sábado, 2 de agosto de 2025

El viaje de Cristóbal Colón, que descubrió un nuevo mundo

Tal día como hoy, 3 de agosto de 1492, Cristóbal Colón zarpaba desde el Puerto de Palos (Huelva) a bordo de tres naves: la Pinta, la Niña y la Santa María.

La expedición, financiada por los Reyes Católicos, buscaba una nueva ruta a las Indias navegando hacia el oeste, pero terminó descubriendo un continente desconocido para los europeos: América.

El 12 de octubre de 1492, la expedición llegó a una isla del Caribe llamada Guanahani, a la que Colón bautizó como San Salvador. Posteriormente, exploraron otras islas como Cuba (Juana) y La Española (Santo Domingo). A pesar de que Colón creía haber llegado a las Indias, este primer viaje marcó un hito histórico, al conectar Europa con un nuevo continente

Colon tenia la esperanza, de encontrar una nueva ruta a las Indias navegando hacia el oeste, por el Océano Atlántico. Esperanza que 70 días de viaje después se convertía en realidad, cuando el 12 de octubre de 1492 el vigía de la Pinta, Rodrigo de Triana, divisase el nuevo mundo.

Apenas eran las dos de la mañana y su grito, unido al disparo de uno de los cañones de la embarcación, informaba al resto de tripulantes del hallazgo.

Pasaron las horas y con la salida del sol, los tripulantes de la Pinta, la Niña y la Santa María, desembarcaron en la costa de la isla bahameña de Guanahaní. Allí se encontraron una civilización totalmente desconocida, los taínos. Un pueblo gentil cuyos habitantes eran personas pacíficas y de gran sencillez, que representaban el mito del buen salvaje.

Las vestimentas de aquellas personas, la forma de ser de los miembros de aquella tribu: pura y sin atisbos de corrupción, unido a la belleza del paisaje, en el que se encontraban llegó a hacer pensar a la tripulación de aquella expedición, que realmente se encontraban en el paraíso. Un lugar que en el S.XV se pensaba que existía, en algún punto del mundo.

La expedición prosiguió avanzando, por la actual isla de Santo Domingo, Cuba, las Bahamas y Haití. Fue en esta última parte del viaje donde todo se empezó a torcer. No solo por la pérdida de la nao Santa María, tras encallar en un banco de arena, sino también por algunos problemas que tuvo la expedición con algunos nativos, a los cuales Cristóbal Colón denomina, en su diario de a bordo “caníbales”.

La perdida de la nao Santa María, en la actual isla de Haití, en diciembre de 1492 hizo que los tripulantes de la expedición, se pasasen los siguientes días intentando salvar, todos los objetos posibles de la nave, con ayuda de indígenas de la zona.

Aquellos habitantes, llamaron la atención de los miembros de la tripulación, pero no precisamente por la ayuda mostrada, sino por los tesoros y el oro que poseían.

Tanto es así, que Colón pronto pensó que la pérdida de la nao Santa María, era una señal de la Providencia y que debía fundar un establecimiento, cerca de donde habían visto tanto oro. De esta forma, con los restos de la nao Santa María. se fundó El fuerte Navidad, el primer establecimiento español en el nuevo mundo.

Algunos miembros de la tripulación se establecieron en la isla, pero el almirante de la expedición, Cristóbal Colón, ya tenía otros planes en mente, el viaje de regreso. De esta forma en enero de 1493 La Pinta y La Niña, partían nuevamente, de regreso a la Península Ibérica, donde Cristóbal Colón, sería recibido como un héroe.

viernes, 1 de agosto de 2025

La conquista de Toledo por Abderramán III

Tal día como hoy, 2 de agosto de 932: Tras un asedio de dos años, la ciudad de Toledo se rinde a las fuerzas del califa de Córdoba, Abderramán III.

La conquista de Toledo por Abderramán III ocurrió en el año 932. En ese año, Abderramán III, líder del Califato de Córdoba, sitió y finalmente tomó la ciudad de Toledo que se había revelado contra su autoridad, incorporándola a su califato. 

