viernes, 31 de enero de 2025

Álvar Núñez Cabeza de Vaca, el descubridor de las cataratas del Iguazú

 
Tal día como hoy, el 1 de febrero de 1542, el conquistador español Álvar Núñez Cabeza de Vaca se convertía en el primer europeo en llegar a las cataratas del Iguazú, lugar que bautizó con el nombre de “saltos de Santa María”.

Cabeza de Vaca nacido en 1507 en Jerez de la Frontera, -España - fue un conquistador español, que en en pago de los servicios prestados a la Corona española durante la Reconquista, en 1526 partió en la expedición de Pánfilo de Narváez a Florida, pero resultó ser uno de los pocos supervivientes, del trágico naufragio de las embarcaciones.

Nacido en el seno de una familia ennoblecida, gracias a los servicios prestados a la Corona española durante la Reconquista, Álvar Núñez Cabeza de Vaca partió en el año 1526  rumbo a Florida, en la expedición de Pánfilo de Narváez. La expedición fue un desastre, tan solo 80 hombres sobrevivieron, tras naufragar por culpa de un huracán y Álvar Núñez Cabeza de Vaca fue uno de ellos.

Durante los ocho años siguientes, Álvar Núñez Cabeza de Vaca vagó por la parte meridional de Estados Unidos y México, algunos de esos años, siendo incluso esclavo de los indígenas. En 1537 regresó a España, obtuvo el cargo de gobernador del Río de la Plata, en la actual Argentina, lugar al que se dirigió en 1541.

Desembarcó en Brasil y un año más tarde, llegó a Asunción y  se convirtió en el primer europeo,, en llegar a las cataratas del Iguazú, lugar que bautizó con el nombre de “saltos de Santa María”.

Sin embargo, su sistema de gobierno, excesivamente personalista y favorable a los indios, provocó en 1543 un alzamiento, a raíz del cual fue hecho prisionero y enviado a España, donde fue juzgado y desterrado a Orán, durante ocho años, hasta que Felipe II le indultó en 1553. Fue nombrado miembro del Tribunal Supremo en Sevilla. Escribió Naufragios y unos Comentarios.

En 1536 Álvar Núñez Cabeza de Vaca, Andrés Dorantes y Alonso del Castillo hicieron la "Relación Conjunta" de su periplo por América. El documento, escrito en México, tiene treinta páginas y fue entregado a la Audiencia de Santo Domingo por Álvar en su viaje de vuelta a España. En 1539 Gonzalo Fernández de Oviedo hizo una copia, que incluyó en su obra Historia General y Natural de las Indias, Islas y Tierra Firme del Mar Océano

Tras el accidentado gobierno de Álvar en Sudamérica este hubo de presentar ante el Consejo de Indias una Relación en 1545, escrita por su secretario Pedro Hernández. En base a la anterior Relación, el secretario redactó también unos Comentarios, que fueron publicados junto a los Naufragios de Álvar en 1555 en Valladolid con el título La Relación y comentarios del gobernador Álvar Núñez Cabeza de Vaca, de lo acaecido en las dos jornadas que hizo a las Indias

En 1553. fue nombrado miembro del Tribunal Supremo en Sevilla. Escribió Naufragios y unos Comentarios.

En este libro, Álvaro Núñez Cabeza de Vaca, narra las vicisitudes de los cuatro únicos supervivientes de la expedición de Pánfilo de Narváez a la Florida en 1528, los cuales vivieron entre los indios durante ocho años como esclavos, comerciantes y curanderos, y atravesaron a pie el suroeste de los actuales Estados Unidos y norte de México, hasta que en 1537 lograron volver al territorio bajo control español, la colonia de Nueva Galicia del Virreinato de Nueva España.

Todavía se sigue defendiendo que Alvar Núñez Cabeza de Vaca murió en Sevilla, pese a que no existe ninguna prueba documental que así lo confirme. Por el contrario, una serie de documentos en los que apuntan al hecho de que murió en la ciudad de Valladolid por lo cual se desconoce con exactitud,  donde aconteció su fallecimiento.

 

jueves, 30 de enero de 2025

Cuando el Rey Felipe II ocupó el trono de Portugal

Tal día como hoy, 31 de enero de 1580, el Rey Felipe II  de España,  invocaba su derecho a suceder, al monarca Enrique I de Portugal y ocupar el trono de Portugal.

La muerte sin herederos del Rey Sebastián I de Portugal, en el año 1578 en la batalla de Alcazarquivir, y dos años más tarde, a principios de 1580, de su sucesor Enrique I, creó una grave crisis sucesoria en el país luso. 

En 1578, el joven rey Sebastián I de Portugal moría en la batalla de Alcazarquivir sin dejar heredero. El cardenal Enrique I el Casto, tío-abuelo de Sebastián, lo sucedió como rey. 

Enrique intentó renunciar a su oficio clerical para tener descendencia que perpetuase la dinastía de Avís, pero el papa Gregorio XIII, apoyando a los Austrias, no le permitió abandonar su cargo de cardenal. 

El rey-cardenal moriría dos años más tarde sin descendencia, dejando un vacío de poder en el trono de Portugal que provocaría una crisis dinástica.

Las cortes portuguesas, tenían que decidir cuál de los pretendientes al trono ceñiría la Corona portuguesa, sin embargo, Felipe II, se anticipó a la decisión y, amparándose en sus derechos sucesorios, ordenó la invasión militar del país.

El curso favorable de la Guerra de Flandes y la tregua alcanzada con el Imperio Otomano, permitieron a Felipe II movilizar amplios recursos militares, tanto terrestres como navales, para someter al Reino de Portugal, si no lograba ser reconocido como su soberano por medios diplomáticos.

El prior Antonio de Crato, el único rival lo bastante ambicioso como para plantar cara al Rey Felipe II, se autoproclamó Rey de Portugal en 1580. Al conocer la noticia, Felipe II ordenó a sus mejores comandantes, el duque de Alba y Álvaro de Bazán, invadir Portugal.

Los Tercios españoles, pronto derrotaron al ejército del prior Antonio de Crato,  en la batalla de Álcantara. Un año después, en 1581, Felipe II fue reconocido, como soberano de Portugal.

Una vez tomada Lisboa, Felipe II fue proclamado rey de Portugal, el 12 de septiembre de 1580 con el nombre de Felipe I de Portugal y jurado como tal, por las Cortes reunidas en Tomar, el 15 de abril de 1581.

La aceptación del nuevo rey, se hizo bajo la condición de que los territorios portugueses y sus colonias, mantuvieran sus propias Cortes, derechos y privilegios, sin ser anexionadas a Castilla, como provincia española.

De esta forma daba comienzo un periodo de la historia, en el que Portugal y los demás Reinos hispánicos, compartieron el mismo monarca en una unión dinástica "aeque principaliter" que se prolongó hasta el año 1640.

Durante toda la dinastía filipina, hubo un gran número de impostores que se hacían pasar por el rey Sebastián I, siendo los más relevantes los que aparecieron en 1584, 1585, 1595 y 1598. 

"El Sebastianismo", la leyenda de que el joven rey retornaría a Portugal en un día con neblina, se mantuvo hasta tiempos modernos, y mucha gente, hasta finales del siglo XIX creyó que podría producirse.

miércoles, 29 de enero de 2025

La Paz de Münster, la renuncia de España a la soberanía de los Países Bajos

Tal día como hoy, 30 de enero de 1648, el Imperio español y las Provincias Unidas de los Países Bajos, firmaban la Paz de Münster, un acuerdo en el que la Corona española reconoció la independencia de las Provincias Unidas, dando así por perdidos los Países Bajos.

El acuerdo forma parte de la Paz de Westfalia, el tratado de paz que no solo puso punto y final a la guerra de los Treinta Años, sino que también dio por concluida la guerra de los Ochenta Años, conflicto que en la Península Ibérica fue conocido, como "la guerra de Flandes".

Las negociaciones entre ambas partes, comenzaron en 1641 en las ciudades de Münster y Osnabrück. El inicio de las conversaciones de paz, hizo que el comercio holandés con la Península Ibérica, empezase a florecer.

En las negociaciones de paz, la República neerlandesa estuvo presente, a pesar de que todavía no había sido formalmente reconocida, cuestión a la que España nunca se opuso.

En enero de 1646, ocho representantes holandeses, dos de Holanda y uno de cada una de las seis provincias, llegaron a Münster, para iniciar las negociaciones, con varios enviados del monarca español Felipe IV.

El 30 de enero de 1648, ambas partes alcanzaron un acuerdo conocido como "la Paz de Münster," pacto mediante el cual, la Corona española reconoció como país y renunció a su soberanía, sobre los Países Bajos.

A pesar de no haber sido formalmente reconocida, como un estado independiente, la república neerlandesa estuvo participando en las conversaciones de paz; incluso España no se opuso a esto.

El 30 de enero de 1648, ambas partes lograron un acuerdo y un texto fue enviado a La Haya y Madrid para ser firmado. El 15 de mayo del mismo año, la paz estuvo hecha. Con la paz, los Países Bajos fueron reconocidos, como un país independiente.

España aceptó el rio Esequibo, como frontera con la Guayana Neerlandesa, además, abandonó la Isla de San Martín, que sería repartida entre Francia y los Países Bajos, el 23 de marzo.

