la Nación”
Realiza sus competencias en todo el territorio nacional y su mar territorial a excepción de las capitales de provincia y en los términos municipales y núcleos urbanos que el Gobierno determine que le corresponden al Cuerpo Nacional de Policía, así se puede encontrar a la Guardia Civil en núcleos rurales como en núcleos urbanos de gran población.
Asimismo, la Guardia Civil es el Cuerpo policial con mayor número de agentes de España y con el mayor despliegue territorial y número de competencias policiales, entre las que se encuentran tanto las compartidas con el Cuerpo Nacional de Policía u otros cuerpos policiales autonómicos.
Entre un tercio y dos quintos de sus agentes viven en las llamadas “casas cuartel”,de los que la Guardia Civil dispone de más de 2.000 en toda España, que pueden alojar tanto las dependencias policiales como viviendas de los agentes, con el objetivo de aumentar su inmediata disponibilidad y facilitar la movilidad geográfica de los mismos en los diferentes destinos.
Sin embargo, en los últimos años, debido a la despoblación de zonas rurales, se ha procedido al cierre de unos 1.000 de los más de 3.000 de los que se llegó a disponer.
La Guardia Civil es un instituto armado de naturaleza militar, dependiente del Ministerio del Interior y del de Defensa, que cumple entre otras, funciones de seguridad.
Se constituyó a iniciativa del ministro de la Guerra Manuel de Mazarredo, mediante un Real Decreto de 28 de marzo de 1844 y el 2 de mayo de ese mismo año Ramón María Narváez asumió el poder y retomó la idea, encargando su reorganización a Francisco Javier Girón y Ezpeleta, II duque de Ahumada, quien ostentaba el cargo de inspector general militar, siendo este el primer director general.
La Guardia Civil nació el 13 de mayo de 1844, debido a la necesidad de disponer de un cuerpo de seguridad pública de ámbito nacional, profesional y de amplio despliegue, que respondiera de manera eficiente a las necesidades de seguridad de la España de la primera mitad del siglo XIX, lo cual lleva a cabo con gran éxito.
Sus más de 173 años de historia continuada, sin alterar su nombre, le otorga la consideración de cuerpo policial más antiguo de España, independientemente de su ámbito.
También conocida como “Benemérita”, forma parte de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, junto con el Cuerpo Nacional de Policía y la Constitución le fija “la misión primordial de proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades de los españoles y garantizar la seguridad ciudadana, bajo la dependencia del Gobierno de la Nación”
Realiza sus competencias en todo el territorio nacional y su mar territorial a excepción de las capitales de provincia y en los términos municipales y núcleos urbanos que el Gobierno determine que le corresponden al Cuerpo Nacional de Policía, así se puede encontrar a la Guardia Civil en núcleos rurales como en núcleos urbanos de gran población.
Asimismo, la Guardia Civil es el Cuerpo policial con mayor número de agentes de España y con el mayor despliegue territorial y número de competencias policiales, entre las que se encuentran tanto las compartidas con el Cuerpo Nacional de Policía u otros cuerpos policiales autonómicos.
Entre un tercio y dos quintos de sus agentes viven en las llamadas “casas cuartel”,de los que la Guardia Civil dispone de más de 2.000 en toda España, que pueden alojar tanto las dependencias policiales como viviendas de los agentes, con el objetivo de aumentar su inmediata disponibilidad y facilitar la movilidad geográfica de los mismos en los diferentes destinos.
Sin embargo, en los últimos años, debido a la despoblación de zonas rurales, se ha procedido al cierre de unos 1.000 de los más de 3.000 de los que se llegó a disponer.
martes, 27 de marzo de 2018
Fray Luis de León; “Decíamos ayer…”
Tal día como hoy 27 de marzo del 1572, la Inquisición encarcela a Fray Luis de León, bajo la acusación de sostener que la Biblia Vulgata contenía errores de traducción.
Fray Luis de León fue un poeta, humanista y religioso agustino español de la escuela salmantina, uno de los poetas más importantes de la segunda fase del Renacimiento español junto con Alonso de Ercilla, Fernando de Herrera y San Juan de la Cruz.
Su obra está inspirada por el deseo del alma de alejarse de todo lo terrenal para poder alcanzar lo prometido por Dios, identificado con la paz y el conocimiento.
Nació en Belmonte en 1527 de origen judeoconverso por ambas ramas y cursó sus primeros estudios en Madrid y Valladolid, donde su padre ejerció la labor de consejero regio. Cuando cumplió catorce años, marchó a Salamanca para ingresar en la Orden de los Agustinos y esta ciudad constituyó el centro de su vida intelectual como profesor de su universidad.
Entre mayo y junio de 1560 obtuvo los grados de licenciado y maestro en Teología por la Universidad de Salamanca y comenzó su lucha por las cátedras: la de Biblia y la de Santo Tomás, que ganó en 1561, frente a siete aspirantes.
Tales éxitos le atrajeron la ojeriza de los dominicos, patronos de la Inquisición, pues fue denunciado y estuvo un periodo en la cárcel por traducir la Biblia a la lengua vulgar sin licencia; en concreto por su célebre versión del Cantar de los cantares.
En la prisión escribió “De los nombres de Cristo” y varias poesías, y tras su estancia en prisión el 7 de diciembre de 1576, fue nombrado profesor de filosofía moral y un año más tarde consiguió la cátedra de la Sagrada Escritura, que obtuvo en propiedad en 1579.
Los motivos de su prisión hay que achacarlos a las envidias y rencillas entre órdenes y la acusación principal era preferir el texto hebreo del Antiguo Testamento a la versión latina adoptada por el Concilio de Trento, lo cual era cierto, pero también haber traducido partes de la Biblia, en concreto el Cantar de los Cantares a la lengua vulgar, cosa expresamente prohibida también por ese concilio.
Aunque Fray Luis era inocente de tales acusaciones, su prolija defensa alargó el proceso, que se demoró cuatro largos años, tras los cuales fue finalmente absuelto.
Tras salir de la cárcel, regresó a su cátedra y sus biógrafos cuentan que Fray Luis acostumbraba resumir las lecciones explicadas de la clase anterior y que al volver a la Universidad, en enero de 1577, retomó sus lecciones con la frase “Decíamos ayer…”, como si sus cuatro años de prisión no hubieran transcurrido.
El 14 de agosto de 1591 fue elegido provincial de Castilla de la orden de San Agustín, en el convento de la localidad de Madrigal de las Altas Torres -Ávila -, donde lo sorprenderá la muerte nueve días después. Sus restos fueron trasladados a Salamanca donde fue enterrado.
Fray Luis de León fue un poeta, humanista y religioso agustino español de la escuela salmantina, uno de los poetas más importantes de la segunda fase del Renacimiento español junto con Alonso de Ercilla, Fernando de Herrera y San Juan de la Cruz.
Su obra está inspirada por el deseo del alma de alejarse de todo lo terrenal para poder alcanzar lo prometido por Dios, identificado con la paz y el conocimiento.
Nació en Belmonte en 1527 de origen judeoconverso por ambas ramas y cursó sus primeros estudios en Madrid y Valladolid, donde su padre ejerció la labor de consejero regio. Cuando cumplió catorce años, marchó a Salamanca para ingresar en la Orden de los Agustinos y esta ciudad constituyó el centro de su vida intelectual como profesor de su universidad.
Entre mayo y junio de 1560 obtuvo los grados de licenciado y maestro en Teología por la Universidad de Salamanca y comenzó su lucha por las cátedras: la de Biblia y la de Santo Tomás, que ganó en 1561, frente a siete aspirantes.
Tales éxitos le atrajeron la ojeriza de los dominicos, patronos de la Inquisición, pues fue denunciado y estuvo un periodo en la cárcel por traducir la Biblia a la lengua vulgar sin licencia; en concreto por su célebre versión del Cantar de los cantares.
En la prisión escribió “De los nombres de Cristo” y varias poesías, y tras su estancia en prisión el 7 de diciembre de 1576, fue nombrado profesor de filosofía moral y un año más tarde consiguió la cátedra de la Sagrada Escritura, que obtuvo en propiedad en 1579.
Los motivos de su prisión hay que achacarlos a las envidias y rencillas entre órdenes y la acusación principal era preferir el texto hebreo del Antiguo Testamento a la versión latina adoptada por el Concilio de Trento, lo cual era cierto, pero también haber traducido partes de la Biblia, en concreto el Cantar de los Cantares a la lengua vulgar, cosa expresamente prohibida también por ese concilio.
Aunque Fray Luis era inocente de tales acusaciones, su prolija defensa alargó el proceso, que se demoró cuatro largos años, tras los cuales fue finalmente absuelto.
Tras salir de la cárcel, regresó a su cátedra y sus biógrafos cuentan que Fray Luis acostumbraba resumir las lecciones explicadas de la clase anterior y que al volver a la Universidad, en enero de 1577, retomó sus lecciones con la frase “Decíamos ayer…”, como si sus cuatro años de prisión no hubieran transcurrido.
El 14 de agosto de 1591 fue elegido provincial de Castilla de la orden de San Agustín, en el convento de la localidad de Madrigal de las Altas Torres -Ávila -, donde lo sorprenderá la muerte nueve días después. Sus restos fueron trasladados a Salamanca donde fue enterrado.
lunes, 26 de marzo de 2018
La reconquista de Algeciras en 1344
Tal día como hoy 26 de marzo del 1344, concluye en Sitio de Algeciras con la toma castellana de la ciudad tras veintiún meses de asedio
El sitio de Algeciras fue llevado a cabo por las tropas de Alfonso XI junto a las flotas de Aragón y Génova, con el objetivo de conquistar la ciudad musulmana principal puerto de la orilla europea del estrecho de Gibraltar.
El sitio duró veintiún meses durante los cuales la población sufrió las consecuencias de un asedio que impedía la entrada de alimentos y el 26 de marzo de 1344 tras la derrota en la batalla del río Palmones del ejército de Granada que debía socorrer la ciudad, se produjo la rendición y su incorporación al Reino de Castilla.
A partir de 1341 Alfonso XI comienza los preparativos del cerco a la ciudad y se asegura el apoyo de la escuadra genovesa y las de Portugal y Aragón, mientras por tierra contaba con tropas de Castilla, de Aragón y numerosos cruzados europeos.
El 25 de julio de 1342 sale de Jerez con sus tropas y llegan el primero de agosto a Getares; se establece el real allí y manda a los ingenieros comprobar los lugares en los que debían situarse tropas para impedir la salida de la ciudad y la entrada de refuerzos.
Iniciado el cerco, este se alargaba y poco a poco la situación se volvía desesperada tanto en la ciudad como en los reales, debilitándose las fuerzas de ambos contendientes, pero en mayo de 1343 llegan a Algeciras numerosos caballeros europeos llamados por la importancia de la empresa, pese a lo cual en junio y julio la situación del cerco se mantenía igual.
Sobre el mes de noviembre llegan el rey de Granada y el infante de Marruecos a las orillas del río Palmones y los cristianos, advertidos de su llegada, se preparan para la lucha. Las tropas musulmanas presentaron batalla a los castellanos y estos, al mando del mismo rey, pasan el río y emprenden la persecución de los granadinos que se retiran al campamento.
Pronto las tropas musulmanas se vieron reducidas y tuvieron que huir, haciendo caso omiso a las órdenes de retirarse hasta Gibraltar. Muchos de los musulmanes huyeron hacia los montes de Algeciras, otros hacia la torre de Almoraima y tras ellos los castellanos.
Aunque las tropas granadinas y marroquíes había sido derrotadas no había sido una derrota total y cabía la posibilidad de que los musulmanes se reorganizaran; los cristianos precisaban que la ciudad cayera pronto.
Aunque tras la desastrosa batalla del río Palmones, quiso el rey de Granada preparar un segundo ataque contra los cristianos, la moral de sus tropa estaba por los suelos y desistió de hacerlo..
En marzo la situación en la ciudad era desesperada, pero Alfonso XI sin embargo no deseaba seguir combatiendo pues el asedio resultaba demasiado caro y había perdido muchos soldados, por lo que acepta la rendición y se firma el llamado “Tratado de Algeciras”, poniendo fin a veintiún meses de asedio.
La toma de Algeciras supuso un paso decisivo en la Reconquista, al dotar a Castilla del principal puerto de la costa norte del Estrecho de Gibraltar y para asegurar la prosperidad de la nueva ciudad el Rey Alfonso XI emitió en 1345 la “Carta de ordenación de Algeciras”, que proporciona tierras de cultivo y beneficios fiscales a cuantas personas quieran establecerse en ella.
El sitio de Algeciras fue llevado a cabo por las tropas de Alfonso XI junto a las flotas de Aragón y Génova, con el objetivo de conquistar la ciudad musulmana principal puerto de la orilla europea del estrecho de Gibraltar.
El sitio duró veintiún meses durante los cuales la población sufrió las consecuencias de un asedio que impedía la entrada de alimentos y el 26 de marzo de 1344 tras la derrota en la batalla del río Palmones del ejército de Granada que debía socorrer la ciudad, se produjo la rendición y su incorporación al Reino de Castilla.
A partir de 1341 Alfonso XI comienza los preparativos del cerco a la ciudad y se asegura el apoyo de la escuadra genovesa y las de Portugal y Aragón, mientras por tierra contaba con tropas de Castilla, de Aragón y numerosos cruzados europeos.
El 25 de julio de 1342 sale de Jerez con sus tropas y llegan el primero de agosto a Getares; se establece el real allí y manda a los ingenieros comprobar los lugares en los que debían situarse tropas para impedir la salida de la ciudad y la entrada de refuerzos.
Iniciado el cerco, este se alargaba y poco a poco la situación se volvía desesperada tanto en la ciudad como en los reales, debilitándose las fuerzas de ambos contendientes, pero en mayo de 1343 llegan a Algeciras numerosos caballeros europeos llamados por la importancia de la empresa, pese a lo cual en junio y julio la situación del cerco se mantenía igual.