Este evento marcó un punto importante en la consolidación del poder de Abderramán III y la expansión del califato.

Esta victoria marcó un hito importante en la campaña de Abderramán, para someter la Marca Media.La rendición de Toledo, una ciudad que había sido un foco de resistencia, consolidó el poder del califato de Córdoba y reafirmó, su autoridad sobre la región.

Fue un proceso complejo, que no se limitó a la simple toma de la ciudad. Se extendió desde la primavera de 930 hasta el verano de 932, e incluyó la sumisión de varios enclaves fortificados cercanos, como Mora, Alamín y Canales.
 
La situación previa a la conquista, era de cierta tensión, con Toledo resistiéndose al poder centralizado del califa. Abderramán III envió varias expediciones militares para someter la ciudad, y finalmente, tras un asedio prolongado, Toledo se rindió.

El asedio de Toledo fue prolongado y arduo, pero finalmente, la ciudad capituló ante la presión de las fuerzas califales. La rendición de Toledo no solo aseguró el control del califato sobre la ciudad, sino que también envió un mensaje claro a otras posibles áreas de resistencia. 

La caída de Toledo marcó un antes y un después en la historia de al-Ándalus, reforzando el poderío del califato y consolidando la figura de Abderramán III como líder indiscutible.

La conquista de Toledo tuvo importantes consecuencias para el Califato de Córdoba. Permitió a Abderramán III consolidar su autoridad sobre la marca media y fortalecer su posición como líder indiscutible de Al-Ándalus. 

Además, la toma de Toledo fue un golpe simbólico para los cristianos del norte, quienes veían a la ciudad como un bastión de resistencia.

La conquista de Toledo también llevó a la construcción del Alcázar, la fortaleza principal de la ciudad, por orden de Abderramán III. Este hecho, junto con la propia conquista, contribuyó a la grandeza y esplendor, del Califato de Córdoba durante su reinado. 

La caída de Toledo ante Abderramán III significó el fin de una serie de rebeliones en la ciudad, que habían desafiado el poder del califato. El califa, conocido por su ambición y capacidad militar, había logrado someter a varias ciudades y territorios en la Marca Media, y la conquista de Toledo representó un paso crucial en su consolidación del poder.

Abderramán III no solo conquistó a los líderes rebeldes que se habían alzado contra su autoridad, sino que también extendió su influencia sobre los reinos cristianos del norte, consolidando su poder y llevando al califato de Córdoba, a su época de mayor esplendor. 


jueves, 31 de julio de 2025

La batalla de Simancas: la primera gran derrota del Califato de Córdoba

Tal día como hoy, el 1 de agosto del año 939, tuvo lugar la batalla de Simancas, entre las tropas del Rey leonés Ramiro II y las fuerzas de Abderramán III.

La batalla de Simancas, que tuvo lugar el 1 de agosto del año 939, representa un hito destacado en la Reconquista, ya que la victoria cristiana consolidó su dominio, sobre las tierras situadas al norte del río Duero, por un lado, y permitió un avance seguro de la repoblación hacia el sur, por otro.

Además, es preciso señalar que a diferencia de otros episodios bélicos entre las fuerzas cristianas y musulmanas, como Covadonga o Clavijo, con tintes de leyenda, el enfrentamiento registrado en Simancas, se halla perfectamente documentado desde el punto de vista histórico, porque fue un hecho real y tangible.

En la contienda se midieron las tropas sarracenas del califa Abderramán III, compuestas por 100.000 efectivos que pretendían mantener sus posiciones al norte del Duero, con el ejército cristiano comandado por el rey Ramiro II de León, en una coalición, que apoyaban Fernán González y los condes de Castilla, y que también incluía tropas de Navarra y Aragón.

El califa omeya, Abderramán III, quería acabar de una vez por todas con el Reino de León. Para conseguirlo, puso en marcha un proyecto gigantesco, al que denominó “gazat al-kudra”, traducido al castellano, como la campaña del Supremo Poder o de la Omnipotencia.

