Tal día como hoy, 5 de septiembre de 1909: Juan Olivert Serra realiza el primer vuelo motorizado, en la localidad valenciana de Paterna.
Juan Olivert Serra, fue un pionero de la aviación, que realizó el primer vuelo motorizado en España, el 5 de septiembre de 1909, en la localidad valenciana de Paterna. Formó también parte,de la Sección de Aviación del Círculo de Bellas Artes de Valencia, ostentando el cargo de vicepresidente.
Perteneciente a una familia relativamente acomodada, propietario agrícola en la localidad valenciana de Cullera, Juan Olivert siempre mostró su admiración por el vuelo, ganándose el apodo en su localidad natal de "el volaoret,"pese a la poca colaboración familiar, Olivert siguió con su afición, estudiando ingeniería industrial en Barcelona, e invirtiendo parte de su patrimonio, en construir un aeroplano-biplano, basado en el diseño de su profesor, Gaspar Brunet Viadera.
El aparato se expuso, en el Pabellón de Indústria de la Exposición Regional Valenciana de 1909, aún sin motorizar. El ayuntamiento de Valencia, le patrocinó la compra de un motor y una hélice, para completarlo.
Según publicó la presa local, Olivert "se elevó y se movió algún tiempo con el aeroplano" y que por consiguiente y en base a la definición de volar, a pesar de que el aparato apenas voló unos decímetros, y durante muy poco tiempo, diríamos que es el primer vuelo motorizado de España,pero hay que mencionar la realidad,de que el vuelo no tuvo el éxito esperado, y que apenas se alzó del suelo, acabando estrellado.
El vuelo tuvo lugar, en el campo de maniobras militares,del Regimiento de Artillería del Ejército de Tierra, de la localidad de Paterna a las 17:00 horas.
Aparentemente, la intención era sólo carretear y no alzar el vuelo, pero la afluencia de público, unos 4000 espectadores aquel día, animó a Juan Olivert a realizar un corto trayecto en pendiente, de unos 40/50 metros, elevándose en el aire apenas unos decímetros, durante menos de un minuto de tiempo.
En su primer ensayo, a las 18:01, consiguió alcanzar una velocidad considerable, sin alzar el vuelo para así probar el motor. Y en su segundo ensayo, consiguió lo que deseaba, aunque durante un trayecto corto de tiempo, y a muy poca altura (apenas se elevó).
Lo cierto es que la aventura acabo mal, ya que viendo que se aproximaba peligrosamente, a donde se agolpaban los asistentes al espectáculo, decidió parar en seco el motor, cosa que provocó que el aparato descendiese bruscamente, con la mala fortuna de caer en una zanja y resultar este, el Aeroplano Olivert, seriamente dañado.
A pesar del incidente, toda la prensa de la época, elogió la proeza del joven piloto.
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