domingo, 4 de octubre de 2015

Las alarmas del cambio climático en la Antártida.

Tal día como hoy 4 de octubre de 1991, se firma en Madrid el Acuerdo por el que se declara a la Antártida “reserva natural para la paz y la ciencia”

También denominada Antártica o continente antártico, en él se encuentra el Polo Sur, incluyendo también a las islas Georgias del Sur, Sandwich, Bouvet, y otras, con una forma casi circular y 4.500 km de diámetro, sobre la que sobresale una angosta península, dirigida hacia el extremo de Sudamérica.

Conocida también como sexto continente, es, a nivel del mar, el  más elevado de la Tierra, con una altitud promedio de 2.000 metros, albergando alrededor del 80 % del agua dulce de todo el planeta, y el promedio de humedad más bajo de la Tierra, así como las más bajas temperaturas.

El espesor promedio del hielo que cubre el continente, es de 2.500 metros y su máximo espesor de 4.776 metros, es decir, casi 5 km de hielo descansan sobre algunos lugares de la  Antártida.

“El Protocolo sobre Protección Ambiental”, firmado en Madrid pretende proteger el medio ambiente antártico, con medidas específicas sobre: contaminación, fauna y flora, impacto ambiental, residuos, y áreas protegidas, prohibiendo todas las actividades relacionadas con recursos minerales excepto la investigación científica.

El cambio climático, está afectando muy seriamente su ecosistema y los investigadores han descubierto, que con el aumento de temperatura, los crustáceos, que deberían consumir algas,  comen protozoos y al final, como los crustáceos consumen tantos protozoos, éstos acaban escaseando y las poblaciones de bacterias aumentan, sin este depredador que les amenace, lo que supone un cambio de imprevisibles consecuencias.

Los primeros resultados ponen de relieve, que el aumento de la temperatura está modificando el equilibrio del continente helado y han descubierto una “cascada alimentaria” creada por ello.

En definitiva, la suavización de las condiciones ambientales, alteran las interacciones entre especies que han evolucionado aisladas del resto del mundo durante veinte millones de años y, pueden producir la invasión de otras especies foráneas, que acabaran desplazando a las autóctonas.

Varias investigaciones marinas han demostrado, que ya algunas especies han invadido territorios y desplazado a otros y en las Islas Georgia del Sur, un escarabajo depredador llevado seguramente de manera accidental, está eliminando los crustáceos originarios.

Las conclusiones del “Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático” afirma que muchos de los cambios observados en el sistema climático desde 1950 no tienen precedentes ni en decenios ni en milenios, siendo su evolución, por lo tanto, impredecible.

Pocas veces el hombre había puesto tanto empeño al algo, como lo hace ahora para destruir su propia casa.

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