El combate tuvo lugar cerca del cabo Trafalgar – Cádiz- tras el intento de Napoleón de invadir las islas Británicas, en el que la escuadra franco-española al mando de Villeneuve, debía distraer a la británica y alejarla hacia América, plan que fracasó.
El total de 33 buques se enfrentó con la flota de Nelson con 27, dando lugar uno de los mayores combates navales de la historia hasta entonces y decisiva para España, donde los buques franco-españoles fueron abrumadoramente derrotados por la superioridad técnica y táctica de la Armada Inglesa.
La flota española estaba compuesta por 15 navíos y la francesa - considerada la segunda de la época – por 18, pero la Revolución francesa había ajusticiado por aristócratas a la mayoría de oficiales, careciendo de experiencia profesional, mientras la escuadra inglesa se componía de marineros profesionales con experiencia en combate y un almirante convertido en una leyenda en Inglaterra y Europa.
A pesar de que el número de buques ingleses era menor, la superioridad que le otorgaba su experta marinería, la convertían en una fuerza insuperable para los mal conservados y peor dotados buques aliados.
Una hora y media después de empezar el combate, Nelson murió alcanzado por un disparó, siendo su cadáver conservado en un barril de brandy para evitar su deterioro en la travesía hasta Londres.
En dos horas, la mayoría de los navíos de la flota franco-española se habían rendido o no disparaban y a las seis y media de la tarde finalizó el combate, quedando los aliados aniquilados en todos los sentidos, lo que supuso la eliminación de España como potencia marítima, durante décadas, pues perdió diez de los quince buques con los que luchó.
Villeneuve fue enviado preso a Inglaterra y puesto en libertad bajo palabra, volviendo a Francia en 1806, pero en abril de ese año se le encontró muerto en su habitación de un Hotel en Rennes, con seis puñaladas en el pecho.
Oficialmente se había suicidado y se le enterró sin ceremonia alguna, aunque tal vez fuera víctima de una ejecución extrajudicial ordenada por Napoleón o su gobierno, para evitar el bochorno del juicio y ejecución de un almirante derrotado.
La batalla de Trafalgar otorgó a los británicos el dominio absoluto de los mares no sólo durante las campañas napoleónicas, sino también durante la práctica totalidad del siglo XIX
“Trafalgar” fue la primera novela de los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós y narra la historia de Gabriel de Araceli, criado de un oficial de la Armada, que con 14 años se ve envuelto en la batalla.
Muy buena descripción de esta batalla naval pero considero una exageración que se tenga por la mas importante de la Historia. sería injusto ignorar a la batalla de Lepanto, tanto por las fuerzas en presencia -más de doscientas naves por cada parte y más combatientes implicados- como por las consecuencias que se tradujeron en el frenazo de las aspiraciones de Imperio turco a dominar el Medíterráneo occidental que sus corsarios depredaban.
ResponderEliminarTienes toda la razón José Miguel y el error ha sido debido a una falta de corrección de última hora en el artículo. Sin duda hubo otras batallas muy importantes, tanto en la antiguedad como posteriomente, que resultaron decisivas en otros conflictos. Sin embargo, Trafalgar tuvo la singularidad de ser la batalla más importante para España, que ya en franca decadencia, no tuvo capacidad para renovar su armada con la necesaria potencia para poder acudir a la defensa del continente americano, que desde entonces fue explotado comercialmente por los ingleses.
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