Los antecedentes de la batalla de San Marcial, se remontan a octubre de
1521, cuando las tropas del señor de Bonnivet, Guillermo Goufier,
asaltaron la villa guipuzcoana de Fuenterrabía, tomando por el camino el
castillo de Behobia.
La villa de Fuenterrabía, había sido tomada el 18 de octubre de 1521 por fuerzas navarras, con apoyo de tropas francesas en nombre del rey Enrique II de Navarra, dentro de la guerra italiana, en un intento de recuperar el Reino de Navarra, conquistado en 1512 por tropas castellanas. El castillo de Behobia, fue abandonado por el ejército navarro
Tras ello, el III Duque de Alburquerque, Beltrán de la Cueva, fue nombrado capitán general de Guipúzcoa, en mayo de 1522 y se lanzó rápidamente a recuperar el castillo con una hueste de soldados españoles, reclutados de las villas cercanas y cerca de 3.000, lansquenetes alemanes.
Ante la imposibilidad de defender el castillo, el enemigo abandonó sus posiciones no sin antes intentar volarlo, pero el capitán Ochoa Sanz de Asua, junto a unos cuantos hombres, lograría evitarlo.
No obstante, nada estaba asegurado, puesto que un ejército franco-navarro, formado por más de 4.500 soldados se plantó en las orillas del río Bidasoa, con el objetivo de cruzarlo y tomar nuevamente el castillo de Irún.
Los aldeanos, sin apenas armas, opusieron una gran resistencia y no permitieron al enemigo, cruzar el Bidasoa. Por ello, y ocultos por la noche, se dirigieron río arriba, donde era más fácil vadearlo, y, abandonando la artillería, lograron sortear aquel obstáculo natural.
Ante esta situación, De la Cueva accedió a presentar batalla, marchando al frente de una hueste de 1.500 soldados y 150 jinetes. Allí se unirían con los 400 soldados y el millar de hombres, reclutados a toda prisa en la zona, con los que derrotaría finalmente al enemigo mediante un gran engaño.
En plena noche, Mosén Pedro de Hirizar, clérigo y vecino de Rentería, reúne a 400 mozos y mujeres y, con 400 teas encendidas pasa por el camino real, desde el cruce de los caminos de Oyarzun y Rentería hacia Irún.
Esto hace que los franco-navarros crean, que el ataque va a venir desde Irún. Pero mientras tanto, los Capitanes Azcue y Ambulodi, con las tropas locales, atacan a los franceses, a los que encuentran desprevenidos. En la refriega hay algunos muertos y unos 30 prisioneros, dándose a la fuga el resto de los franceses.
La batalla de San Marcial, que se desarrolló en el antiguamente conocido como monte Aldabe, hizo que la zona pasase a conocerse desde entonces como, monte de San Marcial.
En celebración de dicha victoria, tiene lugar desde 1522 el día de San Marcial, una procesión a la ermita erigida en honor del santo, por mandado de Beltrán de la Cueva, duque de Alburquerque, tal y como dejó ordenado en su testamento.
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