Las Provincias Unidas devolvieron Erkelenz, tomada el 11 de febrero de 1607,​ a los Países Bajos Españoles. También devolvieron Gennep a Brandemburgo-Prusia. 


martes, 28 de enero de 2025

La historia del auriga de origen hispano lusitano, Cayo Apuleyo Diocles

 
Tal día como hoy, 29 de enero del año 104, nace en Lamecus -Lusitania- el auriga romano de origen hispano lusitano, Cayo Apuleyo Diocles..

Cayo o Gayo Apuleyo Diocles fue un deportista natural de la provincia romana de Lusitania, el más notable auriga del Mundo Antiguo.​ Su figura ha sido reivindicada en los últimos tiempos en la ciudad de Mérida, aunque no conste el lugar exacto de su nacimiento.

Cayo Apuleyo Diocles, inició su carrera profesional como auriga a los 18 años, edad a la que logró su primera victoria, en la localidad de Ilerda, actual Lleida.

Tras ello, viajó hasta Roma y se unió a uno de los cuatro equipos, que participaban en las carreras de carros tanto en el Circo de Nerón, como en el Circo Máximo y que se distinguían, por los colores de sus monturas. 

Estos eran los equipos rojo, el azul, el verde y el blanco, donde siguió corriendo hasta retirarse a los 42 años. Compitió en 4257 carreras y obtuvo 1462 victorias, quedando en segundo o tercer puesto en otras 1438 carreras.  

Precisamente, el equipo blanco, fue el elegido por Cayo Apuleyo Diocles, el cual estaba conformado, por los jinetes de estrato social más bajo, generalmente procedente de las milicias romanas.

El porcentaje de triunfos es superior al 34 %. Se estima que ganó la impresionante suma de 35.863.120 sestercios, antes de retirarse a los 42 años, instalándose en la ciudad latina de Praeneste, al sur de Roma,  donde falleció.

Verdadero as de su tiempo, Diocles debió de ser, en palabras de Antonio García y Bellido, el "héroe de las muchedumbres más apasionadas, ídolo de un pueblo que cifraba su felicidad en estas dos solas palabras: panem et circenses."

​Es interesante poner en contexto, que es el auriga más famoso por conservarse el texto completo que nos da a conocer su carrera, pero el número de victorias de Diocles palidece, ante otro conductor de carros hispano, Flavio Escorpo, que vivió en la segunda mitad del siglo I.

Diocles consiguió 1462 victorias frente a las 2048 de Escorpo. Sin embargo, Diocles consiguió disfrutar de sus ganancias, algo que Escorpo no pudo hacer, puesto que murió a los 27 años.​

Nacido en el año 104 en Lusitania, la vida y carrera del hispano lusitano Diocles, nos es conocida únicamente gracias a dos documentos epigráficos. El primero es una lápida procedente de Roma, ciudad de sus triunfos, que resumía su trayectoria profesional y sus logros jamás igualados.

Debieron levantarla sus admiradores en el Circo de Nerón, en la actual Ciudad del Vaticano, donde Diocles debió correr miles de veces y donde han aparecido varios monumentos más, de la misma especie. El de Diocles es el testimonio epigráfico más importante sobre las carreras de carros. Aunque el original se ha perdido, quedan copias del texto.

En 1790, Juan Francisco Masdeu, llamó la atención al hecho de que la expresión "agitavit in factione Alba" o "in factione prassina", quizá no signifique, como parece a primera vista, que Diocles fuera cambiando de colores, y sugería, que corrió siempre con los rojos, tal como expresa la lápida, y que esas expresiones querían decir "en [los juegos patrocinados por] la facción blanca", "verde", etc.

El segundo texto, procede del templo de la Fortuna Primigenia de Praeneste (actual Palestrina), donde decidió retirarse hasta el fin de sus días. De su muerte no se sabe nada. Se piensa que murió en Praeneste, rico y con buena posición social. Dejó dos hijos, un hombre y una  mujer, Cayo Apuleyo Nimfidiano y Nimfidia, que dedicaron a su padre una desaparecida estatua, de la cual era base la estela de la inscripción.

En el siglo XVII, Rodrigo Caro compuso un epitafio, en honor del auriga hispano Cayo. Apuleyo Diocles, como motivo literario, para su tratado sobre los juegos antiguos.

 

lunes, 27 de enero de 2025

Cuando José Millán-Astray creó la Legión Española

Tal día como hoy, el 28 de enero de 1920, se fundaba la principal fuerza de choque del Ejército español, la Legión Española.

También conocido como el Tercio de extranjeros, la Legión Española es una fuerza militar de élite, que cuenta con más de 100 años de experiencia. Su creación tuvo lugar el 28 de enero 1920, en pleno conflicto con los rifeños en el norte de África, fruto de la necesidad que el Ejército español tenía, de contar con tropas profesionales más eficaces.

Esta idea la puso en marcha, el entonces teniente coronel, José Millán-Astray. Un militar que, consciente del desarrollo del conflicto en el norte de África, debido a la escasa preparación de los soldados que acudían al frente, puso en marcha la creación de la Legión Española.

El nuevo cuerpo armado, inspirado en la Legión francesa, fue integrado en el Ejército de Tierra y recibió el nombre de Tercio de extranjeros, denominación con gran influencia de las tropas que permitieron al Imperio español, dominar los campos de toda Europa durante los S. XVI y XVII.

En un principio, el grueso de los miembros que formaron parte de la Legión Española, eran hombres excluidos de la sociedad, que veían a este cuerpo armado como una salida que les permitía huir, de su difícil situación.

Muchos eran delincuentes, que se enrolaron con el propósito de conseguir el perdón y no acabar en prisión, aunque en la Legión Española también se podían ver, todo tipo de personas, desde extranjeros pertenecientes a los antiguos territorios españoles y  hasta nobles rusos en el exilio.

El papel de la Legión Española, durante la Guerra del Rif fue crucial. Ya que en esta época, se produjo su mayor gesta, el desembarco de Alhucemas, batalla que años más tarde serviría de inspiración, para el desembarco de Normandía.

Once años después, con el estallido de la Guerra Civil Española, la Legión Española, cuerpo armado, que ya había sido comandado por el general Francisco Franco, se puso a disposición del bando nacional. Durante el conflicto, la experiencia en combate de sus miembros, marcó la diferencia en el frente.

La Legión Española demostró su valía, en más de 3.000 acciones llevadas a cabo en la Península Ibérica, entre julio de 1936 y abril de 1939. Sin embargo, la historia de la Legión Española, se encuentra íntimamente ligada al continente africano. 

El gran número de bajas españolas, durante la guerra contra los rifeños del norte de África, impulsaron su creación, guerra en la que la Legión Española fue una pieza clave. También jugó un importante papel a finales de los 50, en la guerra que España mantuvo con Marruecos por los territorios del Ifni, así como en los combates de Tifariti en 1974.

Los legionarios dieron su vida y derramaron su sangre, por defender los territorios españoles del norte de África. Territorios,que fueron en su inmensa mayoría cedidos, tras la conocida "Marcha Verde" marroquí.

La Marcha Verde,supuso un punto clave en la evolución del Ejército español ,y de la Legión Española dentro del ejército. Su estructura fue reorganizada, los cuatro tercios entre los que se encontraba dividida la Legión Española, fueron reubicados.

El primer Tercio, "el Tercio Gran Capitán", fue desplegado a Melilla; el segundo, "el Tercio Duque de Alba", a Ceuta; el tercero, "el Tercio Don Juan de Austria", a Fuerteventura; y el cuarto, "el Tercio Alejandro Farnesio", fue disuelto y creado de nuevo en Ronda (Málaga).

Además, sus métodos de reclutamiento cambiaron, también su mentalidad, al comenzar a participar durante la década de los 90, en misiones internacionales de la ONU, la OTAN y otras organizaciones internacionales, cuya visión fundamental es la defensa de un orden político, constitucional y democrático.

Durante sus más de 100 años de historia, la Legión Española ha experimentado numerosos cambios, pero nunca ha perdido de vista su origen. Un cuerpo cuyos valores y espíritu, les han convertido en la principal fuerza de choque, del Ejército español.

domingo, 26 de enero de 2025

El rey Felipe III "El Piadoso" otorga el privilegio real, de celebrar corridas en plazas de toros

Tal día como hoy, el 27 de enero de 1612, el rey Felipe III , conocido como "El Piadoso" , otorgó un privilegio real, para que las corridas se celebrasen en espacios cerrados, origen de las plazas de toros y antesala de lo que hoy conocemos como Fiesta. Lo concedió en Valencia, al empresario Ascanio Manchino, unos derechos con los que se fue haciendo sucesivamente negocio.

Sánchez de Neyra lo narra así en su "Gran Diccionario Tauromáquico", en un texto que recoge "Taurología" : "El interés privado divisó ya por entonces, un objeto de lucro en la afición del público a las fiestas de toros . Así que muchos particulares solicitaron y obtuvieron de los monarcas, privilegios para dar funciones en cosos cerrados, y el primero de que nosotros tenemos noticia, lleva la fecha de 27 de enero de 1612".

En él, su majestad el rey Felipe III hizo merced en forma de privilegio, por tres vidas, a favor de Ascanio Manchino, del derecho de la renta de los corros de toros de la ciudad de Valencia; privilegio que luego fue vendido en cantidades crecidas por los sucesores del que podríamos llamar empresario.

