lunes, 30 de junio de 2025

La batalla de las Lomas de San Juan, la más sangrienta de la guerra hispano-estadounidense

Tal día como hoy, 1 de julio de 1898: En Santiago de Cuba, en el marco de la guerra hispano-estadounidense, 15.000 estadounidenses y 4.000 guerrilleros independentistas cubanos vencen a 1.700 españoles, en la batalla de las Colinas de San Juan.

Durante el 1 de julio de 1898, los soldados españoles recibieron la orden de resistir la ofensiva estadounidense, en las lomas de San Juan. El posicionamiento de las tropas españolas en la cima de la colina fue pobre, lo que dificulto los disparos de fusil ,para detener el avance enemigo.

En el afán de tomar cuanto antes Santiago de Cuba, el ejército estadounidense decidió atacar las líneas defensivas de El Caney y San Juan, para romper estas posiciones fortificadas y entrar a la ciudad. 

Mientras que la división del general Lawton marchaba contra El Caney, el grueso del ejército invasor, se dirigió hacia San Juan. Los soldados estadounidenses, apoyados por 12 cañones, se desplegaron frente a las posiciones españolas, en donde se encontraban apostados 1700 españoles, pertenecientes a los regimientos Talavera, Asia, Constitución, Puerto Rico y a la marina.

El 1 de julio, comienzan las acciones bélicas en El Caney y en San Juan. Las divisiones de los generales Wheeler y Kent iniciaron el despliegue, apoyándose en la brigada de Sumner, que intentaba cruzar el río San Juan, para envolver las posiciones defensivas españolas Los españoles observan la maniobra, y el general Linares, ordena reforzar la loma de San Juan y la posición de Canosa.

La artillería española, al mando del coronel Díaz Ordóñez, se despliega en la loma de San Juan y logra contrarrestar, el fuego de la artillería estadounidense. Los disparos españoles silencian durante un rato los cañones enemigos, los cuales, se encontraban escondidos, entre la vegetación de la manigua.

Las trincheras españolas realizan un fuego denso y continuo, que provoca un gran número de muertos y heridos. Mientras, los estadounidenses avanzan por el flanco derecho de la loma ejecutando un fuego intenso, que provoca muchas bajas en el regimiento Talavera. 

Nuevamente los cañones españoles salvan la situación, conteniendo el avance enemigo. Sin la ayuda de sus baterías, el avance norteamericano es recibido por el fuego de los dos cañones y de los Mauser españoles, pero pronto la munición de las dos piezas, comienza a agotarse.

Los planes de las tropas norteamericanas se han visto seriamente afectados a causa de la fuerte resistencia encontrada. Los invasores se percataron del error que cometieron al enviar sobre El Caney las fuerzas comandadas por Lawton. Por ende, se ordenó a Lawton cesar la acción y regresar de inmediato. 

Sin embargo, este, con el anhelo de no dejar escapar la oportunidad de alcanzar su propia victoria, desobedece la orden y pone en riesgo las operaciones, sobre el verdadero objetivo.

Los españoles, tras haberse defendido con gran valor, han sufrido numerosas bajas y se ven obligados a retirarse hacia nuevas posiciones, permitiendo a los norteamericanos conquistar la colina. 

Los estadunidenses colocan tres ametralladoras y provocan múltiples bajas españolas. Poco después, se une el fuego de la artillería, la cual había sido anulada hasta el momento por las tropas hispanas.

Seguidamente, los americanos lanzan un asalto a las trincheras enemigas. La situación para los españoles se vuelve insostenible, pues la mayoría de los defensores se encuentran muertos o heridos, y no cuentan con la posibilidad de recibir refuerzos.

Tal escenario propicia la retirada hacia la segunda línea defensiva, pero en ese momento, cuando parece que el avance norteamericano va a continuar sobre esta línea, se produce un inesperado contraataque español.

Esta iniciativa detiene el avance americano, y estos, ante el temor de recibir nuevos contraataques, toman la determinación de reforzar sus posiciones en todo el frente. 

Aunque el ejército español lucho duramente y provocó un alto coste a las tropas estadunidenses, las cuales se encontraban cerca de un terrible desastre militar, no pudieron evitar la caída de las lomas de San Juan, pues los soldados americanos, junto a sus aliados cubanos, que participaron en la acción al mando de Calixto García; asaltaron y aniquilaron la resistencia que quedaba en San Juan.

domingo, 29 de junio de 2025

La batalla de San Marcial, fin de la independiente del reino de Navarra

Tal día como hoy, 30 de junio de 1522, se libraba la batalla de San Marcial, un enfrentamiento en el que las tropas de la Monarquía Hispánica, vencían a un ejército franco-navarro, que intentaba recuperar la independencia del Reino de Navarra, perdida en 1512 en favor del Rey Fernando "el Católico".

Los antecedentes de la batalla de San Marcial, se remontan a octubre de 1521, cuando las tropas del señor de Bonnivet, Guillermo Goufier, asaltaron la villa guipuzcoana de Fuenterrabía, tomando por el camino el castillo de Behobia.

La villa de Fuenterrabía, había sido tomada el 18 de octubre de 1521 por fuerzas navarras, con apoyo de tropas francesas en nombre del rey Enrique II de Navarra, dentro de la guerra italiana, en un intento de recuperar el Reino de Navarra, conquistado en 1512 por tropas castellanas. El castillo de Behobia, fue abandonado por el ejército navarro

Tras ello, el III Duque de Alburquerque, Beltrán de la Cueva, fue nombrado capitán general de Guipúzcoa, en mayo de 1522 y se lanzó rápidamente a recuperar el castillo con una hueste de soldados españoles, reclutados de las villas cercanas y cerca de 3.000, lansquenetes alemanes.

Ante la imposibilidad de defender el castillo, el enemigo abandonó sus posiciones no sin antes intentar volarlo, pero el capitán Ochoa Sanz de Asua, junto a unos cuantos hombres, lograría evitarlo.

No obstante, nada estaba asegurado, puesto que un ejército franco-navarro, formado por más de 4.500 soldados se plantó en las orillas del río Bidasoa, con el objetivo de cruzarlo y tomar nuevamente el castillo de Irún. 

Los aldeanos, sin apenas armas, opusieron una gran resistencia y no permitieron al enemigo, cruzar el Bidasoa. Por ello, y ocultos por la noche, se dirigieron río arriba, donde era más fácil vadearlo, y, abandonando la artillería, lograron sortear aquel obstáculo natural.

Ante esta situación, De la Cueva accedió a presentar batalla, marchando al frente de una hueste de 1.500 soldados y 150 jinetes. Allí se unirían con los 400 soldados y el millar de hombres, reclutados a toda prisa en la zona, con los que derrotaría finalmente al enemigo mediante un gran engaño.
 
En plena noche, Mosén Pedro de Hirizar, clérigo y vecino de Rentería, reúne a 400 mozos y mujeres y, con 400 teas encendidas pasa por el camino real, desde el cruce de los caminos de Oyarzun y Rentería hacia Irún.

Esto hace que los franco-navarros crean, que el ataque va a venir desde Irún. Pero mientras tanto, los Capitanes Azcue y Ambulodi, con las tropas locales, atacan a los franceses, a los que encuentran desprevenidos. En la refriega hay algunos muertos y unos 30 prisioneros, dándose a la fuga el resto de los franceses.

La batalla de San Marcial, que se desarrolló en el antiguamente conocido como monte Aldabe, hizo que la zona pasase a conocerse desde entonces como, monte de San Marcial.

En celebración de dicha victoria, tiene lugar desde 1522 el día de San Marcial, una procesión a la ermita erigida en honor del santo, por mandado de Beltrán de la Cueva, duque de Alburquerque, tal y como dejó ordenado en su testamento. 


sábado, 28 de junio de 2025

El gran auto de fe de la Inquisición en la Córdoba del siglo XVII

Tal  día como hoy, 29 de junio de 1655,:En Córdoba, la Inquisición española celebra un multitudinario auto de fe, en la Plaza Mayor de la ciudad con 55 penitenciados, de los cuales 10 son ejecutados.

Este acto público, con la participación de autoridades civiles y religiosas, era una forma de ejemplificar,  las sentencias de la Inquisición y de advertir a la población, sobre las consecuencias de no adherirse, a la ortodoxia religiosa.
 
El auto de fe era un evento significativo, en la historia de la Inquisición. En él, los condenados por el Tribunal de la Inquisición, eran obligados a abjurar de sus errores y a mostrar arrepentimiento, en un acto público que debía servir de lección, a los presentes.

Los autos de fe, que podían ser generales (en la Plaza Mayor) o particulares (en iglesias o conventos), eran celebraciones solemnes, donde se leían las sentencias y se ejecutaban las penas. En algunos casos, los reos eran condenados a penas leves, como el uso del sambenito o la confiscación de bienes, mientras que otros eran ejecutados, generalmente por quemas.
 
La Inquisición española, que llegó a Córdoba en 1482, tuvo un papel crucial en la vida de la ciudad y de la región. Los autos de fe, como el de 1655, eran actos que recordaban, la autoridad de la Inquisición y la necesidad, de adherirse a la fe católica

Se sabe que en Córdoba hubo multitud de procesos, en los que se acusaba a los detenidos de blasfemia, bigamia, brujería, luteranos y por supuesto, a los seguidores del judaísmo y musulmanes.

