Tal día como hoy, 8 de noviembre de 1620:cerca de Praga ―en el marco de la Guerra de los Treinta Años― los imperialistas católicos españoles y alemanes, vencen a los rebeldes bohemios, en la Batalla de la Montaña Blanca.
La batalla de la Montaña Blanca, fue una lucha importante en las primeras etapas, de la guerra de los Treinta Años librada el 8 de noviembre de 1620 y una de las primeras confrontaciones militares, en la guerra de los Treinta Años.
En ella, un ejército de 20 000 checos y mercenarios, bajo el mando de Cristián de Anhalt se enfrentó en las cercanías de Praga, a 25 000 hombres de los ejércitos combinados, del Sacro Imperio Romano Germánico de Fernando II, dirigido por el Conde de Bucquoy, y de la Liga Católica de Alemania, al mando de Johann Tserclaes (conde de Tilly).
La batalla, marcó el fin del período bohemio de la guerra de los Treinta Años, al entrar las tropas imperiales, en la capital de Bohemia y someter, a los protestantes.
La Batalla de la Montaña Blanca, fue más una escaramuza que una batalla en toda regla. El ejército bohemio no era rival, para las tropas del emperador Fernando.
La batalla real, duró solo una hora y dejó al ejército bohemio hecho jirones. Unos 4000 protestantes resultaron muertos o capturados, mientras que las pérdidas imperiales ascendieron a alrededor de 700.
Si bien el ejército imperial contaba con cierta ventaja numérica, la envidiable posición defensiva adoptada por los checos, hacía prever una situación de igualdad.
La explicación de la rápida victoria, del ejército imperial puede estar, en la despreocupación de los oficiales checos y en la desmoralización de los soldados, que defendían los estamentos de Bohemia, tanto más cuanto que dichos estamentos, no mostraban disposición, a pagar la soldada.
Como consecuencia, cuando las tropas católicas lanzaron un ataque frontal, los mal pagados mercenarios del ala izquierda, se dieron a la fuga, lo cual provocó tal desmoralización, entre las tropas defensoras, que los atacantes entraron, al cabo de pocas horas, en Praga.
La batalla influyó decisivamente, en el destino de las tierras checas, durante los siguientes 300 años. Sus secuelas cambiaron drásticamente, el paisaje religioso de estas tierras. El catolicismo conservó la mayoría en las tierras checas, hasta finales del siglo XX.
La Montaña Blanca, es hoy en día un cerro en el límite oriental de la ciudad de Praga. La mayor parte del terreno donde se desarrolló la batalla, está ocupado por mansiones, construidas en la segunda década del siglo XX. En lo alto del cerro, hay un monumento, en forma de pirámide de piedras, conmemorativo de la batalla, levantado en 1920.
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