Sobre el mes de noviembre llegan el rey de Granada y el infante de Marruecos a las orillas del río Palmones y los cristianos, advertidos de su llegada, se preparan para la lucha. Las tropas musulmanas presentaron batalla a los castellanos y estos, al mando del mismo rey, pasan el río y emprenden la persecución de los granadinos que se retiran al campamento.
Pronto las tropas musulmanas se vieron reducidas y tuvieron que huir, haciendo caso omiso a las órdenes de retirarse hasta Gibraltar. Muchos de los musulmanes huyeron hacia los montes de Algeciras, otros hacia la torre de Almoraima y tras ellos los castellanos.
Aunque las tropas granadinas y marroquíes había sido derrotadas no había sido una derrota total y cabía la posibilidad de que los musulmanes se reorganizaran; los cristianos precisaban que la ciudad cayera pronto.
Aunque tras la desastrosa batalla del río Palmones, quiso el rey de Granada preparar un segundo ataque contra los cristianos, la moral de sus tropa estaba por los suelos y desistió de hacerlo..
En marzo la situación en la ciudad era desesperada, pero Alfonso XI sin embargo no deseaba seguir combatiendo pues el asedio resultaba demasiado caro y había perdido muchos soldados, por lo que acepta la rendición y se firma el llamado “Tratado de Algeciras”, poniendo fin a veintiún meses de asedio.
La toma de Algeciras supuso un paso decisivo en la Reconquista, al dotar a Castilla del principal puerto de la costa norte del Estrecho de Gibraltar y para asegurar la prosperidad de la nueva ciudad el Rey Alfonso XI emitió en 1345 la “Carta de ordenación de Algeciras”, que proporciona tierras de cultivo y beneficios fiscales a cuantas personas quieran establecerse en ella.
domingo, 25 de marzo de 2018
El trágico origen del “día de la mujer trabajadora”
Tal día como hoy 25 de marzo del 1911 en la fábrica textil Triangle Shirtwaist de Nueva York se produce un incendio que se salda con 146 trabajadoras muertas, en su mayoría inmigrantes.
El incendio de la fábrica de confección de camisas Triangle Waist Co. fue el desastre industrial con más víctimas mortales en la historia de la ciudad de Nueva York y el cuarto en el número de muertes de un siniestro industrial en la historia de los Estados Unidos.
El fuego causó la muerte de 123 trabajadoras y 23 trabajadores y la mayoría de las víctimas eran mujeres jóvenes inmigrantes de Europa del Este e Italia de entre catorce y veintitrés años de edad
La fábrica ocupaba los pisos 8.º, 9.º, y 10.º el edificio se incendio causando un desastre total, y estaba dedicada a la fabricación de camisetas de hombre que normalmente empleaba a 500 obreros, mayormente mujeres jóvenes inmigrantes, con un horario de diez horas diarias más siete los sábados.
La tragedia se debió a la imposibilidad de salir del edificio en llamas puesto que los responsables de la fábrica habían cerrado todas las puertas, para evitar los robos que eran habituales en la zona y según informe del Jefe de Bomberos, el incendio pudo provocarse por una colilla tirada en un cubo de restos de tela.
Muchas de las trabajadoras, al no poder escapar del edificio en llamas, saltaron desde los pisos octavo, noveno y décimo a la calle, muriendo en la caída.
Aunque las primeras referencias del número de muertos oscilaron entre 141 y 148, casi todas las referencias modernas coinciden en que 146 personas murieron como resultado del incendio: 123 mujeres y 23 hombres. La mayoría murieron de quemaduras, asfixia, lesiones por impacto o una combinación de los tres.
Seis víctimas permanecieron sin identificar hasta que Michael Hirsch, un historiador, completó cuatro años de investigación sobre personas desaparecidas y pudo identificar a cada uno de ellos por su nombre.
El desastre en la fábrica textil Triangle Shirtwaist motivó importantes cambios legislativos en las normas de seguridad y salud laboral e industrial y fue el detonante de la creación del importante Sindicato internacional de mujeres trabajadoras textiles que lucharía por mejorar las pésimas condiciones laborales de entonces.
Este trágico día será el germen del Día Internacional de la Mujer Trabajadora que se celebra el 8 de marzo.
El incendio de la fábrica de confección de camisas Triangle Waist Co. fue el desastre industrial con más víctimas mortales en la historia de la ciudad de Nueva York y el cuarto en el número de muertes de un siniestro industrial en la historia de los Estados Unidos.
El fuego causó la muerte de 123 trabajadoras y 23 trabajadores y la mayoría de las víctimas eran mujeres jóvenes inmigrantes de Europa del Este e Italia de entre catorce y veintitrés años de edad
La fábrica ocupaba los pisos 8.º, 9.º, y 10.º el edificio se incendio causando un desastre total, y estaba dedicada a la fabricación de camisetas de hombre que normalmente empleaba a 500 obreros, mayormente mujeres jóvenes inmigrantes, con un horario de diez horas diarias más siete los sábados.
La tragedia se debió a la imposibilidad de salir del edificio en llamas puesto que los responsables de la fábrica habían cerrado todas las puertas, para evitar los robos que eran habituales en la zona y según informe del Jefe de Bomberos, el incendio pudo provocarse por una colilla tirada en un cubo de restos de tela.
Muchas de las trabajadoras, al no poder escapar del edificio en llamas, saltaron desde los pisos octavo, noveno y décimo a la calle, muriendo en la caída.
Aunque las primeras referencias del número de muertos oscilaron entre 141 y 148, casi todas las referencias modernas coinciden en que 146 personas murieron como resultado del incendio: 123 mujeres y 23 hombres. La mayoría murieron de quemaduras, asfixia, lesiones por impacto o una combinación de los tres.
Seis víctimas permanecieron sin identificar hasta que Michael Hirsch, un historiador, completó cuatro años de investigación sobre personas desaparecidas y pudo identificar a cada uno de ellos por su nombre.
El desastre en la fábrica textil Triangle Shirtwaist motivó importantes cambios legislativos en las normas de seguridad y salud laboral e industrial y fue el detonante de la creación del importante Sindicato internacional de mujeres trabajadoras textiles que lucharía por mejorar las pésimas condiciones laborales de entonces.
Este trágico día será el germen del Día Internacional de la Mujer Trabajadora que se celebra el 8 de marzo.
sábado, 24 de marzo de 2018
La destrucción de Cartago
Tal día como hoy 24 de marzo del 146 a. C., cerca de la actual Túnez, cae la ciudad de Cartago a manos del ejército romano de Escipión Emiliano, produciéndose la destrucción casi completa de la localidad.
Cuando el ejército romano de más de 80 000 hombres desembarcó en Útica, los cónsules exigieron la entrega de toda la flota y armas de la ciudad, lo que cumplió inmediatamente. Pero cuando se dio como nueva exigencia el traslado de la ciudad tierra adentro los cartagineses se negaron, ya que significaba perder su dominio marítimo y comercial, con lo que dio comienzo al asedio.
Los primeros dos años a los romanos les resultó imposible tomar Cartago, pues contaba con enormes recursos, sólidas fortificaciones y un gran ejército que impedía su aislamiento total y , como el sitio se prolongaba, los comandantes romanos decidieron permitir la entrada en su campamento de prostitutas y comerciantes, lo que provocó un relajamiento de la disciplina.
Finalmente, los dirigentes romanos, cansados de la duración del asedio decidieron nombrar a Publio Cornelio Escipión Emiliano, cónsul y comandante supremo del ejército romano en África, en el 147 a. C.
Cuando Escipión tomó el mando, expulsó a los civiles del campamento, como prostitutas y comerciantes, imponiendo de nuevo una dura disciplina y gracias a esto derrotó a Asdrúbal lo que permitió el aislamiento completo de los sitiados, lo que provocó la rápida disminución de sus reservas alimenticias, contribuyendo al brote de enfermedades que hicieron estragos entre la población .
Al llegar la primavera del año 146 a. C. la población cartaginesa estaba tan debilitada por el hambre y las enfermedades que los romanos decidieron que era el momento de asaltar la ciudad.
Tras entrar en la ciudad, los romanos fueron recibidos por una lluvia de lanzas, piedras, flechas, espadas e incluso tejas que lanzaban desde los tejados y durante seis días los romanos y los cartagineses entablaron una batalla urbana, cuyo resultado iba favoreciendo a los primeros. Los romanos avanzaban demoliendo muros, abriéndose camino a través de montañas de ruinas o pasando por los techos de las casas y los edificios.
Los últimos supervivientes, unos 50.000, se refugiaron en el templo de Eshmún Allí, la mayor parte de los púnicos rogaron a Escipión que tuviera clemencia con ellos, incluso Asdrúbal, quien había logrado escapar tras la destrucción de su ejército y dirigía la defensa de la ciudad.
Sólo quedaron en el templo los desertores romanos, que sabiendo que serían ejecutados, se suicidaron, y también la mujer de Asdrúbal, que vestida con una túnica de gala, insultó a su marido y a los romanos diciendo “vosotros, que nos habéis destruido a fuego, a fuego también seréis destruidos” y se lanzó a las llamas.
Los supervivientes fueron reducidos a la esclavitud y después de la caída de Cartago se presentó una comisión del Senado romano para decidir qué se haría con ella. Según indicios, el mismo Escipión y algunos senadores eran partidarios de que la ciudad se conservase, pero la mayor parte de la comisión decidió que fuese destruida,
Por tanto, la historia oficial afirma que Escipión ordenó destruir totalmente la ciudad hasta los cimientos y que después ese terreno fuera sembrado con sal para que nada volviera a crecer allí, aunque no hay constancia de que se llegara a arrojar sal realmente.
Cuando el ejército romano de más de 80 000 hombres desembarcó en Útica, los cónsules exigieron la entrega de toda la flota y armas de la ciudad, lo que cumplió inmediatamente. Pero cuando se dio como nueva exigencia el traslado de la ciudad tierra adentro los cartagineses se negaron, ya que significaba perder su dominio marítimo y comercial, con lo que dio comienzo al asedio.
Los primeros dos años a los romanos les resultó imposible tomar Cartago, pues contaba con enormes recursos, sólidas fortificaciones y un gran ejército que impedía su aislamiento total y , como el sitio se prolongaba, los comandantes romanos decidieron permitir la entrada en su campamento de prostitutas y comerciantes, lo que provocó un relajamiento de la disciplina.
Finalmente, los dirigentes romanos, cansados de la duración del asedio decidieron nombrar a Publio Cornelio Escipión Emiliano, cónsul y comandante supremo del ejército romano en África, en el 147 a. C.
Cuando Escipión tomó el mando, expulsó a los civiles del campamento, como prostitutas y comerciantes, imponiendo de nuevo una dura disciplina y gracias a esto derrotó a Asdrúbal lo que permitió el aislamiento completo de los sitiados, lo que provocó la rápida disminución de sus reservas alimenticias, contribuyendo al brote de enfermedades que hicieron estragos entre la población .
Al llegar la primavera del año 146 a. C. la población cartaginesa estaba tan debilitada por el hambre y las enfermedades que los romanos decidieron que era el momento de asaltar la ciudad.
Tras entrar en la ciudad, los romanos fueron recibidos por una lluvia de lanzas, piedras, flechas, espadas e incluso tejas que lanzaban desde los tejados y durante seis días los romanos y los cartagineses entablaron una batalla urbana, cuyo resultado iba favoreciendo a los primeros. Los romanos avanzaban demoliendo muros, abriéndose camino a través de montañas de ruinas o pasando por los techos de las casas y los edificios.
Los últimos supervivientes, unos 50.000, se refugiaron en el templo de Eshmún Allí, la mayor parte de los púnicos rogaron a Escipión que tuviera clemencia con ellos, incluso Asdrúbal, quien había logrado escapar tras la destrucción de su ejército y dirigía la defensa de la ciudad.
Sólo quedaron en el templo los desertores romanos, que sabiendo que serían ejecutados, se suicidaron, y también la mujer de Asdrúbal, que vestida con una túnica de gala, insultó a su marido y a los romanos diciendo “vosotros, que nos habéis destruido a fuego, a fuego también seréis destruidos” y se lanzó a las llamas.
Los supervivientes fueron reducidos a la esclavitud y después de la caída de Cartago se presentó una comisión del Senado romano para decidir qué se haría con ella. Según indicios, el mismo Escipión y algunos senadores eran partidarios de que la ciudad se conservase, pero la mayor parte de la comisión decidió que fuese destruida,
Por tanto, la historia oficial afirma que Escipión ordenó destruir totalmente la ciudad hasta los cimientos y que después ese terreno fuera sembrado con sal para que nada volviera a crecer allí, aunque no hay constancia de que se llegara a arrojar sal realmente.
viernes, 23 de marzo de 2018
“Pinito del Oro”, una artista del circo
Tal día como hoy 23 de marzo del 1990, la trapecista española “Pinito del Oro” gana el Premio Nacional de Circo 1990, otorgado por vez primera por el Ministerio de Cultura.
María Cristina del Pino Segura Gómez, de nombre artístico Pinito del Oro fue una trapecista española que nació en el circo de su padre - circo Hermanos Segura - en Las Palmas de Gran Canaria.
Era la menor de siete hermanos - de los los 19 hijos que tuvo su madre - artistas todos ellos, y durante su infancia, una noche en la que viajaban desde Cádiz a la feria de Sevilla, el camión volcó y murió su hermana Esther y su padre, aunque no creía en el talento de Cristina, se vio obligado a subirla al trapecio para completar la función, demostrando un gran talento.
Durante unas Navidades en Valencia, la conoció el representante para Europa del Ringling Brothers and Barnum & Bailey Circus, y la quiso contratar, pero al ser menor de edad, se casó para viajar a América y trabajar durante siete años en el circo Ringling, donde consiguió el Premio Internacional en 1960, el “Oscar del Trapecio sin red”.
