Tal día como hoy, 3 de agosto de 1492, Cristóbal Colón zarpaba desde el Puerto de Palos (Huelva) a bordo de tres naves: la Pinta, la Niña y la Santa María.
La expedición, financiada por los Reyes Católicos, buscaba una nueva ruta a las Indias navegando hacia el oeste, pero terminó descubriendo un continente desconocido para los europeos: América.
El 12 de octubre de 1492, la expedición llegó a una isla del Caribe llamada Guanahani, a la que Colón bautizó como San Salvador. Posteriormente, exploraron otras islas como Cuba (Juana) y La Española (Santo Domingo). A pesar de que Colón creía haber llegado a las Indias, este primer viaje marcó un hito histórico, al conectar Europa con un nuevo continente
Colon tenia la esperanza, de encontrar una nueva ruta a las Indias navegando hacia el oeste, por el Océano Atlántico. Esperanza que 70 días de viaje después se convertía en realidad, cuando el 12 de octubre de 1492 el vigía de la Pinta, Rodrigo de Triana, divisase el nuevo mundo.
Apenas eran las dos de la mañana y su grito, unido al disparo de uno de los cañones de la embarcación, informaba al resto de tripulantes del hallazgo.
Pasaron las horas y con la salida del sol, los tripulantes de la Pinta, la Niña y la Santa María, desembarcaron en la costa de la isla bahameña de Guanahaní. Allí se encontraron una civilización totalmente desconocida, los taínos. Un pueblo gentil cuyos habitantes eran personas pacíficas y de gran sencillez, que representaban el mito del buen salvaje.
Las vestimentas de aquellas personas, la forma de ser de los miembros de aquella tribu: pura y sin atisbos de corrupción, unido a la belleza del paisaje, en el que se encontraban llegó a hacer pensar a la tripulación de aquella expedición, que realmente se encontraban en el paraíso. Un lugar que en el S.XV se pensaba que existía, en algún punto del mundo.
La expedición prosiguió avanzando, por la actual isla de Santo Domingo, Cuba, las Bahamas y Haití. Fue en esta última parte del viaje donde todo se empezó a torcer. No solo por la pérdida de la nao Santa María, tras encallar en un banco de arena, sino también por algunos problemas que tuvo la expedición con algunos nativos, a los cuales Cristóbal Colón denomina, en su diario de a bordo “caníbales”.
La perdida de la nao Santa María, en la actual isla de Haití, en diciembre de 1492 hizo que los tripulantes de la expedición, se pasasen los siguientes días intentando salvar, todos los objetos posibles de la nave, con ayuda de indígenas de la zona.
Aquellos habitantes, llamaron la atención de los miembros de la tripulación, pero no precisamente por la ayuda mostrada, sino por los tesoros y el oro que poseían.
Tanto es así, que Colón pronto pensó que la pérdida de la nao Santa María, era una señal de la Providencia y que debía fundar un establecimiento, cerca de donde habían visto tanto oro. De esta forma, con los restos de la nao Santa María. se fundó El fuerte Navidad, el primer establecimiento español en el nuevo mundo.
Algunos miembros de la tripulación se establecieron en la isla, pero el almirante de la expedición, Cristóbal Colón, ya tenía otros planes en mente, el viaje de regreso. De esta forma en enero de 1493 La Pinta y La Niña, partían nuevamente, de regreso a la Península Ibérica, donde Cristóbal Colón, sería recibido como un héroe.