Tal día como hoy, 8 de diciembre de 1491, entran en Granada diez caballeros cristianos ―entre ellos Hernán Pérez del Pulgar― para conferenciar secretamente con Boabdil ,acerca de las condiciones de entrega de la ciudad.
Hernán Pérez del Pulgar y García Osorio, fue el primer Señor de la fortaleza El Salar, caballero Continuo, de la casa real, capitán del ejército castellano, natural de Ciudad Real (Reino de Castilla) que sobresalió durante la Guerra de Granada, ganándose el favor de la reina Isabel la Católica y cobrando gran fama en todo el reino.
Nació en Ciudad Real el 27 de julio de 1451, en una casa que todavía se conserva y acoge en la actualidad el Museo López Villaseñor. Hijo de Rodrigo Pérez del Pulgar y Poblete, y de Constanza García Osorio y Cárdenas. De su infancia y adolescencia se conoce poco, pero lo suficiente, como para decir que desde joven ,fue muy diestro en el manejo de las armas. Participó como escudero, en la guerra contra Portugal, que apoyaba a Juana la Beltraneja, en su pretensión al trono castellano, en lugar de Isabel la Católica.
Su arrojo y valentía, durante la guerra de conquista del Reino de Granada, le valen los títulos de gentilhombre, de la Casa Real en 1481. En 1482, sitiado junto al futuro duque de Cádiz, en Alhama de Granada por las tropas musulmanas, protagoniza una arriesgada operación, en la que logra eludir el cerco y llegar hasta Antequera, para pedir auxilio, evitando la pérdida de Alhama. En 1486 los Reyes Católicos le nombran, por medio de una Real Cédula, capitán general de Alhama.
Poco después, conquista el castillo de Salar, estratégicamente situado en el camino entre Loja y Granada, con una fuerza de sólo ochenta hombres. Llamado por el propio rey Fernando el Católico, participa en la toma de Vélez-Málaga y en la batalla de Bentomiz.
Fue nombrado emisario del trono castellano, en las negociaciones de rendición de la ciudad de Málaga. Más tarde tomó Baza y dio muerte durante la conquista a Aben-Zaid, el comandante del ejército granadino. Esta última acción, le valió el título de caballero por parte del rey Fernando y la concesión de un escudo nobiliario.
Fue un maestro de la guerra psicológica. Cuando, en 1490, se encontraba asediado por las tropas de Boabdil en Salobreña y los pozos de agua de la ciudad, habían sido agotados, se negó a aceptar, la orden de rendición del rey musulmán y selló esta decisión, arrojando desde lo alto de las murallas, el último cántaro de agua. Ganó la batalla subsiguiente y rompió, el asedio granadino.
Ese mismo año, acompañado de sólo quince caballeros y su escudero Pedro, se infiltró durante la noche, en la propia ciudad de Granada y consiguió recorrer la ciudad sin ser descubierto, hasta llegar a la mezquita principal. Aunque no pudo incendiarla, como tenía previsto, clavó sobre la puerta principal un cartel, escrito por el propio Pulgar, donde se podía leer el Ave María y a continuación la frase "Sed testigos de la toma de posesión, que realizó en nombre de los reyes y del compromiso que contraigo, de venir a rescatar a la Virgen María, a quien dejó prisionera entre los infieles"
Tras esto, se dirigió a la Alcaicería y le prendió fuego, saliendo a su encuentro la guardia granadina, a la que derrotó en su propia ciudad, a pesar de su aplastante, superioridad numérica. Aprovechó entonces la confusión, para escapar hasta el río Genil y luego al campamento real de Santa Fe, donde la hazaña le valió, el derecho a ser enterrado en la futura catedral de Granada, que sería construida sobre la antigua mezquita.
Tras la rendición de Granada en 1492 se instaló en Sevilla, convirtiéndose en historiador. Por mandato del emperador Carlos V escribió la Breve parte de las hazañas del Gran Capitán, sobre las campañas de Gonzalo Fernández de Córdoba en Nápoles. En 1524 volvió a ser llamado por Carlos V, esta vez para dirigir, la guerra contra Francia, en la frontera pirenaica, y accedió a pesar de tener ya setenta y tres años.
En 1526 cedió su cargo, de regidor de Loja y el privilegio de sentarse en el coro de la Iglesia Mayor, concedidos también por los Reyes Católicos, a su hijo Rodrigo de Sandoval. Murió el 11 de agosto de 1531 en Granada, a la edad de ochenta años y fue enterrado en una capilla de la Iglesia del Sagrario de la catedral de Granada. Dicha capilla desde 2021 está dedicada a la Adoración Perpetua, por lo que la figura de Hernán Pérez del Pulgar, ha quedado eclipsada y su sepultura permanece oculta.
En la actualidad, es uno de los Hijos Ilustres de Ciudad Real, donde tiene dedicada una calle, un instituto de educación secundaria y se conserva su supuesta casa natal, convertida en museo y archivo municipal.
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