Abd al-Rahman III consiguió reunir a un gran ejército, alentado por la llamada a la yihad. Casi 100.000 hombres, entre los que se encontraban mercenarios andalusíes, militares profesionales, tribus bereberes, soldados de las provincias militarizadas, contingentes de las Marcas y un buen número de voluntarios.

Por su parte, el Rey leonés Ramiro II pudo reunir a su lado, además de a su propia hueste, las tropas de los condes castellanos Fernán González y Ansur Fernández, las fuerzas del Reino de Pamplona de García Sánchez I, así como las tropas gallegas y asturianas, aunque se desconoce el número total de efectivos con los que contó.

Ambos ejércitos se encontraron, en los campos de la ciudad amuralla de Simancas (Valladolid) el 1 de agosto del año 939, día en el que comenzó la batalla de Simancas.

La batalla duró varios días, hasta que el 6 de agosto ante la imposibilidad de conquistar la ciudad, el Califa ordenó la retirada y volver a Córdoba, para rehacer fuerzas y reacondicionar su ejército.

Al contemplar la retirada del ejército musulmán, todavía numeroso, el Rey Ramiro II decidió salir en su persecución, llegando incluso a emboscar días más tarde, a las tropas musulmanas.

Abderramán III tuvo que escapar, abandonando su lujosa tienda, donde se halló un gran botín, en el que cabe destacar su cota de mallas y el Corán que llevaba a las campañas (que recuperaría años más tarde). 

Después de esta derrota, la más grave probablemente que habían sufrido, hasta entonces, los musulmanes en España, Abderramán III no volvió a encabezar ninguna de las muchas expediciones, que ordenó en los veintidós años de reinado que le quedaban, (antes lo había hecho trece veces).

Abderramán III se dedicó a castigar con crueldad a los que consideró responsables,de la derrota del ejército que dirigía él. Afortunadamente, las fuentes árabes, a diferencia de las cristianas que eran muy lacónicas, se recrean en contar detalles, de las historias violentas.

La batalla de Simancas fue la primera gran victoria contra el Califato de Córdoba. Triunfo que permitió avanzar la línea de repoblación del Reino de León hasta el río Tormes, rebasando así el límite del río Duero.

miércoles, 30 de julio de 2025

El tercer viaje de Cristóbal Colón al nuevo mundo

Tal día como hoy, 31 de julio de 1498: En su tercer viaje a América, el navegante Cristóbal Colón se convierte en el primer europeo que llega a la isla de Trinidad, habitada por las tribus iñeri y Caribe.

En su tercer viaje a América, Cristóbal Colón llegó a la isla de Trinidad el 31 de julio de 1498, convirtiéndose en el primer europeo en hacerlo. En ese momento, la isla estaba habitada por tribus indígenas de habla arahuaca, principalmente iñeris, y un número menor de caribes.

El descubrimiento de Trinidad, ocurrió durante el tercer viaje de Colón, donde también avistó, la costa continental de Sudamérica por primera vez, aunque no llegó a desembarcar en ella. Colón, había invocado a la Santísima Trinidad antes de zarpar y decidió dedicarle, su primer descubrimiento del viaje a esta advocación, aunque también se ha sugerido que los tres picos visibles, en el sureste de la isla pudieron haber influido, en su decisión.

La isla de Trinidad, que forma parte del actual estado de Trinidad y Tobago, fue descubierta para los europeos por Colón, pero su colonización por parte de España fue lenta. No fue hasta 1592 que se fundó, el pueblo de San José de Oruña. ,

El 30 de mayo de 1498, zarpaba Cristóbal Colón desde Sanlúcar de Barrameda, al frente de seis navíos y 200 colonos, además de los marineros, destacando entre ellos la figura de Bartolomé de las Casas, por entonces un colono más y que se convertiría en fraile y posteriormente, en el primer obispo en Nueva España. Además escribiría varios libros sobre lo acontecido en las Américas, aunque en muchos pasajes incluye valoraciones subjetivas, pudiendo no ser fidedignas a la realidad.

Uno de los propósitos de Colón, era descubrir nuevas tierras en las Indias. Sabiendo que una flota de corsarios franceses, le estaba esperando en el Cabo de San Vicente, tomó otra ruta en dirección a Madeira, haciendo escala en Puerto Santo y posteriormente en la isla de Madeira. El 16 de junio zarpó en dirección a La Gomera, donde dividiría la flota en dos.