No se desdeñaban de serlo, o al menos de desempeñar este papel, personajes de importancia. El canciller mayor y registrador del Consejo Real de Indias, Felipe de Sala, y Martin de la Bayrón, contador del marqués de Tavera, entonces virrey y capitán general del reino de Valencia, fueron dueños sucesivamente, a título de compra, del antedicho privilegio, que feneció en 1647.

Pero mucho antes de esta fecha, en 9 de diciembre de 1625, hizo merced el rey al Hospital de Valencia , por veinte años, del antedicho privilegio, para cuando concluyesen las tres vidas por que fue concedido".

También Felipe III, según se cuenta el tratado técnico del "Cossío", ordenó erigir, en 1617, los edificios de la Plaza Mayor de Madrid, "con tal mira, y cuyos primitivos planos propuso a su arquitecto favorito Gómez Mora". 

Y se dice antes: "... haciendo que en los planes de reformas urbanas se incluyera la construcción de plazas públicas, dispuestas para que desde el balconaje de sus edificios, pudieran presenciar los acaecimientos de su ámbito, gran número de personas".

Explica el Cossío que esa costumbre se imitó, en poblaciones más pequeñas para que en las fiestas públicas, pudieran asistir el mayor número de espectadores. "Mas esto servía tan solo a fines de públicas diversiones, y resultaba inadecuado, cuando el toreo llegó a ser una profesión retribuida y primero instituciones benéficas o cuerpos patrióticos, como las Reales Maestranzas, y luego asentistas y empresarios, trataron de obtener beneficios, de la celebración de la fiestas taurinas".

Y resume el citado tratado, en su tomo I: "Se sintió así la necesidad de un recinto cerrado, con accesos para el público, susceptibles de ser vigilados, y ello no podía lograrse en edificios independientes y construidos con tal fin".

sábado, 25 de enero de 2025

La batalla de Montjuïc y sus consecuencias

Tal día como hoy, 26 de enero de 1641.el ejército francés, apoyado por milicias catalanas, derrota al Ejército español en la batalla de Montjuic. 

Tras el enfrentamiento, Cataluña pasa a ser una república satélite de Francia. La batalla fue clave para que Cataluña pasase a estar bajo dominio de los franceses.

Los catalanes se alzaron contra su Rey Felipe IV de España, tras el levantamiento del Corpus de Sangre del 7 de junio de 1640, por oposición a tener que mantener a los soldados de los Habsburgo, que estaban en Cataluña por la guerra que se mantenía con Francia.

El 17 de enero de 1641, y a causa del regreso de las tropas de Felipe IV para retomar el poder en Cataluña, tras las revueltas de los segadores, Pau Claris decide nombrar el 23 de enero de 1641 al rey de Francia, Luis XIII de Borbón, nuevo Conde de Barcelona, con lo que Cataluña,pasa a estar bajo la completa autoridad del monarca francés, que ve en ello una opción única, para prosperar en su lucha contra los Habsburgo. Pau Claris pensaba que sería la mejor jugada, para protegerse de Felipe IV.

La batalla de Montjuïc, supuso el inicio de la guerra de los Segadores de 1641 a 1659. Una guerra, de funestas consecuencias para España y más concretamente para Cataluña. Metió de lleno a la región en la guerra de los treinta años. Tras el tratado de los Pirineos de 1659, Cataluña acabaría, perdiendo los condados transpirenaicos -Conflent, Rosellón y la Cerdaña- en favor de Francia.

Las tropas imperiales atacaron Barcelona, con una primera embestida contra la montaña de Montjuic, pero la milicia gremial de la ciudad junto con los contingentes franceses, formados estos por los regimientos Enghien, Espenan y Serignan más otros 1000 jinetes que regresaban de Tarragona, consiguieron repeler el ataque. Las tropas francesas apoyadas por las milicias catalanas, pasaron a la ofensiva y los tercios comenzaron la retirada.

A las tres de la tarde, los españoles intentaron un nuevo ataque en masa, pero la falta de escalas para subir a las murallas y el fuego enemigo, provocaron su retirada hasta Sants.

Las bajas no se conocen con exactitud, puesto que varían según la fuente: más de 300 muertos y otros tantos heridos o más de 1.500 infantes muertos y de caballería incontables según la Crònica Exemplaria.

Los franco-catalanes, capturaron 11 banderas de las 19 que perdió el ejército. En cuanto a las bajas catalanas, fueron 32 muertos; y otros tantos infantes heridos y 10 muertos y 12 heridos en la caballería.

A la mañana siguiente, el ejército real abandonó Sants y huyó hacia Martorell, abandonando las piezas de artillería, para luego marchar hasta Tarragona. Al cabo de 7 días el ejército llegó a Tarragona, con 16 000 hombres y 2500 caballos.

Pau Claris murió un mes después de la batalla, y las nuevas autoridades, no pudieron parar los excesos de los lugartenientes franceses. La inevitable intervención francesa convirtió a Cataluña, en un frente más de la guerra de los Treinta Años, que enfrentó a la monarquía española de los Habsburgo y a la monarquía francesa, por la lucha de la hegemonía en Europa.

Cataluña hasta 1652, fecha del cese de las hostilidades en la región, seguirá bajo la autoridad de Luis XIV, Conde de Barcelona con el nombre de Luis II. 

El Cardenal Mazarino, sería el regente, pues el pequeño Rey contaba  tal solo con 5 años de edad. 




viernes, 24 de enero de 2025

Cuando Juana "la Loca" se convirtió en la heredera de las Coronas de Castilla y Aragón

Tal día como hoy, el 25 de enero de 1516, Juana I de Castilla, la Reina que nunca pudo reinar, heredaba la Corona de Aragón, tras la muerte de su padre el Rey Fernando "el Católico".

Nacida en la ciudad de Toledo el 6 de noviembre de 1479, Juana I de Castilla era la tercera hija de los Reyes Católicos. La muerte de sus hermanos mayores y de uno de sus sobrinos, la convirtieron en la heredera de las Coronas de Castilla y Aragón, en el año 1500.

Fue jurada como tal, por las Cortes de Castilla dos años más tarde, justo cuando empezó a manifestársele una enfermedad mental, que muchos atribuyeron a las múltiples infidelidades de su esposo Felipe "el Hermoso". Por esta supuesta enfermedad mental, pasó a la historia como Juana "la Loca".

Los Reyes Católicos, cuidaron de que sus cinco hijos contrajesen matrimonios, con príncipes y princesas señalados de otras partes de Europa, con intención de afianzar vínculos y mover lealtades. 

Juana no fue una excepción. Con 16 años, en 1496, partió para Flandes, donde había sido prometida a Felipe, conocido como "el Hermoso," hijo de María de Borgoña y Maximiliano de Habsburgo.

Al morir en 1504 su madre Isabel "la Católica", Juana y su marido Felipe ‘el Hermoso’ fueron proclamados Reyes de Castilla. Sin embargo, debido a la locura de la nueva Reina, se acordó que Felipe "el Hermoso" y Fernando "el Católico" gobernasen conjuntamente, el Reino de Castilla.

Las pugnas por el poder entre yerno y suegro, casi llegan a un enfrentamiento armado que Fernando "el Católico" paró al renunciar a Castilla. No obstante, la repentina muerte de Felipe "el Hermoso" en muy extrañas circunstancias, hizo que vuelva a recuperar la regencia de Castilla, en nombre de su nieto, el Príncipe Carlos. Futuro Carlos I

Mientras todo esto sucedió, se decía que la demencia de Juana "la Loca" se había agravado al permanecer recluida en Tordesillas. Allí se entera, de la muerte de su padre el Rey, Fernando ‘"el Católico".

Tras ella, Juana "la Loca" heredó la Corona de Aragón y, a pesar de tener el título de Reina de Castilla y Aragón, nunca llegó a reinar. Juana "la Loca" falleció el 12 de abril de 1555. murió recluida, en el Palacio Real de Tordesillas.

Tras su muerte, su figura fue olvidada durante siglos. Los románticos del siglo XIX reclamaron su figura, hablando de una mujer pasional, dominada por el amor y derrotada por las ambiciones, de sus seres más allegados.

Hubo en la vida de Juana de Castilla muchas luces, algunas recuperadas en estudios recientes, y también sombras, quizá amplificadas por la literatura, más que por la historia.

jueves, 23 de enero de 2025

El secuestro por la banda terrorista GRAPO del teniente general Villaescusa Quilis

Tal día día como hoy, 24 de enero de 1977, los GRAPO secuestran en Madrid al presidente del Consejo Supremo de Justicia Militar, el teniente general Villaescusa Quilis.

Emilio Villaescusa Quilis, fue un militar español que ocupó puestos importantes durante la dictadura franquista. Es conocido por su secuestro a manos del GRAPO, durante la Transición.

