jueves, 17 de diciembre de 2015

El descubrimiento de la “Piedra del sol”

Tal día como hoy 17 de diciembre de 1790, se descubre bajo el Zócalo de la ciudad de México, “la Piedra del Sol”.

También conocida como “Calendario Azteca”, con un tamaño de 3,65 metros de diámetro y un peso de 24 toneladas, pertenece a la prehispánica cultura mexica y fue descubierta en el costado sur de la Plaza Mayor de la ciudad de México al reparar el suelo.

Tras su descubrimiento, se colocó en el muro de una de las torres de la catedral metropolitana, donde se deterioró no sólo por la intemperie, sino sobre todo porque la gente tomó la costumbre de lanzar inmundicias y fruta podrida al relieve.

En 1885  fue llevado al salón principal del Museo Nacional,  donde se convirtió en la pieza central de la "Galería de Monolitos", fundada en 1887.

La Piedra del Sol, es un monumento de carácter solar que muestra elementos relacionados con el transcurrir del tiempo, y su diseño es una imagen central, rodeada de cinco círculos concéntricos con bandas circulares donde aparecen elementos simbólicos del calendario.

Los religiosos indígenas lograron establecer un calendario con el cual pudieron dar sentido perfecto a su vida pues sabían en qué épocas sembrar, en cuáles cosechar, cuando hacer la guerra, cuando festejar y honrar a sus dioses de acuerdo a cuando éstos patrocinaban en la tierra, y sobretodo, cuanto debían temerles evitando con ello la probable destrucción tanto de sus pueblos y ciudades como del universo entero.

Probablemente, esta piedra ocupó un destacado lugar en el Templo Mayor de México-Tenochtitlan, en lugar reservado donde sólo los altos jerarcas religiosos tenían acceso a ella, quedando su visión vedada al pueblo llano y tras la conquista española, fue enterrada y permaneció así hasta su hallazgo en el Zócalo..

Para la estudiosa mexicana Rebeca Barrera, la Piedra del Sol no sería un calendario, sino un símbolo del fin de una era, la del Quinto Sol, que se produciría con la llegada del dios Quetzalcóatl.

Según la investigadora mexicana, la piedra sería por tanto una especie de profecía petrea que vaticinaba el fin del mundo azteca, cosa que realmente ocurrió con la llegada de los españoles, cuyo jefe militar, Hernán Cortés, habría sido confundido por los aztecas con el dios Quetzalcóatl.

Al parecer, esta confusión ayudó grandemente a Cortes y sus hombres, a conquistar tan vasto imperio.


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