Tal día como hoy, 25 de agosto de 1580, tenía lugar en suelo portugués, la batalla de Alcántara, enfrentamiento en el que los Tercios Españoles, dirigidos por el III duque de Alba, vencieron de forma contundente al ejército portugués.
La victoria española, supone la ocupación del trono de Portugal por parte de Felipe II, quien une a ambos países, bajo un mismo Rey.
El 25 de agosto tuvo lugar la Batalla de Alcántara, cerca de Lisboa, entre el ejército español comandado por el Duque de Alba, y el portugués liderado por Don Antonio Prior de Crato —nieto de Manuel I de Portugal y pretendiente al trono de Portugal—.
Después de la muerte del rey Sebastián sin descendientes, llegó al trono portugués su tío abuelo Enrique I, que tampoco tuvo herederos. La crisis sucesoria que sobrevino tuvo repercusión en toda Europa.
Hasta cinco candidatos se disputaron el trono: Ranuccio I Farnesio de Parma, la duquesa de Braganza, Manuel Filiberto de Saboya, Felipe II y Don Antonio Prior de Crato —hijo ilegítimo de Luis de Avis—.
De entre todos ellos, el que tenía más opciones era el rey español, que usó su poderío militar para avalar sus peticiones sobre el país vecino. El soberano español encargó al Duque de Alba —que entonces contaba con 72 años de edad, pero seguía siendo popular entre las tropas — formar un ejército para tomar Portugal y acabar con las pretensiones de Don Antonio, quien el 20 de junio se había autoproclamado rey de Portugal en Santarem.
Fernando Álvarez de Toledo, cruzó la frontera hispano-lusa por Elvás, con 18.000 infantes y 1.500 jinetes, preparado para cumplir, con el mandato de Felipe II.
Aunque el ejército de Don Antonio Prior de Crato era superior en número —contaba con 25.000 soldados—, su preparación era inferior a la de los militares españoles. El Duque de Alba avanzó lentamente hasta Lisboa, conquistando plazas y reforzándolas con guarniciones; este hecho fue disminuyendo su número de tropas.
En ese momento, llegó la inestimable ayuda de la flota de Bazán. Esta circunstancia le permitió plantear batalla, en las inmediaciones de la localidad portuguesa de Alcántara. Los italianos del general Colonna, fueron los primeros en avanzar, después de un fuerte intercambio de fuego de artillería, luego llegaron las tropas del norte y por fin la caballería.
El plan del Duque de Alba funcionó a la perfección y los españoles se hicieron con la victoria. A los pocos días, cayó Lisboa y luego Oporto. Felipe II consiguió unificar la Península Ibérica y conseguir, que su imperio dominase la práctica totalidad, de los territorios de ultramar y las rutas comerciales del Nuevo Mundo.
Este triunfo permitió a Felipe II, ocupar el trono de Portugal y unir a los dos reinos bajo su figura, en lo que se conoce como "La Unión Ibérica", que se mantuvo hasta 1640.
El ocaso de la casa de los Austria, supuso también el final del dominio español; en Portugal, que recobró su independencia con el Tratado de Lisboa.
El Tratado de Lisboa de 1668, firmado entre España y Portugal, fue crucial para reconocer la independencia de Portugal, tras la Guerra de Restauración portuguesa. Este tratado puso fin a décadas de conflicto y estableció, formalmente la separación entre ambos reinos, marcando el fin de la unión personal, que había existido desde 1580.
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