En 1929 ingresó en la Academia General Militar de Zaragoza. Durante la guerra civil española, se unió al Bando nacional y en 1941, ya comenzada la Segunda Guerra Mundial, se alistó en la División Azul y participó, en la invasión alemana de la Unión Soviética.​

Durante el Régimen de Franco, fue ocupando distintos puestos en el Ejército, logrando en 1971 el mando de la VII Región Militar, ya con el rango de Teniente general. El 23 de febrero de 1973, fue nombrado capitán general de la I Región Militar.​

El 9 de noviembre de 1973 ascendió a jefe del Estado Mayor Central del Ejército, ocupando el cargo hasta el 7 de junio de 1976, cuando fue nombrado Presidente del Consejo Supremo de Justicia Militar (CSJM).

En pleno proceso de la Transición, el 24 de enero de 1977 fue secuestrado por militantes del GRAPO, mientras iba en su vehículo oficial. El secuestro tuvo un gran impacto político y social en la España de entonces, ya que coincidía con el reciente secuestro de Antonio María de Oriol o la Matanza de Atocha.

Sin embargo, el 11 de febrero la policía liberó a Oriol y Villaescusa del piso donde se hallaban retenidos..Emilio Villaescusa. falleció en 2002 a la edad de 90 años.

Los Grupos de Resistencia Antifascistas Primero de Octubre -GRAPO - nacieron en 1975 como brazo armado del Partido Comunista de España-Reconstituido (PCE-r), durante un congreso, celebrado por esta organización en el municipio santanderino, de La Cavada.

El PCE-r procedía de la Organización de Marxistas Leninistas Españoles, creada en París en 1968 por un grupo de personas, que habían abandonado el Partido Comunista de España (PCE), entonces dirigido por Santiago Carrillo, al que acusaban, al igual que a la Unión Soviética, de revisionismo.

Los GRAPO, se definieron como una organización clandestina de extrema izquierda, que buscaba alcanzar sus objetivos, mediante el empleo de la lucha armada y en su fundación al parecer participaron, entre otros, Manuel Pérez Martínez, "camarada Arenas", José María Sánchez Casas y Fernando Hierro Chomón., En sus más de treinta años de historia, los GRAPO han asesinado a 88 personas.

Aunque la banda no ha realizado ningún comunicado de disolución, y teóricamente, sigue en activo, la total ausencia de atentados y la práctica detención de todos sus miembros, hacen que los GRAPO estén considerados como desarticulados, por las fuerzas de seguridad.

En junio de 2007, se produjo una nueva supuesta desarticulación, de la estructura de los GRAPO, registrando dos pisos francos en Barcelona.


miércoles, 22 de enero de 2025

El destierro del conde-duque de Olivares, por el rey Felipe IV

 

Tal día como hoy, 23 de enero de 1643, el Rey Felipe IV desterraba a su valido Gaspar de Guzmán y Pimentel, más conocido como el "conde-duque de Olivares", por su cuestionada gestión política,

Segundón de una rama menor de la casa de Medina Sidonia, Gaspar de Guzmán y Pimentel, inició a muy temprana edad la carrera eclesiástica, sin embargo, la muerte de sus hermanos mayores, le convirtió en heredero, hecho que le hizo abandonar sus estudios para acompañar a su padre, el conde de Olivares, a la corte del Rey Felipe III.

Al heredar el mayorazgo, Gaspar de Guzmán y Pimentel se trasladó a Sevilla para administrar sus propiedades. Regresó a la  Corte en 1615, como gentilhombre de cámara del Príncipe Felipe, cargo desde el que se ganó la confianza del futuro Rey.

Casado con su prima, Inés de Zúñiga y Velasco, camarera de la reina, pasó sus primeros años de matrimonio en Sevilla, tiempo que dedicó a gestionar el patrimonio familiar y al mecenazgo cultural. Siempre fue un gran aficionado a la literatura y a la poesía, y en esa época nace su relación con Diego Velázquez, al que luego convertirá en pintor de cámara y autor de los retratos, con los que Olivares ha pasado a la posteridad.

Cuando Felipe IV accedió al trono en el año 1621, Gaspar de Guzmán y Pimentel pasó a ocupar múltiples cargos palaciegos, llegando a ser una especie de ministro universal del Rey. Aquello lo convirtió en una de las figuras más influyentes y con mayor poder, de la España del S. XVII.

Sus primeros años como valido de Felipe IV, coinciden con un anhelo general de reformas en Castilla que atraviesa por una crisis económica y social. Olivares plantea un sistema fiscal más eficiente, en el que contribuyan equitativamente todos los territorios peninsulares.

También pretende reducir, los favores y mercedes otorgados por la Corona, reducir oficios municipales y obligar a los servidores del rey, a presentar un inventario de su patrimonio. Pero casi todas sus reformas, se chocaron contra la realidad.

Los estamentos privilegiados, se opusieron a ellas y el mantenimiento de los dominios de la monarquía hispánica en todo el mundo, obligaba a mantener costosas guerras. Al final, hubo de supeditar la política interior a la exterior.

Su política buscó reforzar el poder estatal, acentuar la centralización de decisiones y la unificación del territorio, moralizar la sociedad española, además de racionalizar el ordenamiento estamental, para mantener la hegemonía de los Reinos hispánicos. Los objetivos que se había marcado eran demasiado ambiciosos, para un Imperio que comenzaba su decadencia.

Castilla fue la gran víctima de esta política. Los intentos de Olivares de conseguir contribuciones de otros territorios, se saldaron con una rebelión en Cataluña y con la independencia de Portugal, que durante sesenta años había formado parte de la monarquía.

Tras más de veinte años en el poder, el Conde Duque se convirtió en un hombre enfermo, cada vez más aislado, que tuvo que rogar repetidamente al rey, para que lo liberara de sus cargos. Lo consiguió en enero de 1643 y murió dos años después en Toro, en medio de la incomprensión general y objeto de todas las críticas.

Su gestión política, fue duramente cuestionada por sus enemigos y detractores, especialmente tras la sublevación de Cataluña, conflicto que provocó su caída.

En 1643, el Rey Felipe IV prescindía de sus servicios y lo desterraba a la villa de Toro, lugar en el que falleció el 22 de julio de 1645.


martes, 21 de enero de 2025

El Rey Fernando II de León, auto denominado "rex Hispaniae"

Tal día como hoy, 22 de enero de 1188, fallecía a los 53 años en la localidad zamorana de Benavente, Fernando II de León, el Rey cuya decisión cambió el curso de la Reconquista.

Hijo del primer matrimonio de Alfonso VII de León, con Berenguela de Barcelona. Fueron sus hermanos el futuro rey Sancho III de Castilla y la infanta Sancha de Castilla, que contrajo matrimonio con Sancho VI de Navarra.

Además fue hermano de padre de la infanta Sancha de Castilla, fruto del segundo matrimonio de Alfonso VII con Riquilda de Polonia. Sancha contraería matrimonio con Alfonso II de Aragón

Su educación fue confiada a un magnate gallego, el conde Fernando Pérez de Traba, de la misma estirpe que los antiguos caballeros de su abuela, la reina Urraca, y de los preceptores y defensores de su padre, Alfonso VII, también padre de quien fue su segunda esposa, Teresa Fernández de Traba.

Pronto fue iniciado en las tareas de gobierno. Desde 1151 es asociado al trono por su padre, junto con su hermano el infante Sancho, rey de Castilla, por lo que en documentos de León y Galicia, es habitual su confirmación con el título de rey, o rey de Galicia.

Fernando II, ascendió al trono en el año 1157 a la muerte de su padre. Su reinado estuvo marcado por los constantes conflictos con Portugal, por los territorios fronterizos y sus respectivas áreas de expansión en Andalucía, enfrentamientos que concluyeron en 1169, tras vencer al monarca portugués Alfonso II.

Fernando II de León también intervino en la política castellana. El temprano fallecimiento de su hermano, Sancho III de Castilla en el año 1158 le permitió ocupar la Tierra de Campos un año después. También quiso tutelar la minoría de edad de su sobrino Alfonso, el futuro Alfonso VIII de Castilla. Con ese pretexto se tituló "rex Hispaniae".

El reinado de Fernando II se caracterizó, por la intensa labor repobladora desarrollada tanto en las tierras fronterizas, como en las zonas costeras y del interior del reino.

Los enfrentamientos con portugueses y castellanos, obligaron a Fernando II a fortificar sus fronteras con ambos reinos. Frente a Castilla, se establecieron guarniciones en Tierra de Campos, como las de Almansa, Ferrera, Mansilla, Coyanza, Villalpando, Mayorga, Rueda, Ardón o Benevente, a la que Fernando II concedió, en 1164, su fuero.

El monarca leonés también se enfrentó con los árabes. Fernando II de León, dirigió diversas incursiones, en los Reinos musulmanes. Tomó Alcántara en el año 1166, llevó a cabo una intensa actividad repobladora en zonas como Ciudad Rodrigo y Ledesma. 

El reinado de Fernando II se caracterizó por la intensa labor repobladora desarrollada tanto en las tierras fronterizas como en las zonas costeras y del interior del reino.

Los enfrentamientos con portugueses y castellanos obligaron a Fernando II a fortificar sus fronteras con ambos reinos. Frente a Castilla, se establecieron guarniciones en Tierra de Campos, como las de Almansa, Ferrera, Mansilla, Coyanza, Villalpando, Mayorga, Rueda, Ardón o Benevente, a la que Fernando II concedió, en 1164, su fuero. 

El reinado de Fernando II se caracterizó por la intensa labor repobladora desarrollada tanto en las tierras fronterizas como en las zonas costeras y del interior del reino.

