Tal día como hoy, 25 de febrero del año 814 A.C -según la leyenda- la princesa Elisa de Tiro, conocida como Dido. funda la ciudad de Cartago.
La leyenda clásica, sobre la fundación de Cartago, cuenta que fue la princesa Elisa de Tiro, conocida como Dido, fue quien la fundó en el año 814 AC.
Todo comenzó en Tiro, la gran ciudad-estado fenicia, en la costa del actual Líbano. El rey de la ciudad, Mattan, tenía dos hijos: un varón llamado Pigmalión, y una mujer llamada Elisa. Tras la muerte del padre, los hermanos se disputaron la sucesión al trono.
Elisa, por intereses políticos y hereditarios, contrajo matrimonio con su tío paterno, Acerbas, sacerdote de Melkart, quien reunía en su entorno un enorme poder político y militar, así como una gran fortuna. Pero Pigmalión, por miedo a perder su posición, asesinó brutalmente a Acerbas.
Durante un tiempo Dido, disimuló su horror, pero solo para preparar mejor, su huida de la ciudad, llevándose consigo, los inmensos tesoros de su esposo, que su hermano codiciaba.
Elisa huyó de Tiro, con su hermana pequeña y un séquito de hombres y mujeres, que le eran fieles, para fundar una nueva colonia. Elisa no recaló, en ninguna de las colonias fenicias del Mediterráneo, sino que decidió marchar, a tierras desconocidas.
En su primera escala, en Chipre, la comitiva se acrecentó con nuevos colonos fenicios. Asimismo, con el beneplácito de los sacerdotes del templo de Astarté, Elisa se llevó a unas 80 mujeres jóvenes, para casarlas con sus seguidores y fundar una nueva colonia.
Tras escuchar un oráculo, que anunciaba la fundación de una nueva ciudad, Dido y sus seguidores, partieron de Chipre y prosiguieron la ruta, hasta alcanzar la costa del actual Túnez.
Cuando los fenicios desembarcaron, en una bahía junto a la que se alzaba una colina, la población indígena, trató de impedir que se instalaran allí. Por ello, Dido debió pactar con Hiarbas, un reyezuelo local de la tribu de los gétulos, al que convenció de que le vendiera el terreno, que abarcase una piel de un buey extendida, diciendo que era para que sus compañeros, fatigados, pudieran descansar, antes de zarpar de nuevo.
Pero la hermosa princesa, hizo cortar la piel en finas tiras y así obtuvo la superficie suficiente, como para fundar su ciudad. Parece que el nombre de Byrsa, "Piel de toro", con el que se conoce a la colina, en la que se ubicó la acrópolis de Cartago, recuerda ese acontecimiento. Elisa fue coronada como reina, y sus súbditos la bautizaron como Dido.
La leyenda cuenta, que el rey ingeniosamente engañado por Dido, quedó prendado de su belleza e inteligencia y se propuso a toda costa, tomarla como esposa. Expuso su pretensión, a un grupo de notables fenicios, a los que amenazó con declararles la guerra, si no convencían a la princesa.
Dido, entre sollozos y lamentos, les aseguró que haría lo que pedían, pero al cabo de tres meses, mandó erigir una pira en las puertas de la ciudad, y después de algunos sacrificios y buenos consejos, evocando los manes de Síqueo, para no casarse, se atravesó de improviso, el pecho con un puñal y se arrojó a la hoguera, sin que pudieran impedirlo sus súbditos.
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