La llamada Ruta de la Inquisición en Córdoba, se inicia en la Galería de la Inquisición, también llamado museo de tortura.

Se trata de un museo, que nos muestra distintos tipos de elementos de tortura, usados para ejecutar a los condenados, por el Tribunal de la Inquisición.

Es un museo privado, cuyo fondo contienen más de 700 piezas. Aquí encontramos elementos de tortura como, aplasta cabezas, jaulas de exhibición, látigos, sillas de pinchos, cepos, tenazas, garruchas, entre otros.

Destaca un potro de tortura, el elemento más usado durante la inquisición, con el que se llegaba incluso a desmembrar a los torturados. Actualmente este museo se encuentra cerrado.
 
El último auto de fe general en España, se celebró en Sevilla en 1781, y la Inquisición fue abolida definitivamente, en 1834. 

Cuando Carlos I fue nombrado Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico

Tal día como hoy, 28 de junio de 1519, el Rey Carlos I de España y V de Alemania, era nombrado Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, tras la muerte de su abuelo Maximiliano I y una larga y feroz lucha, por el título con el Rey francés Francisco I

Carlos I  de España, fue nombrado Emperador, del Sacro Imperio Romano Germánico en 1519. Después de la muerte de su abuelo Maximiliano I, Carlos I fue elegido emperador, por los electores imperiales

El camino del Rey Carlos I de España y V de Alemania, para conseguir el título de Emperador no fue nada fácil, pero las intrigas de sus enemigos; desde los monarcas de Inglaterra y Francia, los Príncipes alemanes e incluso el Papa del momento; nada pudieron hacer contra los 800.000 florines, con los que los ministros del Rey Carlos I sobornaron a los electores, que el 28 de junio de 1519 nombraron Emperador al monarca español, en la ciudad de Frankfurt

Carlos I fue elegido finalmente emperador, sin embargo, la elección debía ir seguida por tres ceremonias diferentes. La primera, la coronación como ‘Rey de los romanos’, tenía que celebrarse en la capilla Palatina de Aquisgrán, la antigua capital imperial en la que al emperador electo,se le imponía la corona de Carlomagno y se le hacía entrega ,de su espada y sus otras insignias imperiales: el anillo, el orbe y el cetro. Una ceremonia que el Rey Carlos I de España y V de Alemania llevo a cabo,el 23 de octubre de 1520.

La segunda coronación" era la de ‘Rey de los borgoñones’ o "Rey de Italia’" coronación que no tenía un lugar establecido. Por su parte, la tercera y última coronación, la de imposición por parte del Papa, de la Corona imperial, estaba previsto que tuviera lugar en Roma tal y como habían hecho, Carlomagno y muchos de sus sucesores, pero pasados varios años de su elección, el Rey Carlos I de España y V de Alemania todavía no había cumplido, dos de las tres coronaciones.

No se trataba de una situación excepcional. La coronación imperial de manos del Papa había caído en desuso, desde hacía tiempo. De hecho, el propio abuelo de Carlos, Maximiliano I, nunca se coronó en Roma, pero a diferencia de sus antepasados, el Rey Carlos I de España y V de Alemania, tenía la gran aspiración de un gran imperio cristiano.

El papa Clemente VII aceptó coronar a Carlos I pero con la condición, de no hacerlo en Roma, donde aún estaba muy reciente el recuerdo del Saco; en su lugar, se eligió la ciudad de Bolonia, que se engalanó para la fiesta tratando de hacerla parecerse lo más posible a Roma, construyendo arcos triunfales, levantando estatuas de emperadores romanos, haciendo que la iglesia de San Petronio, se pareciese a la Basílica de San Pedro construyendo un altar similar al de esta, etc.

La coronación debía ser recordada para siempre y, para darle mayor esplendor, si cabe, Carlos decidió que se celebrase, el día de su trigésimo cumpleaños, el 24 de febrero de 1530, coincidiendo también con el quinto aniversario, de su victoria en la batalla de Pavía.

En realidad, dos días antes, ya fue coronado como Rey de los Borgoñones y Clemente VII le había impuesto la Corona de Hierro de los lombardos, llamada así porque, aunque era de oro, tenía un reborde de hierro, que estaba hecho con uno de los clavos de la crucifixión de Cristo; pero esta coronación se llevó a cabo en “petit comité” para no restar  importancia a la auténtica coronación, como emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.

Los territorios heredados, tanto por parte paterna como materna, lo convirtieron en el soberano más poderoso del momento, eso y los grandes éxitos militares, de los ejércitos del Rey Carlos I de España y V de Alemania, éxitos como la batalla de Pavía, enfrentamiento que le valió el dominio, sobre el norte de Italia.

Precisamente, para conmemorar la batalla de Pavía, el Rey Carlos I de España y V de Alemania fue coronado por el Papa Clemente VII, el 22 de febrero de 1530, en la localidad de Bolonia.

viernes, 27 de junio de 2025

La Ciudadela de Jaca, Monumento Histórico-Artístico

Tal día como hoy, 28 de junio de 1951, la Ciudadela de Jaca es declarada, Monumento-Histórico Artístico.

Jaca ocupa una situación militar privilegiada, al estar situada en la intersección de la Canal de Berdún, depresión paralela al Pirineo, que une Jaca con Navarra, con el cauce norte del rio Aragón, que conduce por el puerto de Somport a Francia.

Forma parte de la cadena de fortalezas similares, que a lo largo de la historia se levantaron como defensa, frente a las incursiones desde Francia: Fuenterrabía, Pamplona, Jaca o Figueras. 

La Ciudadela, también conocida como Castillo de San Pedro, fue ordenada construir, por Felipe II en 1592, al ingeniero italiano Tiburcio Spannocchi, conservándose, según el proyecto original hasta nuestros días.

Su construcción se enmarcó, en la estrategia de defensa adoptada por Felipe II, tras la invasión del valle de Tena por tropas procedentes del Sur de Francia, que capitaneaba Antonio Pérez, antiguo secretario del Rey, en enero de 1592, y también como elemento apaciguador, de las posibles revueltas internas.

De planta pentagonal estrellada, está construida con el mismo estilo que haría celebre, el ingeniero francés Vauban sesenta años más tarde. Su estructura exterior, es consecuencia de los avances de la artillería, con muros bajos y escarpas construidas en pendiente, para aumentar su resistencia.

Por el mismo motivo, la planta, de forma pentagonal, presenta muros oblicuos, a la dirección de asalto. Dispone de cinco baluartes, que permiten batir de flanco tanto los fosos como los glacis. (1)

En su interior, un gran patio de armas rodeado por los cuarteles, que servían para alojamiento y vida de la guarnición. Se accede a la fortaleza, por un puente de tres arcos y un puente levadizo, que atraviesa el foso.En su interior se encuentra el Museo de Miniaturas Militares y se conservan elementos,  como el foso, escarpas y cuarteles.

Su ubicación, entre la ciudad medieval y el río Aragón, extramuros de la muralla, no fue bien recibida inicialmente por los jaqueses, que consideraban su construcción, una amenaza para sus fueros y privilegios. 

Las obras comenzaron a mediados de 1592 y un año después, ya estaban prácticamente finalizados los trabajos del exterior, a falta de su revestimiento con piedra sillar. En el interior, se habían levantado los cinco cuarteles, que albergarían a los 300 hombres de la tropa.

En 1613, ya bajo el reinado de Felipe III, se concluyó la portada de acceso. Sin embargo fueron más lentas las obras de excavación, de los fosos y otros proyectos colaterales, que todavía continuaban en el tramo final del siglo XVII.

En torno al inmenso patio central, se alinean los edificios destinados a albergar la guarnición, oficinas, almacenes y pertrechos, organizados en cinco manzanas paralelas a las cortinas o murallas. En el interior se encuentra también la capilla castrense de San Pedro, edificio barroco con portada de piedra, construido en la segunda mitad del siglo XVII.

La Ciudadela sólo fue utilizada defensivamente, durante la Guerra de la Independencia. Pero paradójicamente, fueron las tropas francesas las que se hicieron fuertes en su interior, tras conquistar la plaza. Los franceses ocuparon la fortaleza durante 4 años.
 
En la actualidad, está gestionada por el Consorcio del Castillo de San Pedro formado por el Ministerio de Defensa, la Diputación Provincial de Huesca y el Ayuntamiento de Jaca.

Glacis (1) Es una fortificación permanente, en declive desde el camino cubierto hacia el campo.

jueves, 26 de junio de 2025

Biografía del militar y político español Manuel Gutiérrez de la Concha

Tal día como hoy, 27 de junio de 1874, fallecía en combate, el militar y político español, Manuel Gutiérrez de la Concha e Urigoyen, conocido por su título nobiliario de marqués del Duero.

Manuel de la Concha nació en la actual Argentina, hijo de Petra Irigoyen y de Juan Gutiérrez de la Concha y Mazón, brigadier de marina y entonces gobernador intendente de la provincia de Tucumán. Su padre murió fusilado durante las luchas que siguieron a la Revolución de Mayo de 1810, recibiendo en 1864 honras fúnebres en el Panteón de Marinos Ilustres de San Fernando (Cádiz).

