lunes, 7 de septiembre de 2020

El Big Ben, un símbolo de la ciudad de Londres

 

Tal día como hoy, el 7 de septiembre de 1859, comenzó a funcionar el Big Ben, construido un año antes. El reloj de la torre fue el más grande del mundo en su tiempo, capaz de dar cada hora con la precisión de un segundo y que se acabaría convirtiendo en uno de los símbolos de Londres.

El mecanismo del reloj se acabó en 1854, pero la torre no se construyó hasta cuatro años más tarde y todavía se tuvo que esperar un año para que comenzara a funcionar.

Cuando piensas en la ciudad de Londres, no solo acuden a tu mente los autobuses de color rojo, las cabinas telefónicas o el cuerpo de soldados de infantería que protege el Palacio de Buckingham. Si hay un símbolo vinculado estrechamente a esta gran urbe, ese es el Big Ben, nombre con el que se conoce a la torre que forma parte del Parlamento de Reino Unido y que comenzó a funcionar hace exactamente 161 años.

De estilo neogótico y con vistas a otros de los puntos más emblemáticos de la ciudad, como el London Eye, la iglesia de Santa Margarita o la Casa Portcullis, el Big Ben mide 61 metros de altura y en su interior incluye un pequeño mirador y un faro, ambos construidos por orden de la Reina Victoria para que pudiera saber desde su residencia cuándo los parlamentarios estaban trabajando.

A pesar de que la mayoría de gente utiliza este apelativo para referirse a la torre del parlamento, lo cierto es que Big Ben es el nombre con el que se bautizó a la campana que hay en su interior. La torre se llama en realidad Elizabeth Tower, en honor a la reina vigente por el 65º aniversario de su coronación.

Por otro lado, Big Ben es la combinación del adjetivo ‘grande’ en inglés, ya que la campana pesa 16 toneladas y mide dos metros de altura; y el nombre del Comisario de Obras Públicas que supervisó su construcción: Benjamin Hall.

Debido a las condiciones del suelo y la construcción de algunos túneles de metro cercanos, la torre donde reside el Big Ben sufre una ligera inclinación que algunos ya perciben a simple vista. No obstante, según aclaran los expertos, todavía se necesitan más de 4.000 años para que alcance el ángulo de la construcción italiana.

Si tienes pensado ir pronto a Londres y quieres disfrutar de las vistas de la ciudad desde Elizabeth Tower, lo mejor es que te olvides cuanto antes, pues solo los británicos tienen semejante honor. Incluso ellos deben solicitar un permiso especial al parlamento y hacer una reserva con meses de antelación. Eso sí, al menos la entrada es gratuita.

Como también ocurre en España, la hora cambia en Inglaterra dos veces al año según el horario de verano o invierno. Algo que debe quedar patente en el reloj al que acompaña el Big Ben, un trabajo que dura cinco horas y que incluye las cuatro caras de la torre.

Y no solo eso, los encargados de dicha labor también deben hacer lo propio con los más de 2.000 relojes que hay en el interior del Parlamento.


 

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