Tal día como hoy 1 de marzo de 710 Rodrigo, rey visigodo, es ungido monarca en España tras la muerte de Witiza.
El 1 de marzo de 710, Roderico llegó al trono gracias a la mayoría de los nobles, que decidieron no apoyar, al sucesor del fallecido monarca. Su elección evidenció, la división en el reino visigodo, que fue aprovechada un año después por Tarik, para invadir la península para Damasco.
El rey visigodo Rodrigo, tuvo varios nombres: Roderico, Rodrigo o Don Rodrigo, y todo son conjeturas en torno a su figura. Fue nieto de un rey visigodo, Chindasvinto —un gobernante recordado, por ser un gran benefactor de la iglesia y también, por ser implacable con sus enemigos—, según la crónica Rotense, que le atribuye el título, de Dux de la Bética.
La sucesión de Witiza, provoca una fractura entre los territorios visigodos y los del noroeste, que decidieron apoyar al hijo del monarca fallecido, Agila II. Otras crónicas difieren a la hora de relatar, la parte final del reinado visigodo de Toledo. Todo son suposiciones, a la hora de trazar su biografía.
Sí que hay constancia, de la desunión que había en el año 710, un estado de guerra civil, provocado por los enfrentamientos de los nobles, de los diferentes territorios. Esta situación se vio agravada, por la mala situación económica.
Roderico solo reinó un año, porque en 711 Tarik y Muza consiguieron entrar en la península. Parte del éxito de su acción militar, se le atribuye a Julián, el Conde Olián, que ejercía de gobernador de Ceuta, y que fue señalado como uno de tantos, que traicionó a Don Rodrigo; según la leyenda, lo hizo en venganza por la violación de su hija, por el monarca hispano.
En abril de ese año, los enviados del califato Omeya, consiguieron llegar al sur de España, a Algeciras, con 12.000 soldados. Aunque el rey visigodo logró reunir, una fuerza superior, su ejército fue menguando, por las deserciones atribuidas a las delaciones.
En julio de ese año, tuvo lugar el gran enfrentamiento con las tropas musulmanas, a orillas del Wadi Becca, en la Batalla del río Guadalete, en la cual Roderico perdió su corona y la vida. A su muerte, el reino quedó paralizado y los invasores, siguieron avanzando hacia Toledo.
La aristocracia se rindió, para preservar sus privilegios y en seguida, se produjeron matrimonios mixtos, como el de la viuda de Rodrigo, Egilona, con el valí Abd al-Aziz ibn Musa.
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