Después de la muerte del padre, en 1814, la familia fijó su residencia en España, donde Manuel de la Concha, hizo sus estudios preparatorios.Ingresó en la Guardia Real como cadete en 1820, ascendió a alférez en 1825 y a teniente en 1832.

Se adhirió al liberalismo, lo que le valió algunos meses de prisión, antes de la muerte de Fernando VII. Posteriormente y ya habiéndose desencadenado la Primera Guerra Carlista, se unió a la causa liberal de Isabel II y fue destinado al ejército del Norte, distinguiéndose en las acciones de Durango, Alsasua y Zúñiga, por las que obtuvo la Cruz de San Fernando.

El 6 de abril de 1836 fue ascendido, recibiendo su primer mando por valentía demostrada en combate. Siguió siendo ascendido, alcanzando el grado de teniente coronel, después de la conquista de Urrieta, en la cual se distinguió sobremanera. En la batalla de Belascoain, mereció una segunda cruz de San Fernando y el ascenso a coronel.

Fue ascendido a mariscal de campo en 1840. Participó entonces en la campañas de Arroniz, en las que mereció una tercera cruz de San Fernando.

Habiéndose adherido al partido moderado, fue entonces nombrado comandante general de las provincias de Guadalajara y Cuenca en 1841. En octubre de ese año participó, con Diego de León y otros militares y políticos moderados, en la tentativa fallida de derribar la regencia de Espartero, razón por la cual tuvo que exiliarse a Florencia.

En el verano de 1843, contribuyó activamente a la caída del regente Baldomero Espartero, provocada por Narváez, lo que le valió la promoción a teniente general. Fue entonces nombrado inspector general de Infantería por los moderados entonces en el poder, y después capitán general de Castilla la Vieja.

En 1847 recibió orden de encabezar una expedición a Portugal para ayudar a mantener el gobierno de la reina María II de Portugal, siguiendo las directrices de la Cuádruple Alianza. Tras haber vencido el 30 de junio de 1847 a las fuerzas setembristas mandadas por el general FranciscoXavier da Silva Pereira, primer conde das Antas, consiguió restablecer por la fuerza, la autoridad de la soberana portuguesa, en la ciudad de Oporto..
 

Por ese hecho recibió distinciones honoríficas tanto en Portugal como en España, destacando el marquesado del Duero, con Grandeza de España de primera clase. Fue nombrado capitán general de Cataluña, poniendo fin en 1849 a la revuelta de los matiners (catalán: madrugadores) en el ámbito de la Segunda Guerra Carlista.

Colaboró con el general Leopoldo O'Donnell durante el Bienio Progresista, ocupando, entre otros cargos, los de capitán general de Cataluña diputado a Cortes y presidente de la Junta Consultiva de Guerra.

Fue capitán general de las Dos Castillas durante el gobierno de la Unión Liberal, y en la década de 1860 fue presidente del Senado, durante cinco legislaturas consecutivas. A pesar de ser ya sexagenario, a petición del general Serrano volvió a la actividad militar y política en 1872, convirtiéndose en uno de los más firmes partidarios de Alfonso XII de España.

Su gran capacidad y prestigio militar hicieron que fuese considerado el mejor estratega del siglo XIX español, lo que llevó a que el gobierno de la Primera República en 1874, le entregara el mando del Tercer Cuerpo del Ejército del Norte, una unidad crucial para la defensa del régimen. 

En los tres meses durante los cuales estuvo al mando del frente carlista del Norte, consiguió victorias de gran resonancia y significado, con especial relieve en la liberación de Bilbao, en mayo.

Fue el autor de un Proyecto de táctica de las Tres Armas, obra considerada de gran valía técnica su tiempo y que ha sido reeditada recientemente, por el Ministerio de Defensa.

En los preliminares del ataque a Estella, la capital simbólica de los carlistas, una bala le atravesó el pecho durante la batalla de Monte Muro, cerca del pueblo de Abárzuza, en la tarde del 27 de junio de 1874.

Su muerte, aunque supuso una gran pérdida para la causa alfonsina, le dio una gran popularidad e incluso fue recreada, por un cuadro en la Exposición Nacional de 1884, hoy en el Senado.

 

miércoles, 25 de junio de 2025

Biografía breve del conquistador español Francisco Pizarro

Tal día como hoy, 26 de junio de 1541, era asesinado el Lima el conquistador español Francisco Pizarro.

Francisco Pizarro González, fue un conquistador español que lideró durante la primera mitad del siglo XVI, la expedición que iniciaría el derrocamiento del inca Atahualpa y un nuevo orden político y religioso.

Pizarro era hijo natural del capitán Gonzalo Pizarro, desde muy joven Francisco Pizarro, conoció lo que era la combatir al acompañar a su padre en las guerras italianas. Hombre inquieto y de fuerte carácter, embarcó en 1502 en la flota que llevaba a las indias a Nicolás de Ovando, el nuevo gobernador de La Española.

Al llegar al nuevo mundo, Pizarro no logró adaptarse a la vida sedentaria del colonizador, por lo que decidió participar en la expedición de Alonso de Ojeda, que exploró América Central y más tarde, la de Vasco Núñez de Balboa, que descubrió el Océano Pacífico.

A finales de septiembre de 1526, cuando habían transcurrido dos años de viajes hacia el sur, afrontando toda clase de inclemencias y calamidades, llegaron extenuados a la isla del Gallo, en la bahía de Tumaco, actual sur de Colombia en la costa del Pacífico.

El descontento entre los soldados era muy grande; llevaban varios años pasando calamidades sin conseguir ningún resultado. Pizarro intentó convencer a sus hombres, para que siguieran adelante; sin embargo, la mayoría de sus huestes quería desertar y regresar.

Allí se produjo la acción extrema de Pizarro, de trazar una raya en el suelo de la isla, obligando a sus hombres a decidir entre seguir o no en la expedición descubridora. Tan solo cruzaron la línea los que posteriormente serían conocidos como "los Trece de la Fama", o "los Trece caballeros de la isla del Gallo", quienes fueron: Bartolomé Ruiz de Estrada, Pedro de Halcón, Alonso Briceño, Pedro de Candía, Antón de Carrión, Francisco de Cuéllar, García Jerén, Alonso de Molina, Martín de Paz, Cristóbal de Peralta, Nicolás de Ribera y Laredo, Domingo de Soraluce y Juan de la Torre.

Conocedor de los rumores, que hablaban de la existencia de grandes riquezas, en el Imperio de los Incas, decidió unir la fortuna que había amasado, con la de Diego de Almagro para financiar dos expediciones, que resultaron ser un fracaso. A pesar de ello Pizarro volvió a intentarlo, esta vez con el respaldo de Carlos V y en 1531 partió nuevamente hacia Perú.

La hazaña más notable de Pizarro, fue la conquista del Imperio Inca. En 1529, tras dos expediciones fallidas y armado con la autorización real, obtenida en las Capitulaciones de Toledo, Pizarro inició su tercera y definitiva expedición.

Informado de la guerra que enfrentaba al emperador inca Atahualpa y a su hermanastro Huáscar, Pizarro se reunió con Atahualpa en la ciudad de Cajamarca. Allí, tras invitar sin éxito al líder inca a convertirse al cristianismo, Pizarro capturó a Atahualpa, en un sangriento ataque por sorpresa.

El emperador inca acordó con los extranjeros llenar de oro, plata y piedras preciosas una habitación a cambio de su libertad. De nada le sirvió cumplir el pacto, ya que Pizarro, reforzado por la llegada de Almagro, acusó a Atahualpa de haber ordenado el asesinato de su hermanastro Huáscar, desde la prisión y de preparar una revuelta contra los españoles. Por ello, Pizarro ordenó su ejecución.

Muerto Atahualpa, Pizarro nombró como soberano inca a Manco Cápac II, hermano del fallecido Atahualpa, pero el nuevo soberano inca se reveló contra Pizarro en 1536. La rebelión fue aplacada por los españoles, soldados cuyas ansias de poder y riqueza les llevaría a enfrentarse entre sí, dos años más tarde, en la batalla de las Salinas.

Pizarro derrotó e hizo prisionero a Diego de Almagro, que fue ejecutado por su hermano Hernando Pizarro. La venganza de los partidarios de Almagro, se consumó el 26 de junio de 1541, Pizarro fue asesinado en Lima por partidarios de Diego de Almagro "el Mozo", hijo de su antiguo socio y rival. Su muerte simbolizó, el turbulento periodo de las guerras civiles, en el Perú colonial.

Pizarro dejó un legado complejo. Por un lado, es recordado como el audaz conquistador, que expandió los territorios de la Corona española y fundó ciudades que perduran hasta hoy. Por otro, su figura está asociada, con la destrucción de una civilización y la subyugación de sus pueblos.