La intentó contratar también el cineasta Cecil B. DeMille para una película sobre el circo, pero ella lo rechazó ya que este no quiso que figurara su nombre en los créditos - se cree que por motivos racistas - y cuando regresó a España, fue recibida como una estrella.
Durante su vida laboral, sufrió varias caídas casi mortales. En la primera se rompió el cráneo y permaneció ocho días en coma con solo 17 años y una segunda ocasión también el cráneo y tres veces las manos.
Cuando se retiró en 1970, en el circo Price de Madrid, la actriz cómica Mary Santpere le cortó la coleta.
Además de las actuaciones circenses, Pinito del Oro publicó algunas novelas: “Nacida para el circo”, “La víspera” y “El italiano”, con las que quedó finalista en algunos certámenes literarios como el "Ciudad de Oviedo" y el "Blasco Ibáñez".
La casa de la cultura de Albaladejo - Ciudad Real - lleva el nombre "Pinito del Oro" en su honor y tiene una imagen en El Museo de Cera de Madrid.
En 2017, recibió la medalla de oro de Canarias y, tras recibirla, hacía balance de su vida: "Sólo me he sentido feliz en el trapecio. En lo artístico he triunfado, lo logré todo; en lo personal el balance no es tan positivo"
Falleció el 25 de octubre de 2017 en las Las Palmas de Gran Canaria, a los 85 años.
María Cristina del Pino Segura Gómez, de nombre artístico Pinito del Oro fue una trapecista española que nació en el circo de su padre - circo Hermanos Segura - en Las Palmas de Gran Canaria.
Era la menor de siete hermanos - de los los 19 hijos que tuvo su madre - artistas todos ellos, y durante su infancia, una noche en la que viajaban desde Cádiz a la feria de Sevilla, el camión volcó y murió su hermana Esther y su padre, aunque no creía en el talento de Cristina, se vio obligado a subirla al trapecio para completar la función, demostrando un gran talento.
Durante unas Navidades en Valencia, la conoció el representante para Europa del Ringling Brothers and Barnum & Bailey Circus, y la quiso contratar, pero al ser menor de edad, se casó para viajar a América y trabajar durante siete años en el circo Ringling, donde consiguió el Premio Internacional en 1960, el “Oscar del Trapecio sin red”.
La intentó contratar también el cineasta Cecil B. DeMille para una película sobre el circo, pero ella lo rechazó ya que este no quiso que figurara su nombre en los créditos - se cree que por motivos racistas - y cuando regresó a España, fue recibida como una estrella.
Durante su vida laboral, sufrió varias caídas casi mortales. En la primera se rompió el cráneo y permaneció ocho días en coma con solo 17 años y una segunda ocasión también el cráneo y tres veces las manos.
Cuando se retiró en 1970, en el circo Price de Madrid, la actriz cómica Mary Santpere le cortó la coleta.
Además de las actuaciones circenses, Pinito del Oro publicó algunas novelas: “Nacida para el circo”, “La víspera” y “El italiano”, con las que quedó finalista en algunos certámenes literarios como el "Ciudad de Oviedo" y el "Blasco Ibáñez".
La casa de la cultura de Albaladejo - Ciudad Real - lleva el nombre "Pinito del Oro" en su honor y tiene una imagen en El Museo de Cera de Madrid.
En 2017, recibió la medalla de oro de Canarias y, tras recibirla, hacía balance de su vida: "Sólo me he sentido feliz en el trapecio. En lo artístico he triunfado, lo logré todo; en lo personal el balance no es tan positivo"
Falleció el 25 de octubre de 2017 en las Las Palmas de Gran Canaria, a los 85 años.
jueves, 22 de marzo de 2018
La invención del cinematógrafo
Tal día como hoy 22 de marzo del 1895, los hermanos Auguste y Louis Lumière llevan a cabo la primera exhibición de una película cinematográfica.
Los Lumière fueron dos hermanos franceses, hijos de Antoine Lumière y ambos trabajaron en el taller fotográfico de su padre, Louis como físico y Auguste como administrador. A partir de 1892, empezaron a trabajar en la posibilidad de fotografiar imágenes en movimiento y para ello patentaron un número significativo de progresos notables.
En un viaje a Paris Antoine Lumière adquirió un kinetoscopio - dispositivo previo al proyector cinematográfico inventado por Thomas Edison - que los dos hermanos examinaron atentamente y pronto concibieron un proyecto que harían realidad partiendo de los inventos ya existentes.
Crearon un aparato que servía como cámara y como proyector: el cinematógrafo, que se basaba en el efecto de la persistencia en la retina de las imágenes en el ojo humano. Al comienzo, ellos mismos cargaban las piezas de la cámara filmadora en un cajón para transportarlo de un lugar a otro y el 13 de febrero de 1895 patentaron el invento.
Ese mismo año, los Lumière rodaron su primera película, “Salida de los obreros de la fábrica” presentada el 22 de marzo de 1895, tres días después del rodaje.
Tras varias presentaciones en sociedades científicas, los Lumière decidieron hacer una exhibición comercial de las películas que habían rodado que finalmente, celebraron en un sótano el 28 de diciembre de 1895.
Alli se proyectaron, además de Salida de la fábrica, otras películas como “Llegada de un tren a la estación de la Ciotat” y “El regador regado”, y de esta forma el cine comenzó su historia a modo de documental, como testigo objetivo de la vida cotidiana.
Aunque los hermanos dijeron que “el cine es una invención sin ningún futuro”, aprovecharon todo lo que el nuevo invento les ofreció para montar un negocio rentable, enviando un operador donde fuera requerido, como por ejemplo, a la coronación de Nicolás II de Rusia.
Su posición económica y el interés que mostraban hacia la ciencia les hizo menospreciar las posibilidades comerciales de su invento, por lo que finalmente abandonaron la producción cinematográfica.
Los hermanos Lumiere, demostraron tener nulo futuro como profetas...
Los Lumière fueron dos hermanos franceses, hijos de Antoine Lumière y ambos trabajaron en el taller fotográfico de su padre, Louis como físico y Auguste como administrador. A partir de 1892, empezaron a trabajar en la posibilidad de fotografiar imágenes en movimiento y para ello patentaron un número significativo de progresos notables.
En un viaje a Paris Antoine Lumière adquirió un kinetoscopio - dispositivo previo al proyector cinematográfico inventado por Thomas Edison - que los dos hermanos examinaron atentamente y pronto concibieron un proyecto que harían realidad partiendo de los inventos ya existentes.
Crearon un aparato que servía como cámara y como proyector: el cinematógrafo, que se basaba en el efecto de la persistencia en la retina de las imágenes en el ojo humano. Al comienzo, ellos mismos cargaban las piezas de la cámara filmadora en un cajón para transportarlo de un lugar a otro y el 13 de febrero de 1895 patentaron el invento.
Ese mismo año, los Lumière rodaron su primera película, “Salida de los obreros de la fábrica” presentada el 22 de marzo de 1895, tres días después del rodaje.
Tras varias presentaciones en sociedades científicas, los Lumière decidieron hacer una exhibición comercial de las películas que habían rodado que finalmente, celebraron en un sótano el 28 de diciembre de 1895.
Alli se proyectaron, además de Salida de la fábrica, otras películas como “Llegada de un tren a la estación de la Ciotat” y “El regador regado”, y de esta forma el cine comenzó su historia a modo de documental, como testigo objetivo de la vida cotidiana.
Aunque los hermanos dijeron que “el cine es una invención sin ningún futuro”, aprovecharon todo lo que el nuevo invento les ofreció para montar un negocio rentable, enviando un operador donde fuera requerido, como por ejemplo, a la coronación de Nicolás II de Rusia.
Su posición económica y el interés que mostraban hacia la ciencia les hizo menospreciar las posibilidades comerciales de su invento, por lo que finalmente abandonaron la producción cinematográfica.
Los hermanos Lumiere, demostraron tener nulo futuro como profetas...
miércoles, 21 de marzo de 2018
Thomas Cranmer, mártir y hereje a la vez
Tal día como hoy 21 de marzo del 1556, en Oxford -Inglaterra- es quemado vivo el arzobispo de Canterbury Thomas Cranmer, acusado de herejía.
Thomas Cranmer fue el arzobispo de Canterbury durante los reinados de Enrique VIII, si hijo Eduardo VI y la hija del primero de María I y colaboró en el caso de anulación matrimonial de Enrique con Catalina de Aragón, que era una de las causas de la separación del cisma de Inglaterra con la Santa Sede.
Junto a Thomas Cromwell apoyó la supremacía real, por la que el monarca era considerado el jefe de la Iglesia dentro de su reinado.
Bajo el reinado de Enrique VIII, no hizo cambios radicales en la Iglesia anglicana, debido a los conflictos de poder entre conservadores religiosos y reformistas, aunque tuvo éxito en la publicación del primer oficio religioso en lengua inglesa autorizado oficialmente.
Cuando Eduardo VI llegó al trono, pudo promover reformas importantes y escribió y compiló las dos primeras ediciones del “Libro de Oración Común”, una liturgia especial para la Iglesia de Inglaterra.
Con la ayuda de varios reformistas europeos, a los que dio refugio, cambió la doctrina en áreas como la eucaristía, el celibato clerical, el papel de las imágenes y la veneración de santos.
Tras la coronación de la católica María I, fue enjuiciado por alta traición y herejía y encarcelado durante más de dos años y bajo presión de las autoridades eclesiásticas, hizo varias retractaciones y, al parecer, se reconcilió con la Iglesia católica.
Sin embargo fue ejecutado y el día de su ejecución, se retractó de sus palabras en la cárcel y murió como un hereje para los católicos y como un mártir para los reformistas ingleses.
La muerte de Cranmer fue inmortalizada en “El libro de los mártires” y su legado sigue vivo dentro de la Iglesia de Inglaterra.
Thomas Cranmer fue el arzobispo de Canterbury durante los reinados de Enrique VIII, si hijo Eduardo VI y la hija del primero de María I y colaboró en el caso de anulación matrimonial de Enrique con Catalina de Aragón, que era una de las causas de la separación del cisma de Inglaterra con la Santa Sede.
Junto a Thomas Cromwell apoyó la supremacía real, por la que el monarca era considerado el jefe de la Iglesia dentro de su reinado.
Bajo el reinado de Enrique VIII, no hizo cambios radicales en la Iglesia anglicana, debido a los conflictos de poder entre conservadores religiosos y reformistas, aunque tuvo éxito en la publicación del primer oficio religioso en lengua inglesa autorizado oficialmente.
Cuando Eduardo VI llegó al trono, pudo promover reformas importantes y escribió y compiló las dos primeras ediciones del “Libro de Oración Común”, una liturgia especial para la Iglesia de Inglaterra.
Con la ayuda de varios reformistas europeos, a los que dio refugio, cambió la doctrina en áreas como la eucaristía, el celibato clerical, el papel de las imágenes y la veneración de santos.
Tras la coronación de la católica María I, fue enjuiciado por alta traición y herejía y encarcelado durante más de dos años y bajo presión de las autoridades eclesiásticas, hizo varias retractaciones y, al parecer, se reconcilió con la Iglesia católica.
Sin embargo fue ejecutado y el día de su ejecución, se retractó de sus palabras en la cárcel y murió como un hereje para los católicos y como un mártir para los reformistas ingleses.
La muerte de Cranmer fue inmortalizada en “El libro de los mártires” y su legado sigue vivo dentro de la Iglesia de Inglaterra.
martes, 20 de marzo de 2018
Los “Cien días” de Napoleón
Tal día como hoy 20 de marzo del 1815, el emperador Napoleón Bonaparte regresa a París desde la isla de Elba dando comienzo a los llamados “Cien Días”.
El periodo conocido como los Cien Días, comprende desde el 20 de marzo de 1815, hasta el 28 de junio de 1815, este periodo pone fin a las llamadas Guerras Napoleónicas, así como al imperio francés de Napoleón Bonaparte.
Tras la derrota de los ejércitos franceses y la ocupación de París por parte de las tropas aliadas, Napoleón tuvo que renunciar a todos sus territorios excepto a la isla de Elba, al oeste de Italia, donde vivió desterrado desde mayo de 1814 hasta febrero de 1815.
Después de haber dedicado los primeros días a los trabajos de su instalación, montó a caballo y recorrió toda la isla: quería asegurarse por sí mismo del estado de la agricultura, y de cuáles eran sus productos, así como el comercio, la pesca y la extracción de mármoles y metales; “sobre todo, visitó las canteras y las minas que son su principal riqueza", relata Alejandro Dumas.
Sintiendo que Francia le reclamaba de nuevo y sabedor de que los ingleses querían desterrarlo a una isla remota en el Atlántico, Napoleón escapó de Elba aprovechando un descuido de la guardia francesa y británica y el 1 de marzo de 1815 desembarcó en Golfe-Juan, cerca de Antibes y junto con sus soldados más leales puso rumbo a París, siguiendo un itinerario conocido hoy como “la Ruta Napoleón”, que recorre más de 300 kilómetros.
El 20 de marzo de 1815 entró de forma triunfal en el Palacio de las Tullerías, que había sido abandonado de forma precipitada por Luis XVIII y de la noche a la mañana, los emblemas reales fueron sustituidos por la bandera tricolor y las águilas imperiales.
Comenzó entonces el período conocido como los “Cien Días”, que se extiende hasta el 28 de junio de 1815, fecha de su segunda y definitiva abdicación.
Durante este tiempo, Napoleón trató de instaurar un régimen constitucional más democrático y liberal, pero de nuevo tuvo que enfrentarse a sus enemigos, cayendo derrotado definitivamente en la batalla de Waterloo el 18 de junio de 1815.
El periodo conocido como los Cien Días, comprende desde el 20 de marzo de 1815, hasta el 28 de junio de 1815, este periodo pone fin a las llamadas Guerras Napoleónicas, así como al imperio francés de Napoleón Bonaparte.
