Tal día como hoy 11 de febrero de 1534, Enrique VIII de Inglaterra es reconocido como jefe supremo de la Iglesia Anglicana.
La iglesia de Inglaterra surge de la Iglesia Católica Romana al separarse de ella en 1534, durante el reinado de Enrique VIII.
Esta separación teológica se venía gestando en la Iglesia británica a través de movimientos como el de los “Lolardos”, - movimiento político y religioso de finales del siglo XIV e inicios del siglo XV, generalmente identificado como un precursor de la Reforma - pero la Reforma Inglesa ganó verdadero peso político cuando Enrique VIII quiso "anular" su matrimonio con Catalina de Aragón.
Bajo la presión de Carlos V, sobrino de Catalina de Aragón y emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, el Papa Clemente VII, que inicialmente era favorable a la solicitud, la rechazó y, finalmente, el rey Enrique VIII, aunque teológicamente era un católico romano devoto - proclamado "Defensor de la Fe" por sus ataques al Luteranismo -, decidió convertirse en Jefe Supremo de la Iglesia de Inglaterra para asegurar la anulación de su matrimonio.
Enrique VIII mantuvo una fuerte preferencia por la liturgia católico-romana durante su reinado y los reformadores protestantes no pudieron realizar prácticamente ningún cambio en las doctrinas de la Iglesia de Inglaterra bajo su mandato.
Pero durante el reinado de su hijo, Eduardo VI, la iglesia llegó a ser protestante aunque fuese solo hasta retornar a la Iglesia Católica Romana, durante el reinado de la reina María I en 1555 - apodada por sus detractores como "María la Sanguinaria" - Bloody Mary -.
El establecimiento, bajo el gobierno de Elizabeth I, a partir de 1558, de una Iglesia de Inglaterra claramente protestante, pero moderada, permitió consolidarla legalmente y permitirle acomodar dentro de ella a una amplia gama de posiciones teológicas, lo cual ha sido, desde entonces, una de sus características más esenciales.
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