Tal día como hoy, 12 de julio de 1873, en la ciudad española de Cartagena, se inició la llamada Rebelión Cantonal, con un levantamiento federalista que instauró el Cantón de Cartagena, una especie de Gobierno al margen del Estado español.
En Cartagena, los republicanos federales proclamaron el cantón, el 12 de julio de 1873 mediante la colocación de la bandera roja,- símbolo revolucionario- en el castillo de San Julián. Los cantonalistas, ocuparon el Ayuntamiento, el Arsenal y las baterías de costa.
El rey Amadeo de Saboya, tras un breve reinado, marcado por la inestabilidad política, abdicó del trono español en febrero de 1873, cansado de la ingobernabilidad del país. Este hecho dio paso a la Primera República, un período convulso en el que numerosas facciones, pugnaron por reformar las leyes e instituciones, de una España en decadencia.
Las elecciones que siguieron a la abdicación las ganó el Partido Federalista, el cual pretendía dar, una mayor autonomía a las diferentes regiones del país, con el fin de crear un estado federal, según el modelo norteamericano.
Las promesas electorales, no se concretaron en ninguna acción por parte del Gobierno, por lo que los partidarios de federalismo, empezaron a impacientarse. Esto hizo que los diputados federales intransigentes ,se retiraron de las Cortes y constituyeron en Madrid un Comité de Salud Pública, que llamó a la insurrección
El núcleo de la revuelta fue Cartagena, debido a sus excelentes defensas y la presencia allí de la mayoría de la Armada. El plan consistía en dividir el país en un conjunto de repúblicas semi-independientes, llamadas cantones, que se gestionarían a si mismas, al margen del Gobierno central.
Desde Cartagena, el cantonalismo se extendió a lo largo del mes de Julio, por las principales ciudades del sureste peninsular y, gracias a una serie de revueltas coordinadas, se rebelaron Murcia, Sevilla, Granada, Valencia y otras poblaciones menores, que se constituyeron inmediatamente, en cantones independientes.
Desde el inicio de la revuelta, el Gobierno de España había concentrado al ejército, que fue enviado a finales de julio, contra los principales focos de la revuelta, cayendo así Sevilla, Cádiz y Granada a manos de general Manuel Pavía. Simultáneamente otra fuerza, dirigida por el general Martínez Campos, ocupaba Valencia tras un breve bombardeo.
El ejército centralista, también recuperó la ciudad de Murcia y, tres días más tarde, los centralistas se encontraban a las puertas de Cartagena, iniciando el asedio.
En noviembre, las fuerzas centralistas empezaron el bombardeo de la plaza. La ciudad fue sometida a un intensísimo castigo en el que se llegaron a arrojar 1.000 proyectiles diarios, la mayoría de edificios fueron dañados y 300 totalmente destruidos.
A este ataque desde el exterior, se sumaban los numerosos agentes del gobierno infiltrados en la plaza, que intentaron sobornar a los líderes rebeldes y realizaron numerosos sabotajes, incluido el hundimiento de la fragata Tetuán y la voladura del Parque de Artillería, lugar en el que murieron 400 personas, que se refugiaban allí de las bombas.
Bajo amenaza constante, los cantonales resistieron gracias a reservas de bacalao y sardinas en salazón, almacenadas por la Junta en previsión de un posible asedio. Irónicamente los 10.000 defensores de la plaza superaban en número a los 8.000 sitiadores, pero no se emprendió ninguna acción, aparte de responder pasivamente al fuego desde las baterías y castillos, que rodeaban la ciudad.
Gracias a la mediación de la Cruz Roja, las mujeres y los niños fueron evacuados, a bordo de barcos británicos, evitando así un mayor derramamiento de sangre.
Los cantonalistas aguantaron durante meses, incluso, para aguantar, llegaron a proponer al gobierno de los Estados Unidos,entrar a formar parte de la potencia norteamericana. Sin embargo, esto nunca se llegó a producir y, desprovistos de medios para continuar la defensa, se fueron entregando y el 12 de enero de 1874, la ciudad se rindió finalmente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario