Tal día como hoy, 14 de noviembre de 1770: en África, James Bruce descubre lo que él cree que son, las fuentes del río Nilo.
El naturalista, explorador y geógrafo británico, James Bruce, nace en Gran Bretaña, el 14 de diciembre de 1730. Es recordado por haber buscado durante unos doce años, las nacientes del Nilo Azul, el largo río africano, que nace en Etiopía y discurre también por Sudán, donde se une, en Jartún, con el Nilo Blanco, para dar formalmente lugar a la formación del Nilo.
El primer europeo que vio el Nilo Azul, en Etiopía y la fuente del río fue Pedro Páez, un jesuita español que visitó, el pequeño manantial de donde surgen las aguas del Nilo Azul, antes de pasar por el lago Tana, convirtiéndose así en el primer europeo, en constatar su existencia. en 1618.
Más tarde, el padre Páez, describió todas sus características en un capítulo completo, de su “Historia de Etiopía”, una de las fuentes más importantes, para conocer el llamado durante la Edad Media, el reino del Preste Juan.
Aunque el citado libro, no se publicó hasta el siglo XX, el manuscrito fue copiado y la información se incorporó al conocimiento global, a través de las obras del jesuita alemán Athanasius Kircher y los planos del veneciano Vincenzo Coronelli, antes del final del siglo XVII, dando fin así a una incógnita, que intrigaba a geógrafos e historiadores, desde la antigüedad.
También el misionero jesuita portugués Jerónimo Lobo, alcanzó la fuente del Nilo Azul en 1629 y en 1770, el escocés James Bruce las reencontraría, el 14 de noviembre de 1770.
El Nilo Azul nace en el lago Tana, un gran lago localizado en la meseta de Amhara, a 1788 metros de altitud. A ese lago llegan unos cincuenta arroyos que se mezclan en sus aguas; al más grande de todos ellos los etíopes le llaman Abbay Wenz, "río grande"y y dicen que es el verdadero Nilo Azul; nace en un bosquecillo de árboles que se elevan en una pradera de hierba corta, en un lugar donde las aguas emergen burbujeando de unos pozos, que se encuentran ocultos entre la vegetación.
A unos 32 kilómetros del lago Tana, hacia el sureste, en la meseta etíope, surgen las cataratas del Nilo Azul o de Tis Abay, nombre que significa "agua humeante".
A partir de ahí ya se le puede llamar, sin duda, Nilo Azul. El curso del río dibuja una curva muy amplia, en forma de arco, a través de la región montañosa central, de Etiopía y después sigue hacia el Sudán.
Ese es un recorrido de más de 800 kilómetros, a lo largo del cual el río va tomando un desnivel de 1200 metros. Las aguas van excavando, poco a poco un cañón, cuyas paredes son de roca volcánica, de una anchura de 25 a 30 metros, al mismo tiempo que van transportando hacia el desierto, el limo que proporcionan las tierras altas de Etiopía.
En Sudán, el río recibe por la margen derecha a su afluente, el río Dinder, con 480 kilómetros de longitud, que también nace cerca del lago Tana, pero que tiene un curso muy diferente, siempre hacia el oeste-suroeste.
El río ha supuesto desde tiempos remotos, una barrera que dividía el país en dos. Durante muchos años y hasta el siglo XX, sólo disponían de dos puentes construidos en piedra. Más tarde fueron construidos otros tres, mucho más modernos y funcionales, de acero y hormigón, con dos carriles de circulación.
El tramo geográfico del Nilo Azul, ofrece una serie de dificultades aún hoy en el siglo XXI, como los rápidos, que dificultan la navegación por el río; las cuadrillas de bandidos que merodean por aquellas tierras, los indígenas de la cuenca baja, cuyas jabalinas pueden llegar a ser un peligro para cualquier visitante; los cocodrilos, de gran tamaño; el calor asfixiante y los parásitos, que provocan enfermedades febriles.
Tras su recorrido por las tierras etíopes, el Nilo Azul llega a Jartún en Sudán y allí se une con el Nilo Blanco; juntos darán sus aguas al rio Nilo, propiamente dicho.
Las inundaciones anuales del Nilo, se deben en gran parte al Nilo Azul, que ofrece a lo largo del año muchas variaciones en su caudal. En la confluencia en Jartún de ambos ramales, el Blanco y el Azul, el Nilo Azul aporta alrededor del 80% del caudal total del Nilo, mientras que el Blanco aporta el 20% del agua del Nilo restante.
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