lunes, 14 de julio de 2025

El fin de la Inquisición española, tras cuatro siglos de existencia

Tal día como hoy, 15 de julio de 1834, la Reina regente María Cristina, ponía fin a la existencia de la Inquisición española, mediante Real Decreto.

La Santa Inquisición actuó en las Coronas de Castilla y Aragón con el fin de mantener la ortodoxia católica en sus reinos, misión que cumplió en España durante cuatro siglos,en los que más de 49.000 personas fueron sometidas a un juicio,aunque de todas ellas, según cálculos del experto danés Gustav Henningsen, las condenas a muerte, solo se aplicaron en un 3,5% de los casos y el 1,8% de los condenados, fueron quemados en la hoguera.

La Inquisición española, fue una institución fundada en 1478 por los Reyes Católicos, para mantener la ortodoxia católica en sus reinos, actuando como tribunal para descubrir y juzgar a los herejes. Originada en un contexto de tensiones religiosas y políticas, la Inquisición española se desarrolló a lo largo de varios siglos, con diferentes etapas y características

La Inquisición fue abolida cuatro veces. La primera, en 1808. Y lo fue por Napoleón Bonaparte. Las Cortes de Cádiz ordenaron su desaparición en 1813; esa fue la segunda vez. La tercera fue en 1820. Y la definitiva, en 1834.

Se  podría decir aquello de que "bicho malo nunca muere". Costo lmucho pero finalmente desapareció de nuestra historia. El emperador francés, el primero en abolir el Santo Oficio en 1808, entendió que pertenecía a otro tiempo. Decretó su desaparición mediante los llamados "decretos de Chamartín”.

Napoleón Bonaparte no sólo suprimió la Inquisición, también el feudalismo y la mayor parte de las órdenes religiosas, con lo que se dio luz verde a la desamortización, o apropiación, de sus bienes. Fue un avance en la modernidad de aquel tiempo.

Cinco años más tarde, en 1813, visto desde "el lado español" -recordemos que estábamos invadidos por los franceses-, los diputados que formaron las primeras Cortes democráticas de Cádiz, decidieron su abolición por una razón muy concreta: Porque la Inquisición había condenado públicamente, años atrás, la sublevación popular contra la invasión francesa. Para los parlamentarios, el Santo Oficio estaba compuesto, por colaboracionistas y traidores a la patria.,

La Inquisición, sin embargo, no desapareció definitivamente. Cuando Fernando VII, llamado erróneamente “el deseado”, recuperó el trono, un año más tarde, en 1814, ordenó su restauración. La Inquisición era un magnífico instrumento, para el control político de los disidentes.

Y volvió a operar libremente durante los seis años siguientes, hasta que el general asturiano Rafael del Riego se rebeló en Sevilla, en 1820, al frente del batallón que mandaba y que estaba a punto de embarcarse rumbo a América, para sofocar las rebeliones en las colonias. Nuevamente, la Inquisición fue abolida, durante los tres años siguientes.

Hasta que el péndulo de la historia devolvió otra vez el poder a Fernando VII. El Rey, sin embargo, no la volvió a restaurar a plena capacidad, pero "de facto" continuó operando bajo la fórmula de las Juntas de Fe, toleradas en las diócesis por el rey y que tuvieron el triste honor, de ejecutar al último hereje condenado de la historia de España.

Fue el maestro de escuela Cayetano Ripoll, ejecutado por garrote vil en Valencia el 26 de julio de 1825.

A Ripoll se le acusó, de haber enseñado los principios deístas, una filosofía religiosa que deriva la existencia y la naturaleza de Dios, de la razón y la experiencia personal, en lugar de hacerlo por medio de la fe, la tradición o la revelación directa. Aquello provocó un gran escándalo en toda Europa, contra el régimen despótico que pervivía todavía en España.

Pero el Santo Oficio, sobrevivió todavía nueve años más. Hasta después de la muerte de Fernando VII, su gran protector.

En julio de 1834, al inicio de la Regencia de María Cristina de Borbón, madre de la reina Isabel II -que era menor de edad-, el gobierno liberal moderado de Francisco de la Rosa, aprobó un decreto, cuya disposición primera decía: "Se declara suprimido definitivamente el Tribunal de la Inquisición".

Con ello, el Santo Oficio desapareció, cerrando uno de los capítulos más oscuros de nuestra historia. 

 

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