El 26 de abril de 1986, se produjo el
peor accidente nuclear de la historia en el actual norte de Ucrania,
cuando un reactor de una central nuclear explotó y ardió. Más de
30 años después, los científicos estiman que la zona que rodea la
antigua central no será habitable hasta dentro de 20.000 años.
El desastre tuvo lugar cerca de la
ciudad de Chernóbil en la antigua URSS, que invirtió mucho en la
energía nuclear después de la Segunda Guerra Mundial. A partir de
1977, los científicos soviéticos instalaron cuatro reactores
nucleares en la central nuclear, que se encuentra al sur de la actual
frontera entre Ucrania y Bielorrusia.
Unos meses después de que el reactor 4
de la central nuclear de Chernóbil estallara en llamas tóxicas en
1986, fue encerrado en un “sarcófago” de hormigón y acero para
contener el material radiactivo de su interior. Dicha estructura
antigua, fue recubierta con un recinto de contención más nuevo en
2016.
El 25 de abril de 1986, se programó el
mantenimiento rutinario del cuarto reactor de la central nuclear y
los trabajadores planearon utilizar el tiempo inactivo para probar si
el reactor podía enfriarse si la central se quedaba sin suministro
eléctrico.
Sin embargo, durante la prueba los
trabajadores incumplieron los protocolos de seguridad y aumentó
súbitamente la potencia centro de la central y otro aumento de
potencia provocó una reacción en cadena de explosiones en su
interior. Finalmente, el núcleo de reactor expulsó material
radiactivo a la atmósfera.
A pesar de la muerte de dos personas en
las explosiones, la hospitalización de los trabajadores y los
bomberos, y el peligro de la lluvia radiactiva y el fuego, no se
evacuó a nadie en las zonas circundantes, hasta tres días después
del comienzo del desastre.
El colapso del reactor nuclear, había
propagado la radiación hasta Suecia, donde las autoridades de otra
central nuclear empezaron a preguntarse qué estaba ocurriendo en la
URSS. Tras negar el accidente en un primer momento, los soviéticos
acabaron anunciándolo el 28 de abril y la Unión Soviética evacuó
finalmente a 335.000 personas y estableció una zona de exclusión de
30 kilómetros, alrededor del reactor.
El Comité Científico de las Naciones
Unidas para el Estudio de los Efectos de las Radiaciones Atómicas,
ha informado de que más de 6.000 niños y adolescentes desarrollaron
cáncer de tiroides tras haberse expuesto a la radiación.
Los restos del reactor están dentro de
una enorme estructura de contención de acero desarrollada a finales
de 2016. Los esfuerzos de contención y supervisión continúan y se
prevé que las labores de limpieza continúen hasta 2065, como
mínimo.
En el periodo inmediatamente posterior
al accidente, una zona de unos diez kilómetros cuadrados pasó a
denominarse el “Bosque Rojo”, porque muchos árboles adoptaron un
color marrón rojizo y murieron tras haber absorbido altos niveles de
radiación.
Hoy en día, Chernóbil atrae a
turistas que están intrigados por su historia y su peligro. Pero
aunque Chernóbil simboliza la posible devastación de la energía
nuclear, Rusia nunca dejó atrás su legado ni su tecnología. En
2019, aún quedaban 11 reactores operativos en Rusia.
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