La biografía de Francisco Pizarro, es un testimonio de la complejidad de la historia humana, donde la valentía y la crueldad, a menudo se entrelazan. Su vida sigue siendo objeto de estudio y debate, reflejando las luces y sombras de una era, que cambió el mundo para siempre.


martes, 24 de junio de 2025

Juan Pablo de Carrión, el español vencedor de los combates de Cagayan

Tal día como hoy, 25 de junio de 1582, en las islas filipinas, tienen lugar los cambates de Cagayan, entre soldados de los tercios españoles y piratas japoneses chinos, coreanos y filipinos

Juan Pablo de Carrión, fue un hidalgo español que, ya en el ocaso de su vida, recibe el encargo del gobernador de Manila, de dirigir una expedición para acabar con Tay Fusa, un pirata japonés, que está sembrando el terror en las aguas de Filipinas, amenazando las rutas comerciales entre el mar de China y Nueva España.

Juan Pablo de Carrión nació en 1513 en Carrión de los Condes, Palencia, un hidalgo español. En 1543 participó en la expedición de Ruy López de Villalobos a las Filipinas. La expedición fue un fracaso y él fue, uno de los pocos supervivientes.

En 1582, a la edad de 69 años, le fue encargada la misión, como capitán, de expulsar a los piratas japoneses de la isla de Luzón, en Filipinas, combate que libró de manera exitosa con solamente siete barcos, bien armados y dirigidos en los Combates de Cagayán.

Al despuntar el siglo XVI, los japoneses, al igual que los chinos y otros pueblos de los alrededores, llevaban muchos años contrabandeando y comerciando en las islas Filipinas, pero la llegada de los españoles, cambió drásticamente el panorama.

Si bien los españoles no controlaban de manera efectiva, todo el territorio filipino, desde la recién fundada Manila , en 1571 los conquistadores castellanos, se habían erigido en dueños y señores de las islas, y no estaban dispuestos a permitir, ninguna injerencia extranjera. Dejemos que José Eugenio Borao, autor de "La colonia de japoneses en Manila en el marco de las relaciones de Filipinas y Japón en los siglos XVI y XVII2, nos ponga en situación:

"[…] en 1575, Juan Pacheco de Maldonado era más explícito, al señalar que los japoneses llegaban cada año a Luzón, para intercambiar plata por oro, siendo sus principales destinos Cagayan, Lingayen y Manila. Las noticias que llegaron poco después, en 1580 y 1581, señalaban, que los japoneses estaban haciendo daño a los nativos, y ya en 1582, se habla claramente del pirata Tayfuzu -Tay Fusa- que se aprestaba para ir a Cagayan con diez navíos […]"

El origen del conflicto era una flota pirata, aparentemente de origen japonés, formada por japoneses, chinos, coreanos y filipinos (guerreros wako), que había llegado al norte de la isla de Luzón, con la intención de establecerse en el lugar. Llama la atención el nombre del capitán pirata, Tay Fusa (aparece transcrito de decenas de maneras diferentes,) que no parecía japonés.

Lo más probable es que fuera un apelativo dado por los chinos, o una deformación fonética de su nombre original, tras llegar a oídos españoles. En cualquier caso, este capitán, según fuentes de la época, era un valiente japonés que después de asolar las costas de China, Corea y Camboya, llegaba a Filipinas con la intención de establecerse allí.

A las autoridades españolas en Manila, les incomodó que Tay Fusa y sus piratas tratasen de asentarse en sus dominios y en junio de 1582 enviaron al norte de Luzón, una expedición de castigo, para acabar con la amenaza de los recién llegados. 

Cuarenta hombres armados y dos naves de guerra, una galera –la Capitana– y un navío ligero –el San Jusepe-, apoyados por cinco embarcaciones menores, de apoyo y un contingente de cien indígenas filipinos, al mando del capitán Juan Pablo de Carrión, experimentado comandante y avezado lobo de mar, que conocía perfectamente la zona, donde había navegado y combatido, en innumerables ocasiones.

La flota zarpó de Manila y se dirigió a Cagayan, bordeando la isla de Luzón, dirigiéndose al norte, al encuentro del enemigo. En total, la expedición de Carrión, tuvo tres choques armados con piratas, pero sólo uno de ellos, el tercero y definitivo, fue con las tropas de Tay Fusa.

Los dos primeros choques, fueron lances de escasa entidad, el primero, un champán chino al que doblegaron con facilidad y el segundo contra un barco japonés que no estaba claro que perteneciera a la flota de Tay Fusa, pero que puso seria resistencia, combatiendo contra los castellanos con armas de fuego, para sorpresa de los españoles. Finalmente, no resistieron el empuje de las naves españolas, dejando numerosos muertos como resultado.

La flota de Carrión siguió su camino y, a mediados de junio, llegó a la desembocadura del río Grande de Cagayan, donde se encontró con las fuerzas de Tay Fusa. Éste contaba con entre 600 y 1000 hombres, provistos de 18 champanes. 

Los piratas habían construido, además, una serie de fortificaciones a lo largo del río, para controlar toda la zona. El capitán Carrión, diestro militar se las arregló para atraerlos río adentro, fuera de sus posiciones, hacia un terreno más propicio a sus armas.

Los españoles, que contaban con unos cien hombres, improvisaron también una serie de fortificaciones, tras las que se atrincheraron para esperar el ataque del enemigo, contando además con la artillería pesada de la galera, que habían desembarcado a tierra, los españoles, arcabuceros, piqueros y rodeleros, rechazaron todos los asaltos que les lanzaron los piratas, llegando al cuerpo a cuerpo.

El combate fue terrible y tras varios asaltos de los japoneses, que en cada nuevo asalto, atacaban con más furia que el anterior, los españoles resistieron hasta que los piratas se dieron por vencidos. Tay Fusa trató de negociar, algún tipo de acuerdo de paz con Carrión, pero el hidalgo español se mostró inflexible. No habría condiciones, los piratas debían abandonar Luzón, de inmediato.

Carrión aprovechó la coyuntura para fundar una ciudad en el lugar, a la que llamó Nueva Segovia, desde la que organizó la defensa de la zona, para que no se volvieran a repetir, incursiones como la rechazada.

 

lunes, 23 de junio de 2025

Tomás de Zumalacárregui, el mejor general carlista

Tal día como hoy,  24 de junio de 1835, en el marco de la Primera Guerra Carlista, fallecía en Guipúzcoa el general español, Tomás de Zumalacárregui.

Tomás de Zumalacárregui e Imaz, duque de la Victoria, conde de Zumalacárregui, conocido entre sus tropas como "Tío Tomás", fue un militar español que llegó a ser general, durante la primera guerra carlista.

Conocido como el "Tío Tomás", Tomás de Zumalacárregui fue uno de los grandes generales carlistas. Siendo muy joven tomó las armas durante la Guerra de Independencia, conflicto tras el cual alcanzó el grado de capitán.

Estaba estudiando en Pamplona, cuando la invasión napoleónica cambió su destino. Se unió a la partida guerrillera de Jáuregui "El Pastor"  en 1812. Su participación en esta guerra, culminó en la batalla de San Marcial, en la que fue condecorado.

Al terminar el conflicto con el grado de capitán decidió seguir la carrera militar. Conoció diversos destinos hasta que la revolución de 1820, le apartó del mando por su adscripción, a los sectores más conservadores de la milicia.

Partidario del absolutismo, en 1823 formó parte del organismo militar, encargado de reprimir los delitos políticos. Seis años después, ya con el grado de coronel, fue gobernador militar de Ferrol pero, al estar implicado en los sucesos de La Granja, perdió el cargo.

Cuando las potencias europeas, para poner fin a la experiencia liberal española, envían a los "100.000 hijos de San Luis", se unirá a esta fuerza comandada por el duque de Angulema, colaborando en el sitio de Lérida, en octubre de 1823.

En 1832 es nombrado gobernador militar de El Ferrol. Su poco clara actuación durante la frustrada sublevación absolutista que provocó la caída del gobierno conservador de Calomarde, le llevó ante los tribunales militares. Aunque salió absuelto estuvo separado del mando, en el último año del reinado de Fernando VII.

Muerto Fernando VII, Tomás de Zumalacárregui se unió a las fuerzas carlistas, lideradas por Carlos de Borbón. Fue nombrado comandante general interino de Navarra, cargo con el que pasó a dirigir un gran número de hombres.

Al comienzo de la Primera Guerra Carlista, Tomás de Zumalacárregui basó sus estrategias en la lucha de guerrillas, que había aprendido y llevado a la perfección, en la Guerra de Independencia Española frente a los franceses, rehuyendo a toda batalla en campo abierto.

No le fue mal pero en los últimos meses de 1834, consciente de que ya no podía seguir llevando a cabo ese tipo de estrategia, acabó aceptando combatir de frente al bando liberal, combates directos que se saldaron con importantes victorias a su favor.

Tomás de Zumalacárregui ,logró extender el dominio del bando carlista a toda Navarra y pasó luchar contra los isabelinos, en Vizcaya y Guipúzcoa. Zumalacárregui pretendía tomar Victoria, y una vez cumplido este paso, marcharía sobre Madrid, sin embargo, Carlos de Borbón le ordenará, intentar la conquista Bilbao. 

