Tal día como hoy, el 2 de diciembre de 1515, fallecía Gonzalo Fernández de Córdoba, más conocido como el ‘"Gran Capitán’" el héroe militar al servicio de los Reyes Católicos, que cambió el arte de la guerra, para siempre.
Su nombre es Gonzalo Fernández de Córdoba y sus gestas, no son las de un héroe de leyenda, sino las de un cordobés real, nacido en 1453.
Gracias a sus innovaciones en el arte de la guerra, el ejército español logró hacerse con la supremacía militar, durante más de siglo y medio, en los campos de batalla europeos.
Gonzalo Fernández de Córdoba, nació en la localidad cordobesa de Montilla en 1453. Tras fallecer su padre, el ‘"Gran Capitán" fue enviado a Córdoba, para ser educado por un pariente lejano, llamado Diego de Cárcamo.
En aquel momento, Castilla se encontraba sumida en una guerra civil ,entre el Rey Enrique IV y el pretendiente al trono, Alfonso de Castilla, señor del que Gonzalo Fernández de Córdoba, fue paje siendo todavía un niño.
En el campo de batalla, Gonzalo Fernández de Córdoba comenzó a destacar. al servicio de los Reyes Católicos, durante el cerco a la ciudad de Granada. Sin embargo, sería Italia el país en el que pasaría a la posteridad, y en el que se ganaría su sobrenombre de "Gran Capitán", al demostrar sus grandes dotes militares.
Allí, Gonzalo Fernández de Córdoba contuvo la invasión francesa, dirigida por el Rey Carlos VIII e incluso liberó a Roma y los Estados Papales. del corsario Menaldo Guerri.
El ‘Gran Capitán‘ regresó a España tras mantener a raya al enemigo. Tiempo que aprovechó, para reestructurar al ejército y modificar la estrategia militar, en base a las lecciones aprendidas, durante la campaña italiana. La infantería pasaba a ser, la principal fuerza de combate y las armas de fuego, adquirieron gran protagonismo.
Esta reorganización. sentó las bases de los futuros Tercios Españoles, motivo por el cual es considerado padre de estos.
En 1500, Gonzalo Fernández de Córdoba hizo frente, a una nueva invasión francesa en Italia. Los franceses terminaron capitulando, y abandonando Nápoles, territorio del cual fue Virrey, hasta que Fernando lo destituyó, tras hacerse eco de ciertos rumores, que lo acusaban de apropiarse de fondos de guerra, durante el conflicto italiano.
En 1508, fue nombrado alcalde de la ciudad de Loja. A finales de 1515, enfermó de gravedad y decidió volver a Granada, con su familia. Falleció el 2 de diciembre del mismo año.
El Gran Capitán, fue un genio militar excepcional, que revolucionó la
técnica de la guerra, mediante la reorganización de la infantería -
embrión de los futuros tercios –con una disciplina rigurosa, formando su
moral y despertando en ellos, el orgullo de cuerpo, la dignidad
personal, el sentido del honor nacional y el interés religioso, siendo
idolatrado por sus soldados y admirado por todos, pero su popularidad –
como sucede siempre en este país de envidiosos - fue precisamente, su
mayor enemigo y su desgracia.
Su cuerpo yace en el monasterio de los Jerónimos y en su lápida, fueron esculpidas las palabras que inmortalizaron su legado: "Los huesos de Gonzalo Fernández de Córdoba, que por su propio valor, se hizo con el nombre de Gran Capitán, están confiados a esta sepultura, hasta que sean restaurados, con la luz perpetua. Su gloria nunca quedará sepultada."
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