Tras la derrota de los ejércitos franceses y la ocupación de París por parte de las tropas aliadas, Napoleón tuvo que renunciar a todos sus territorios excepto a la isla de Elba, al oeste de Italia, donde vivió desterrado desde mayo de 1814 hasta febrero de 1815.
Después de haber dedicado los primeros días a los trabajos de su instalación, montó a caballo y recorrió toda la isla: quería asegurarse por sí mismo del estado de la agricultura, y de cuáles eran sus productos, así como el comercio, la pesca y la extracción de mármoles y metales; “sobre todo, visitó las canteras y las minas que son su principal riqueza", relata Alejandro Dumas.
Sintiendo que Francia le reclamaba de nuevo y sabedor de que los ingleses querían desterrarlo a una isla remota en el Atlántico, Napoleón escapó de Elba aprovechando un descuido de la guardia francesa y británica y el 1 de marzo de 1815 desembarcó en Golfe-Juan, cerca de Antibes y junto con sus soldados más leales puso rumbo a París, siguiendo un itinerario conocido hoy como “la Ruta Napoleón”, que recorre más de 300 kilómetros.
El 20 de marzo de 1815 entró de forma triunfal en el Palacio de las Tullerías, que había sido abandonado de forma precipitada por Luis XVIII y de la noche a la mañana, los emblemas reales fueron sustituidos por la bandera tricolor y las águilas imperiales.
Comenzó entonces el período conocido como los “Cien Días”, que se extiende hasta el 28 de junio de 1815, fecha de su segunda y definitiva abdicación.
Durante este tiempo, Napoleón trató de instaurar un régimen constitucional más democrático y liberal, pero de nuevo tuvo que enfrentarse a sus enemigos, cayendo derrotado definitivamente en la batalla de Waterloo el 18 de junio de 1815.
lunes, 19 de marzo de 2018
Origen histórico de las Fallas de Valencia
Tal día como hoy 19 de marzo y desde finales del siglo XIX, se celebran las Fallas de Valencia
Las Fallas, son unas fiestas que se extienden del 15 al 19 de marzo siendo una tradición arraigada en la ciudad de Valencia y diferentes poblaciones de la Comunidad Valenciana, que de forma oficial empiezan el último domingo de febrero con el acto de la Crida, (“pregón”).
Actualmente, esta festividad se ha convertido en un atractivo turístico muy importante, ya que además de estar catalogadas como fiesta de Interés Turístico Internacional, en noviembre de 2016 la Unesco las inscribió como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
También son llamadas “fiestas josefinas o festes de Sant Josep”, ya que se celebran en honor de San José, patrón de los carpinteros, gremio muy extendido en la ciudad cuando empezaron a celebrarse a finales del siglo XIX, y que conservó hasta la actualidad, dada la importancia de la industria del mueble en la región.
En valenciano medieval, la palabra “falla” servía para nombrar las antorchas que se colocaban en lo alto de las torres de vigilancia y en el "Llibre dels Fets", se dice que las tropas del rey Jaime I llevaban fallas para iluminarse, tanto para el camino como a la entrada de las tiendas de campaña. Más adelante se hace referencia a este término para referirse a las hogueras que se encendían en vísperas de fiestas extraordinarias y patronales.
Su origen está en la víspera del día de San José en que se encendían hogueras para anunciar su festividad, recibiendo esa práctica ritual el nombre de “cremà”.
La versión popular del origen de las fallas es que fueron iniciadas por el gremio de carpinteros que quemaban en la víspera del día de su patrón San José, en una hoguera purificadora, las maderas y trastos viejos, haciendo limpieza de los talleres antes de entrar la primavera.
Además, quemaban sus '"parots"' - estructuras de las que colgaban los candiles - puesto que la llegada de la primavera, y al hacerse los días más largos, ya no eran necesarios.
Sobre 1870 se persiguió duramente los festejos populares como el Carnaval y las Fallas, lo que provocó que en 1885 surgiera un movimiento en defensa de las tradiciones típicas, otorgando la revista "La Traca" premios a los mejores monumentos falleros, lo cual provocó la competición entre los vecinos y dio lugar al nacimiento de la falla artística, donde no desaparecía la crítica, pero predominaba la preocupación estética.
En 1901, el propio Ayuntamiento de Valencia, otorgó los primeros premios municipales a las mejores Fallas y este fue el comienzo de la unión entre el pueblo y el poder político, evolucionando a pasos agigantados esta fiesta popular en número, estructura y organización.
Existen otros autores que intentan encontrar un origen más antiguo a la fiesta, defendiendo que el culto al fuego es un ritual de tradición pagana, como ocurre con San Antón, las hogueras de San Juan, San Miguel o la Navidad en diversos puntos de la geografía española, en donde también se queman hogueras en su víspera.
Según esta teoría, las Fallas son una evolución de este arcaico ritual que anuncia la entrada de la primavera.
Las Fallas, son unas fiestas que se extienden del 15 al 19 de marzo siendo una tradición arraigada en la ciudad de Valencia y diferentes poblaciones de la Comunidad Valenciana, que de forma oficial empiezan el último domingo de febrero con el acto de la Crida, (“pregón”).
Actualmente, esta festividad se ha convertido en un atractivo turístico muy importante, ya que además de estar catalogadas como fiesta de Interés Turístico Internacional, en noviembre de 2016 la Unesco las inscribió como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
También son llamadas “fiestas josefinas o festes de Sant Josep”, ya que se celebran en honor de San José, patrón de los carpinteros, gremio muy extendido en la ciudad cuando empezaron a celebrarse a finales del siglo XIX, y que conservó hasta la actualidad, dada la importancia de la industria del mueble en la región.
En valenciano medieval, la palabra “falla” servía para nombrar las antorchas que se colocaban en lo alto de las torres de vigilancia y en el "Llibre dels Fets", se dice que las tropas del rey Jaime I llevaban fallas para iluminarse, tanto para el camino como a la entrada de las tiendas de campaña. Más adelante se hace referencia a este término para referirse a las hogueras que se encendían en vísperas de fiestas extraordinarias y patronales.
Su origen está en la víspera del día de San José en que se encendían hogueras para anunciar su festividad, recibiendo esa práctica ritual el nombre de “cremà”.
La versión popular del origen de las fallas es que fueron iniciadas por el gremio de carpinteros que quemaban en la víspera del día de su patrón San José, en una hoguera purificadora, las maderas y trastos viejos, haciendo limpieza de los talleres antes de entrar la primavera.
Además, quemaban sus '"parots"' - estructuras de las que colgaban los candiles - puesto que la llegada de la primavera, y al hacerse los días más largos, ya no eran necesarios.
Sobre 1870 se persiguió duramente los festejos populares como el Carnaval y las Fallas, lo que provocó que en 1885 surgiera un movimiento en defensa de las tradiciones típicas, otorgando la revista "La Traca" premios a los mejores monumentos falleros, lo cual provocó la competición entre los vecinos y dio lugar al nacimiento de la falla artística, donde no desaparecía la crítica, pero predominaba la preocupación estética.
En 1901, el propio Ayuntamiento de Valencia, otorgó los primeros premios municipales a las mejores Fallas y este fue el comienzo de la unión entre el pueblo y el poder político, evolucionando a pasos agigantados esta fiesta popular en número, estructura y organización.
Existen otros autores que intentan encontrar un origen más antiguo a la fiesta, defendiendo que el culto al fuego es un ritual de tradición pagana, como ocurre con San Antón, las hogueras de San Juan, San Miguel o la Navidad en diversos puntos de la geografía española, en donde también se queman hogueras en su víspera.
Según esta teoría, las Fallas son una evolución de este arcaico ritual que anuncia la entrada de la primavera.
domingo, 18 de marzo de 2018
Alexei Leonov, el primer paseo en el espacio
Tal día como hoy 18 de marzo del 1965, el astronauta soviético Alexei Leonov, se convierte en la primera persona en caminar en el espacio.
Alekséi Arjípovich Leónov es un cosmonauta soviético que realizó el primer paseo espacial el 18 de marzo de 1965 y fue uno de los veinte pilotos de la Fuerza Aérea Soviética seleccionado en 1960, para formar parte del primer grupo de cosmonautas.
Su paseo espacial debía realizarse en la misión Vosjod 1, pero fue cancelada, por lo que el acontecimiento histórico se produjo durante el vuelo de la Vosjod 2, estando fuera de la nave durante 12 minutos y nueve segundos, unido por una correa de 5,35 metros.
Leónov salió sin contratiempos por la escotilla despresurizada y abandonó la nave. “Me sentía bien e iba informando de lo que veía”. Sin embargo, a los 10 minutos de paseo el cosmonauta descubrió un problema. El traje se empezó a hinchar y dificultaba los movimientos tirando de sus manos y pies y en el momento en que se disponía a regresar a la nave las cosas se descontrolaron.
“A pesar de que había un buen ajuste, mis pies se salían de las botas del traje y mis manos de los guantes”, recordó. “El trabajo se volvió imposible, traté de agarrar las asas - de la escotilla - pero mis dedos no podían sujetarla porque no se ajustaban a los guantes.”
Al final de la caminata espacial, el traje espacial de Leónov se había inflado en el vacío del espacio hasta el punto de que no podía volver a entrar en la esclusa de aire y tuvo que abrir una válvula para permitir que la presión del traje descendiera y así volver a entrar en la cápsula.
En 1968, fue seleccionado de nuevo para ser el primer soviético en la Luna, a bordo de una nave espacial, pero este proyecto fue cancelado.
Leónov pudo haber mandado la siguiente misión a la Salyut 1, pero también fue cancelada después de la muerte de los miembros de la tripulación de la Soyuz 11, perdiéndose además la estación, mientras los siguientes dos satélites Salyúts se perdieron en el lanzamiento.
El segundo viaje al espacio de Leónov fue muy significativo ya que fue el comandante de la mitad soviética de la misión Apolo-Soyuz, la primera misión espacial conjunta entre la Unión Soviética y los Estados Unidos.
Por otra parte, Leóno, además de astronauta, es un artista que publicó libros que incluyen álbumes de sus obras artísticas y las que hizo en colaboración con su amigo Andréi Sokolov, al llevar lápices de colores y papel al espacio, donde esbozó la Tierra y dibujó retratos de los astronautas del Apolo que viajaron con él durante el proyecto Apolo-Soyuz.
En 2004, Leónov y el ex- astronauta estadounidense David Scott comenzaron a trabajar en una historia doble de la carrera espacial entre Estados Unidos y la Unión Soviética, con el título “Las dos caras de la Luna” que se publicó en 2006. Los norteamericanos Neil Armstrong y Tom Hanks escribieron la introducción al libro.
Ha sido condecorado dos veces con el título de Héroe de la Unión Soviética, y en la actualidad es pintor y autor de unos 200 cuadros.
Alekséi Arjípovich Leónov es un cosmonauta soviético que realizó el primer paseo espacial el 18 de marzo de 1965 y fue uno de los veinte pilotos de la Fuerza Aérea Soviética seleccionado en 1960, para formar parte del primer grupo de cosmonautas.
Su paseo espacial debía realizarse en la misión Vosjod 1, pero fue cancelada, por lo que el acontecimiento histórico se produjo durante el vuelo de la Vosjod 2, estando fuera de la nave durante 12 minutos y nueve segundos, unido por una correa de 5,35 metros.
Leónov salió sin contratiempos por la escotilla despresurizada y abandonó la nave. “Me sentía bien e iba informando de lo que veía”. Sin embargo, a los 10 minutos de paseo el cosmonauta descubrió un problema. El traje se empezó a hinchar y dificultaba los movimientos tirando de sus manos y pies y en el momento en que se disponía a regresar a la nave las cosas se descontrolaron.
“A pesar de que había un buen ajuste, mis pies se salían de las botas del traje y mis manos de los guantes”, recordó. “El trabajo se volvió imposible, traté de agarrar las asas - de la escotilla - pero mis dedos no podían sujetarla porque no se ajustaban a los guantes.”
Al final de la caminata espacial, el traje espacial de Leónov se había inflado en el vacío del espacio hasta el punto de que no podía volver a entrar en la esclusa de aire y tuvo que abrir una válvula para permitir que la presión del traje descendiera y así volver a entrar en la cápsula.
En 1968, fue seleccionado de nuevo para ser el primer soviético en la Luna, a bordo de una nave espacial, pero este proyecto fue cancelado.
Leónov pudo haber mandado la siguiente misión a la Salyut 1, pero también fue cancelada después de la muerte de los miembros de la tripulación de la Soyuz 11, perdiéndose además la estación, mientras los siguientes dos satélites Salyúts se perdieron en el lanzamiento.
El segundo viaje al espacio de Leónov fue muy significativo ya que fue el comandante de la mitad soviética de la misión Apolo-Soyuz, la primera misión espacial conjunta entre la Unión Soviética y los Estados Unidos.
Por otra parte, Leóno, además de astronauta, es un artista que publicó libros que incluyen álbumes de sus obras artísticas y las que hizo en colaboración con su amigo Andréi Sokolov, al llevar lápices de colores y papel al espacio, donde esbozó la Tierra y dibujó retratos de los astronautas del Apolo que viajaron con él durante el proyecto Apolo-Soyuz.
En 2004, Leónov y el ex- astronauta estadounidense David Scott comenzaron a trabajar en una historia doble de la carrera espacial entre Estados Unidos y la Unión Soviética, con el título “Las dos caras de la Luna” que se publicó en 2006. Los norteamericanos Neil Armstrong y Tom Hanks escribieron la introducción al libro.
Ha sido condecorado dos veces con el título de Héroe de la Unión Soviética, y en la actualidad es pintor y autor de unos 200 cuadros.
sábado, 17 de marzo de 2018
El reino de Murcia y la batalla de Los Alporchones
Tal día como hoy 17 de marzo del 1452, las tropas cristianas conquistan el reino de Murcia tras su victoria en la batalla de Los Alporchones.