Al iniciarse el sitio  de Bilbao, Zumalacárregui es herido en una rodilla y pide ser trasladado a Cegama para su curación. A pesar de que los médicos que le atendieron, no consideraban grave la herida, murió a consecuencia de ella nueve días después, el 24 de junio de 1835.

domingo, 22 de junio de 2025

Jaime de Borbón y Battenberg, el hijo de Alfonso XIII que renunció a la Corona

Tal día como hoy, 23 de junio de 1933, Jaime de Borbón y Battenberg renunciaba a sus derechos sucesorios, como hijo del Rey de España Alfonso XIII. Lo hacía presionado por su padre que lo consideraba incapacitado por su sordera.

Segundo hijo, fruto del matrimonio del Rey Alfonso XIII y Victoria Eugenia, Jaime de Borbón y Battenberg nació la madrugada del 23 de junio de 1908, en el Palacio Real de la Granja de San Ildefonso.

A los cuatro años, el Infante se quedó sordo tras una intervención quirúrgica, por una doble mastoiditis, intervención que le cambiaría la vida, hasta el punto de tener que renunciar a sus derechos sucesorios, el 23 de junio de 1933.

Para algunos autores, y según los dichos del propio Jaime, se quedó sordo a los cuatro años de edad,a raíz de una intervención quirúrgica,como consecuencia de una mastoiditis. 

Otros consideran que perdió la audición al momento de su nacimiento, probablemente al contraer una infección en el oído interno, e incluso entienden algunos investigadores, que si hubiera oído bien hasta los cuatro años, habría hablado mejor en su edad adulta. 

Antes, en 1921, su padre le nombró caballero de la Orden del Toisón de Oro y, por Reales Decretos, el 7 de diciembre de 1925, le concedió el collar de la Orden de Carlos III y la gran cruz de la Orden Isabel la Católica. Orden de la que también conseguiría su collar en febrero de 1931, año en el que también fue nombrado comendador mayor, vacante de la Orden de Calatrava.

Con la proclamación de la Segunda República, Jaime de Borbón tuvo que abandonar España. Precisamente, en el exilio, su hermano mayor Alfonso renunció a los derechos sucesorios ,para casarse con una mujer que no pertenecía a la realeza.

Esto le convirtió automáticamente,, en el heredero del Rey Alfonso XIII, quien consciente de su sordera le obligó a abdicar, pues la consideraba un problema para desempeñar las funciones reales. Este aceptó la voluntad de su padre y el 23 de junio de 1933, renunció a sus derechos dinásticos, pasando estos a su hermano menor Juan de Borbón.

A partir de ese momento, Jaime de Borbón utilizó el título de duque de Segovia. A pesar de su renuncia al trono español, en diciembre de 1949 intentó que esta fuese invalidada, pero el problema era que Franco, ya había nombrado al joven Juan Carlos I como su sucesor. Eso no le impidió intentar convencer a Franco, para nombrarle su sucesor aunque nunca lo consiguió.

El infante murió el 20 de marzo de 1975 en San Galo (Suiza). Por pocos meses no llegó a ver a su sobrino Juan Carlos proclamado Rey. Según la versión oficial, sufrió una caída en plena calle mientras paseaba a su perro, lo que le provocó heridas fatales.

Pero otros expertos, como José María Zavala, señalan que habría sido en realidad agredido con una botella por su esposa, provocándole una fractura de cráneo que le causó la muerte, tras varios días de agonía.

Jaime de Borbón murió en el Hospital cantonal de San Galo, en Suiza, el 20 de marzo de 1975. Diez años después, el rey Juan Carlos I, ordenó el traslado de sus restos al Monasterio de El Escorial. 

sábado, 21 de junio de 2025

Francisco de Villagra, el conquistador español que fue gobernador de Chile

Tal día como hoy, 22 de junio de 1563, fallecía el conquistador español Francisco de Villagra. Hijo del comendador de Rubiales, de la Orden de San Juan de Jerusalén, Álvaro de Sarría, y de Ana de Villagra, Francisco de Villagra navegó hasta el nuevo mundo en busca de riquezas.

Nació en Santervas, León, España, en 1511, Se sabe que en 1537, es decir a los 26 años de edad, ya se encontraba en el Perú. Contrajo matrimonio en España con Cándida de Mortesa, la cual se trasladó a América el 9 de abril de 1554, con un hijo y sus criadas. Además, tuvo tres hijos naturales.

Nada más llegar a América, se dirigió a las tierras del Perú, en donde planeó junto al capitán Alonso de Mesa, liberar de los hermanos Pizarro al conquistador español Diego de Almagro. Descubierto su plan, fue condenado a muerte, sin embargo, Hernando Pizarro le salvó la vida.

Después de este episodio, Francisco de Villagra se marchó a Chile. Allí llegó en el momento en el que Pedro de Valdivia, llevaba a cabo la conquista de aquella región. En 1541 estuvo presente en la fundación de Santiago de Nueva Extremadura, ciudad que le tocó defender, del asalto del cacique Michimalonco.

Más tarde, cuando Pedro de Valdivia, se dispuso a viajar a Perú en busca de refuerzos, a Francisco de Villagra se le confió el gobierno interino de Chile. Gobierno que asumió años después tras la muerte de Valdivia, en la batalla de Tucapel, quien le nombró su sucesor en el cargo como tercera opción, tras Jerónimo de Alderete, que se encontraba en España, y Francisco de Aguirre, quien se encontraba ocupado en la conquista de Tucumán.

Como gobernador, Francisco de Villagra tuvo que detener la rebelión indígena, encabezada por el líder mapuche Lautaro, a quien derrotó en la batalla de Mataquito en abril de 1557. Triunfo tras el cual, el Virrey Adres Hurtado de Mendoza, nombró a su hijo García Hurtado de Mendoza, nuevo gobernador.

La disputa por el poder en el reino, solo terminó en 1557, cuando arribó a Chile el nuevo Gobernador, García Hurtado de Mendoza. La primera medida que este adoptó al llegar a La Serena, fue apresar a Francisco de Aguirre, y luego,  a fines de abril, envió a un emisario para que hiciera lo mismo con Villagra, quien se encontraba en Santiago.

Su intención era evitar cualquier levantamiento, de los "viejos conquistadores" en contra de su autoridad. Aguirre y Villagra, fueron embarcados hacia Lima, donde la Real Audiencia los juzgó. 

A Villagra se le acusaba, de haber asumido el mando por la fuerza y de haber sacado el oro, de las cajas reales, para emplearlo en la defensa del Sur. A pesar de la gravedad de los cargos, fue absuelto el 10 de noviembre de 1559.

Años después, en 1561, el Rey Felipe II nombró  a Francisco de Villagra, Gobernador de Chile el 20 de diciembre de 1558, y asumió el cargo en febrero de 1561, reemplazando a García Hurtado de Mendoza. Su gestión gubernativa no sería fácil: a la epidemia de viruela desatada en el país, por el contagio de algunos enfermos, que llegaron por mar a La Serena, se sumó el reinicio de la Guerra de Arauco.

Cuando se dirigía a Cañete, para renovar las acciones militares, el Gobernador enfermó. Tenía sólo 50 años, pero había dedicado más de 24 de ellos, a los servicios militares. Aquejado por la gota -enfermedad que afecta las articulaciones-, que no le permitía caminar, asumió sus deberes debiendo ser transportado en camilla, a La Imperial y luego a Angol, donde arribó en marzo de 1562.

Ya en Concepción, postrado en cama, organizó las tropas que al mando de su hijo Pedro de Villagra, irían a enfrentarse a los mapuche. Las campañas militares resultaron negativas para los españoles, quienes fueron derrotados en Catirai y obligados a despoblar Cañete.

Los últimos años del gobierno de Villagra, se caracterizaron por la acentuación de su enfermedad y las graves derrotas militares, sufridas en Arauco. El estado de su salud lo decidió, finalmente, a redactar su testamento. Ya moribundo, se hizo vestir con el hábito de religioso franciscano, con el que falleció.

Según un cronista. "Era Francisco de Villagra cuando murió, de edad de cincuenta y seis años… Gobernó con poca ventura, porque todo le salía mal. Era de las barbas entre rubias, el color del rostro sanguino, amigo de andar bien vestido y de comer y de beber: y enemigo de pobres."
 
"Fue bien quisto  antes que fuese gobernador, y mal quisto, después que lo fue. Quejábanse de él que hacía más por sus enemigos, a causa de atraerlos a sí que por sus amigos. Fue vicioso de mujeres y mohino en las cosas de guerra. Sólo en la buena muerte que tuvo fue venturoso. Era amigo de lo poco que tenía guardado: mas se holgaba de recibir que de dar."

viernes, 20 de junio de 2025

Historia de Santa Fe, el primer campamento de los Reyes Católicos para conquistar Granada

Tal día como hoy,  21 de junio de 1483, con el fin de sitiar Granada, el Rey Fernando "el Católico",ordenaba la instalación del primer campamento desde el que dirigiría el asedio, en el paraje conocido como los Ojos de Huecar. Este campamentos, con el tiempo, se convertiría en la ciudad de Santa Fe.

La elección del Rey Fernando II de Aragón, de establecer el campamento en esta ubicación, situada a tan solo once kilómetros no fue al azar. Se tuvieron en consideración, aspectos como las posibilidades de comunicación, con los fuertes de Alhama, Loja, Alhendín y Gabia; la facilidad para abastecer a la tropa y la defensa natural de la zona.

