martes, 29 de julio de 2025

La Expedición Malaspina, el viaje científico de la Ilustración Española

Tal día como hoy,  30 de julio de 1789, partía de Cádiz la Expedición Malaspina, el gran viaje político-científico de la Ilustración española.

En 1788, el teniente de navío de origen italiano Alessandro Malaspina, propuso al gobierno español, la realización de un "viaje científico alrededor del mundo", que le llevara por las colonias españolas en América y Asia, e imitara las expediciones científicas que habían emprendido en años anteriores, los franceses en 1785 e ingleses  en 1768. Pero, con mayor fortuna, porque ninguno de ellos, sobrevivió a sus viajes.

La misión recibió el nombre de Expedición Malaspina, debido al noble marino italiano al servicio de España y brigadier de la Real Armada que la encabezaba, Alejandro Malaspina.

El principal objetivo de la Expedición Malaspina, dado que en 1789 el Imperio español, aún se extendía por Europa, América y Filipinas, era dar la vuelta al mundo y hacer un estudio exhaustivo de la flora, la fauna, las minas y cartografiar todas las posesiones de la Corona, tal como ya había hecho el capitán James Cook, en su momento para la Corona británica.

En tan ambiciosa empresa, no se escatimaron recursos. Así, para llevar a cabo la aventura se construyeron dos corbetas: la "Atrevida" y la" Descubierta", equipadas con los instrumentos náuticos más novedosos y avanzados del momento, traídos de París y de Londres.

Malaspina, se encargó de conseguir todo el material científico necesario, para realizar los estudios que se proponía hacer durante la travesía y Bustamante, se ocupó de la logística y de contratar a la tripulación necesaria, para un viaje que les llevaría a surcar los mares de medio mundo.

Partieron de Cádiz el 30 de julio de 1789. A bordo iba la flor y nata de las ciencias y las artes, como el astrónomo y cartógrafo Juan Gutiérrez de la Concha, los pintores José Guío y Fernando Brambila, el botánico Luis Née, que donaría su herbario al Real Jardín Botánico, los naturalistas Antonio Pineda y Tadeo Haenke y el marinero Alcalá Galiano, que moriría heroicamente en 1805 en Trafalgar.

Desde Cádiz llegaron a las Canarias y de allí, cruzaron el Atlántico hacia el Río de la Plata. El 20 de septiembre llegaron a Montevideo, de donde partieron al sur, hacia las islas Malvinas. Desde allí doblaron el Cabo de Hornos y, ya en el Pacífico, (13 de noviembre) tomaron rumbo norte, explorando toda la costa americana occidental: Chiloé, Valparaíso, El Callao, Guayaquil, Panamá y Acapulco (abril de 1791).

Su objetivo era recorrer la costa americana por Montevideo, las islas Malvinas, el cabo de Hornos, Concepción, Santiago de Chile, América Central, México e incluso Alaska. Desde Acapulco, las dos corbetas partieron hacia el Pacífico pasando por Nueva Zelanda, Australia y Filipinas.

La  Expedición Malaspina, resultó todo un éxito, a pesar de no que no completó la vuelta al mundo y es que, tras cinco años de travesía, se recogieron gran cantidad de información y de material científico, al realizarse observaciones astronómicas, geográficas, etnológicas, lingüísticas, botánicas, zoológicas, cartográficas y de exploración. Además, se elaboraron informes económicos, se trazó un mapa del Imperio Español y se realizaron, una gran cantidad de cartas hidrográficas.

Asimismo, los científicos descubrieron más de 357 especies de aves, 124 de peces, 36 cuadrúpedos y 21 anfibios, desconocidos hasta la fecha y trajeron muestras de 14.000 plantas y una gran cantidad de semillas, la mayoría de las cuales, se encuentran a día de hoy en el Jardín Botánico y en el Museo de Ciencias Naturales de Cádiz.

Alcalá Galiano y Cayetano Valdés se separaron de la expedición para cartografiar el estrecho de Juan de Fuca. El resto puso rumbo al Pacífico, para alcanzar las demás colonias españolas. Pasaron por las Marianas y fondearon en Manila, en marzo de 1792.

Allí, las dos corbetas se separaron temporalmente. La Atrevida se dirigió a Macao y la Descubierta, exploró las Filipinas y sus alrededores. En noviembre de 1792, reunidas de nuevo, se dirigieron al sur de Nueva Zelanda, pasando por las islas Célebes y las Molucas. 

De allí marcharon a Sydney (colonia británica recién fundada) para regresar al Callao y emprender el viaje de regreso,  a través del cabo de Hornos y las Malvinas. Regresaron a Cádiz el 21 de septiembre de 1794.

La expedición Malaspina, trazó mapas y rutas y elaboró catálogos de flora y fauna, pero también entraron en contacto, con autoridades y científicos locales, para ampliar su conocimiento y hacer unos inventarios con la mayor exactitud posible. Consultaron los archivos locales de las colonias y estudiaron sus usos y costumbres, su situación política y sus necesidades. 

Al regresar a España, habían trazado al menos 70 cartas náuticas y habían descrito cientos de nuevas especies de plantas (y sus propiedades) y animales. Cartografiaron las costas americanas, con gran precisión y Alejandro Malaspina, elaboró planos preliminares para un canal en Panamá.

Malaspina, además, presentó un voluminoso informe a sus superiores, disponible en nuestra Biblioteca Digital Hispánica: "el Viaje político-científico alrededor del mundo". En él opinaba a favor de la concesión de mayor autonomía, a las colonias españolas para crear una especie de confederación, comercial de estados autónomos.

Estos comentarios, no sentaron bien al valido de Carlos IV,  Manuel Godoy, que le acusó de revolucionario y conspirador. Malaspina fue condenado a diez años de prisión, en el castillo de San Antón de La Coruña y, aunque no cumplió toda la condena, cayó en desgracia y sus descubrimientos y diarios de viaje, no fueron publicados hasta muy avanzado el siglo XIX

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