Tal día como hoy 6 de marzo de 1642, la Iglesia condena públicamente las teorías de Cornelius Jansen -Jansenio-, obispo flamenco fallecido en 1638, que, con su obra, pretende sistematizar el pensamiento de San Agustín de manera tan rígida que escandaliza a los jesuitas.
La teología propuesta por Jansenio está basada en una interpretación literal de los textos de Agustín de Hipona. Sin embargo, se vio influida por el desarrollo histórico y las peripecias de sus defensores. Así, en Jansenio encontramos la teología de la gracia; en Arnauld, la teología sacramental; en Saint Cyran, la disciplina y en Quesnel, su unificación con el galicanismo.
En cuanto al tema de la gracia, Jansenio afirma que el estado original es el estado natural del hombre. Un estado de gracia y amistad con Dios, inmortalidad e integridad -verdadera libertad-. Adán, en ese estado, era verdaderamente libre y poseía la gracia -el auxilio de Dios- suficiente para evitar el pecado. Sin embargo, la gracia eficaz no solo es el auxilio para evitar el pecado, sino el auxilio de Dios para hacer el bien. Adán en el Paraíso tenía la gracia suficiente, pero no tenía la gracia eficaz, porque para Jansenio la gracia eficaz es siempre vencedora.
El que posee la gracia eficaz no puede pecar. Después del pecado el hombre ha perdido la libertad. En el hombre hay una delectatio terrestris -gusto por las cosas de la tierra- invencible. Jansenio afirma además que para salir de esa situación después del pecado no basta la gracia suficiente sino que es necesaria la gracia eficaz, es decir, el auxilio sin el cual el hombre no puede evitar pecar: con la gracia eficaz el hombre se dirige invenciblemente hacia el bien. No basta un auxilio que le dé la posibilidad de no pecar, sino que necesita un auxilio eficaz para no hacerlo.
La fe eficaz es absoluta: cambia la delectatio terrestris por una delectatio coelestis: se goza en el bien. La gracia provoca un gusto tan grande por las cosas de Dios que el hombre invenciblemente las hace. Ahora bien, la libertad se mantiene porque la gracia despierta en el hombre la voluntad de hacer el bien. Quien no actúa movido por la gracia eficaz peca infaliblemente.
Así pues, la predestinación es la razón por la que algunos hombres poseen la gracia eficaz y otros no. Dios ha predestinado a unos a la salvación y a otros a la condenación. Según esta doctrina, las obras son buenas o malas. No puede existir la moral probabilista, porque lleva al laxismo.
En relación con los sacramentos es la ascética propia del movimiento la que los aleja progresivamente de su práctica, en especial de la Eucaristía. Esto se fijó con el escrito De la fréquente communion de Arnauld, que, argumentando desde la praxis penitencial de la Iglesia Antigua, invocaba esa práctica para usarla en una serie de condiciones que era necesario cumplir para poder recibir la Reconciliación o la comunión. De ahí también que su rigorismo en materia moral fuera cada vez más extremo.
Las sucesivas condenas por parte de la Sede romana les llevó a sostener posiciones conciliaristas que les llevaron al galicanismo. El movimiento, desde el inicio se mostró enemigo jurado de los jesuitas y, por eso, derivó en postura política gracias al apoyo de Blaise Pascal. La película: "La vía láctea" de Luis Buñuel incluye una escena con un duelo a espada entre un jesuita y un jansenista, mientras discuten de teología.
Relación efemérides históricas; cuentos, reflexiones, poesias...
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