A pesar de todas estas ventajas, la excesiva proximidad al río Genil suponía un elevado riesgo, pues estaban a merced de inundaciones provocadas por los musulmanes, que desde Granada podían regular el caudal del río. Motivo por el cual Fernando "el Católico" desplazó el campamento un kilómetro. 

Dicho campamento que en julio de 1491 sufrió un gran incendio, un duro revés que no llevó a los Reyes Católicos a levantar el campamento, más bien demostraron todo lo contrario, que no se moverían de allí una vez no hubiesen conquistado la ciudad de Granada.

Paralelamente al cerco de Granada, los Reyes Católicos comenzaron a construir la ciudad de Santa Fe. Ciudad que, en menos de un año, apenas cerrados sus muros, se producían dos de los hechos más importantes de la historia de España.

La historia de Santa Fe corre pareja a la historia moderna española. Durante la Reconquista de Granada, los Reyes Católicos instalaron su campamento provisional en el lugar que ocupa hoy la ciudad . En 1491 decidieron poner fin a la Guerra de Granada y para ello, erigieron el campamento en piedra y ladrillo, lo que constituyó un golpe de significativa importancia psicológica, para los sitiados en la ciudad de la Alhambra.

De esta forma, se edificó la ciudad campamento en sólo ochenta días, incluidas varias torres (destacando la Torre de Santiago, en la muralla este del recinto), muros y una fosa alrededor de toda ella, así como cuatro puertas, que en la actualidad perduran, llamadas los cuatro arcos o puertas, cada uno de ellos con propio nombre.

En la ciudad de Santa Fe, se firmaron las Capitulaciones de Santa Fe, suscritas el 17 de abril de 1492 entre Fernando de Aragón e Isabel de Castilla y el navegante genovés Cristóbal Colón en el campamento militar ubicado en Santa Fe, constituyen uno de los documentos de la serie de acuerdos y capitulaciones formalizadas por los monarcas hispanos en esta localidad entre los años 1491 y 1492, entre los que sobresalen los establecidos con el monarca nazarí Boabdil el Chico para la entrega y capitulación de Granada, el 25 de noviembre de 1491 y el documento suscrito con Colón, el 17 de abril de 1492, considerado por algunos especialistas como el primer documento escrito de la Historia de América.

Las Capitulaciones de Santa Fe, recogen los acuerdos entre los reyes y Cristóbal Colón relativos a la expedición a las Indias. Significaron un reparto anticipado entre ambas partes, sobre las condiciones y los beneficios, que reportaría la conquista de América. 

Así, en este documento se le otorgan al navegante genovés los títulos de almirante, virrey y gobernador general, en todos los territorios que descubriera o ganase durante su vida, así como la décima parte de todos los beneficios obtenidos, nombrando como herederos a sus sucesores, de forma vitalicia.

También se le concedió un diezmo, de todas las mercaderías que hallase, ganase y hubiese en los lugares conquistados. Están firmadas por el secretario de Fernando y hombre de confianza, Luis de Santángel.

En resumen hay tres fechas clave en la historia santaferina: 2 de octubre de 1491 fundación de Santa Fe; 25 de noviembre de 1491 firma de las capitulaciones para la rendición del Reino de Granada y el 17 de abril de 1492 firma de las capitulaciones entre los monarcas y Cristóbal Colón que darían como resultado el descubrimiento de América.

Otro hecho determinante en la historia de Santa Fe son los terremotos de 1806 que convirtieron a la ciudad en un montón de ruinas, pensando incluso en su traslado a lugar más seguro. Esto terremotos motivaron la pérdida de gran parte del legado artístico de la época de los Reyes Católicos, principalmente las casas solariegas de los nobles que acompañaron a estos en la toma de Granada.

jueves, 19 de junio de 2025

La Real Provisión, de la reina Isabel I de Castilla que prohibió la esclavitud.

Tal día como hoy, 20 de junio de 1500, mediante una Real Provisión, la reina Isabel I de Castilla prohibió la esclavitud. Este hecho es pleno en responsabilidad de Isabel I de Castilla, mujer, líder y reina.

Con este desconocido, ignorado y descuidado acto, la soberana castellana se convirtió en la primera mandataria europea, en preocuparse de los derechos de los nativos americanos, en los territorios que se iban descubriendo e incorporando, a la Corona de Castilla.

Hasta aquel momento, la esclavitud era algo normal en el mundo conocido, en multitud de formas, pero sobre todo era una práctica habitual, esclavizar a los vencidos de guerra, para intercambiarlos por prisioneros, entre otros muchos fines. 

Es importante remarcar un hecho, de gran relevancia, una tradición que hasta entonces debíamos a los que nos precedieron, los que gozan hasta nuestros días de gran fama, prestigio y honor: los romanos.

Desde la antigua Roma, la esclavitud era un estado social, era tan común que incluso la adoptaban algunos ciudadanos libres, como única salida para responder a deudas, o en caso de quiebra. Imagínense esto en términos y condiciones actuales. 

Esto merece una reflexión, dirigida a todos aquellos que se dedican a hacer juicios, fuera de su contexto histórico. Para avanzar en el conocimiento real de lo que aconteció, debemos dejar de admitir los juicios sobre las acciones de ayer, realizados con las reglas de hoy.

Lo que ocurrió para que la Reina de Castilla,  Isabel "la Católica"  se soliviantase, al punto de decretar una ley inédita, en aquellos tiempos, fue lo que había sucedido, tras la viaje y descubrimiento por Crisbobal Coloń, de un nuevo mundo.

Colon había regresado de un primer y exitoso viaje, se había establecido en La Española y los Reyes Católicos, lo recibieron en Barcelona con gran algarabía. 

Seis meses después, Isabel I de Castilla, dispuso una segunda expedición y ordenó "tratar a dichos indios con cariño y absténganse de hacerles ningún daño", y advirtió a Colon, que debía castigar el maltrato a los indios con severidad. 

Colón no solo desobedeció la orden, sino que capturó a más de mil nativos, lo que enfureció a Isabel. La relación entre Colón y la Reina, quedó gravemente dañada y Colon cayó en desgracia.

Tras ello, la Reina Isabel, no perdió el enfoque de su objetivo y se empeñó en evitar, que tal injusticia se repitiera. El 20 de junio del año de 1500 Isabel decretó, en la ciudad de Sevilla una Real Provisión, por la que se prohibía la esclavitud, 

Esta ley es transcendental, en el nacimiento de las bases de lo que conocemos hoy, como "Los Derechos Humanos", porque no sólo prohíbe la esclavitud, también consideró a los nativos súbditos de la Corona y por tanto, iguales en derechos y deberes a los súbditos peninsulares.

Debemos celebrar el 20 de junio de 1500, como una fecha importante en la Historia de España, y recordar el legado español con un relato justo y documentado, que necesita la herramienta del conocimiento, para discrepar de ese otro relato que aún predomina, dentro y fuera de nuestras fronteras, plagado de exageraciones, cuando no de falsedades, probadas a lo largo del tiempo.

miércoles, 18 de junio de 2025

El atentado de Hipercor, el más sangriento de la banda terrorista ETA

Tal día como hoy, 19 de junio de 1987, en la ciudad de Barcelona, la banda terrorista ETA perpetraba su ataque más sangriento, el atentado de Hipercor.

El atentado de Hipercor, perpetrado por ETA en 1987 en Barcelona, es considerado el más sangriento de la banda terrorista, causando la muerte de 21 personas y más de 45 heridos. El atentado se produjo, con la detonación de un coche bomba en el aparcamiento del centro comercial, dejando un rastro de destrucción y muerte

Nos encontramos, en los años de terror de la banda terrorista ETA, el momento de mayor actividad de la organización terrorista que, aquel fatídico viernes, colocó un coche bomba, cargado con unos 200 kilos de carga explosiva, en el parking del Hipercor, situado en la avenida Meridiana de Barcelona.

El vehículo, un Ford Sierra robado, tenía el explosivo en el maletero. Una bomba que había sido puesta, por el comando Barcelona, rama de la banda terrorista ETA que estaba formada por Josefa Ernaga, Domingo Troitiño y Rafael Caride Simón, quienes declararon posteriormente, que la elección de Hipercor como objetivo, se debía a que pensaban que era una empresa de capital francés.

Al ser un viernes a primera hora de la tarde, el local, sin estar atestado, tenía más gente de la que era habitual a esa hora, realizando sus compras. A las 16:10 horas, actuó el temporizador que activaba los explosivos, ocasionando una enorme explosión, que voló por los aires la primera planta del garaje,  provocando un socavón de 5 metros de diámetro, en el suelo del establecimiento, por el que penetró una bola de fuego que abrasó a todas las personas, que encontró a su paso.