Los enfrentamientos con portugueses y castellanos obligaron a Fernando II a fortificar sus fronteras con ambos reinos. Frente a Castilla, se establecieron guarniciones en Tierra de Campos, como las de Almansa, Ferrera, Mansilla, Coyanza, Villalpando, Mayorga, Rueda, Ardón o Benevente, a la que Fernando II concedió, en 1164, su conocido fuero. 

Fernando, encomendó la defensa de la frontera a las recién creadas órdenes militares de Santiago y Alcántara, órdenes que fueron compensadas, con cuantiosos bienes y privilegios y que serían de gran importancia, para el posterior desarrollo de la Reconquista.

El reinado de Fernando II se caracterizó por la intensa labor repobladora desarrollada tanto en las tierras fronterizas como en las zonas costeras y del interior del reino.

Los enfrentamientos con portugueses y castellanos obligaron a Fernando II a fortificar sus fronteras con ambos reinos. Frente a Castilla, se establecieron guarniciones en Tierra de Campos, como las de Almansa, Ferrera, Mansilla, Coyanza, Villalpando, Mayorga, Rueda, Ardón o Benevente, a la que Fernando II concedió, en 1164, su conocido fuero.

Fernando II falleció, en la ciudad zamorana de Benavente, el 22 de enero de 1188, a los cincuenta y tres años de edad y fue sucedido en el trono, por su hijo primogénito, Alfonso IX de León.

El sepulcro del rey Fernando se encuentra colocado en la Capilla de las Reliquias de la catedral de Santiago de Compostela, donde se halla el Panteón Real de la seo compostelana.

Sobre un sepulcro de piedra liso, se halla colocada la estatua yacente que representa al difunto rey, que aparece ataviado con túnica y manto, ceñida la frente con corona real, y su cabeza aparece representada con cabello rizado y con barba, hallándose el brazo derecho del soberano, levantado y colocado a la altura de su cabeza, mientras que su mano izquierda reposa sobre su cuerpo.

lunes, 20 de enero de 2025

Juan de Grijalva, el Conquistador español que exploró la costa de México

Tal día como hoy, 21 de enero de 1527, fallece el conquistador español Juan de Grijalva, en un encuentro armado con indígenas centroamericanos,

Juan de Grijalba fue un conquistador español, que exploró la costa de México y tuvo la primera noticia de la existencia del Imperio azteca. Acompañó a su tío Pánfilo de Narváez a la isla La Española, desde donde partió en la expedición de Diego Velázquez a Cuba.
 
Juan de Grijalva se trasladó en su juventud a Cuba, donde contó con el apoyo político de su tío, Pánfilo de Narváez, y de su paisano, el gobernador Diego Velázquez de Cuéllar. Intervino en el proceso de conquista y colonización de la isla, desde 1511 y dos años después, a las órdenes de Pánfilo de Narváez Narváez, recorrió y sometió el interior del territorio.

Según la crónica de Herrera, cuando Velázquez partió para celebrar su boda, le dejó a cargo de la colonia de Santiago de Cuba, donde residían fray Bartolomé de Las Casas y cincuenta españoles.

En 1514, participó en la fundación de la villa Trinidad, en la que permaneció en calidad de poblador y encomendero, hasta que Diego Velázquez le puso al frente de una expedición, que tenía la misión de completar las exploraciones que, a lo largo del Golfo de México, entre la Península del Yucatán y la de Florida, había realizado Francisco Hernández de Córdoba.

Entre los integrantes de la expedición, que partió en abril de 1518, figuraron Pedro de Alvarado, Francisco de Montejo, Alonso Dávila y un futuro historiador de la conquista de México: Bernal Díaz del Castillo. Los cuatro navíos recalaron el 3 de mayo, en la isla de Cozumel, a la que Grijalva dio el nombre de Santa Cruz, antes de avistar el continente americano.

Posteriormente, recorrieron la costa este del Yucatán y entraron en contacto con distintas poblaciones, de origen maya y nahua, herederas de la antigua magnificencia de la cultura maya, en decadencia desde el siglo anterior. Hallaron las bocas de los ríos Usumacinta, Tabasco, Coatzacoalcos y Papaloapan, y establecieron relaciones, con los indígenas que poblaban sus márgenes.

Más tarde alcanzaron la desembocadura de otro río, denominado Banderas por Grijalva, donde tuvieron la primera noticia de la existencia del imperio azteca, al recibir a una embajada enviada por Moctezuma II.

El 19 de junio, los españoles desembarcaron en las cercanías de la actual Veracruz, en las playas de San Juan de Ulúa, y tomaron posesión de aquel puerto, al que dieron el nombre de Santa María de las Nieves. Pese a la insistencia de algunos de sus capitanes, Grijalva no se atrevió a fundar una colonia.

Después de enviar a Pedro de Alvarado a Cuba, en busca de refuerzos, Juan de Grijalva continuó su exploración costera, pero, al verse acosado por nativos hostiles, en las cercanías de la desembocadura del río Canoas, siguió el consejo del piloto Antón de Alaminos y, el 21 de septiembre, determinó regresar, ante la oposición, entre otros, de Francisco de Montejo y Alonso Dávila.

Cristóbal de Olid, ante su tardanza, había salido en su busca, sin conseguir hallarlo. Al llegar a Cuba, dio noticia de sus descubrimientos a Diego Velázquez, que, condicionado por el informe de Pedro de Alvarado, criticó su falta de decisión colonizadora y envió a Hernán Cortés, a conquistar las nuevas tierras descubiertas en 1519.

En 1523 participó como jefe de escuadra, a las órdenes de Francisco de Garay, en un fallido intento de conquistar el Pánuco, que no fructificó al enviar Cortés varios de sus hombres para impedirlo. Pereció cuatro años más tarde, en un encuentro armado con indígenas centroamericanos, en una expedición que dirigió Pedrarias Dávila.

Gracias a su testimonio, los españoles conocieron la existencia del Imperio azteca.

domingo, 19 de enero de 2025

El encuentro de Colón y los Reyes Católicos que cambió la Historia

Tal día como hoy, 20 de enero de 1486, el navegante Cristóbal Colón se reunía por primera vez con los Reyes Católicos, en el Alcázar de los Reyes Cristianos de Córdoba.

A finales del año 1491, Cristóbal Colón parecía a punto de renunciar al sueño, que llenaba todos sus pensamientos desde hacía acaso una década: la travesía marítima hacia Asia a través del océano. Con 40 años recién cumplidos, había consumido en vano los últimos seis, haciendo gestiones ante el gobierno de Castilla, en busca de apoyos para la expedición.

Pese a que no faltó quien le secundase,los consejeros de los reyes y los expertos de la junta formada en Salamanca en 1486, se mostraban escépticos, cuando no hostiles, a un proyecto inusitado, que contradecía muchas ideas adquiridas, incluso la letra de las Sagradas Escrituras, y que se basaba en cálculos geográficos de lo más aventurado, sin contar que quien lo planteaba, era un forastero desconocido y sin formación académica. 

Es cierto que los reyes, no le habían dado una negativa clara, pero no cesaban de postergar su decisión, absortos como estaban en las operaciones de la guerra de Granada y otras ocupaciones.

Colón no desfalleció y había seguido a la corte en sus constantes desplazamientos, e incluso se dice que tomó las armas en una campaña de la guerra. Pero cuando a fines de 1491, justo antes de lanzar el asalto a Granada, los reyes lo recibieron en Santa Fe y de nuevo rehusaron garantizarle el apoyo a su empresa, el genovés decidió abandonar la corte y marchó a Huelva, al monasterio de la Rábida, donde había recalado en la primavera de 1485, después de que los portugueses también hubieran desoído su propuesta. La única opción que le quedaba era probar suerte en Francia, cuyo rey le había escrito invitándolo a exponerle su proyecto.

Fue entonces cuando fray Juan Pérez, el monje de la Rábida que lo había acogido en 1485 y que desde el principio había creído en su plan, decidió hacer una última gestión. Pérez había sido confesor de la reina Isabel y confió que ella le atendería. 

En efecto, la reina lo recibió, y aquella conversación fue decisiva, para que la reina volviera a llamar a Colón y para que éste, en una audiencia en Santa Fe justo después de la rendición de Granada, convenciera a los monarcas de que apoyaran su empresa. 

No tenemos datos precisos sobre cómo se desarrolló el encuentro, pero cabe pensar que fue en aquel momento, cuando entre el navegante genovés y la Reina Católica se fraguó una conexión, que tendría un efecto trascendental en la aventura del descubrimiento.

En Santa Fe, Colón se cuidó de hacer encajar su empresa, con el clima de exaltación religiosa que acompañaba el fin de Reconquista. Según afirmó, el viaje a la India permitiría llevar ayuda a los cristianos de aquel continente, trabajar por la conversión de los infieles y, además, utilizar los beneficios económicos de la expedición, que se preveían ingentes, para financiar una cruzada que liberara Jerusalén de los musulmanes, afirmación esta última, ante la que los reyes no pudieron evitar una sonrisa.