La batalla de Los Alporchones fue un enfrentamiento ocurrido el 17 de marzo del año 1452 entre las tropas del reino castellano de Murcia, dirigidas por Alonso Fajardo “el Bravo”, alcaide de Lorca, y las del reino nazarí de Granada, en el contexto de la Reconquista. El encuentro, tuvo lugar en las cercanías de Lorca y se saldó con una gran victoria castellana.
Tras recuperar el trono de Granada de manos de su tío Muhammed “el Cojo” en 1447, el sultán Muhammed IX continuó su política belicista respecto a Castilla, ya que su predecesor había recuperado algunas plazas en la frontera con el Reino de Murcia, y antes de él las razias granadinas causaban el terror en las poblaciones cristianas de aquel reino, aprovechando que la Casa de Fajardo estaba enzarzada en disputas familiares.
El acoso nazarí obligó al rey Juan II de Castilla a pedir una tregua en 1450, pero el sultán no quería desaprovechar la ocasión de hostigar a los desunidos castellanos y al año siguiente desató una nueva incursión fructífera en botín y entre 1451 y 1452 se preparó una incursión contra el Campo de Cartagena, en la que se apoderaron de 40.000 cabezas de ganado y tomaron cautivos a 40 personas.
Viendo la gravedad de estas incursiones, los cristianos dejaron de lado sus luchas internas para hacer frente a los musulmanes y el alcaide de Lorca Alonso Fajardo, “el Bravo” mandó heraldos a varias poblaciones para recabar apoyos, y a su llamada acudieron mesnadas de varios pueblos, sumando en total 300 caballeros y unos 2000 infantes.
El ejército de Fajardo aguardó en el campo lorquino de Los Alporchones, a sabiendas de que los granadinos iban a pasar por allí en su regreso al reino nazarí.
El 17 de marzo llegaron por fin los granadinos y se entabló el combate y aunque el caudillo de los de Granada, Malik ibn al-Abbas, destacó por su valor, las crónicas cuentan que Alonso Fajardo, dándose cuenta de que la batalla podía decidirse en un duelo singular, luchó contra él hasta que consiguió derribarle de su corcel y tomarlo prisionero.
La captura de su capitán desmoralizó a los musulmanes y la persecución de estos por los cristianos llegó hasta Vera -Almería-, sobreviviendo 300 de ellos y en tanto las bajas granadinas fueron altas y 400 soldados fueron capturados, los de Fajardo sufrieron 40 muertos y más de 200 herido
La batalla tuvo grandes consecuencias para el Reino de Murcia, ya que acabó con las incursiones de saqueo, pues los musulmanes pidieron una tregua de cinco años; acrecentó el prestigio de Lorca y en particular de la Casa de Fajardo y en homenaje a San Patricio, se celebra el 17 de marzo como santo patrón de la ciudad de Lorca.
Actualmente se sigue celebrando esta victoria en Lorca, con motivo de las fiestas de San Patricio.
La batalla de Los Alporchones fue un enfrentamiento ocurrido el 17 de marzo del año 1452 entre las tropas del reino castellano de Murcia, dirigidas por Alonso Fajardo “el Bravo”, alcaide de Lorca, y las del reino nazarí de Granada, en el contexto de la Reconquista. El encuentro, tuvo lugar en las cercanías de Lorca y se saldó con una gran victoria castellana.
Tras recuperar el trono de Granada de manos de su tío Muhammed “el Cojo” en 1447, el sultán Muhammed IX continuó su política belicista respecto a Castilla, ya que su predecesor había recuperado algunas plazas en la frontera con el Reino de Murcia, y antes de él las razias granadinas causaban el terror en las poblaciones cristianas de aquel reino, aprovechando que la Casa de Fajardo estaba enzarzada en disputas familiares.
El acoso nazarí obligó al rey Juan II de Castilla a pedir una tregua en 1450, pero el sultán no quería desaprovechar la ocasión de hostigar a los desunidos castellanos y al año siguiente desató una nueva incursión fructífera en botín y entre 1451 y 1452 se preparó una incursión contra el Campo de Cartagena, en la que se apoderaron de 40.000 cabezas de ganado y tomaron cautivos a 40 personas.
Viendo la gravedad de estas incursiones, los cristianos dejaron de lado sus luchas internas para hacer frente a los musulmanes y el alcaide de Lorca Alonso Fajardo, “el Bravo” mandó heraldos a varias poblaciones para recabar apoyos, y a su llamada acudieron mesnadas de varios pueblos, sumando en total 300 caballeros y unos 2000 infantes.
El ejército de Fajardo aguardó en el campo lorquino de Los Alporchones, a sabiendas de que los granadinos iban a pasar por allí en su regreso al reino nazarí.
El 17 de marzo llegaron por fin los granadinos y se entabló el combate y aunque el caudillo de los de Granada, Malik ibn al-Abbas, destacó por su valor, las crónicas cuentan que Alonso Fajardo, dándose cuenta de que la batalla podía decidirse en un duelo singular, luchó contra él hasta que consiguió derribarle de su corcel y tomarlo prisionero.
La captura de su capitán desmoralizó a los musulmanes y la persecución de estos por los cristianos llegó hasta Vera -Almería-, sobreviviendo 300 de ellos y en tanto las bajas granadinas fueron altas y 400 soldados fueron capturados, los de Fajardo sufrieron 40 muertos y más de 200 herido
La batalla tuvo grandes consecuencias para el Reino de Murcia, ya que acabó con las incursiones de saqueo, pues los musulmanes pidieron una tregua de cinco años; acrecentó el prestigio de Lorca y en particular de la Casa de Fajardo y en homenaje a San Patricio, se celebra el 17 de marzo como santo patrón de la ciudad de Lorca.
Actualmente se sigue celebrando esta victoria en Lorca, con motivo de las fiestas de San Patricio.
viernes, 16 de marzo de 2018
La batalla de Badajoz del 1812
Tal día como hoy 16 de marzo del 1812, se inicia la batalla de Badajoz, en que las fuerzas británicas y portuguesas sitian y derrotan a los franceses.
El Tercer asedio de Badajoz tuvo lugar entre el 16 de marzo y el 6 de abril de 1812, cuando la ciudad fue sitiada por el ejército anglo-portugués bajo el mando de Arthur Wellesley - entonces conde de Wellington -, siendo uno de los más sangrientos de las Guerras Napoleónicas, con cerca de 3000 soldados muertos en unas pocas horas de lucha.
Tras la captura de Almeida en Portugal y Ciudad Rodrigo en España, la fuerza anglo-portuguesa se dirigió a Badajoz, que estaba protegida por unos 5000 soldados franceses al mando del general Armand Philippon, y poseía unas fortificaciones con una sólida muralla y numerosos fuertes y bastiones.
El ejército anglo-portugués, de unos 25 000 hombres, sobrepasaba en mucho a la guarnición francesa y tras rodear la ciudad, preparó trincheras y parapetos mientras los franceses hicieron varias incursiones para intentar destruir las líneas avanzadas que fueron repelidas por los británicos.
El día 5 de abril habían sido abiertas dos brechas en la muralla y los soldados se prepararon para asaltar y cuando se empezaron a filtrar noticias de que Soult estaba en marcha para reforzar la ciudad, se dio la orden de lanzar el ataque el 6 de abril de 1812.
Los primeros hombres en asaltar la brecha fueron los “Forlorn Hope” - efectivos de asalto británicos- , quienes lideraban el ataque principal mientras se llevaban a cabo ataques de distracción al norte y al este por los soldados portugueses e ingleses.
Cuando los Forlorn Hope empezaban el ataque, un centinela francés dio la alarma y en pocos segundos, los puestos se llenaron de soldados franceses. Británicos y portugueses llegaron en oleada y corrieron hacia la muralla, pero las descargas devastaban a los atacantes y la brecha pronto empezó a llenarse con muertos y heridos, aunque a pesar de la masacre, los casacas rojas continuaron llegando, siendo acribillados por descargas y metralla de granadas y bombas.
En sólo dos horas, unos 2.000 hombres habían muerto o habían sido heridos gravemente en la brecha principal y en cualquier sitio que atacaban, los aliados fueron parados y la carnicería fue tan inmensa que Wellesley estuvo a punto de pedir parar el asalto.
Finalmente consiguieron llegar a la parte más alta de la población, donde los franceses tenían previsto refugiarse en el momento final y una vez se introdujeron, portugueses y británicos estaban en gran ventaja numérica, los franceses empezaron a retroceder y el general francés Philippon se retiró de Badajoz y finalmente, depuso las armas en la mañana del día siguiente.
Cuando llegó finalmente la mañana del 7 de abril, se reveló el horror de la matanza. Los cuerpos fueron apilados y la sangre discurría como ríos en las zanjas y trincheras, al parecer Sir Arthur Wellesley lloró y maldijo al Parlamento Británico por concederle tan pocos recursos y soldados.
El saqueo de Badajoz a cargo de las tropas británicas con posterioridad a la batalla, incluyendo violaciones y asesinatos indiscriminados de la población civil, se encuentra entre los más terribles y sangrientos acontecimientos de la Guerra de la Independencia Española.
El Tercer asedio de Badajoz tuvo lugar entre el 16 de marzo y el 6 de abril de 1812, cuando la ciudad fue sitiada por el ejército anglo-portugués bajo el mando de Arthur Wellesley - entonces conde de Wellington -, siendo uno de los más sangrientos de las Guerras Napoleónicas, con cerca de 3000 soldados muertos en unas pocas horas de lucha.
Tras la captura de Almeida en Portugal y Ciudad Rodrigo en España, la fuerza anglo-portuguesa se dirigió a Badajoz, que estaba protegida por unos 5000 soldados franceses al mando del general Armand Philippon, y poseía unas fortificaciones con una sólida muralla y numerosos fuertes y bastiones.
El ejército anglo-portugués, de unos 25 000 hombres, sobrepasaba en mucho a la guarnición francesa y tras rodear la ciudad, preparó trincheras y parapetos mientras los franceses hicieron varias incursiones para intentar destruir las líneas avanzadas que fueron repelidas por los británicos.
El día 5 de abril habían sido abiertas dos brechas en la muralla y los soldados se prepararon para asaltar y cuando se empezaron a filtrar noticias de que Soult estaba en marcha para reforzar la ciudad, se dio la orden de lanzar el ataque el 6 de abril de 1812.
Los primeros hombres en asaltar la brecha fueron los “Forlorn Hope” - efectivos de asalto británicos- , quienes lideraban el ataque principal mientras se llevaban a cabo ataques de distracción al norte y al este por los soldados portugueses e ingleses.
Cuando los Forlorn Hope empezaban el ataque, un centinela francés dio la alarma y en pocos segundos, los puestos se llenaron de soldados franceses. Británicos y portugueses llegaron en oleada y corrieron hacia la muralla, pero las descargas devastaban a los atacantes y la brecha pronto empezó a llenarse con muertos y heridos, aunque a pesar de la masacre, los casacas rojas continuaron llegando, siendo acribillados por descargas y metralla de granadas y bombas.
En sólo dos horas, unos 2.000 hombres habían muerto o habían sido heridos gravemente en la brecha principal y en cualquier sitio que atacaban, los aliados fueron parados y la carnicería fue tan inmensa que Wellesley estuvo a punto de pedir parar el asalto.
Finalmente consiguieron llegar a la parte más alta de la población, donde los franceses tenían previsto refugiarse en el momento final y una vez se introdujeron, portugueses y británicos estaban en gran ventaja numérica, los franceses empezaron a retroceder y el general francés Philippon se retiró de Badajoz y finalmente, depuso las armas en la mañana del día siguiente.
Cuando llegó finalmente la mañana del 7 de abril, se reveló el horror de la matanza. Los cuerpos fueron apilados y la sangre discurría como ríos en las zanjas y trincheras, al parecer Sir Arthur Wellesley lloró y maldijo al Parlamento Británico por concederle tan pocos recursos y soldados.
El saqueo de Badajoz a cargo de las tropas británicas con posterioridad a la batalla, incluyendo violaciones y asesinatos indiscriminados de la población civil, se encuentra entre los más terribles y sangrientos acontecimientos de la Guerra de la Independencia Española.
jueves, 15 de marzo de 2018
"El padrino", inicio de una saga
Tal día como hoy 15 de marzo del 1972, se estrena la película de gánsters “El padrino”, ganadora de tres premios Óscar a la mejor película, mejor actor y mejor guion adaptado.
El padrino -en inglés, The Godfather- es una película estadounidense dirigida por Francis Ford Coppola y producida por Albert S. Ruddy, por la compañía Paramount, basada en la novela del mismo nombre, de Mario Puzo, quien adaptó el guion junto a Coppola.
El padrino fue estrenada el 15 de marzo de 1972, durante el primer fin de semana ganó 30 millones de dólares y terminó por recaudar en total, en el mundo entero 245.066.411 dolares americanos, cifra muy considerable teniendo en cuenta que su presupuesto de producción fue de seis millones de dólares.
Ha sido una de las producciones más aclamadas de la cinematografía estadounidense y mundial, considerada por la mayoría de la crítica y un gran sector del público como uno de los mejores filmes de todos los tiempos y la mejor película de Coppola.
En el año 1973 ganó tres Premios Óscar por mejor actor para Marlon Brando, mejor película y mejor guion adaptado para Mario Puzo y Ford Coppola y anteriormente había ganado cinco Globos de Oro.
Esta película dio origen a una saga cinematográfica, siendo la primera parte de una trilogía completada por “The Godfather Part II” en 1974 y concluida con “The Godfather Part III” en 1990.
En 2008 la revista Empire la situó en el primer puesto de su lista de las 500 Mejores Películas de todos los tiempos.
La película está ambientada en el Nueva York de 1945. Los Corleone son una de las cinco familias más reputadas de la mafia de la ciudad y Don Vito Corleone - Marlon Brando -, "El Padrino" de esta familia, casa a su hija con un corredor de apuestas.
