La versión oficial, decía que el fallecimiento tuvo lugar por una septicemia, pero una nueva investigación plantea la posibilidad de un asesinato por estrangulación a lazo u otras causas.
El día 27 de diciembre, Prim acudió al Congreso para concluir algunos asuntos, antes de la llegada del nuevo rey Amadeo I de Saboya tres días después, mientras en Madrid caía una fuerte nevada, por lo que las calles estaban casi desiertas, siendo en la solitaria calle del Turco, donde se desarrolló el atentado.
Sobre las siete de la tarde, Prim salió del edificio del Congreso, para recorrer en su berlina un trayecto corto y sencillo de unos 700 metros, subiendo con el al carruaje el ministro de Gobernación, que bajó enseguida lo cual no era normal, hecho que levantó sospechas tras el atentado.
Al poco de iniciada la marcha, en el cruce de la Calle del Turco con Alcalá, tres coches les cerraban el paso mientras sonaba un fino silbido, al parecer la señal para iniciar el crimen y de una de las tabernas se acercaron varios hombres armados con trabucos. "Mi general, agáchese, que nos hacen fuego!", dijo su acompañante el coronel Moya, iniciándose un tiroteo y recibiendo Prim nueve impactos, ninguno de ellos mortal
Tras el ataque, el cochero, subió por la acera para esquivar el bloqueo y entrar por la calle Barquillo hasta el Ministerio de Guerra, mientra hombres armados le dejaban pasar, seguramente porque pensaban que Prim ya había muerto.
Una vez estabilizado el herido, le realizaron las primeras curas, lo que se alargó hasta bien entrada la madrugada y lograron extraerle siete proyectiles, facilitándose un primer parte medico, que hablaba de "ligeramente herido al salir del Congreso” y que se había "extraído el proyectil sin accidente alguno ni complicación", mientras otro del día 29 de diciembre llega a afirmar que "se levantó el apósito que se había aplicado al presidente sin complicaciones. El estado del enfermo no puede ser más halagüeño".
Pero, contra todo pronóstico, el día 30, en el que desembarca Amadeo de Saboya en Cartagena, se comunica que Prim había muerto debido a los "grandes destrozos causados por las balas en codo, muñeca y hombro del lado izquierdo" que desembocaron en una "intensa congestión cerebral que le produjo la muerte a las ocho y cuarenta y cinco minutos".
Según estudio médico legal reciente, cabe la posibilidad de que el general muriese por un estrangulamiento a lazo y existen también dudas sobre si se realizó o no su autopsia, siendo interminable la lista de sospechosos del crimen, comenzando por los trabucaires -los asesinos oficiales- personalidades como el general Serrano y el almirante Topete, el secretario del duque de Montpensier, el propio Duque...
A pesar de las posibles conjeturas, lo cierto es que eran muchos además los enemigos políticos de Prim: Unionistas, republicanos, alfonsinos, partidarios de los Borbones, seguidores del duque de Montepensier, etc.
Hoy día sigue sin haber un culpable y está -como entonces- una canción de la época, que decía; “En la calle del turco le mataron a Prim, sentadito en su coche con la Guardia Civil”.
La polémica sobre este magnicidio y asesinato, continua con muchas preguntas que aún siguen sin respuesta.
Nos escandalizamos hoy en dia de los políticos, lo sucio que juegan en ocasiones, pero es porque en algunos casos no nos acordamos de la historia, o simplemente no la conocemos, que es lo peor
ResponderEliminarYo particularmente creo que había leído algo sobre el atentado de Prim, pero ahora al volver a leerlo, piensas en los intereses terribles que pueden intervenir para llegar a un atentado cómo el descrito.
Ciertamente es así. La grandeza de la Historia, de la que me siento devoto, es precisamente eso, que aunque pase el tiempo "nada queda finalmente oculto, de todo lo que sucede entre el cielo y la tierra". El hombre siempre ha sido y será el mismo, amigo anónimo.
ResponderEliminarEstimado amigo SOY el profesor doctor Francisco Perez Abellan Para saberlo tido sobre la muere de Prim mi libro Matar a Prim de editirial Laneta y sobre la conspiracion Prim La nomia profanada en Poe Books Que no os ebgañen
ResponderEliminarEstimado profesor. Mis fuentes son históricas mas que criminalísticas, y aunque sé de su libro y de su rigor, no lo he consultado en este caso, ya que la seccción es una simple efeméride, que nunca puede ser un tratado, ni lo pretende, por la obligada extensión limitada que debe tener.LO que usted aclara en su obra, da la razón al comentario anterior que hice, sobre que en la vida, al final, todo se descubre. Muchas gracias por el comentario y la lectura de mi escrito.
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