Sin duda debieron de pensar, que poco importaban tales concesiones en una empresa de resultado tan incierto y, por otra parte, ésta tampoco les iba a resultar gravosa económicamente, pues el presupuesto, de unos dos millones de maravedíes, quedaba cubierto por un préstamo, realizado por un funcionario del rey, Luis de Santángel, por la propia aportación de Colón, - gracias a un préstamo particular- y por la contribución forzosa de la ciudad de Palos, que debió proporcionar, dos de las tres carabelas de la expedición.

Ocho meses después de la partida de Colón desde el puerto de Palos, el 3 de agosto de 1492, llegó a la corte castellana la noticia de su retorno. Desde Lisboa, donde había recalado su navío, en marzo de 1493 Colón enviaba una carta a los Reyes Católicos en la que les anunciaba su sensacional gesta: había completado su viaje a través del océano hasta llegar a las costas de Asia, la misma zona que Marco Polo había recorrido dos siglos antes.

Fernando e Isabel, radiantes por aquel nuevo signo de favor de la providencia divina, escribieron de inmediato a "nuestro Almirante del Mar Océano y virrey y gobernador de las islas que se han descubierto en las Indias" –tal era el título que le correspondía en virtud de las Capitulaciones de Santa Fe– instándole a que se apresurara a reunirse con ellos en Barcelona, donde se hallaban en esos momentos.

El viaje del Almirante hasta la Ciudad Condal causó sensación. Colón llevaba siete indígenas americanos, así como papagayos, otros animales y plantas y frutos diversos, de modo que "la gente corría a los caminos para verle y a los indios y otras cosas y novedades que llevaba ", según escribía un cronista. 

En Barcelona, los soberanos lo recibieron con alborozo y le prodigaron los mayores gestos de deferencia, permitiéndole sentarse ante ellos o paseándose con él, por las calles de la ciudad.

Aunque las fuentes no lo precisan, debió de producirse entonces un encuentro personal entre Colón y la reina, que dejó honda impresión en el Almirante, pues ocho años más tarde, en una carta a la soberana, escribiría en tono rendido: "Yo soy siervo de vuestra alteza. Las llaves de mi voluntad yo se las di en Barcelona [...] Yo me di en Barcelona a Vuestra Alteza sin desar de mí cosa".

El éxito del viaje de 1492, le valió a Colón no sólo el consiguiente momento de fama, sino también una posición privilegiada en la corte real, como experto navegante y cartógrafo, al que los soberanos pedían a menudo consejo. 

Pero el prestigio del descubridor no tardaría en agrietarse, a causa de su discutida labor como gobernador de las tierras descubiertas. Ya durante su segunda estancia en las islas del Caribe, llegaron a la corte quejas de colonos españoles, que se sentían discriminados o maltratados por el Almirante.

A la vuelta de este segundo viaje, Colón acudió a Burgos para explicarse, e "informó [a los reyes] muy por menudo y les dio sus disculpas lo mejor que pudo", según recoge el cronista Santa Cruz. Los monarcas lo disculparon y le encargaron un nuevo viaje, el tercero, que al cabo resultaría letal para la reputación de Colón.

Enfrentado a la rebelión abierta de una parte de los colonos españoles, sus intentos por imponer su autoridad, no hicieron sino redoblar las quejas y denuncias hasta que finalmente los reyes decidieron intervenir enviando a un comisario especial, para que asumiera el gobierno de las islas, aun a costa de violar los privilegios de Colón. Nada más llegar a La Española, en agosto de 1500, el corregidor Bobadilla, apresó a los tres hermanos Colón y los envió encadenados a España.

Pese a todos estos conflictos, los reyes no se ensañaron con Colón. Nada más llegar a Cádiz en noviembre de 1500, mandaron liberarlo y lo llamaron a la corte. En una carta al Almirante le decían: "Tened por cierto que vuestra prisión nos pesó mucho [...] y luego que lo supimos lo mandamos remediar [...] y ahora estamos mucho más en vos honrar y tratar muy bien". 

En Granada, le dispensaron una calurosa acogida y le permitieron organizar un nuevo viaje, que ellos mismos se prestaron a financiar. Pero le prohibieron poner el pie en La Española y lo despojaron, del monopolio del comercio con las Indias.

Pero cuando la reina se enteró de que Colón, en su tercer viaje –en el que había recibido el encargo expreso de ocuparse de la evangelización de los indígenas– había repartido a los indígenas como esclavos de sus colonos, estalló de indignación.

Según Fray Bartolomé de las Casas, la soberana clamó: "¿Qué poder tiene mío el Almirante para dar a nadie mis vasallos?". Los habitantes de las Indias no eran enemigos de la Corona y por ello no se les podía hacer la guerra y luego venderlos como esclavos. Por ello, ordenó que los indios llegados a España como esclavos fueran devueltos a sus lugares de origen en América.

El cuarto viaje, fue una sucesión de desastres, y Colón hubo de volver a Sevilla a finales de 1504, enfermo y deprimido. Cuando se enteró de que la soberana se encontraba gravemente enferma, escribió una carta, el 1 de diciembre de 1504, a su hijo Diego, que desempeñaba un cargo en la corte, en la que rogaba por la salud de la reina y decía que ella era la única, que podría impedir que las Indias se perdieran.

Pero todas sus expectativas se vieron defraudadas: la reina había fallecido cinco días antes, y sus sucesores, desatendieron todas las instancias del Almirante, que murió en Valladolid, no pobre, como él mismo decía con exageración, pero sí amargado, el 20 de mayo de 1506

sábado, 18 de enero de 2025

La Historia de Radio Nacional de España

Tal día como hoy, 19 de enero de 1937, el militar José Millán-Astray fundaba Radio Nacional de España. Lo hacía en la ciudad de Salamanca en plena Guerra Civil Española.

Radio Nacional de España, no fue la primera emisora de Radio en España. De hecho, cuando se creó, el medio radiofónico, ya se encontraba consolidado en toda la Península Ibérica. Tampoco fue la primera emisora de radio, en ser utilizada por el bando sublevado durante la Guerra Civil Española.

Los rebeldes ya se habían aprovechado de las ventajas propagandísticas, que ofrecía la radio, en ciudades como Sevilla o Burgos.

La creación de Radio Nacional de España se produce el 19 de enero de 1937, día en el que  hizo su primera emisión gracias a  un emisor de 20 kilovatios de la marca Telefunken, que el ministro de Propaganda de la Alemania nazi, Joseph Goebblels, regaló a su fundador, el general José Millán-Astray, creador de la Legión Española y responsable de la Oficina de Prensa y Propaganda, del bando sublevado.

El aparato que permitió aquella primera emisión de Radio Nacional de España, fue enviado desde Alemania por mar. Lo hizo hasta el puerto de Vigo y, desde allí, fue transportado en camiones, hasta sus estudios, el Palacio de Anaya de Salamanca.

El nombre de Radio Nacional viene dado, por el adjetivo que había adoptado el bando sublevado. La primera voz que se escuchó a través de esta radio, fue la de Fernando Fernández de Córdoba, un actor que, tras ser elegido por José Millán-Astray, abandonó el frente, para convertirse en la voz de los sublevados.

Su mensaje más importante, es también uno de los mensajes de mayor trascendencia en la historia de España, el anuncio oficial del final de la Guerra Civil Española el 1 de abril de 1939. “En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército Rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado”, declamó en su día Fernando Fernández de Córdoba.

Desde la década de los 40 y hasta 1977, Radio nacional de España tuvo exclusividad de la información, por orden de Francisco Franco. Durante ese tiempo, las emisoras privadas eran obligadas a retransmitir "el parte".

La emisora nació en plena guerra civil y nos acompañó en la dictadura, la transición y la democracia. Desde su fundación, Radio nacional de España, ha sido parte de nuestras vidas, nuestras noticias, nuestra música o nuestro entretenimiento. La actualidad ha sido el hilo del que siempre ha tirado, fuese más amable de contar o no.

Y aunque a veces se ponga en duda su futuro, la radio debe fluir y ser testigo y cómplice de los tiempos en los que vive. "Yo creo que si la imaginación se sigue manteniendo en la radio y seguimos estrujando un poco los sesos, seguro que encontramos fórmulas nuevas y vamos para adelante", explica el que fuera corresponsal de RNE en Roma, Guillermo Orduna.

En la actualidad,  Radio Nacional de España se ha consolidado, como uno de los medios generalistas más importantes del espectro radiofónico en España.

viernes, 17 de enero de 2025

El sistema de correos en el Imperio español

Tal día como hoy, 18 de enero de 1505, el Rey de Castilla Felipe I "el Hermoso" otorgaba el cargo de Correo Mayor de Castilla a Francisco de Tassis, decisión que se llevó a cabo con el fin de organizar el transporte de la correspondencia, entre los diversos territorios controlados por el monarca de la casa de Habsburgo.

Procedente de una noble familia lombarda, Francisco de Tassis no fue elegido por casualidad para esta encomiable tarea, puesto que ya había sido el encargado de reorganizar el correo en los Países Bajos, al servicio del Emperador Maximiliano I de Habsburgo.

A la muerte de la reina Isabel de Castilla, el 26 de noviembre de 1504, Felipe " el Hermoso" heredó el trono castellano, gracias a su matrimonio con Juana I de Castilla "la loca", hija de Fernando II de Aragón y de la difunta Isabel.

