miércoles, 8 de septiembre de 2021

El canibalismo durante el sitio de Leningrado

 

Tal día como hoy, 8 de septiembre de 1941, la Alemania nazi inició el asedio de 900 días de Leningrado - conocido como Sitio de Leningrado- por las fuerzas alemanas durante la Segunda Guerra Mundial. Los soviéticos construyeron una intrincada defensa alrededor de la ciudad, pero el asedio provocó la muerte de al menos un millón de rusos por inanición y enfermedad.

El Asedio de Leningrado duró unos novecientos días. Durante ese tiempo, ochocientos mil personas - un tercio de la población total de la ciudad- murieron de hambre. Esto es sin contar los cientos de miles de refugiados indocumentados que también perecieron por causa del bloqueo.

Leningrado era una ciudad clave para los invasores alemanes. Poseía decenas de fabricas y su ubicación era ideal para planificar la dominación del resto de la Unión Soviética. Hitler consideraba que tomar el control de dicho centro urbano era esencial para que la invasión a la Unión Soviética fuera exitosa. El líder del partido nazi estaba preparado para hacer lo que fuera para cumplir su objetivo.

Comenzaron por tomar el control de las fronteras de Leningrado. Los alemanes utilizaron artillería pesada y libraron varias batallas durante unos meses. Con la ayuda del ejército finlandés, fueron capaces de asentar un perímetro férreo, dejando sin escapatoria a los ciudadanos de Leningrado.

Luego de una serie de bombardeos por parte de los alemanes, muchos almacenes de comida se quemaron, lo que provoco el comienzo de una crisis alimentaria terrible que causaría la muerte de más de un millón de personas.

La población vivía en un constante estado de desesperación y angustia. Los trabajadores manuales recibían seiscientos gramos de pan al día, los estatales cuatrocientos gramos y los demás civiles debían arreglárselas con apenas trescientos gramos.

Al quemarse los depósitos de azúcar, su contenido se derritió y se esparció por los alrededores. La gente empezó a mezclar la tierra de esos lugares con harina para poder hornear aunque sea el alimento más básico para seguir con vida.

Las raciones diarias de pan tuvieron que ser reducidas considerablemente con tal pasaba el tiempo. La gente comenzó a desmayarse en las calles, muriendo poco después. Luego de una reducción drástica en las raciones, cuando el asedio estaba llegando a un año de duración, comenzaron a haber casos de canibalismo entre los ciudadanos.

Después de que todas las mascotas y animales de todo tipo fueran devorados, grupos desesperados comenzaron a asesinar personas para luego realizar hamburguesas de carne humana, intercambiándolas en el mercado por otros alimentos.

En diciembre de 1942, la policia política -  NKVD-  arrestó a a dos mil ciento cinco caníbales agrupándolos en dos categorías: comedores de cadáveres y comedores de personas. Estos últimos se les distinguía de los otros porque habían asesinado a sus víctimas. A pesar de estas cifras espeluznantes, el canibalismo era poco común en general. La mayoría de los asesinatos ocurrían para robar tarjetas de racionamiento.

Se comenzó a comer semilla para ganado, huesos y pieles de vaca se hervían para obtener "mermelada de carne", incluso fermentaban serrín para hacer sopa. Cuando el Asedio de Leningrado cumplía un año, ya las muertes por falta de comida se habían vuelto usuales. Nadie se sorprendía si alguien de apariencia esquelética se desplomaba en plena calle.

Las cosas llegaron al punto en que miembros de una misma familia se asesinaban entre ellos para robar sus tarjetas de racionamiento. Ya se nos hace difícil imaginar una situación peor que esta.

El asedio acabó el veintisiete de enero de mil novecientos cuarenta y cuatro cuando la ofensiva soviética por fin expulsó a los invasores alemanes de las fronteras de Leningrado en una batalla de grandes proporciones.

El Asedio de Leningrado es el ejemplo más extremo de los horrores que trae consigo la guerra. Nos debería servir de lección a todos, ya que lo único que nos separa de haber sido uno de los ciudadanos de Leningrado es la suerte.

 

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