Tres barcos los mandaba directamente a La Española, para arribar a Santo Domingo, pues ya tenía conocimiento, de que se había establecido allí la colonia y otros tres, con él al mando, tomaban rumbo sur hacia Cabo Verde. A los once días llegaron a la isla de Buenavista, a donde mandaba Portugal, a los leprosos para curarse.

Allí se aprovisionaron, siguieron a la isla de Santiago y tras una semana zarparon en dirección sudoeste. Durante la travesía, padecieron ocho días de calor insoportable y sin viento, pudriéndose la comida y temiendo por sus vidas. 

Tras este suplicio, llegaron 7 días de lluvias. Continuaron navegando en dirección al poniente y cuando ya no les quedaba agua, avistaron tierra el 31 de julio. Acababa de descubrir una isla a la que le puso Trinidad.
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Estando en lo que hoy es el Canal de Colón, entre Trinidad y tierra firme, ocurrió un malentendido, que refleja claramente qué fácil es, que se produzca un choque cultural que termine en guerra. Estando las tres naves fondeadas, apareció una canoa con 25 indígenas, que fueron a interesarse por su presencia.

Como no se entendían con ellos, el Almirante mandó que subieran al castillo de popa, para que tocaran un tambor y bailasen algunos grumetes. Los nativos pensaron que era una declaración de guerra y empezaron a lanzarles flechas. Por suerte, no fue a mayores, pues Colón supo ver, lo que había provocado dicho acto y logró encauzar la relación.

El golfo de Paria era difícil de navegar, por las fuertes corrientes que provocan las desembocaduras, de los grandes ríos de Venezuela y que por entonces se desconocía, de forma, que atravesar el estrecho entre el norte de Trinidad y el Cabo de Paria, era muy peligroso. 

Al paso del norte entre las islas, los llamó Bocas del Dragón. Por entonces él pensaba que el Cabo de Paria era una isla. Habían entablado contacto con numerosas tribus, que iban ataviadas de ornamentos de oro y perlas

El 13 de agosto, por fin encontraron la salida del golfo a través del estrecho. Después de tanto tiempo en aquel golfo del que no encontraban salida, y al ver tanta agua dulce, empezó a sospechar que la tierra al oeste podría ser tierra firme, pues no existe isla, que pueda arrojar tanta cantidad de agua dulce al mar. 

Por tanto, hay que tener en cuenta, que la fecha exacta del descubrimiento de América del Sur, tuvo lugar el 1 de agosto de 1498.

 

martes, 29 de julio de 2025

La Expedición Malaspina, el viaje científico de la Ilustración Española

Tal día como hoy,  30 de julio de 1789, partía de Cádiz la Expedición Malaspina, el gran viaje político-científico de la Ilustración española.

En 1788, el teniente de navío de origen italiano Alessandro Malaspina, propuso al gobierno español, la realización de un "viaje científico alrededor del mundo", que le llevara por las colonias españolas en América y Asia, e imitara las expediciones científicas que habían emprendido en años anteriores, los franceses en 1785 e ingleses  en 1768. Pero, con mayor fortuna, porque ninguno de ellos, sobrevivió a sus viajes.

La misión recibió el nombre de Expedición Malaspina, debido al noble marino italiano al servicio de España y brigadier de la Real Armada que la encabezaba, Alejandro Malaspina.

El principal objetivo de la Expedición Malaspina, dado que en 1789 el Imperio español, aún se extendía por Europa, América y Filipinas, era dar la vuelta al mundo y hacer un estudio exhaustivo de la flora, la fauna, las minas y cartografiar todas las posesiones de la Corona, tal como ya había hecho el capitán James Cook, en su momento para la Corona británica.

En tan ambiciosa empresa, no se escatimaron recursos. Así, para llevar a cabo la aventura se construyeron dos corbetas: la "Atrevida" y la" Descubierta", equipadas con los instrumentos náuticos más novedosos y avanzados del momento, traídos de París y de Londres.

