Tal día como hoy, 10 de enero de 1503, se creaba mediante Real Cédula la Casa de Contratación de Indias. el organismo que reguló el tráfico marítimo de mercancías y personas, entre España y el nuevo mundo.
Desde el segundo viaje de Cristóbal Colón a América, los Reyes Católicos mostraron su enorme preocupación, por la protección de sus nuevos dominios. Lo hicieron estableciendo restricciones y permisos para cualquier expedición.
De estas labores se encargó Juan Rodríguez Fonseca, arcediano de la catedral de Sevilla, capellán y hombre de confianza de la Reina Isabel "la Católica". Lo hizo hasta que,quedó patente, que estos asuntos no podían estar en manos de una única persona, los Reyes Católicos crean la Casa de Contratación de Indias.
La Casa de Contratación de Indias, se encargaba de regular el tráfico marítimo de mercancías y personas entre España y el nuevo mundo.
Sus competencias abarcaban cuestiones como el control de las instrucciones a capitanes y maestres, la defensa de las rutas oceánicas, el control de embarque de pasajeros y mercancías y el control de los derechos aduaneros, pero esta institución no solo realizaba funciones comerciales, también desempeñó un importante papel en el ámbito de la cartografía y la navegación, al establecer numerosas escuelas para navegantes, que sirvieron como precedente al resto de Europa.
Su ubicación fue la ciudad de Sevilla. Los motivos que propiciaron esta elección, fueron su excepcional ubicación que le preveía de ataques de fuerzas navales enemigas, sin necesidad de costosas obras de fortificación, las adecuadas estructuras comerciales y empresariales,de una ciudad controlada por la Corona y la riqueza agrícola y ganadera de la región.
La Casa de Contratación de Indias convirtió a Sevilla, en uno de los centros neurálgicos del Imperio español. La ciudad fue nombrada de manera oficial “puerto y puerta de las Indias” y fue declarada cabecera única de la ruta a América, hasta que en el año 1717 la Casa de Contratación de Indias, fue trasladada a Cádiz.
La producción cartográfica de la Casa de Contratación, estuvo basada en la continua corrección del padrón oficial, modelo oficial del mapamundi, que se actualizó constantemente, de acuerdo a los nuevos descubrimientos geográficos.
Ello la hacía una cartografía eminentemente empírica, para el uso casi exclusivo de navegantes y descubridores y de estricta confidencialidad. Por esta razón, aunque se convirtió a la institución en el principal centro cartográfico de Europa, su labor no trascendió al resto de la sociedad.
La Casa de Contratación de Indias permaneció activa durante 73 años más. La institución que los Reyes Católicos habían creado, el 10 de enero de 1503 para regular el tráfico marítimo de mercancías y personas, entre España y el nuevo mundo desapareció en 1790.
Paralelamente a la Casa de la Contratación, en 1543 se crea en Sevilla el Consulado de mercaderes, la Casa Lonja como la llamaban en los antiguos documentos sevillanos. Era una asociación comercial que protegía el comercio de la ciudad contra los "no burgueses", que mermó algunas de las facultades a la Casa de la Contratación.
El Consulado, asumió una parte considerable de la jurisdicción civil, sobre sus miembros, que antes ejercía la Casa de Contratación. Hasta esa fecha, los juicios y pleitos entre mercaderes se celebraban en la Casa, pero los mercaderes, deseosos que se les reconociera su jurisdicción, solicitaron permiso para constituir una asociación similar, a la de Burgos o Valencia. Sus principales ordenanzas son de 1556.
En el Consulado estaban representados, todos los tratantes con Indias, que no fueran extranjeros ni dependientes o subordinados suyos. Sus ingresos procedían de la avería o seguro marítimo, obligatoria para todo el que llevase más de un año negociando, o el que cargase en una o dos veces mercancías por valor superior a 1.000 ducados, Este impuesto o contribución permitía sufragar la organización de una Armada, que defendiera los buques del ataque corsario, en particular de los franceses.
Como la piratería, seguía siendo una continua amenaza para el comercio con América, el Consulado consiguió una ordenanza real, obligando a todos los vasallos que marchaban o que venían de las Indias, a que se uniesen a la flota oficialmente organizada a este efecto. Es decir, impuso el sistema de flotas, que sustitutía al llamado de navío suelto. El uso de este recurso, ya había sido experimentado por los navegantes mediterráneos, de la antigüedad, y seguía siendo utilizado tanto ahí, como en el Mar del Norte.
A medida que la estructura del comercio fue cambiando, y Sevilla se dedicó a exportar productos manufacturados, no fabricados en Andalucía, sino traídos en su mayor parte desde el extranjero, los miembros del Consulado sevillano, fueron ejerciendo más que nada un negocio de representación y comisión, en representación de todas las casas mercantiles de Europa.
No obstante, la costumbre y los intereses creados, continuaron protegiendo el monopolio de Sevilla, mucho después que el volumen del comercio hubiese rebasado las posibilidades, siempre limitadas, que ofrecía el puerto interior del Guadalquivir.
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