Felipe, el 18 de enero de 1505, lo nombra Correo mayor de España y permite a los Tassis, fundar nuevas postas en Bruselas, Malinas, y en muchas otras ciudades de la zona, lo que permitió el servicio de correos, tanto en verano como en invierno.

Su función como Correo Mayor de Castilla,  era la de proporcionar un transporte seguro para la correspondencia. Francisco de Tassis lo consiguió, gracias a un sistema eficaz y sólido de mensajeros, que podía enviar un mensaje entre Madrid y Bruselas, en apenas diez días. Esa hazaña fue posible mediante un servicio de postas, en el que los mensajeros se iban pasando la correspondencia, cada 20 kilómetros.

Francisco de Tassis se encargo de establecer las mejores rutas, de contratar y despedir a los maestros de postas y mensajeros, así como de negociar tratado postales. Para ello, el Rey le otorgó una considerable paga anual, además de una casi completa potestad sobre sus subordinados.

El apogeo del servicio de correo, tuvo lugar durante el reinado del Rey Carlos I de España y V de Alemania, quien para gobernar su vasto imperio, precisaba de noticias frescas en todo momento, una labor de la que se encargaba el Correo Mayor. La familia Tassis, ocupó dicho cargo durante doscientos años.

Los primeros intentos serios, de establecer unas relaciones epistolares regulares, surgen en el reinado de Felipe II cuando, siguiendo la labor empezada por su padre el Emperador Carlos I, ha de gestionar los enormes territorios que se encontraban bajo su corona.

El reinado de Felipe II ,exigió una enorme infraestructura postal, que debía soportar la transmisión diaria de noticias y órdenes para el control de sus extensos dominios, para la gestión de las inmensas riquezas, que desde los territorios americanos recién descubiertos eran puestas en sus manos, para el mandato y control de sus grandes ejércitos, además de la toma de decisiones, para el gobierno de sus posesiones.

El correo para Flandes partía desde Madrid, o donde estuviera la Corte, seguía por Burgos y Vitoria entrando a Francia por Irún, continuando por Blois hasta París para desde aquí dirigirse hacia Bruselas y de aquí a los territorios españoles en aquellos dominios.

El correo para Italia partía desde Madrid, o donde estuviera la Corte, siguiendo por Burgos y Vitoria entrando a Francia por Irún, continuando hasta Lyon para desde aquí dirigirse a Génova, para continuar camino seguidamente hacia Milán y el resto de los Estados Italianos.

La inmensa mayoría de la correspondencia generada para la gobernación de tan amplio imperio, era trasladada por correos reales, es decir, aquellos que para su propio servicio, despachaban los reyes y que durante este período postal, hasta 1706, fue gestionado por la familia Tassis y sus descendientes.

Aproximadamente en 1580, comienzan a establecerse los correos ordinarios y periódicos en todos los Reinos y, a su vez, en algunas ciudades importantes, dependientes de la Corona de Castilla, estableciéndose además un servicio desde la Corte a Génova, Milán, Roma y Nápoles cada 15 días, servicio que recibe asimismo la correspondencia pública, para las ciudades de tránsito en su itinerario postal.

jueves, 16 de enero de 2025

Pedro Calderón de la Barca, poeta soldado de los Tercios Españoles

Tal día como hoy, 17 de enero de 1600, nacía en la villa de Madrid Pedro Calderón de la Barca, el poeta soldado de los Tercios españoles.

Pedro Calderón de la Barca, era hijo de un alto funcionario de la Corte, que ocupaba el cargo de secretario de Hacienda Real. Su predecesor quiso darle una esmerada educación, por ello Pedro Calderón de la Barca empezó a ir al colegio a los 5 años.

Después de destacar en los estudios básicos, su padre le destinó a ocupar la capellanía de la familia. Con este fin, Calderón de la Barca ingresó en el Colegio Imperial de los Jesuitas de Madrid, para estudiar gramática, latín, griego y teología. 

Su formación continuó, con los estudios de lógica y retórica en la Universidad de Alcalá de Henares y, más tarde, al fallecer su padre, se graduó en derecho canónico y civil en la Universidad de Salamanca.

Tras concluir sus estudios, Pedro Calderón de la Barca no cumplió con el designio de su padre, al no ordenarse como sacerdote. Este prefirió entregarse a las calles de Madrid, en las que se vio envuelto en diversas rencillas, que le forzaron a enrolarse en los Tercios españoles.

Entregado a las calles madrileñas del periodo, tan pendencieras como anchas de cornudos, Calderón se vio envuelto en diversas rencillas que le forzaron a enrolarse en el ejército de Flandes en 1623, para prevenirse de malas estocadas.

El poeta, que ya había estrenado su primera comedia en Madrid, "Amor, honor y poder", con motivo de la visita del Príncipe de Gales , marchó a Italia y posteriormente a Flandes, al servicio del Duque de Frías. Desde 1609, la situación se había mantenido en calma, entre el Flandes español y los rebeldes, ya constituidos como Provincias Unidas, durante la tregua conocida, como la de los Doce Años.

Sin embargo, la llegada del dramaturgo madrileño a este territorio, coincidió con la reanudación de la actividad armada a cargo, en el caso español, del comandante genovés Ambrosio Spínola. Es muy posible, que estuviera entre los soldados de los Tercios españoles que asediaron con éxito la ciudad de Breda, en el año 1625 o al menos que participaran en alguna de sus fases.

A su vuelta de Flandes, Pedro Calderón de la Barca retomó su papel de granuja madrileño, metiéndose continuamente en líos. Uno de los más conocidos ocurrió con un comediante al que persiguió, espada en mano, hasta el convento de las Trinitarias, lugar santo en el que se encontraba la hija de Lope de de Vega. Este hecho le granjeó una enemistad de por vida con Lope de Vega, el llamado "Fénix de los ingenios" por Miguel de Cervantes.

Mientras la obra de su enemigo Lope de Vega se apagaba, Pedro Calderón de la Barca se convirtió en el favorito del Rey Felipe IV. El aprecio del Monarca por Calderón, se plasmó en su nombramiento como Caballero de la Orden de Santiago, en el año 1636.

Quizás creyéndose en la obligación, por ser miembro de esta orden o por petición directa del Rey, el dramaturgo sentó plaza de coraza -caballería acorazada- para participar en el sitio de Fuenterrabía, por los franceses en 1638, y en la guerra de secesión de Cataluña, en 1640.

Durante una acción armada, murió en el puente de Camarasa -Lleida-, uno de los hermanos de Calderón en 1645, que tras treinta años en servicio, había alcanzado el cargo de maestre de campo general. 

Fue entonces cuando el dramaturgo, se sumió en una depresión que corresponde también con la crisis de un Imperio español, al borde del precipicio, entre la caída del Conde-Duque de Olivares en 1643 y la firma en 1648, de la Paz de Westfalia.

De este último conflicto regresó huyendo de nuevo, de un asunto de cuchilladas callejeras, viviendo en sus carnes ampliamente, la dureza de la guerra en Cataluña. En 1642 obtuvo licencia para convertirse en secretario del Duque de Alba, donde pudo dedicarse plenamente a la creación literaria.

Poco tiempo después, del nacimiento de su hijo natural, Pedro José, el poeta ingresó en la Tercera orden de San Francisco y se ordenó sacerdote en 1651. Así obtuvo la capellanía, que su padre tanto ansiaba para la familia, la de los Reyes Nuevos de Toledo, y renunció a escribir comedia, para dar prioridad a la composición de autos sacramentales, género teatral que perfeccionó y llevó a la máxima plenitud, hasta su muerte.

Con 110 comedias y dramas a la espalda, Pedro Calderón de la Barca falleció el 25 de mayo de 1681, cuando todavía estaba considerado el mejor dramaturgo vivo. El autor de "La vida es sueño»" fue el último representante, de una larga estirpe de poetas soldados.

Un fragmento de su obra "Para vencer amor; querer vencerlo" sintetiza lo que significaba para él la vida en los tercios españoles :

"Aquí la necesidad
no es infamia; y si es honrado,
pobre y desnudo un soldado
tiene mejor cualidad
que el más galán y lucido;
porque aquí a lo que sospecho
no adorna el vestido el pecho
que el pecho adorna al vestido".

Pedro Calderón de la Barca (1600-1681), poeta y soldado

miércoles, 15 de enero de 2025

Cuando el Emperador Carlos V renunció a su trono

Tal día como hoy, 16 de enero de 1556, el Rey Carlos I de España y V de Alemania cedía a su hijo Felipe II la Corona de Castilla y Aragón. Se trata de la primera renuncia al trono de un monarca español.

La decisión del Rey Carlos I de España y V de Alemania, tiene lugar en una etapa de su vida de profunda reflexión, provocada principalmente por la muerte de su madre, la Reina Juana "la Loca". La noticia encontró al monarca, enfermo por la gota y muy envejecido.

Todos los grandes protagonistas, que junto al Rey Carlos I de España y V de Alemania habían trazado la escena europea, en la primera mitad del S. XVI habían fallecido. El Rey Enrique VIII de Inglaterra, Francisco I de Francia, Martín Lutero, Erasmo de Róterdam, el Papa Paulo III…

Aquella realidad, hizo que el Emperador español comenzase a tener conciencia, de que Europa vivía un nuevo escenario con nuevos protagonistas, también que su concepción del Imperio español, ya era el pasado y que España era una potencia hegemónica, que necesitaba de un cambio de aires. Por todo ello, el Rey Carlos I de España y V de Alemania decidió, renunciar a sus títulos.