Malaspina, se encargó de conseguir todo el material científico necesario, para realizar los estudios que se proponía hacer durante la travesía y Bustamante, se ocupó de la logística y de contratar a la tripulación necesaria, para un viaje que les llevaría a surcar los mares de medio mundo.

Partieron de Cádiz el 30 de julio de 1789. A bordo iba la flor y nata de las ciencias y las artes, como el astrónomo y cartógrafo Juan Gutiérrez de la Concha, los pintores José Guío y Fernando Brambila, el botánico Luis Née, que donaría su herbario al Real Jardín Botánico, los naturalistas Antonio Pineda y Tadeo Haenke y el marinero Alcalá Galiano, que moriría heroicamente en 1805 en Trafalgar.

Desde Cádiz llegaron a las Canarias y de allí, cruzaron el Atlántico hacia el Río de la Plata. El 20 de septiembre llegaron a Montevideo, de donde partieron al sur, hacia las islas Malvinas. Desde allí doblaron el Cabo de Hornos y, ya en el Pacífico, (13 de noviembre) tomaron rumbo norte, explorando toda la costa americana occidental: Chiloé, Valparaíso, El Callao, Guayaquil, Panamá y Acapulco (abril de 1791).

Su objetivo era recorrer la costa americana por Montevideo, las islas Malvinas, el cabo de Hornos, Concepción, Santiago de Chile, América Central, México e incluso Alaska. Desde Acapulco, las dos corbetas partieron hacia el Pacífico pasando por Nueva Zelanda, Australia y Filipinas.

La  Expedición Malaspina, resultó todo un éxito, a pesar de no que no completó la vuelta al mundo y es que, tras cinco años de travesía, se recogieron gran cantidad de información y de material científico, al realizarse observaciones astronómicas, geográficas, etnológicas, lingüísticas, botánicas, zoológicas, cartográficas y de exploración. Además, se elaboraron informes económicos, se trazó un mapa del Imperio Español y se realizaron, una gran cantidad de cartas hidrográficas.

Asimismo, los científicos descubrieron más de 357 especies de aves, 124 de peces, 36 cuadrúpedos y 21 anfibios, desconocidos hasta la fecha y trajeron muestras de 14.000 plantas y una gran cantidad de semillas, la mayoría de las cuales, se encuentran a día de hoy en el Jardín Botánico y en el Museo de Ciencias Naturales de Cádiz.

Alcalá Galiano y Cayetano Valdés se separaron de la expedición para cartografiar el estrecho de Juan de Fuca. El resto puso rumbo al Pacífico, para alcanzar las demás colonias españolas. Pasaron por las Marianas y fondearon en Manila, en marzo de 1792.

Allí, las dos corbetas se separaron temporalmente. La Atrevida se dirigió a Macao y la Descubierta, exploró las Filipinas y sus alrededores. En noviembre de 1792, reunidas de nuevo, se dirigieron al sur de Nueva Zelanda, pasando por las islas Célebes y las Molucas. 

De allí marcharon a Sydney (colonia británica recién fundada) para regresar al Callao y emprender el viaje de regreso,  a través del cabo de Hornos y las Malvinas. Regresaron a Cádiz el 21 de septiembre de 1794.

La expedición Malaspina, trazó mapas y rutas y elaboró catálogos de flora y fauna, pero también entraron en contacto, con autoridades y científicos locales, para ampliar su conocimiento y hacer unos inventarios con la mayor exactitud posible. Consultaron los archivos locales de las colonias y estudiaron sus usos y costumbres, su situación política y sus necesidades. 

Al regresar a España, habían trazado al menos 70 cartas náuticas y habían descrito cientos de nuevas especies de plantas (y sus propiedades) y animales. Cartografiaron las costas americanas, con gran precisión y Alejandro Malaspina, elaboró planos preliminares para un canal en Panamá.

Malaspina, además, presentó un voluminoso informe a sus superiores, disponible en nuestra Biblioteca Digital Hispánica: "el Viaje político-científico alrededor del mundo". En él opinaba a favor de la concesión de mayor autonomía, a las colonias españolas para crear una especie de confederación, comercial de estados autónomos.

