lunes, 30 de octubre de 2017

La marcha fascista sobre Roma

Tal día como hoy 30 de octubre de 1922 en Italia, dos días después de la “Marcha sobre Roma”, el rey Víctor Manuel III nombra Primer Ministro a Benito Mussolini.

La gran crisis del Estado Italiano en el verano de 1922, se acercaba cada vez más a la revolución ya que los marxistas, con muchos adeptos, se enfrentaban a los fascistas que no cesaban de sembrar violencia, por lo que Benito Mussolini decidió tomar el poder a la fuerza.

Las causas de esta decisión fue la huelga general en agosto de 1922, que a punto estuvo de provocar la revolución bolchevique y como consecuencia de esto el Partido Nacional Fascista comprendió, que en cualquier momento, los comunistas podían hacerse con el control de Italia pues los partidos democráticos, no servían para enfrentarse a la marea revolucionaria y solo había dos posibilidades, o los fascistas asaltaban el poder o lo harían los bolcheviques.

Mussolini, estudió la posibilidad de marchar a Roma para convencer al Rey Victor Manuel III de un cambio de Gobierno dirigido por fascistas y a mediados de octubre de 1922, en Milán tomó la decisión de avanzar sobre Roma.

De improviso, el 27 de octubre, tres columnas de “Camisas Negras”  fascistas iniciaron el avance hacia Roma y por el camino gente de todas las clases sociales se les unió, tanto campesinos y obreros, como industriales y comerciantes y cuando el Gobierno se enteró de lo que estaba sucediendo, entró en crisis y tanto el Partido Socialista Italiano como el Presidente Luigi Facta dimitieron dejando un vacío de poder.

Durante la marcha, los Camisas Negras y la Milicia Fascista, tuvieron un total apoyo de la Policía Italiana y los Carabinieri que en ningún momento les pusieron impedimentos y el Ejército Italiano hizo la “vista gorda”, de manera que sin apenas resistencia las escuadras fascistas se apoderaron de correos y telégrafos, prefacturas, puestos de radio y nudos ferroviarios y tomaron algunos cuarteles e instalaciones militares, aunque los soldados los recibieron con los brazos abiertos, mientras que ni sindicatos ni partidos de izquierdas se opusieron a la marcha.

Mussolini, seguro de su control sobre los acontecimientos, estaba decidido a no aceptar nada que no fuera el gobierno, entrando en la capital italiana ovacionado y saludado como si fuera Julio César y  se reunió con el Rey en su palacio, donde el líder fascista expuso al monarca fidelidad a la Corona  y el 29 de octubre el monarca le pidió que fuera primer ministro y que formara un gabinete, que formó el día 30 de octubre.

Al día siguiente, Mussolini instaló su gobierno en Roma, pero formalmente la dictadura fascista no comenzó de inmediato, sino que los fascistas recurrieron a diversos procedimientos durante los meses siguientes para asegurar el control de todos los mecanismos de poder político.

Benito Mussolini fue declarado “Duce”  - Caudillo - de Italia y  a partir de entonces nació un nuevo calendario adoptado del romano, la llamada “Era Fascista”.

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