Tal día como hoy, 14 de julio de 1954, fallecía el dramaturgo español y Premio Nobel de Literatura en 1922, Jacinto Benavente.
Jacinto Benavente y Martínez, fue un destacado dramaturgo español nacido en Madrid. Proveniente de una familia culta, desde joven mostró un gran interés por la literatura y el teatro. Estudió Filosofía y Letras y Derecho, lo que influyó en su desarrollo como escritor.
Comenzó a escribir obras teatrales en la década de 1890, obteniendo su primer éxito con "El nido ajeno". Su estilo se caracterizó, por un lenguaje teatral magistral y diálogos convincentes, donde abordó temas sociales, amor, honor, moral y crítica social. Entre sus obras más destacadas, se encuentran "Los intereses creados", "Señora ama", "La malquerida" y "La ciudad alegre y confiada".
En 1922, recibió el Premio Nobel de Literatura, convirtiéndose en el primer dramaturgo español, en obtener este prestigioso galardón.
Las distintas y muy variopintas actitudes políticas e ideológicas, que Jacinto Benavente adoptó lo definen como fundamentalmente acomodaticio, burgués y conservador. Durante la Primera Guerra Mundial, se declaró germanófilo. Apoyó a Antonio Maura en La ciudad alegre y confiada de 1916 y su connivencia, con la dictadura de Primo de Rivera, le valió el desprecio de la intelectualidad.
Él correspondió él con la misma moneda: si en La noche iluminada, acoge un espacio vanguardista, de los que tanto gustaban a la Generación del 27, luego se burló de esas mismas tentativas escénicas de vanguardia en Literatura. Si defendió la revolución soviética en Santa Rusia de 1933, fue a trueque de expresar un fascismo sin pudor, en sus obras de posguerra desde 1940.
La Guerra Civil le cogió en zona republicana (Barcelona) e hizo declaraciones en favor del Gobierno republicano, que luego afirmó fueron forzadas por las autoridades y de las que continuamente se desdijo, en piezas como "Aves y pájaros" de 1940, "Abuelo y nieto", "La enlutada" o "La ciudad doliente" asistiendo además, a no pocos actos oficiales del franquismo, el cual, tras mostrarse reticente con sus obras, terminó por aceptarlas como muestras del teatro de los vencedores.
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Su legado perdura en el tiempo, con sus obras siendo representadas y estudiadas en teatros de todo el mundo. Jacinto Benavente falleció el 14 de julio de 1954, dejando un valioso legado literario y siendo una figura icónica, del teatro hispano.
Abordó casi todos los géneros teatrales: tragedia, comedia, drama, sainete. Todos los ambientes encontraron cabida y expresión cabal en su escena: el rural y el urbano, el plebeyo y el aristócrata. Su teatro, constituye una galería completa de tipos humanos, La comedia benaventina típica, costumbrista, moderna, incisiva, supone una reacción, contra el melodramatismo desorbitado de Echegaray.
En realidad, puede decirse que con su primera obra estrenada, El nido ajeno de 1894 la cuál llegó a traducirse en esperanto, plantea un problema de celos entre hermanos, el cuál abre un nuevo periodo, en la dramaturgia española.
En la última etapa de su vida literaria, dominada en algunos aspectos por su familiaridad con el modernismo, escribió algunas obras de teatro infantil como ‘El príncipe que todo lo aprendió en los libros’ o ‘La novia de nieve’. Otro título importante de su producción durante este período es "Pepa Doncel".
En 1922 obtuvo el Premio Nobel de Literatura. Este galardón ha estado siempre rodeado de polémica, debido a que algunos críticos consideraban que la obra de Benavente es menor, comparada a la que dejó el modernismo, o la Generación del 98.
Existen varias anécdotas sobre la agudeza y el ingenio de Jacinto Benavente. En una ocasión, un conocido de Jacinto Benavente, que no tenia mucho éxito como dramaturgo, visitó su casa y quedó impresionado por la gran cantidad de libros en su biblioteca. Exclamó: "¡Vaya, don Jacinto! Con tantos libros ya se pueden escribir buenas comedias". Benavente, con su característica agudeza, le respondió: "Pues adelante, amigo mío, están a su disposición".
Hay otra anécdota que rezaba así.. Benavente hacía grandes elogios de Valle-Inclán, del que decía que es uno de los más valiosos escritores que tenía España. Pues don Ramón, le interrumpió uno de los contertulios, él no opina lo mismo de usted. A lo que replicó inmediatamente con su agudeza habitual el peligroso don Jacinto: A lo mejor estamos equivocados los dos.
Cuentan que un día se encontraron en la acera de una calle de Madrid, uno frente a otro, Jacinto Benavente y José María Carretero, más conocido por su seudónimo de "El Caballero Audaz", gran corpachón, metro noventa de estatura y espadachín conocido por sus varios duelos, que dijo, contemplando al gran dramaturgo, pequeño, delgado, barba cuidada y fama de afeminado: Yo no cedo el paso a maricones. Y bajando de la acera replicó Benavente. Pues yo sí,..
Como siempre, rápido, agudo y certero el genial Don Jacinto
los intereses creados
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