Estos comentarios, no sentaron bien al valido de Carlos IV,  Manuel Godoy, que le acusó de revolucionario y conspirador. Malaspina fue condenado a diez años de prisión, en el castillo de San Antón de La Coruña y, aunque no cumplió toda la condena, cayó en desgracia y sus descubrimientos y diarios de viaje, no fueron publicados hasta muy avanzado el siglo XIX

lunes, 28 de julio de 2025

La epidemia de fiebre amarilla ocurrida en Málaga

Tal día como hoy 29 de julio de 1804: En Málaga se inicia la epidemia de fiebre amarilla, debido a la cual morirán 11.464 personas.

Málaga ha sufrido el azote de las epidemias a lo largo de la historia. La peste, el tabardillo, el cólera, la gripe española o el tifus, han ocasionado muchas muertes entre la población, la última en los años 40 y 50 del siglo XX y que derivaron, en una mejora del abastecimiento del agua.

Sin embargo, ninguna alcanzó los niveles de mortalidad de la fiebre amarilla, a principios del siglo XIX. Fue el ébola de la época para Málaga. Sin tratamiento eficaz y con unas medidas preventivas rudimentarias, la fiebre amarilla se extendió rápidamente entre la población, que una vez que enfermaba sólo le quedaba, esperar si sanaba o moría. La vida de cada infectado se dirimía en dos semanas, muriendo uno de cada dos, aproximadamente.

El 29 de julio de 1804 se inició en Málaga la epidemia de fiebre amarilla, por la cual fallecieron 11.464 personas. También hubo otra epidemia igual un año antes, en 1803. La infección fue tal, que más del 35% de la población malagueña falleció, en esos dos años, y un 15% huyó del lugar. 

En noviembre de 1804 se dio por finalizada la epidemia y Málaga pasó, de tener casi 52.000 habitantes, a cerca de 25.000.

Por aquel entonces, no había tratamiento eficaz ni existían unas medidas preventivas rudimentarias, por lo que la fiebre amarilla se extendió, muy rápido entre la población. Cuando alguien enfermaba, solo se podía esperar si sanaba o moría, la vida de las personas infectadas se "solucionaba" en unas dos semanas, falleciendo uno de cada dos infectados.

Las autoridades de la ciudad, impusieron cordones militares, para evitar que la población huyese y se extendiese la enfermedad, por otras ciudades, aunque localidades de alrededor, sufrieron también una gran pérdida de la población.

La coincidencia de tantos contagios, asustó al gobernador, que mandó disparar cañones sin balas en El Perchel para limpiar con la polvora  las miasmas del aire. Con tan mala suerte, que un vecino murió en la calle San Pedro de un infarto producido por el susto por los cañonazos, ya que nadie le avisó.

Eso sirvió de poco. Septiembre fue un mes negro en 1803, propagándose la enfermedad en El Perchel, Trinidad y Capuchinos Alto. Esto se atribuyó a la coincidencia de muchos obreros, en la misa del "Conventico" -posiblemente en Santo Domingo, aunque no se especifica- y que se apunta, como causa de la extensión del mal.
 
Lo mismo ocurrió con los que acudieron a la misa del día de San Miguel , 29 de septiembre en San Pedro, parroquia vecina de Miguel Verduras y donde se enterró al sobrecargo de la urca de Batavia. De hecho, falleció el párroco, Pedro Parra, el sacristán, su esposa, el monaguillo y el médico que los atendió.

El brote de 1804, fue incluso más virulento que el del año anterior, afectando a una población, ya muy debilitada por el primer brote. Juan Manuel Aréjula, médico de la Corte española, fue enviado por Carlos IV para que determinara las causas, de esta epidemia.

Gracias a la ciencia hoy sabemos, que la fiebre amarilla es una enfermedad viral hemorrágica aguda, transmitida por los mosquitos  que es endémica en áreas tropicales de África y de América Central y del Sur. El "amarillo" en el nombre de fiebre amarilla se refiere a la ictericia que afecta a algunos pacientes.

