miércoles, 14 de octubre de 2015

Las controvertidas “Sociedades Patrióticas”

Tal día como hoy 14 de octubre de 1820, el gobierno español obtiene de las Cortes autorización para suprimir las llamadas “sociedades patrióticas”, cuya rivalidad constituía un serio peligro para el orden público.

Los meses iniciales del régimen constitucional en 1820, estuvieron cargados de tensiones por la actitud de los exaltados que querían radicalizar el proceso revolucionario y provocaron algunas revueltas incontroladas de carácter popular.

En la gestación de todo ello se hallaban las “Sociedades Patrióticas”, las cuales surgieron por toda España a partir del triunfo de la Revolución de Riego y, eran una especie de clubes cuya idea era difundir el liberalismo durante sus sesiones.

Se reunían en todo tipo de lugares, desde cafés públicos hasta casas particulares, teatros e incluso conventos desamortizados, siendo una de las más famosas la “La Fontana de Oro” en Madrid, que dio título a la conocida novela de Pérez Galdós, o la llamada “Amigos de la Libertad”, del café de Lorencini, una de las primeras de la capital y también surgieron, en Cádiz, San Fernando, Sevilla, Granada, etc., alcanzando el número de 270 en toda España.

Tales Sociedades Patrióticas jugaron un doble papel, ya que por una parte mostraron clara simpatía por el pueblo que, a través de las clases artesanales participaba en las reuniones, con un sincero afán de mejorar su forma de vida y promover su amor por la libertad.

Pero por otra parte, mientras se reclamaba el voto popular, se trataba de evitar que ese mismo pueblo pudiese acceder a otros derechos y se mostrase disconforme con cada sociedad y pudiese, por tanto apuntarse a otras facciones.

Esto último, era debido a la gran diversidad ideológica de estas, que complicaba más el panorama, de tal manera que, en un momento en el que la confusión y la disparidad  de ideas era la característica del país, resultaba difícil adscribirlas a un único pensamiento uniforme, porque existía al mismo tiempo gran variedad según regiones e incluso localidades, de acuerdo al caracter de cada población.

Por todo ello, lo que había surgido como un fenómeno de apoyo a la libertad y al régimen liberal, se empezó a convertir en una traba para esa libertad, por las continuas disputas ideológicos o sociales surgidas entre ellos, por lo que el gobierno promulgó una Ley restrictiva el 21 de octubre de 1821.

Aunque las Sociedades Patrióticas continuaron existiendo durante todo el siglo XIX, fue en el Trienio de 1820 a 1823, cuando alcanzaron mayor importancia y relevancia, pues llegaron a constituirse  como poder alternativo, con una presencia real en la vida pública de aquellos años.

Sin embargo, y aún con todas las cortapisas que se les habían impuesto, fueron capaces de aglutinar la reacción popular contra el intento absolutista de julio de 1822, cuando la Guardia del rey Fernando VII quiso dar un golpe de Estado.
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La reacción liberal que se produce a partir de este momento se dirigirá en gran medida contra el clero y, sobre todo, contra la jerarquía de Roma, enemiga acérrima del más mínimo cambio de situación, lo que, por contra, llevará a los “Patriotas” a solicitar la intervención internacional, que se plasmará  en la invasión del ejército francés de “Los cien mil mil hijos de San Luis”, con la misión de reponer al felón Fernando VII de nuevo, en el trono absolutista.



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