Desde que se unió al partido nazi, a principios de la década de los años 20 del pasado siglo, Hitler le brindó toda su confianza. Su primera misión fue liderar, a las temidas SA -Secciones de asalto - brazo armado del partido Nazi. Goering fue uno de los asaltantes ,del fallido golpe de estado de Múnich, -el Putsch de Munich- donde acabó herido.
Después del fallido golpe de estado, el dirigente nacionalsocialista tuvo que huir del país, al que no regresó hasta unos años más tarde, para entrar al parlamento como diputado.
Después de la llegada al poder de Hitler, realizó diversas tareas ministeriales, aunque su trabajo más destacado dentro del gobierno, fue la creación de la temida Gestapo.
A él también le correspondió la tarea, de planificar los primeros campos de concentración, y de organizar la represión contra judíos, minorías y disidentes.
Su siguiente función dentro del gobierno nazi, fue preparar la Luftwaffe -la fuerza aérea alemana- para el inminente conflicto bélico que puso a toda Europa en guerra.
Desde mediados de los años 30, Goering fue el encargado del rearme de su país —que había sido limitado por los acuerdos del Tratado de Versalles—, y de convertir la economía alemana, en una economía de guerra.
También gestionó la explotación de los recursos de los países invadidos. Los éxitos iniciales de la aviación germana reafirmaron su posición, pero los fracasos de Stalingrado y la Batalla de Inglaterra, minaron su influencia con el Führer.
Al terminar la II Guerra Mundial, fue apresado por las tropas norteamericanos y procesado en los juicios de Núremberg por su apoyo a la "Solución final", el plan para llevar a cabo el Holocausto judío. Su condena a muerte no se llegó a hacerse efectiva al suicidarse con cianuro la noche anterior a su ejecución,
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