Sollozzo, "padrino" de la familia Tattaglia, le propone a Don Vito asociarse con él en el tráfico de drogas, pero este rechaza la propuesta, aunque su hijo Sonny -James Caan-,está a favor, lo que provocará enfrentamientos entre padre e hijo.
Con vistas a negociar con Sonny, Sollozzo intenta matar a Don Vito, pero este logra escapar y Michael -Al Pacino- ,el hermano menor de Sonny, inicia la búsqueda de los responsables del atentado y mata a Sollozzo y al jefe de la policía para vengarse.
Huyendo de las represalias, Michael se marcha a Sicilia, donde acabará casándose con Apollonia. Sin embargo, cuando su esposa es asesinada en su lugar, regresa a Nueva York, se casa con Kay Adams y se prepara para suceder a su padre...
Una trilogía que mantiene al espectador absorto en la pantalla, desde su inicio a su final.
El padrino -en inglés, The Godfather- es una película estadounidense dirigida por Francis Ford Coppola y producida por Albert S. Ruddy, por la compañía Paramount, basada en la novela del mismo nombre, de Mario Puzo, quien adaptó el guion junto a Coppola.
El padrino fue estrenada el 15 de marzo de 1972, durante el primer fin de semana ganó 30 millones de dólares y terminó por recaudar en total, en el mundo entero 245.066.411 dolares americanos, cifra muy considerable teniendo en cuenta que su presupuesto de producción fue de seis millones de dólares.
Ha sido una de las producciones más aclamadas de la cinematografía estadounidense y mundial, considerada por la mayoría de la crítica y un gran sector del público como uno de los mejores filmes de todos los tiempos y la mejor película de Coppola.
En el año 1973 ganó tres Premios Óscar por mejor actor para Marlon Brando, mejor película y mejor guion adaptado para Mario Puzo y Ford Coppola y anteriormente había ganado cinco Globos de Oro.
Esta película dio origen a una saga cinematográfica, siendo la primera parte de una trilogía completada por “The Godfather Part II” en 1974 y concluida con “The Godfather Part III” en 1990.
En 2008 la revista Empire la situó en el primer puesto de su lista de las 500 Mejores Películas de todos los tiempos.
La película está ambientada en el Nueva York de 1945. Los Corleone son una de las cinco familias más reputadas de la mafia de la ciudad y Don Vito Corleone - Marlon Brando -, "El Padrino" de esta familia, casa a su hija con un corredor de apuestas.
Sollozzo, "padrino" de la familia Tattaglia, le propone a Don Vito asociarse con él en el tráfico de drogas, pero este rechaza la propuesta, aunque su hijo Sonny -James Caan-,está a favor, lo que provocará enfrentamientos entre padre e hijo.
Con vistas a negociar con Sonny, Sollozzo intenta matar a Don Vito, pero este logra escapar y Michael -Al Pacino- ,el hermano menor de Sonny, inicia la búsqueda de los responsables del atentado y mata a Sollozzo y al jefe de la policía para vengarse.
Huyendo de las represalias, Michael se marcha a Sicilia, donde acabará casándose con Apollonia. Sin embargo, cuando su esposa es asesinada en su lugar, regresa a Nueva York, se casa con Kay Adams y se prepara para suceder a su padre...
Una trilogía que mantiene al espectador absorto en la pantalla, desde su inicio a su final.
miércoles, 14 de marzo de 2018
Karl Marx, el hombre que revolucionó el mundo
Tal día como hoy 14 de marzo del 1883, tiene lugar el fallecimiento del filósofo Karl Marx
Karl Heinrich Marx fue filósofo, economista, sociólogo, intelectual y militante comunista prusiano de origen judío, que en su vasta obra abarca diferentes campos del pensamiento en filosofía, historia, ciencia política, sociología y economía, aunque también actuó en el periodismo y la política.
Junto a Friedrich Engels, es el padre del socialismo científico y del comunismo moderno, del marxismo y del materialismo histórico y sus escritos más conocidos son el “Manifiesto del Partido Comunista” junto con Engels y “El Capital”.
Marx es citado, como uno de los principales arquitectos de la ciencia social moderna y ha sido descrito como una de las figuras más influyentes en la historia de la humanidad. En una encuesta de la BBC en 1999, fue votado como el "mayor pensador del Milenio" por personas de todo el mundo.
Nacido en el seno de una familia de clase media acomodada en Prusia, fue a estudiar a la Universidad de Bonn y en la de Berlín. Tras la finalización de sus estudios, escribió para un diario radical, la Gaceta Renana y más tarde se trasladó a París en 1843 y comenzó a colaborar con otros periódicos radicales, como los Anales Franco-Alemanes, así como escribió una serie de libros, algunos de ellos con Engels.
Estuvo exiliado en Bruselas en 1845, donde se convirtió en una figura importante de la Liga de los Comunistas, antes de regresar a Colonia donde fundó su propio periódico, “la Nueva Gaceta Renana”.
Exiliado de nuevo en 1849 se trasladó a Londres junto con su esposa y sus hijos, donde la familia se encontró en la pobreza, pero Marx siguió escribiendo y formulando sus teorías sobre la naturaleza de la sociedad, convirtiéndose en una figura destacada de la Primera Internacional.
Las teorías de Marx sobre la sociedad, la economía y la política, que se conocen como el marxismo, sostienen que todas las sociedades avanzan a través de la lucha de clases, siendo muy crítico con el capitalismo, al que llamó la "dictadura de la burguesía", afirmando que se llevaba a cabo por las clases dueñas de los medios de producción para su propio beneficio.
Teorizó que, inevitablemente, se producirían tensiones internas, que lo llevarían a su reemplazo por un nuevo sistema a cargo de una nueva clase social, el proletariado y sostuvo que la sociedad bajo el socialismo sería regida por la clase obrera en lo que llamó la "dictadura del proletariado".
Creía que el socialismo sería, a su vez, finalmente reemplazado por una sociedad sin Estado y sin clases llamada “comunismo”.
Aunque Marx se mantuvo casi desconocido durante su vida, sus ideas y la ideología del marxismo comenzaron a ejercer una gran influencia poco después de su muerte, siendo Lenin el primero que intentó desarrollar su pensamiento en la práctica.
Los llamados "gobiernos revolucionarios socialistas" tomaron el poder a lo largo del siglo XX, llevando a la formación de Estados como la Unión Soviética en 1922 y la República Popular China en 1949.
Karl Heinrich Marx fue filósofo, economista, sociólogo, intelectual y militante comunista prusiano de origen judío, que en su vasta obra abarca diferentes campos del pensamiento en filosofía, historia, ciencia política, sociología y economía, aunque también actuó en el periodismo y la política.
Junto a Friedrich Engels, es el padre del socialismo científico y del comunismo moderno, del marxismo y del materialismo histórico y sus escritos más conocidos son el “Manifiesto del Partido Comunista” junto con Engels y “El Capital”.
Marx es citado, como uno de los principales arquitectos de la ciencia social moderna y ha sido descrito como una de las figuras más influyentes en la historia de la humanidad. En una encuesta de la BBC en 1999, fue votado como el "mayor pensador del Milenio" por personas de todo el mundo.
Nacido en el seno de una familia de clase media acomodada en Prusia, fue a estudiar a la Universidad de Bonn y en la de Berlín. Tras la finalización de sus estudios, escribió para un diario radical, la Gaceta Renana y más tarde se trasladó a París en 1843 y comenzó a colaborar con otros periódicos radicales, como los Anales Franco-Alemanes, así como escribió una serie de libros, algunos de ellos con Engels.
Estuvo exiliado en Bruselas en 1845, donde se convirtió en una figura importante de la Liga de los Comunistas, antes de regresar a Colonia donde fundó su propio periódico, “la Nueva Gaceta Renana”.
Exiliado de nuevo en 1849 se trasladó a Londres junto con su esposa y sus hijos, donde la familia se encontró en la pobreza, pero Marx siguió escribiendo y formulando sus teorías sobre la naturaleza de la sociedad, convirtiéndose en una figura destacada de la Primera Internacional.
Las teorías de Marx sobre la sociedad, la economía y la política, que se conocen como el marxismo, sostienen que todas las sociedades avanzan a través de la lucha de clases, siendo muy crítico con el capitalismo, al que llamó la "dictadura de la burguesía", afirmando que se llevaba a cabo por las clases dueñas de los medios de producción para su propio beneficio.
Teorizó que, inevitablemente, se producirían tensiones internas, que lo llevarían a su reemplazo por un nuevo sistema a cargo de una nueva clase social, el proletariado y sostuvo que la sociedad bajo el socialismo sería regida por la clase obrera en lo que llamó la "dictadura del proletariado".
Creía que el socialismo sería, a su vez, finalmente reemplazado por una sociedad sin Estado y sin clases llamada “comunismo”.
Aunque Marx se mantuvo casi desconocido durante su vida, sus ideas y la ideología del marxismo comenzaron a ejercer una gran influencia poco después de su muerte, siendo Lenin el primero que intentó desarrollar su pensamiento en la práctica.
Los llamados "gobiernos revolucionarios socialistas" tomaron el poder a lo largo del siglo XX, llevando a la formación de Estados como la Unión Soviética en 1922 y la República Popular China en 1949.
martes, 13 de marzo de 2018
Alejandro Severo, principio del fin del Imperio Romano
Tal día como hoy 13 de marzo del 222, Alejandro Severo es proclamado emperador romano.
Marco Aurelio Severo Alejandro, conocido como Alejandro Severo fue emperador romano desde el año 222 hasta el año 235. Sucedió a su primo, el emperador Heliogábalo, tras el asesinato de éste en 222, y terminó su reinado también asesinado, dando comienzo a la época conocida como “la crisis del siglo III”.
Nació en la ciudad de Arca Cesarea, en el actual Líbano, y llegó a ser emperador gracias a las intrigas de su abuela y su madre, que al darse cuenta de que el emperador Heliogábalo perdía el apoyo popular y militar debido a sus excesos y extravagancias, prepararon al joven Alejandro para que fuera el sucesor al trono.
Fue instruido en todas las artes, y consiguieron que Heliogábalo lo adoptara en junio de 221 y le nombrara César como su sucesor legítimo. Tras el asesinato de Heliogábalo en 222 y gracias a la propaganda de su madre y abuela, tanto el Senado como el pueblo desearon al joven Alejandro en el trono, que en ese momento contaba 13 años.
Fue proclamado César el 13 de marzo de 222, dos días después de la muerte de su predecesor y el gobierno quedó, en gran parte, en manos de su madre y, especialmente, en las de su abuela que se convirtió en la auténtica gobernante en la sombra.
Ambas – en su nombre - se dedicaron, de inmediato, ayudadas por círculos del senado, a sanear las finanzas, arruinadas por el antecesor, y además se empezó a reformar el sistema jurídico. Historiadores, como Dión Casio, describen el carácter de Alejandro como tranquilo y pacífico.
Durante el mandato de Alejandro los sasánidas sustituyeron a los partos en la frontera este del imperio romano y a partir de 230 atacaron las provincias romanas de Mesopotamia. Alejandro reunió un ejército y empezó su campaña militar en 231, pero las pérdidas fueron tan grandes para ambas partes, que Ardashir, rey de los sasánidas, decidió retirarse, lo que Alejandro consideró una victoria y lo celebró con una marcha triunfal en Roma en el año 233.
Un año más tarde, los germanos amenazaron las fronteras norte del imperio y Alejandro, para ganar tiempo, envió regalos a los enemigos, lo cual fue visto como una ofensa por sus soldados que habían sufrido recortes en los gastos militares, motivo por el cual en un campamento, cerca de la actual Maguncia, se produjo un motín entre los soldados, que asesinaron a Alejandro Severo a los 26 años y a su madre y proclamaron a Maximino “el Tracio” como emperador.
El reinado de Alejandro Severo fue el último intento de gobierno civil del Imperio Romano pues a partir de su muerte se impondrá la dominación militar, dando comienzo un largo período de anarquía - crisis del siglo III - y en los siguientes 50 años hubo 26 emperadores, de los que solamente uno no murió de forma violenta.
Marco Aurelio Severo Alejandro, conocido como Alejandro Severo fue emperador romano desde el año 222 hasta el año 235. Sucedió a su primo, el emperador Heliogábalo, tras el asesinato de éste en 222, y terminó su reinado también asesinado, dando comienzo a la época conocida como “la crisis del siglo III”.
Nació en la ciudad de Arca Cesarea, en el actual Líbano, y llegó a ser emperador gracias a las intrigas de su abuela y su madre, que al darse cuenta de que el emperador Heliogábalo perdía el apoyo popular y militar debido a sus excesos y extravagancias, prepararon al joven Alejandro para que fuera el sucesor al trono.
Fue instruido en todas las artes, y consiguieron que Heliogábalo lo adoptara en junio de 221 y le nombrara César como su sucesor legítimo. Tras el asesinato de Heliogábalo en 222 y gracias a la propaganda de su madre y abuela, tanto el Senado como el pueblo desearon al joven Alejandro en el trono, que en ese momento contaba 13 años.
Fue proclamado César el 13 de marzo de 222, dos días después de la muerte de su predecesor y el gobierno quedó, en gran parte, en manos de su madre y, especialmente, en las de su abuela que se convirtió en la auténtica gobernante en la sombra.
Ambas – en su nombre - se dedicaron, de inmediato, ayudadas por círculos del senado, a sanear las finanzas, arruinadas por el antecesor, y además se empezó a reformar el sistema jurídico. Historiadores, como Dión Casio, describen el carácter de Alejandro como tranquilo y pacífico.
Durante el mandato de Alejandro los sasánidas sustituyeron a los partos en la frontera este del imperio romano y a partir de 230 atacaron las provincias romanas de Mesopotamia. Alejandro reunió un ejército y empezó su campaña militar en 231, pero las pérdidas fueron tan grandes para ambas partes, que Ardashir, rey de los sasánidas, decidió retirarse, lo que Alejandro consideró una victoria y lo celebró con una marcha triunfal en Roma en el año 233.