Es una enfermedad de alto impacto y alta amenaza, con riesgo de propagación, representando una posible amenaza para la seguridad sanitaria global.

Grandes epidemias de fiebre amarilla ocurren cuando personas infectadas introducen el virus en áreas densamente pobladas con alta densidad de mosquitos y donde la mayoría de las personas tienen poca o ninguna inmunidad, debido a la falta de vacunación. 

En estas condiciones, los mosquitos infectados de la especie "Aedes aegypti" transmiten el virus de persona a persona.

domingo, 27 de julio de 2025

La sangrienta batalla de Talavera, en la Guerra de la Independencia Española

Tal día como hoy, 28 de julio de 1809, en plena Guerra de la Independencia, el ejército angloespañol dirigido por el general Gregorio García de la Cuesta y Arthur Wellesley, quien más tarde sería conocido como el duque de Wellington, vencían a las tropas del Rey José Bonaparte, en la batalla de Talavera, una de las más sangrientas, de la Guerra de la Independencia Española.

La batalla de Talavera, librada los días 27 y 28 de julio de 1809, fue un enfrentamiento clave en la Guerra de la Independencia Española, donde las tropas aliadas anglo-españolas, dirigidas por el general Gregorio García de la Cuesta y Arthur Wellesley, (futuro Duque de Wellington), derrotaron al ejército francés de José Bonaparte.

Esta victoria fue significativa, ya que marcó la primera vez que los aliados vencieron a los franceses en una batalla campal, y tuvo lugar en las cercanías de Talavera de la Reina, en Toledo.

Los preparativos de la batalla de Talavera, comenzaron el 27 de julio de 1809 en la localidad toledana de Talavera de la Reina, con pequeñas escaramuzas que anticipaban la batalla.

El ejército aliado estaba compuesto,por 35.000 españoles dirigidos por el general Gregorio Cuesta y 20.000 ingleses comandados por Arthur Wellesley, , El ejercito de  Bonaparte, contaba con unos 50,000 hombres y estaba comandado, por el general Jean-Baptiste Jourdan y el general Claude Víctor

A pesar de la superioridad numérica de las tropas angloespañolas, las fuerzas napoleónicas, bajo el mando del general Víctor, fueron las primeras en entablar el combate. 

La acción de Víctor, obligó a José Bonaparte y Jourdan a intervenir, pese a que estos preferían esperar a los refuerzos.

Así, comenzó la batalla de Talavera, enfrentamiento en el que los franceses, se lanzaron una y otra vez contra las posiciones aliadas, siendo repelidos durante las diecisiete horas que duró el combate, por el ejército angloespañol.

Tras ello, el ejército napoleónico, que llegó a perder 7.000 hombres en la batalla de Talavera, durante la noche ,se retiró del campo de batalla. . Al amanecer del 29 de julio, los aliados observan sorprendidos que el ejército francés se ha retirado dejando a los aliados solos en el campo de batalla.

El bando aliado había vencido en uno de los más sangrientos enfrentamientos de la Guerra de la Independencia Española, la batalla de Talavera, aunque la victoria había sido amarga, pues 5.000 británicos y 1.200 españoles perdieron la vida durante la contienda.

A pesar de la victoria y desoyendo la opinión de Cuesta, de atacar a los franceses replegados ahora en Cazalegas, Wellesley, en vista de la inminente llegada de Soult con su ejército y temeroso, de verse cortado de su base de operaciones en Portugal, decide una rápida retirada por Extremadura, hacia la frontera, encargando a las tropas españolas la protección de su retaguardia y dejando abandonada la ciudad el 4 de agosto.

El 8 de agosto, el ejército de Soult se encontraría con el español, que cubría la retaguardia de Wellesley, en .la Batalla del Puente del Arzobispo  fue una victoria francesa, que tuvo importantes repercusiones estratégicas, para el desarrollo del conflicto

Por los méritos de la batalla, Wellesley recibiría los títulos de Vizconde de Wellington y Vizconde de Talavera de la Reina. Por su parte, la Junta Central de Defensa concedió a García de la Cuesta, la gran cruz de la Orden de Carlos III.