Tal día como hoy, 23 de agosto de 1913, se coloca en Copenhague la escultura de “La sirenita”, personaje en bronce de un cuento de Hans Christian Andersen, y símbolo de Dinamarca.
La Sirenita de Copenhague, fue creada a comienzos del siglo XX por el escultor Edvard Eriksen, gracias al encargo de la familia Jacobsen, propietarios de la fábrica de la famosa cerveza Carlsberg.
Se cuenta que Eriksen pretendía tomar como modelo, a una famosa bailarina del Ballet Real, llamada Ellen Price, pero ante la negativa de esta a posar desnuda, terminó empleando como referencia, a su propia esposa.
Posteriormente, la familia de empresarios cerveceros la cedió al ayuntamiento, que la instaló sobre una roca en el Parque Langelinie, junto al puerto de Copenhague, convirtiéndose así en el icono de la ciudad.
Desde que fuera instalada en su roca en el año 1913, la Sirenita de Copenhague ha sido víctima de todo tipo de perrerías y reivindicaciones varias: ha sido decapitada dos veces; le han amputado un brazo y la han pintado de diferentes colores, a lo largo de los años.
Hasta ha llevado un burka -que alguien le puso a modo de protesta contra la entrada de Turquía en la Unión Europea- y, lamentablemente, hasta un traje del Ku Klux Klan.
A pesar de todo estos actos vandálicos, siempre se la ha vuelto a restaurar -ya que se conservan los moldes originales- y así ha conseguido cumplir, hace unos años, un centenario de vida.
No todo han sido disgustos en la larga vida de esta sirena: en 2010 viajó hasta Shangai, donde presidió el pabellón danés, durante la Expo.
Además, desde hace unos años cuenta con compañía, pues su alter ego masculino, llamado Han, fue instalado en Elsinor, otra localidad danesa. También está subido a una roca y también mira lánguidamente hacia el mar, aunque en este caso está hecho de acero inoxidable.
La Sirenita tiene además una hermana moderna, instalada en el año 2000 a unos cuantos metros de ella. Se trata de una escultura de Bjorn Noergaard, conocida como "La Sirenita genéticamente alterada".
A pesar de que algunos turistas, se sienten decepcionados cuando la ven por primera vez, por su pequeño tamaño, la Sirenita de Copenhague es un símbolo indiscutible, de la ciudad y el monumento más visitado de Dinamarca.
El gran humorista español Francisco Ibañez, dedicó varios de sus comics a la Sirenita de Copenhague
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