Un año más tarde, los germanos amenazaron las fronteras norte del imperio y Alejandro, para ganar tiempo, envió regalos a los enemigos, lo cual fue visto como una ofensa por sus soldados que habían sufrido recortes en los gastos militares, motivo por el cual en un campamento, cerca de la actual Maguncia, se produjo un motín entre los soldados, que asesinaron a Alejandro Severo a los 26 años y a su madre y proclamaron a Maximino “el Tracio” como emperador.
El reinado de Alejandro Severo fue el último intento de gobierno civil del Imperio Romano pues a partir de su muerte se impondrá la dominación militar, dando comienzo un largo período de anarquía - crisis del siglo III - y en los siguientes 50 años hubo 26 emperadores, de los que solamente uno no murió de forma violenta.
lunes, 12 de marzo de 2018
Una historia picante
En algunos pueblos - el mío era uno de ellos - había hace tiempo personas, por lo general mayores, en quienes todos confiaban por su conocimiento y mesura, reminiscencia quizás, de un pasado en que el espíritu y la experiencia importaban más, o al menos tanto como el dinero. Uno de estos personajes - medio filósofo y tenido por sabio - conversaba un día con un vecino, casado con una mujer de extraordinaria belleza y que, con razón o sin ella, vivía torturado de continuo por los celos.
-No puedo evitarlo - se quejaba el marido - pero no vivo, siempre sospechando y desconfiando, hasta del aire que respira. ¡Ay que malos son los celos, cuando no tienen fundamento...!.
El viejo, que escuchaba con la cabeza baja el razonamiento de su contertuliano, hizo ademán de querer hablar, y con la parsimonia del que está en posesión de la verdad absoluta, argumentó.- Eso que dices no tiene sentido; los celos, cuando son de verdad celos, nunca tienen fundamento, porque cuando lo tienen, no se llaman celos, se llaman cuernos.
Hecha esta introducción, quisiera presentaros a Leonor, que sufrió de lo segundo. Acababa de cumplir cuarenta años y llevaba casada, más tiempo del que podía recordar. Su matrimonio fue de los llamados “por amor” y había vivido únicamente con su marido - más o menos de su edad - todas las experiencias sexuales que una mujer honesta puede vivir. En los primeros tiempos, sus relaciones fueron volcánicas, con la llegada de los hijos se fueron enfriando pero, aún con tibieza, la pasión continuó, no obstante un mal día, y sin existir causa aparente, todo acabó.
Leonor, que seguía enamorada de su hombre, pensó en primer lugar, que debía ser cosa de la edad, más tarde lo atribuyó a problemas de salud y por último, lo achacó al lógico devenir de las cosas, por lo que resignada, creyó que en su vida, el sexo había concluido.
Un día, mientras limpiaba un traje de su marido, de uno de los bolsillos interiores cayó al suelo un objeto plano cuidadosamente envuelto. Solo la curiosidad le hizo abrir el pequeño paquete, descubriendo en su interior dos preservativos sin usar. Leonor era buena, pero no tonta, y en un instante analizó la situación; aquello servía, para lo que servía, y si con ella no era, estaba claro que sería con otra. De seguida, lo comprendió todo. Ni eran los años, ni la salud, ni nada de eso, simplemente la engañaban.
Su primera idea, llevada por la rabia, fue la de esperar al marido y asestarle dos tiros con la escopeta de caza, más tarde pensó que sería mejor contarle a todos lo desalmado de su proceder, luego creyó… hasta que por fin decidió lo que tenía de hacer.
Ya serena, se dirigió a la despensa y del frasco donde guardaba los pimientos de guindilla extrajo uno que por su color, dedujo debía ser el más picante de todos. Con la precisión de un relojero y la paciencia de un pescador, despegó cuidadosamente la fundas de los profilácticos y tras triturar la guindilla hasta reducirla a polvo, roció con él a conciencia, y tanto por fuera como por dentro, ambos preservativos. Luego volvió a cerrar el envoltorio y lo colocó en el lugar en donde antes estaba, de forma que nadie, ni por supuesto su dueño, pudiese advertir cambio alguno. Por último, pacientemente, se dispuso a esperar.
La mejor actriz no hubiese superado a Leonor, en la acogida que dispensó a su marido aquella tarde. Ni más fría ni más cariñosa que otras veces, ni más locuaz ni más callada, nada en suma, evidenciaba en ella que algo hubiese sucedido.
Al día siguiente - según le dijo él mientras cenaban - tendría que ir a la ciudad a comprar no sé que pieza del tractor, que los ineptos de la tienda local, no acababan de traerle, por lo que - según le explicó - pasaría todo el día fuera -¿No te importa, verdad cariño...?- concluyó con una sonrisa que Leonor, pese a no demostrarlo, juzgó como el silbido de una cobra antes de atacar.
Serían las tres de la tarde del día siguiente, cuando llamaron a su puerta. - Buenas tardes señora - saludó desde el quicio un joven que vestía una bata de hospital - vengo a avisarle que su marido ha sido ingresado de urgencia en nuestro centro, porque sufre una extraña dolencia en el bajo vientre, por cierto muy dolorosa, a juzgar por como grita. Según creo, se encontraba en un bar con una conocida suya, y les ha debido sentar mal algo que hayan tomado, porque ella sufre también los mismos síntomas.
Leonor esbozó una sonrisa de triunfo, mientras decía algo sin sentido para el enfermero: -Ni fue en un bar donde estaban, ni es en el bajo vientre donde les duele... pero no se preocupe, porque de lo que han tomado los dos no se muere nadie. ¡Vamos, quiero ver a los “enfermos!.”
Todos conocemos el dicho de que la venganza es un plato que - para que sepa mejor - debe servirse frío, sin embargo les puedo asegurar que la de Leonor, que fue muy ardiente, le supo a ella a gloria.
J. M. Hidalgo
-No puedo evitarlo - se quejaba el marido - pero no vivo, siempre sospechando y desconfiando, hasta del aire que respira. ¡Ay que malos son los celos, cuando no tienen fundamento...!.
El viejo, que escuchaba con la cabeza baja el razonamiento de su contertuliano, hizo ademán de querer hablar, y con la parsimonia del que está en posesión de la verdad absoluta, argumentó.- Eso que dices no tiene sentido; los celos, cuando son de verdad celos, nunca tienen fundamento, porque cuando lo tienen, no se llaman celos, se llaman cuernos.
Hecha esta introducción, quisiera presentaros a Leonor, que sufrió de lo segundo. Acababa de cumplir cuarenta años y llevaba casada, más tiempo del que podía recordar. Su matrimonio fue de los llamados “por amor” y había vivido únicamente con su marido - más o menos de su edad - todas las experiencias sexuales que una mujer honesta puede vivir. En los primeros tiempos, sus relaciones fueron volcánicas, con la llegada de los hijos se fueron enfriando pero, aún con tibieza, la pasión continuó, no obstante un mal día, y sin existir causa aparente, todo acabó.
Leonor, que seguía enamorada de su hombre, pensó en primer lugar, que debía ser cosa de la edad, más tarde lo atribuyó a problemas de salud y por último, lo achacó al lógico devenir de las cosas, por lo que resignada, creyó que en su vida, el sexo había concluido.
Un día, mientras limpiaba un traje de su marido, de uno de los bolsillos interiores cayó al suelo un objeto plano cuidadosamente envuelto. Solo la curiosidad le hizo abrir el pequeño paquete, descubriendo en su interior dos preservativos sin usar. Leonor era buena, pero no tonta, y en un instante analizó la situación; aquello servía, para lo que servía, y si con ella no era, estaba claro que sería con otra. De seguida, lo comprendió todo. Ni eran los años, ni la salud, ni nada de eso, simplemente la engañaban.
Su primera idea, llevada por la rabia, fue la de esperar al marido y asestarle dos tiros con la escopeta de caza, más tarde pensó que sería mejor contarle a todos lo desalmado de su proceder, luego creyó… hasta que por fin decidió lo que tenía de hacer.
Ya serena, se dirigió a la despensa y del frasco donde guardaba los pimientos de guindilla extrajo uno que por su color, dedujo debía ser el más picante de todos. Con la precisión de un relojero y la paciencia de un pescador, despegó cuidadosamente la fundas de los profilácticos y tras triturar la guindilla hasta reducirla a polvo, roció con él a conciencia, y tanto por fuera como por dentro, ambos preservativos. Luego volvió a cerrar el envoltorio y lo colocó en el lugar en donde antes estaba, de forma que nadie, ni por supuesto su dueño, pudiese advertir cambio alguno. Por último, pacientemente, se dispuso a esperar.
La mejor actriz no hubiese superado a Leonor, en la acogida que dispensó a su marido aquella tarde. Ni más fría ni más cariñosa que otras veces, ni más locuaz ni más callada, nada en suma, evidenciaba en ella que algo hubiese sucedido.
Al día siguiente - según le dijo él mientras cenaban - tendría que ir a la ciudad a comprar no sé que pieza del tractor, que los ineptos de la tienda local, no acababan de traerle, por lo que - según le explicó - pasaría todo el día fuera -¿No te importa, verdad cariño...?- concluyó con una sonrisa que Leonor, pese a no demostrarlo, juzgó como el silbido de una cobra antes de atacar.
Serían las tres de la tarde del día siguiente, cuando llamaron a su puerta. - Buenas tardes señora - saludó desde el quicio un joven que vestía una bata de hospital - vengo a avisarle que su marido ha sido ingresado de urgencia en nuestro centro, porque sufre una extraña dolencia en el bajo vientre, por cierto muy dolorosa, a juzgar por como grita. Según creo, se encontraba en un bar con una conocida suya, y les ha debido sentar mal algo que hayan tomado, porque ella sufre también los mismos síntomas.
Leonor esbozó una sonrisa de triunfo, mientras decía algo sin sentido para el enfermero: -Ni fue en un bar donde estaban, ni es en el bajo vientre donde les duele... pero no se preocupe, porque de lo que han tomado los dos no se muere nadie. ¡Vamos, quiero ver a los “enfermos!.”
Todos conocemos el dicho de que la venganza es un plato que - para que sepa mejor - debe servirse frío, sin embargo les puedo asegurar que la de Leonor, que fue muy ardiente, le supo a ella a gloria.
J. M. Hidalgo
La Batalla de Penco
Tal día como hoy 12 de marzo del 1550, tiene lugar la Batalla de Penco, contienda librada en la Guerra de Arauco
La batalla fue un enfrentamiento ocurrido el 12 de marzo de 1550 entre las fuerzas españolas al mando del conquistador Pedro de Valdivia y las mapuches del toqui - caudillo- Ainavillo.
Tras su derrota en Andalién, - un encuentro militar sucedido el 22 de febrero de 1550 entre las fuerzas españolas de Pedro de Valdivia y las mapuches de Ainavillo - este último reunió unos 10 mil guerreros de Arauco y otros cinco mil de Tucapel y con estas fuerzas planeó un ataque contra el fuerte español de Penco.
Conocedor de los preparativos, Valdivia mandó construir en ocho días una zanja de doce pies de profundidad y tras ella una pared de mil quinientos pasos de longitud hecha con la tierra extraída en la excavación.
El fuerte así construido contaba con 3 puertas y el 12 de marzo, un ejército de sesenta mil guerreros - según las fuentes de la época - al mando de Ainavillo avanzó contra la fortaleza y la rodearon y sitiaron pero estaban imposibilitados de asaltarla, al carecer de medios de ataque adecuados, limitándose a lanzar flechas y piedras contra los defensores, los cuales esperaban a cambio, que los indígenas les presentaran batalla en campo abierto para así poder usar su caballería.
Los conquistadores, ya conocedores de Ainavillo lo vieron en el campo y Jerónimo de Alderete - sin permiso de su comandante- cargó contra él, sin embargo, el toqui ordenó cerrar filas y le rechazó.
Viendo el riesgo para Alderete el gobernador mandó a toda la caballería de Villagra en su ayuda y ambos organizaron a sus jinetes y arrasaron a las fuerzas de Ainavillo, que aún estaban en desorden tras la primera carga.
Los mapuches huyeron por un terreno imposible de transitar para la caballería o la infantería española, por lo que dejaron a los indios yanaconas, aliados de los españoles, la labor de perseguirles.
En el campo de batalla quedaron los cuerpos de unos 4.000 indígenas y ser hicieron cerca de 200 prisioneros, mientras unos 300 murieron solo en las cargas de la caballería española.
Valdivia - como era costumbre en esta guerra - para dar un escarmiento, les cortó una mano y la nariz a cada prisionero para luego soltarlos.
La guerra del Arauco fue la más dura y cruel de todas las contiendas libradas en la conquista de América.
Con el correr de los años, y en este lugar que el gobernador español Valdivia describiera como "el mejor puerto de la bahía de las Indias", se erigiría la ciudad de Penco.
La batalla fue un enfrentamiento ocurrido el 12 de marzo de 1550 entre las fuerzas españolas al mando del conquistador Pedro de Valdivia y las mapuches del toqui - caudillo- Ainavillo.
Tras su derrota en Andalién, - un encuentro militar sucedido el 22 de febrero de 1550 entre las fuerzas españolas de Pedro de Valdivia y las mapuches de Ainavillo - este último reunió unos 10 mil guerreros de Arauco y otros cinco mil de Tucapel y con estas fuerzas planeó un ataque contra el fuerte español de Penco.
Conocedor de los preparativos, Valdivia mandó construir en ocho días una zanja de doce pies de profundidad y tras ella una pared de mil quinientos pasos de longitud hecha con la tierra extraída en la excavación.
El fuerte así construido contaba con 3 puertas y el 12 de marzo, un ejército de sesenta mil guerreros - según las fuentes de la época - al mando de Ainavillo avanzó contra la fortaleza y la rodearon y sitiaron pero estaban imposibilitados de asaltarla, al carecer de medios de ataque adecuados, limitándose a lanzar flechas y piedras contra los defensores, los cuales esperaban a cambio, que los indígenas les presentaran batalla en campo abierto para así poder usar su caballería.
