martes, 28 de febrero de 2017

Juana “la Beltraneja” contra Isabel “La católica”

Tal día como hoy 28 de febrero de 1462, nace Juana “la Beltraneja”, hija del rey Enrique IV de Castilla y de Juana de Portugal.

A su padre Enrique IV se le apodaba “el Impotente”, debido a su fama de no atender sus obligaciones conyugales, pues su primer matrimonio con Blanca de Navarra, fue anulado por el Papa, tras comprobarse que no había llegado a consumarse. Por eso, cuando su segunda esposa dio a luz una niña, fue atribuida a una relación adúltera con Beltrán de la Cueva, valido del monarca, de ahí el mote de “la Beltraneja”.

Isabel - después la reina “la católica”- fue madrina del bautizo de Juana, declarada heredera del reino, aunque los nobles fomentaron la acusación de ilegítima y tomaron partido por el infante Alfonso, hermano del rey.

En 1464, la guerra civil había comenzado en Castilla, y los nobles protagonizaron en 1465 la llamada “Farsa de Ávila”, donde - utilizando un muñeco- quitaron a Enrique IV sus atributos, ante el pueblo, proclamando a Alfonso, con solo doce años, rey de Castilla,.

La repentina muerte de Alfonso en 1468, convirtió a Isabel en candidata de los nobles rebeldes, pero ella prefirió un acuerdo con su hermano el rey, que formalizó en septiembre de 1468 en “Toros de Guisando”, mediante el cual, pasó a ser princesa heredera y a cambio su matrimonio debía realizarse con el consentimiento previo del monarca.

No obstante ella decidió casarse - sin consentimiento - con su primo Fernando de Aragón. lo cual incumplía lo acordado en Guisando, por lo que Enrique volvió a declarar a Juana otra vez legítima heredera, pactando su matrimonio con el duque de Guyena, hermano del rey Luis XI de Francia.

Sin embargo en 1472, murió también el duque de Guyena y a finales de 1474 lo hizo Enrique IV, aunque antes de morir, volvió a reconocer a su hermana Isabel como la heredera.

De esta manera, en 1474 Isabel y su sobrina Juana, comenzaron una nueva lucha por la Corona de Castilla, durante la cual Juana contrajo matrimonio con su tío el rey Alfonso V de Portugal, treinta años mayor que ella, en una maniobra política tramada por sus partidarios.

Pero el triunfo de Isabel en la guerra, significó su reconocimiento como legítima reina de Castilla, mientras Alfonso V de Portugal renunciaba al trono de Castilla y al matrimonio con Juana y ésta volvía a ser soltera.

A Juana, se la dejó elegir entre casarse con el hijo de Isabel y Fernando, de un año de edad, o ingresar en un convento, optando por lo segundo ya que la propuesta de matrimonio daba al príncipe el derecho a rechazarla, en el caso de que no le agradara.

Así, desde 1480, Juana se hizo monja del convento de Santa Clara en Coimbra, donde permaneció hasta 1500, cuando el rey portugués le permitió vivir en un palacio de Lisboa, con una pequeña corte hasta su muerte en 1530, firmando siempre con las palabras, “Yo la reina.”

Hoy día no sabemos si Juana“la Beltraneja” fue realmente hija biológica de Enrique IV y ni siquiera la ciencia - capaz de analizar el ADN de los huesos - nos puede ayudar, puesto que los restos de Juana desaparecieron tras el terremoto de Lisboa de 1755.

 

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