La mezcla explosiva, tuvo efectos similares a los del napalm, pegándose a los cuerpos y elevando la temperatura, hasta los 3.000 grados centígrados. Además, los gases tóxicos producidos, provocaron la asfixia de otras personas, no afectadas por el fuego.​ Como consecuencia, perecieron 21 personas y otras 45 resultaron heridas, de diversa consideración.​

La llegada inmediata de la Policía y los bomberos, atenuó el alcance de la masacre, ya que de no haberse extinguido a tiempo, el incendio habría afectado a otras plantas del supermercado. Algunos de los fallecidos (la mayoría de los cuales eran mujeres y niños), quedaron completamente carbonizados

Lo más sorprendente del atentado de Hipercor, fue que la propia banda terrorista ETA alertó del coche bomba. El personal de la empresa de seguridad del edificio, con ayuda de la Policía y la Guardia Urbana, buscaron el artefacto explosivo pero, al sobrepasar la hora señalada para la explosión y no encontrar ningún paquete sospechoso, la dirección de Hipercor y las fuerzas policiales, no consideraron necesario el desalojo del local. 

La razón era el elevado número de falsas alarmas, que tenían lugar en aquella época. De hecho, aquel fatídico viernes se recibieron un total de 12 falsas alarmas.

El problema fue, que no se trató de una falsa alarma y a las cuatro y diez de la tarde, la bomba explotó. La primera planta del garaje voló por los aires, tan grande fue la explosión que esta provocó un socavón de unos cinco metros de diámetro en el suelo del establecimiento. 

La explosión provocó además, la destrucción de unos 20 vehículos que se encontraban en el aparcamiento siniestrado, otros 25 sufrieron daños de gravedad y otros muchos, fueron afectados por el humo, además de daños importantes, en las instalaciones del hipermercado y de diversa consideración, en algunos immuebles vecinos, sobre todo balcones y cristales. Finalmente fueron valorados en unos 400 millones de pesetas (2,4 millones de euros).​ 

martes, 17 de junio de 2025

La Tregua de Niza, el fin a la lucha de España y Francia por la posesión de Italia

 

Tal día como hoy, 18 de junio de 1538, el Rey Carlos I de España y V de Alemania y el Rey Francisco I de Francia, firmaban la Tregua de Niza. Un acuerdo que ambos monarcas alcanzaron, después de años de disputas por el control de Italia, con el propósito de que ambos Reinos, lograsen recuperarse económicamente.

Los antecedentes de esta tregua, los encontramos en 1535, año en el que falleció el duque de Milán Francisco Il Sforza. Su muerte planteó nuevamente la cuestión italiana y alimentó, las pretensiones francesas sobre la zona.

En febrero de 1536, Francia invadió los territorios de Saboya y Piamonte, ocupando plazas como las de Chambéry o Turín. Una acción que suponía una gran amenaza, para los intereses españoles en Italia.

Ese mismo año, el Emperador Carlos V regresaba de Túnez de forma triunfante y, con grandes planes para unificar la cristiandad, se reunió con el Papa en presencia de los embajadores franceses, para advertir que si el Rey Francisco I de Francia´ no aceptaba sus condiciones de paz, le declararía la guerra.

Permitiendo Carlos V negociar a sus ministros, para hacer tiempo y empujado por sus capitanes Andrea Doria y Antonio de Leyva, decidieron emprender hostilidades. Pensaba en un ataque por mar y tierra contra Francia, lo que significaba un traslado total de tropas.

Del múltiple ataque sobre Flandes, la invasión septentrional desde los Países Bajos se tuvo que abandonar, por escaseces económicas, pero Carlos durante el verano de 1536 se internó por la Provenza. La campaña fue un desastre y en octubre Carlos estaba de nuevo en Génova, arruinado en su potencia militar y endeudado.

El mutuo agotamiento, hizo detener las operaciones mayores y fracasadas las negociaciones, por los emisarios del emperador sobre Milán, por la ayuda francesa a los turcos y por el apoyo de Francia, al quinto Concilio General, se firmó la Tregua de Niza el 18 de junio de 1538, con el acuerdo de que debía durar 10 años y con el programa de una liga, contra los musulmanes y protestantes y la colaboración, en un concilio general. Francia mantenía sus conquistas de Saboya, Turín, Bresse y Bugey.

Posteriormente en 1542, Francisco I, aprovechando el agotamiento del emperador y de los recursos sacados de Argel, el año anterior, rompe la tregua en julio de ese mismo  año  y envía un ejército invasor a los Países Bajos, iniciando la guerra italiana de 1542 a 1546. De la que saldría el emperador, con la firma de la paz de Crepy en 1544.

De esta forma se iniciaba un nuevo conflicto, que durante cuatro años mantuvo ocupados a los Tercios Españoles. Una guerra que sangró nuevamente la Hacienda pública y que no supuso, ningún cambio en el mapa europeo.

lunes, 16 de junio de 2025

La conquista de Valencia, por Rodrigo Díaz de Vivar, el "Cid Campeador"

Tal día como hoy, 17 de junio del 1094, Rodrigo Díaz de Vivar, más conocido como el "Cid Campeador", conquistaba la ciudad de Valencia tras un año de asedio.

Rodrigo Díaz de Vivar, también conocido como "el Cid Campeador", fue un líder militar castellano, que llegó a dominar al frente de su propia mesnada, el Levante de la península ibérica, a finales del siglo XI como señorío, de forma autónoma respecto de la autoridad de rey alguno.

Consiguió conquistar Valencia y estableció en esta ciudad, un señorío independiente desde el 18 de junio de 1094​ hasta su muerte; su esposa, Jimena Díaz, lo heredó y mantuvo hasta 1102, cuando pasó de nuevo a dominio musulmán.

Hijo de Diego Laínez y descendiente del legendario Laín Calvo, Rodrigo Díaz de Vivar fue educado junto al Infante Sancho, quien al ocupar el trono de Castilla, le nombró alférez real.

Tuvo, asimismo, conocimientos de derecho, pues intervino en dos ocasiones a instancias regias, para dirimir contenciosos jurídicos, aunque quizá en el ambiente de la corte, un noble de la posición de Rodrigo Díaz, pudiera estar oralmente familiarizado con conceptos legales, lo suficiente como para ser convocado en este tipo de procesos.

Su prestigio como guerrero se incrementó tras vencer en combate singular al caballero navarro Jimeno Garcés, victoria que solucionó el conflicto entre Castilla y Navarra por unos territorios fronterizos.

Como jefe de las tropas del Rey Sancho II de Castilla, Rodrigo Díaz de Vivar participó en la guerra fratricida que su monarca mantuvo con Alfonso VI de León teniendo un papel destacado en las batallas de Llantada y Golpejera, enfrentamientos tras los cuales Alfonso VI de León fue derrotado y obligado a escapar a la Taifa de Toledo, sin embargo, Sancho II murió poco después en su afán por derrotar a su hermana Urraca, al intentar conquistar la villa de Zamora.

Cuando Alfonso VI se convirtió en su nuevo Rey, este no le guardo rencor e incluso, consciente de su valía, lo honro concediéndole la mano de su sobrina doña Jimena, con quien se casó en julio del 1074.

Años después, una expedición a tierras toledanas sin el permiso real que puso en peligro las negociaciones de Alfonso VI para adueñarse de la ciudad de Toledo le provocó su primer destierro. Destierro durante el cual sirvió al Rey al-Muqtadir de Zaragoza después de que el conde de Barcelona,rechazase sus servicios.

Tras ser derrotado por los almorávides, Alfonso VI de León se reconcilió con Rodrigo Díaz de Vivar, pero una nueva disputa provocó su destierro definitivo de Castilla, fue entonces cuando el Cid se convirtió en protector de al-Qadir, Rey de Toledo y Valencia, ciudad esta última que conquistaría a la muerte de su protegido, aprovechando el conflicto interno entre partidarios y opositores, a abrir la ciudad a los almorávides.

Rodrigo Díaz de Vivar, se nombró Príncipe de Valencia y se instaló en la ciudad del Turia, hasta el día de su muerte, el 10 de julio del 1099. su esposa, Jimena Díaz, lo heredó y mantuvo hasta 1102, cuando pasó de nuevo a dominio musulmán. 


domingo, 15 de junio de 2025

El matrimonio de Felipe II de España con María I de Inglaterra, la inconclusa unión de ambos reinos

Tal día como hoy, 16 de junio de 1586: la Reina María I de Inglaterra, de la casa Tudor, reconoce a su esposo, Felipe II de España, como su heredero.

El matrimonio entre Felipe II de España y María I de Inglaterra, fue una unión política, no amorosa, cuyo objetivo era unir Inglaterra a la Monarquía Hispánica. La unión, aunque breve, no logró su propósito y fue marcada, por la oposición del pueblo inglés y la falta de descendencia.

Aunque mucha gente los desconoce, España e Inglaterra estuvieron bajo el mando de un mismo Rey, bien avenidos, como si fueran una sola potencia. De haber perdurado en el tiempo esta unión, hoy probablemente estaríamos hablando,del mayor imperio de la historia.

Este episodio no es fácil de comprender si tenemos en cuenta que España e Inglaterra han mantenido casi siempre una relación de rivalidad con sentimientos de temor, desprecio y admiración mutuos. 

La lista de pugnas y rupturas es interminable. Por citar solo algunos, los abordajes de los corsarios a los barcos españoles en el siglo XVI, las pugnas por la soberanía de Gibraltar, la expedición de la Armada Invencible, el apoyo español a la independencia de Estados Unidos, la tradicional alianza de los ingleses con Portugal ,contra los intereses españoles y la Batalla de Trafalgar.