Los conquistadores, ya conocedores de Ainavillo lo vieron en el campo y Jerónimo de Alderete - sin permiso de su comandante- cargó contra él, sin embargo, el toqui ordenó cerrar filas y le rechazó.
Viendo el riesgo para Alderete el gobernador mandó a toda la caballería de Villagra en su ayuda y ambos organizaron a sus jinetes y arrasaron a las fuerzas de Ainavillo, que aún estaban en desorden tras la primera carga.
Los mapuches huyeron por un terreno imposible de transitar para la caballería o la infantería española, por lo que dejaron a los indios yanaconas, aliados de los españoles, la labor de perseguirles.
En el campo de batalla quedaron los cuerpos de unos 4.000 indígenas y ser hicieron cerca de 200 prisioneros, mientras unos 300 murieron solo en las cargas de la caballería española.
Valdivia - como era costumbre en esta guerra - para dar un escarmiento, les cortó una mano y la nariz a cada prisionero para luego soltarlos.
La guerra del Arauco fue la más dura y cruel de todas las contiendas libradas en la conquista de América.
Con el correr de los años, y en este lugar que el gobernador español Valdivia describiera como "el mejor puerto de la bahía de las Indias", se erigiría la ciudad de Penco.
domingo, 11 de marzo de 2018
La Corte Penal Internacional
Tal día como hoy 11 de marzo del 2003, en La Haya se constituye La Corte Penal Internacional .
La Corte Penal Internacional - erróneamente llamada Tribunal Penal Internacional - es un tribunal de justicia permanente cuya misión es juzgar a las personas acusadas de cometer crímenes de genocidio, de guerra, de agresión y de lesa humanidad.
No se debe confundir con la “Corte Internacional de Justicia”, órgano judicial de Naciones Unidas, pues La Corte Penal Internacional, tiene personalidad jurídica internacional y no forma parte de las Naciones Unidas, aunque se relaciona con ella de acuerdo al Estatuto de Roma. Tiene su sede en la ciudad de La Haya, en los Países Bajos.
Ya en 1919, una vez terminada la Primera Guerra Mundial, los países victoriosos quisieron juzgar al Káiser Guillermo II de Alemania por el crimen de agresión, pero nunca se llegó a un acuerdo sobre la materia.
Su fundamento más directo se encuentra en los tribunales internacionales de Núremberg y Tokio para juzgar a los criminales de guerra de Alemania y Japón por los delitos cometidos durante la Segunda Guerra Mundial.
Pese a que el primero ha sido objeto de críticas, fueron considerados un gran avance en materia de justicia internacional y posteriormente, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, recomendó a un grupo de expertos que estudiara la posibilidad de establecer una corte permanente de justicia en materia criminal, similar a la Corte Internacional de Justicia.
Sin embargo, después de largos debates, la idea no prosperó hasta los acontecimientos del genocidio yugoslavo de 1991-1995 y el de Ruanda de 1994. En parte por estos trágicos hechos, se celebró en la ciudad de Roma una Conferencia de las Naciones Unidas, sobre el establecimiento de una Corte Penal Internacional, en cuya acta final, suscrita el día 17 de julio de 1998, se constituyó.
Se trata así del primer organismo judicial internacional permanente encargado de perseguir y condenar los más graves crímenes, cometidos en contra del Derecho Internacional.
Para que la Corte pueda tener éxito, es necesario que los Estados miembros colaboren con ella para que cuente con los elementos mínimos que le permitan cumplir con su mandato.
La Corte Penal Internacional - erróneamente llamada Tribunal Penal Internacional - es un tribunal de justicia permanente cuya misión es juzgar a las personas acusadas de cometer crímenes de genocidio, de guerra, de agresión y de lesa humanidad.
No se debe confundir con la “Corte Internacional de Justicia”, órgano judicial de Naciones Unidas, pues La Corte Penal Internacional, tiene personalidad jurídica internacional y no forma parte de las Naciones Unidas, aunque se relaciona con ella de acuerdo al Estatuto de Roma. Tiene su sede en la ciudad de La Haya, en los Países Bajos.
Ya en 1919, una vez terminada la Primera Guerra Mundial, los países victoriosos quisieron juzgar al Káiser Guillermo II de Alemania por el crimen de agresión, pero nunca se llegó a un acuerdo sobre la materia.
Su fundamento más directo se encuentra en los tribunales internacionales de Núremberg y Tokio para juzgar a los criminales de guerra de Alemania y Japón por los delitos cometidos durante la Segunda Guerra Mundial.
Pese a que el primero ha sido objeto de críticas, fueron considerados un gran avance en materia de justicia internacional y posteriormente, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, recomendó a un grupo de expertos que estudiara la posibilidad de establecer una corte permanente de justicia en materia criminal, similar a la Corte Internacional de Justicia.
Sin embargo, después de largos debates, la idea no prosperó hasta los acontecimientos del genocidio yugoslavo de 1991-1995 y el de Ruanda de 1994. En parte por estos trágicos hechos, se celebró en la ciudad de Roma una Conferencia de las Naciones Unidas, sobre el establecimiento de una Corte Penal Internacional, en cuya acta final, suscrita el día 17 de julio de 1998, se constituyó.
Se trata así del primer organismo judicial internacional permanente encargado de perseguir y condenar los más graves crímenes, cometidos en contra del Derecho Internacional.
Para que la Corte pueda tener éxito, es necesario que los Estados miembros colaboren con ella para que cuente con los elementos mínimos que le permitan cumplir con su mandato.
sábado, 10 de marzo de 2018
Ciro
Cuando la primavera apunta ya al renacer de la vida, ha muerto
mi perro.
Hace dos noches, lo encontramos bajo el pimentero del jardín. Parecía que estuviese dormido, pero no era así porque sus ojos permanecían abiertos, como si hubiese querido guardar en ellos toda la belleza de la noche.
Hace dos noches, lo encontramos bajo el pimentero del jardín. Parecía que estuviese dormido, pero no era así porque sus ojos permanecían abiertos, como si hubiese querido guardar en ellos toda la belleza de la noche.
Hace ya muchos años que estaba en
casa. Desde que le rescaté de una muerte segura, porque su dueño
había decidido que él era una molestia. Se adaptó enseguida a su
nuevo hogar, como si supiese que era su única tabla de salvación en
la vida.
Era un perro cariñoso con todo el mundo y en
especial con mis nietos, sobretodo con la pequeña a la que adoraba y
ella le correspondía con ese amor puro que solo los niños y los
perros saben dar.
La otra noche después de comer le
oímos ladrar como tenía por costumbre y cuando le iban a llevar al
garaje donde duerme, no aparecía ni respondió las llamadas. Al
final le encontramos.
Al verlo creíamos que se había
dormido allí. Luego hubo que hacer entender a mi nieta -
desconsolada - que "Ciro, se había ido al paraíso de los
perros, donde no existe el dolor y son felices"
La veterinaria le examinó y aventuró
algunas hipotesis sobre su muerte, la más segura de ellas, un ataque
al corazón. Me creo esa posibilidad; Ciro murió de tanto querer a
los que quería...
Ojalá sea cierto lo de ese paraíso de
los perros que me he inventado para tranquilizar a mi nieta, porque
de serlo, Ciro tendrá allí de seguro, un lugar reservado.
El inicio de la cruzada contra los albigenses
Tal día como hoy 10 de marzo del 1208, el papa Inocencio III proclama la guerra santa contra los cátaros o albigenses.
La expedición militar de 1209, conocida como “campaña relámpago” inició la participación convocados por el papa Inocencio III, contra los cátaros. Entre sus hechos de armas destaca la masacre de Béziers, que se produjo tras acceder los cruzados al interior de esta plaza y matar a gran parte de su población.
En la segunda mitad del siglo XII se había difundido en las tierras de langue d’oc el catarismo, considerado herejía por la Iglesia católica y la creciente preocupación del papa Inocencio III le movió a enviar legados para erradicarla y para ello depuró numerosos altos cargos eclesiásticos que sustituyó por prelados de su confianza.
Inocencio III consideraba que los herejes, por ser una amenaza interna a la cristiandad, eran peores que los musulmanes y convertían a Occitania en un territorio donde purificar de los cátaros y a quienes los consentían, según refleja la carta de Inocencio III proclamando la cruzada.
El papa, deseaba que fuera el propio rey de Francia Felipe Augusto, quien liderara la cruzada contra los albigenses, pero sus intereses políticos le hicieron considerar secundario el conflicto, pero aunque no lideró la expedición, permitió que se alistaran sus nobles y el ejército cruzado se concentró en Lyon en la primavera de 1209, compuesto por unos cinco mil jinetes, y unos diez mil acompañantes a pie.
Dado que la organización militar correspondió al Papado, Inocencio III dio el mando directo a Arnaldo Amalrico, un joven y enérgico abad cisterciense, que se demostró como el perfecto brazo de la línea dura para el exterminio de la herejía.
Ante el temor de la inminente llegada de los cruzados, los nobles occitanos se apresuraron a mostrar su ortodoxia católica mediante procesiones y penitencias públicas, tomando la cruz y poniéndose a disposición de los legados pontificios.
Pero quien recibió los primeros ataques fue Ramón Roger de Trencavel, no solo porque estaba considerado, un protector de herejes, sino porque no tenía los apoyos exteriores y el poder militar de otros condes. En sus tierras se encontraba Albi -de ahí el término “albigense” -, que se convirtió en el foco de la herejía cátara, según el punto de vista cruzado.
Así, en junio de 1209, el ejército cruzado puso sitio a Béziers y el 22 de julio una salida de la guarnición dejó las puertas desprotegidas y por ellas entraron los cruzados y masacraron a gran parte de los pobladores, que Arnaldo Amalrico, a quien se atribuye la frase “matadlos a todos: Dios reconocerá a los suyos”, cifró en casi 20.000 muertos.
La brutal conquista de Béziers extendió el temor por toda Occitania y a partir del verano de 1209 el abad Arnaldo delegó la dirección militar en Simón de Montfort, mientras que él ocupaba de la diplomacia y cuestiones religiosas, formando un dúo coordinado que obtendría grandes victorias.
Ramón Roger de Trencavel - señor de Trencavel - fue encerrado en una de las torres de su antigua fortaleza de Carcasona y murió allí el 10 de noviembre de ese año, con lo que pronto corrieron los rumores de que había sido hecho asesinar por Simón de Montfort.
Por su parte, Simón de Montfort, pronto se revelaría como un gran estratega y un perfecto complemento de los planes del director de la cruzada Arnaldo Amalrico.
Las matanzas no habian hecho más que empezar...
La expedición militar de 1209, conocida como “campaña relámpago” inició la participación convocados por el papa Inocencio III, contra los cátaros. Entre sus hechos de armas destaca la masacre de Béziers, que se produjo tras acceder los cruzados al interior de esta plaza y matar a gran parte de su población.
En la segunda mitad del siglo XII se había difundido en las tierras de langue d’oc el catarismo, considerado herejía por la Iglesia católica y la creciente preocupación del papa Inocencio III le movió a enviar legados para erradicarla y para ello depuró numerosos altos cargos eclesiásticos que sustituyó por prelados de su confianza.
Inocencio III consideraba que los herejes, por ser una amenaza interna a la cristiandad, eran peores que los musulmanes y convertían a Occitania en un territorio donde purificar de los cátaros y a quienes los consentían, según refleja la carta de Inocencio III proclamando la cruzada.
El papa, deseaba que fuera el propio rey de Francia Felipe Augusto, quien liderara la cruzada contra los albigenses, pero sus intereses políticos le hicieron considerar secundario el conflicto, pero aunque no lideró la expedición, permitió que se alistaran sus nobles y el ejército cruzado se concentró en Lyon en la primavera de 1209, compuesto por unos cinco mil jinetes, y unos diez mil acompañantes a pie.
Dado que la organización militar correspondió al Papado, Inocencio III dio el mando directo a Arnaldo Amalrico, un joven y enérgico abad cisterciense, que se demostró como el perfecto brazo de la línea dura para el exterminio de la herejía.
Ante el temor de la inminente llegada de los cruzados, los nobles occitanos se apresuraron a mostrar su ortodoxia católica mediante procesiones y penitencias públicas, tomando la cruz y poniéndose a disposición de los legados pontificios.
Pero quien recibió los primeros ataques fue Ramón Roger de Trencavel, no solo porque estaba considerado, un protector de herejes, sino porque no tenía los apoyos exteriores y el poder militar de otros condes. En sus tierras se encontraba Albi -de ahí el término “albigense” -, que se convirtió en el foco de la herejía cátara, según el punto de vista cruzado.
Así, en junio de 1209, el ejército cruzado puso sitio a Béziers y el 22 de julio una salida de la guarnición dejó las puertas desprotegidas y por ellas entraron los cruzados y masacraron a gran parte de los pobladores, que Arnaldo Amalrico, a quien se atribuye la frase “matadlos a todos: Dios reconocerá a los suyos”, cifró en casi 20.000 muertos.
La brutal conquista de Béziers extendió el temor por toda Occitania y a partir del verano de 1209 el abad Arnaldo delegó la dirección militar en Simón de Montfort, mientras que él ocupaba de la diplomacia y cuestiones religiosas, formando un dúo coordinado que obtendría grandes victorias.
Ramón Roger de Trencavel - señor de Trencavel - fue encerrado en una de las torres de su antigua fortaleza de Carcasona y murió allí el 10 de noviembre de ese año, con lo que pronto corrieron los rumores de que había sido hecho asesinar por Simón de Montfort.
Por su parte, Simón de Montfort, pronto se revelaría como un gran estratega y un perfecto complemento de los planes del director de la cruzada Arnaldo Amalrico.
Las matanzas no habian hecho más que empezar...