William Whiston, era un matemático y clérigo anglicano, que fue profesor adjunto de Newton en Cambridge. Fue el mismo Newton quien lo designó como su sucesor en la cátedra Lucasiana, que siglos más tarde ocuparían Paul Dirac y Stephen Hawking.
Es probable que Whiston, perteneciera al famoso “colegio invisible”, que dio origen a la Royal Society, porque en sus mejores tiempos era elogiado no sólo por Newton, sino también por Locke . Pero cuando se enemistó con su Iglesia por una cuestión teológica, -que entonces era como decir “política”-, lo echaron de Cambridge y también de la Royal Society, sin que nadie se inmutara. Se dice que Newton -que profesaba las mismas creencias, pero sabía disimular- no hizo nada por defenderlo.
Sin embargo, Whiston había comenzado a interesarse por la cronología bíblica, por influencia de Newton, y cuando lanzó su teoría cosmológica, lo hizo para mostrar que podía ser, más newtoniano, que su maestro. La suerte le fue esquiva, y tras ser discriminado en vida por motivos religiosos, con el tiempo llegó a ser estigmatizado, como ejemplo de dogmatismo ciego. .
La obra de Whiston estaba organizada, al estilo de los Principia de Newton. Enunciaba postulados, hipótesis y corolarios, y llevaba un título para nada periodístico: “Nueva Teoría de la Tierra desde el Origen hasta la Consumación de todas las Cosas", donde se habla de la Creación del Mundo en Seis Días, el Diluvio Universal y la Conflagración General tal como están en las Sagradas Escrituras, y se muestra cómo pueden ser perfectamente aceptables para la Razón y la Filosofía”.
Whiston se proponía explicar todos los milagros de la Biblia, como una compleja serie de catástrofes, que atribuía al paso de los cometas. Este “catastrofismo” era casi necesario en una cosmovisión tan estática, que para cambiar necesitaba de la intervención, directa de Dios.
Whiston era fundamentalista: pensaba que todo lo que narra la Biblia es verdadero en sentido literal, pero se proponía explicarlo conforme a las leyes naturales, aunque hubiera que forzar estas.
En ese tiempo, los cometas conservaban toda su mística fama. Físicamente, se pensaba que tenían un núcleo mucho más masivo de lo que hoy se estima. Whiston podía sentirse autorizado a creer, que los cometas eran planetas en formación, y que la Tierra había sido uno de ellos.
El paso de un cometa, era lo que había puesto en movimiento a la Tierra después de la caída y otro había provocado el Diluvio, exactamente el 17 de octubre del año 2349 a.C.
En el futuro, serían otros dos cometas, los que se encargarían de causar el fin del mundo. Uno se llevaría la atmósfera y el segundo, haría blanco en la Tierra destruyéndola . Aunque se podría creer, que estas especulaciones beneficiaban al poder eclesiástico, nadie se tomó en serio a Whiston.
Fue criticado y ridiculizado por sus pares, especialmente después de que cayó en desgracia ante las autoridades. Hasta el escritor Jonathan Swift, se burló de él en "Los viajes de Gulliver", cuando hizo que los sabios de la isla voladora, estuvieran siempre, hablando de los cometas.
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