Finalmente, el 12 de abril de 1555, Juana falleció y todo el mecanismo de la abdicación se puso en marcha. Primero Carlos se dedicó, a intentar alcanzar esa paz de compromiso en el imperio, con la cuestión religiosa y, tras haberlo logrado, inició en el mes de octubre de ese mismo año, las llamadas Abdicaciones de Bruselas.

Durante varios meses, convocó diferentes actos solemnes en la ciudad belga en los que, uno a uno, fue abdicando de sus derechos en los distintos Estados, que llevaba gobernando desde hacía casi cuarenta años. Y fue el 16 de enero de 1556, cuando estaban a punto de cumplirse cuatro décadas, de la muerte de su abuelo Fernando "el Católico" y su propio acceso al trono, cuando abdicó en su hijo, para que este se convirtiera en Felipe II de Castilla y Felipe I de Aragón.

Mientras tanto, y consciente de que la Paz de Augsburgo era muy frágil y que el Sacro Imperio Romano Germánico, iba a ser muy difícil de solventar, el título imperial no le fue concedido a su hijo Felipe, sino que se lo dio a su hermano Fernando, separando así el linaje de los Habsburgo, en dos líneas principales, la hispánica y la austriaca, durando esta última hasta 1918 en pleno siglo XX. 

Previamente a las abdicaciones, Carlos había cedido a Felipe en 1555, la dignidad de Gran Maestre de la Orden del Toisón de Oro.

Tras su abdicación, el Rey Carlos I de España y V de Alemania, regresó nuevamente a España, lo hizo para retirarse de la vida pública en el monasterio de Yuste, lugar en el que falleció el 21 de septiembre de 1558, a causa del paludismo y la gota.

martes, 14 de enero de 2025

El efímero reinado del rey de España, Luis I "el Bien Amado"

Tal día como hoy, 15 de enero de 1724, Luis I era proclamado Rey de España, tras la inesperada abdicación de su padre Felipe V. De esta forma se iniciaba el reinado más breve, de la historia de España.

Conocido como "el Bien Amado" y "el Liberal’" Luis I era el primogénito del Rey Felipe V y la Reina María Luisa de Saboya. El 7 de abril de 1709m fue jurado como Príncipe de Asturias ante las Cortes, en el monasterio de San Jerónimo de Madrid. 

Entre 1717 y 1720 fue educado y preparado por el Marqués de Riscal de Alegre,  Baltasar Hurtado de Amézaga Unzaga, para ser Rey, cargo al que accedió el 15 de enero de 1724, tras la inesperada abdicación del Rey Felipe V.

Luis en 1722, se casó con Luisa Isabel de Orleans, hija del regente de Francia, mujer sin apenas educación y con la personalidad, de una niña caprichosa y extravagante, como demostraba el hecho de jugar desnuda, en los jardines de palacio y su pereza y desaseo.

Con diecisiete años, el Príncipe de Asturias era un inexperto para reinar y tenía ya bastantes preocupaciones, con contener a su extravagante esposa, pese a lo cual el 9 de febrero de 1724, Luis I fue proclamado Rey, dando inicio al reinado más corto en la historia de España.

El pueblo, dio la bienvenida con entusiasmo a este joven, al que dieron el apelativo del “Bien amado” que las crónicas presentan como; “afectuoso y franco en su trato, sin amenguar por esto su continente grave y digno; y se le reconocía capacidad y aplicación en el estudio de las ciencias y las artes”.

Buscando reivindicar su poder, Luis se rodeó de tutores alejados de la influencia de los anterior Reyes, dando un giro a la política exterior del reino, que se tradujo en más medios para América y  menos para la recuperación, de las posesiones italianas y en un descenso, en la influencia francesa en la Corte.

Su reinado estuvo marcado, por la creciente locura de Luisa Isabel, hasta que finalmente, el Rey ordenó el encierro de su esposa en el Palacio Real. El hartazgo tuvo lugar tras una recepción pública, en la que la soberana se desnudó y empleó su vestido, para limpiar los cristales del salón.

El encierro de casi dos semanas hizo recapacitar a la joven, que envió cartas a Luis pidiéndole perdón y este quedó patente, cuando ambos enfermaron de viruela, a mediados de agosto y aunque Luisa Isabel sobrevivió a la enfermedad, permaneció al lado de su marido, hasta el último suspiro de este, el 31 de agosto de 1724, en que terminó el reinado de Luis I.

La Corona, reservaba pocas expectativas para las reinas viudas y Felipe V devolvió a Francia a la joven, como quien descambia un aparato defectuoso en la tienda de electrodomésticos.

En el testamento de Luis, este nombraba a su padre como heredero universal, lo que contravenía los términos de la abdicación de Felipe V, que especificaba que de morir sin herederos, la Corona pasaría a su siguiente hijo, Fernando, de once años.

Su reinado, el más efímero de la historia de España, fue intranscendente. A pesar de ostentar el título de monarca, nunca llegó a reinar de manera efectiva, tan solo se ocupaba de acudir a fiestas, con su círculo más cercano.

El poder real, descansaba en manos de un gabinete de gobierno instituido por su padre, el Rey Felipe V, quien continuaba influyendo en la política del Reino, desde su retiro en el Real Sitio de la Granja de San Ildefonso.

Luis I de España falleció de forma prematura el 31 de agosto de 1724 a causa de la viruela. Lo hizo 229 días después de ser proclamado Rey de España. Su muerte sin descendencia obligó a su padre, el Rey Felipe V, a volver al trono. Se iniciaba así la segunda etapa de su reinado, esta vez hasta el fin de sus días.


lunes, 13 de enero de 2025

La ley de matrimonios mixtos que cambió la colonización de América

Tal día como hoy, 14 de enero de 1514, el regente del Reino, Fernando "el Católico",  emitía mediante Real Cédula, una ley que permitía el matrimonio entre sus súbditos y los indígenas del nuevo mundo.

En 1503, la Reina Isabel "la Católica" reclamó al gobernador Nicolás Ovando, hombre fundamental en los primeros años de presencia europea en América, que fomentara los matrimonios mixtos, "que son legítimos y recomendables porque los indios son vasallos libres de la Corona española"

Esta ley de matrimonios mixtos, no solo confirmaba el carácter igualitario que los Reyes Católicos trataron de dar en el nuevo mundo, también cambió para siempre la conquista de América.

Fernando "el Católico" utilizó el término “súbditos”, ya que la ley de matrimonios mixtos, no implicaba únicamente a los habitantes de los Reinos de Castilla y Aragón, sino a toda persona que estuviera bajo el poder de su Imperio, eso incluía a los napolitanos y a los sicilianos.

A pesar de la medida puesta en marcha por Fernando "el Católico", los matrimonios mixtos en el nuevo mundo, ya eran una realidad desde 1503, año en el que la Reina Isabel "la Católica" fomentó que los conquistadores españoles se casaran con las nativas americanas, para dar estabilidad a los nuevos territorios conquistados.

Los matrimonios mixtos eran consentidos y registrados por la Iglesia. Uno de los primeros conquistadores destacados, en tomar como esposa a una indígena fue Alonso de Ojeda, famoso explorador que formó parte del segundo viaje de Cristóbal Colón, a América y dio nombre a Venezuela.

Alonso de Ojeda conoció a una indígena llamada Guaricha. Durante un viaje de exploración en la primavera de 1499, le bautizó a orillas del lago Maracaibo con el nombre de Isabel.  Su plan original era incorporar a la joven al servicio de su casa, sin embargo, la persistencia de Guaricha le impulsó a casarse y a tener tres hijos con ella.

Otro de los casos más conocidos, fue el de Malineli Tenepatl, más conocida como "la Malinche", mujer que fue regalada a Hernán Cortés y que acabó convirtiéndose en un personaje fundamental, para la conquista de América, al traducir para los españoles, las diferentes lenguas de los nativos.

Las mujeres, una vez casadas y cristianizadas, se convertían en súbditos de pleno derecho. Lo mismo les pasaba a sus hijos. Se trataba de una forma de proteger de manera automática, los derechos de sucesión de bienes y propiedades generados por el matrimonio.

Los matrimonios mixtos cambiaron para siempre la conquista de América. Permitieron a los conquistadores españoles entenderse con los indígenas del nuevo mundo y dieron estabilidad a los nuevos territorios conquistados.

Al reconocer la posibilidad del matrimonio entre ambas razas, la cédula de Fernando el Católico sirvió para llenar un vacío legislativo, referente a la condición legal de los indios, asegurando la absoluta legitimidad e igualdad de la descendencia que surgiera de los matrimonios mixtos, comparados con los matrimonios de Castilla y Aragón.

No sólo reconocía una realidad ya existente. También abría la puerta al mestizaje y a la simbiosis cultural, que fueron características exclusivas del imperio español, y que hicieron única a la experiencia colonial española, en comparación con los demás imperios y reinos europeos.

Hay que recordar que en EE.UU., los matrimonios interraciales no fueron declarados completamente legales en todos sus estados, hasta 1967, cuando la Corte Suprema consideró inconstitucionales las leyes "anti-mestizaje", que aún sobrevivían, en algunos lugares del país.