jueves, 5 de octubre de 2017

Cuando los revolucionarios franceses asaltaron Versalles.

Tal día como hoy 5 de octubre de 1789, en Francia, tras la toma de la Bastilla el 14 de julio y a pesar de que el rey Luis XVI se había colocado a la cabeza de los reformistas, aunque dubitativo a la hora de publicar leyes como la Declaración de Derechos Humanos, el pueblo francés harto y hambriento marcha sobre el Palacio de Versalles.

Al día siguiente la muchedumbre asaltará el Palacio y exigirá que la familia real resida, a partir de ese momento en París, y el Rey será conducido al Palacio de las Tullerías bajo vigilancia de la Guardia Nacional.

La marcha sobre Versalles fue un acontecimiento, que tuvo lugar del 5 al 6 de octubre de 1789  dentro del marco de la Revolución francesa y empezó entre las mujeres de los mercados de París que, en la mañana del 5 de octubre, protestaban contra el alto precio y la escasez del pan. Rápidamente las manifestantes se unieron a los revolucionarios que exigían reformas políticas liberales y una monarquía constitucional para Francia.

Posteriormente, una multitud de miles de ciudadanos parisinos, animados por los agitadores revolucionarios, saquearon el arsenal de armas de la ciudad y marcharon hacia el palacio de Versalles.

La multitud sitió el palacio y, tras un enfrentamiento dramático y violento, consiguió imponer sus exigencias al rey Luis XVI y un grupo de mujeres armadas con picas y cuchillos, entran en el palacio pidiendo a gritos la sangre de la reina.

Se dirigieron directamente a su habitación. matan a los guardias, los decapitan y clavan sus cabezas en lanzas. -"Estaban como locas gritando por todo el palacio:¡dadme sus entrañas!,¡dadme su cabeza!,¡ yo quiero una pierna!, ¡yo quiero un brazo!...estaban tan frenéticas que en realidad donde la hubiesen encontrado probablemente la hubieran descuartizado".

Mientras los guardias eran asesinados defendiendo a la reina, Maria Antonieta era despertada por sus damas de compañía. temiendo por su vida, Maria Antonieta escapa a los aposentos de Luis XVI solo unos minutos antes de que las mujeres entren en la habitación y hagan trizas su cama.

Al día siguiente, los manifestantes obligaron al rey, a su familia y a los miembros de los Estados Generales de Francia a volver con ellos a París, lo cual marcó el fin de la autoridad real y su marcha simbolizó un nuevo equilibrio de poder que derribó el antiguo orden de privilegios de la aristocracia y favoreció al llamado “Tercer Estado".

Al unirse personas de diferentes procedencias, la marcha se convirtió en uno de los factores decisivos de la revolución.

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