domingo, 15 de diciembre de 2019

La "Ley para la Reforma Política", primer paso a la democracia

 
Tal día como hoy 15 de diciembre de 1976 en España, una vez fallecido el dictador Francisco Franco, se da el primer paso hacia una incipiente democracia, al aprobarse en referéndum la "Ley para la Reforma Política", a pesar de que los partidos de la izquierda, que no confían en el Gobierno de Adolfo Suárez, han pedido la abstención y de que la extrema derecha ha solicitado el " no" porque Franco así lo hubiera votado.

Enfrente del Gabinete de Suárez estaba el llamado " búnker", un hemiciclo nacido del aparato franquista y completamente opuesto a aceptar reformas, que fuesen en contra del régimen.

Para evitar fracturas legales, Torcuato Fernández-Miranda – presidente de las Cortes - redactó la Reforma Política como una Ley Fundamental, conservando las formas jurídicas que blindaban la dictadura e incluyendo mecanismos para, si fuera pertinente, poder enmendarla y rectificarla.

No obstante, el aspecto de la nueva ley era democrático: se otorga y reconoce la soberanía al pueblo, se avalan las Cortes, salidas de elecciones democráticas, como única institución capaz de elaborar y aprobar leyes, y se considera la opción del referéndum popular vinculante, como forma de ratificar cuestiones de interés nacional.

Intentando aumentar las posibilidades de que saliera adelante, Fernández-Miranda ideó meses antes el procedimiento de urgencia para agilizar los trámites burocráticos.

Como revela alguna crónica del momento, las reuniones y negociaciones clandestinas, al margen de la tribuna de oradores, fueron esenciales para cimentar , una mayoría sólida que secundara el proyecto.

Torcuato Fernández-Miranda era catedrático de Derecho Político y conocía perfectamente la estructura jurídica del franquismo. El dictador, lo designó preceptor del príncipe Juan Carlos, para que lo preparase hasta su momento de heredar la jefatura del Estado.

Cuando el momento llegó y el nuevo rey debía nombrar el Gobierno, Fernández-Miranda fue el primero en recibir la propuesta, pero la rechazó, porque entendió, que podía servir mejor a su país desde la presidencia de las Cortes, colaborando en los trámites para conseguir la transformación democrática de España.

El día de votación, para aprobar la ley, era necesario que dijeran "sí" dos tercios de la Cámara . El secretario de las Cortes fue nombrando a cada legislador y con más de 400 votos a favor, el presidente de la Cámara cerraba la sesión tras anunciar: "El proyecto de ley ha sido aprobado".

"Ese día se suicidó aquel régimen", dijo José Antonio Girón de Velasco, uno de los viejos prebostes de la dictadura. Lo que popularmente empezó a llamarse el harakiri de las Cortes franquistas, el búnker lo tradujo como una muestra de flexibilidad y sentido de la responsabilidad, "cabecera de diálogo y puente de concordia".

El empeño demócrata no fue repentino, ya que el último presidente de Franco, Arias Navarro, avanzó medidas clave para rescatar las libertades, como la Ley Reguladora del Derecho de Reunión, o la Ley de Asociaciones Políticas, que aunque no eran legales según el Código Penal, permitía la creación de partidos políticos, desvinculados del Movimiento Nacional.

Cuando la Ley estuvo redactada, Suárez, antes que a ningún otro sector, la presentó ante altos mandos de las Fuerzas Armadas, y dos días después de hablar con el estamento militar, el presidente presentó su proyecto ante los españoles a través de un mensaje televisado.

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