Sin embargo, hubo un momento, en que todas esas diferencias no fueron tan evidentes, aunque fuera por un corto periodo de tiempo. Nos referimos a los cuatro años en que Felipe II fue también Rey de Inglaterra, bajo el nombre de Felipe I. 

Aquello fue consecuencia, de su matrimonio con María I Tudor entre 1554 y 1558, una circunstancia ya de por sí importante, pero que se habría sumado a las consecuencias que tuvo para España, el descubrimiento de América, que se había producido poco antes. De hecho, el retrato del monarca español todavía cuelga, en las paredes de la Cámara del Príncipe, estancia anexa a la Cámara de los Lores, en el palacio de Westminster.

El matrimonio, sin embargo, no tuvo hijos. De haberlos tenido, la historia de Europa y España habría sido diferente. Todo comenzó cuando el príncipe Felipe enviudó de su primera mujer, María Manuela de Portugal, en 1545. Ocho años después, su padre, el emperador Carlos V, todavía Rey de España, eligió a María Tudor como nueva esposa, para aprovechar que esta acababa de ser coronada. 

El objetivo último, era que la descendencia de ambos, uniese en una sola corona a Flandes, Borgoña, España e Inglaterra, formando una defensa infranqueable de sus posesiones continentales, contra la ambición de los franceses.

Felipe concibió el enlace, como una obligación política impuesta por su padre. Su única misión parecía ser engendrar a un heredero, que se convirtiera en el futuro aliado de España y el Imperio. Los opositores contra los que tuvo que pelear, no obstante, fueron muchos. En primer lugar, Francia, que observaba con pánico un matrimonio que podía conceder a España, un gran poder y un vasto territorio. 

En segundo, los nobles, que se habían enriquecido con los bienes eclesiales expropiados en tiempos de Enrique VIII de Inglaterra, padre de María, y temían que tuvieran que devolverlos. En tercero, los protestantes, pues la unión ponía en grave peligro a su Iglesia.

El monarca español, representaba para María de Tudor un perfecto apoyo, en su causa de restaurar el catolicismo y frenar las aspiraciones protestantes. Estas estaban representadas por su hermanastra Isabel, hija de Enrique VIII y Ana Bolena. 

A su favor solo contaba con algunos nobles católicos, pero estos ya habían sido duramente reprimidos e, incluso, condenados a muerte en la Torre de Londres por su padre. La boda, por lo tanto, se celebró con urgencia en Winchester, en enero de 1554, en medio de este clima de tensión.

Para desgracia de Felipe II, se estableció que este solo ostentaría el título de Rey de Inglaterra mientras María viviese. Además, solo ella dispondría de las rentas públicas y él solo podría usarlas, con el permiso de esta. El monarca aprovechó el amor que su esposa le profesaba, para mover hilos en la corte con el objetivo de que le nombraran su sucesor, en el caso de que no tuvieran hijos. El Parlamento invocó los acuerdos prematrimoniales y lo impidió en el último momento.

Once meses después de la boda, Inglaterra volvía oficialmente a la obediencia de Roma. Para tranquilizar a la nobleza protestante, se dictó que las antiguas tierras eclesiales que Enrique VIII les había cedido, no tuvieran que restituirse. Solo se devolverían aquellas que habían ido a parar, a manos del Rey de Inglaterra.

Sin embargo, no era suficiente para María Tudor, puesto que ella quería venganza, después de que su madre hubiera sido repudiada y ella misma, hubiera sido desheredada. Así que hizo prisionera a su hermana Isabel, en la Torre de Londres y empezó a perseguir a los protestantes, a muchos de los cuales condenó a muerte, sin ningún reparo.

Pasó el tiempo y el objetivo del matrimonio no se cumplía. María estaba tan obsesionada que, incluso, llegó a creerse que estaba embarazada. Dijo que su hijo nacería en abril de 1555 y puso a su hermanastra, a hacer la ropa de su futuro bebé, como una especie de tortura psicológica. Cuando llegó la fecha, se produjo la desilusión.

La salud de la Reina empeoró y Felipe se sintió engañado, pero todavía necesitaba a su esposa desde el punto de vista político. Cuando marchó a Flandes para asistir a la abdicación de Carlos V, le respondió a todas las cartas de amor que esta le envió, aunque fuera cortésmente, para hacerla creer que era la mujer de su vida. A su regreso siguió manteniendo relaciones sexuales con ella, aunque no tuviera ninguna esperanza de procrear.

Tras la guerra que se desencadenó con Francia, Felipe II volvió a marcharse. Esta vez, a Flandes. María  Tudor se quedó destrozada y siguió escribiéndole cartas, rogándole que regresara pronto. No se imaginaba,que ya nunca volvería a verle y que el sueño de aquella unión indefinida,entre los dos reinos se perdía para siempre. 

Ella lo intentó y le escribió, para comunicarle que estaba embarazada, pero él no la creía y envió al duque de Feria para confirmarlo. Este le dijo que la Reina simplemente esta enferma y que parecía, no tener cura. Solo el láudano le aliviaba ya, los fuertes dolores y se pasaba el día rezando y llorando.

Ni siquiera fue a estar junto a ella, en su agonía. Felipe II había perdido todo interés en ella. También por la corona inglesa. Era consciente de que el Parlamento, jamás cambiaría las leyes de sucesión y dio el trono por perdido. 

El 17 de noviembre de 1558, María Tudor moría sola, sin despedirse de su esposo, creyendo que este aún la amaba. Felipe II dejaba de ser monarca de Inglaterra de manera automática. El monarca hispano, hizo un último intento y sondeó la posibilidad de casarse con su cuñada Isabel, pero esta le rechazó.

sábado, 14 de junio de 2025

El Primer Sitio de Zaragoza por las tropas de Napoleón Bonaparte

 

Tal día como hoy, 15 de junio de 1808, en el marco de la Guerra de la Independencia, las tropas de Napoleón Bonaparte, iniciaban el Primer Sitio de Zaragoza.

El Primer Sitio de Zaragoza, que duró desde junio hasta agosto de 1808, fue el primer asedio que las tropas napoleónicas dirigidas por Lefebvre y Verdier infligieron a la ciudad, durante la Guerra de la Independencia Española. 

Las fuerzas francesas, tras una serie de victorias iniciales, se aproximaron a Zaragoza, donde encontraron una resistencia feroz, por parte de los defensores, incluyendo soldados regulares, milicianos y civiles. 

A pesar de su débil preparación inicial, los zaragozanos lograron rechazar el asedio durante más de dos meses, causando una gran cantidad de bajas a los franceses.

Tras las derrotas de Tudela, Mallén y Figueruelas, el ejército francés, dirigido por el general Lefebvre, llegó a los muros de Zaragoza. La ciudad apenas estaba defendida, por poco más de 1.400 hombres del ejército regular. 

Lefebvre vio una victoria fácil, incluso pensó que podía tomar la ciudad aquel mismo día con un asalto general, sin embargo, el general francés no contaba con que los zaragozanos, se alzasen en armas en defensa de la religión, la patria y del legítimo Rey, Fernando "el Deseado", mas tarde llamado "el felón"

La noticia sobre la llegada de los franceses, durante la mañana del 15 de junio de 1808 alarmó a toda la ciudad. Se hicieron llamamientos, para que todo el mundo participara en la defensa de Zaragoza e imposibilitase el avance enemigo. Las fuerzas napoleónicas, divisaron la ciudad a primera hora de la mañana y fueron recibidos, con fuego de artillería.

A pesar de la "bienvenida", poco antes de la una de la tarde, los franceses ya se encontraban junto a las puertas de la zona sur, dispuestos a comenzar el asalto. De esta forma se iniciaba la batalla de las Eras, entre las puertas del Carmen y el Portillo.

Las fuerzas napoleónicas lograron superar a los defensores, e incluso entrar en la ciudad, a través de ambas puertas pero cuando los soldados españoles se vieron superados, los zaragozanos, dirigidos por Antonio Sangenís, respondieron con furia y valentía,, con el poco armamento del que disponían, logrando así rechazar la ofensiva.

Tras este inesperado fracaso inicial, los franceses sometieron la ciudad a un intenso bombardeo, mientras procuraban cortar sus líneas de abastecimiento y organizar un asedio ordenado, a pesar de que el número de tropas de que disponían, era claramente insuficiente para este fin.

Los zaragozanos, por su parte, se ocuparon en diversas obras de fortificación: parapetos, aspilleras, barricadas etc. de las que no se habían ocupado antes; comandados por el ingeniero militar Antonio Sangenís, que murió heroicamente, defendiendo la ciudad. Durante los días siguientes,se produjeron diversos ataques puntuales franceses, siendo rechazados todos ellos.

Ese 15 de junio los franceses perdieron más de 700 hombres. Lefebvre ordenó la retirada mientras empezaba a comprender que la toma de Zaragoza no iba a ser tan sencilla. Comenzaba así el primer sitio de Zaragoza, asedió que duró dos meses y que costó a los franceses unos 4.000 soldados.