jueves, 17 de marzo de 2016

Martínez de la Rosa, alias “Rosita la pastelera”

Tal día como hoy 17 de marzo de 1853 Francisco de Paula Martínez de la Rosa, escritor y político nacido en Granada, es elegido presidente de las Cortes.

Francisco de Paula Martínez de la Rosa Berdejo Gómez y Arroyo - nada menos - fue un poeta, dramaturgo, político y diplomático español, catedrático de Filosofía Moral en la Universidad de Granada, que en 1808 se unió a los revolucionarios liberales durante la Guerra de la Independencia, siendo luego diputado en las Cortes de Cádiz, siendo encarcelado tras el regreso de Fernando VII y el restablecimiento del absolutismo.

Durante el Trienio Liberal de 1820 hasta 1823, fue puesto en libertad y se puso al frente de los liberales, llamados “doceañista” o moderados, que se oponían a la mayoría de radicales o “exaltados”, e incluso formó gobierno como ministro de Estado en 1822.

No obstante, tras la sublevación pro–absolutista de la Guardia Real en 1822 - sofocada por la milicia urbana de Madrid – dimitió, y tras su marcha, la situación política se radicalizó, pues mientras por una parte subían al poder los exaltados, Fernando VII  para  poder recuperar el poder absoluto, decidió recurrir a la intervención extranjera, la cual se haría efectiva con la llegada del ejército francés llamado “de los Cien Mil Hijos de San Luis”, restableciendo el absolutismo en España en octubre de 1823, e iniciándose de inmediato por el “rey felón”, la persecución, encarcelamiento y muerte de liberales.

La reacción absolutista fue tan fuerte, que Martínez de la Rosa, pese a ser moderado, hubo de exiliarse en Francia y acabó en una postura ideológica ecléctica, que defendería un liberalismo muy moderado, para hacer posible cambios pacíficos, tanto con la monarquía como los partidarios absolutistas, es decir, una postura que hoy calificaríamos como centrista, lo cual motivó, tras la muerte del rey que la reina regente María Cristina, le llamase para formar gobierno en 1834.

Martínez de la Rosa organizó entonces un régimen de “monarquía limitada” pero con amplios poderes, inaugurando el primer Parlamento bicameral de España y buscando a la vez apoyos liberales a la monarquía de Isabel II, para lo cual decretó la amnistía para todos los liberales encarcelados por el absolutismo y su vuelta del exilio, enfrentados a los partidarios del absolutismo, que deseaban la sucesión al trono del hermano menor del rey, Carlos.

Como siempre sucede en este país, su postura dialogante y mediadora para convivir pacíficamente, fue calificada de “pasteleo”, tanto por los sectores de la derecha como los de la izquierda, pues era el resultado de conciliaciones y convergencia de intereses en torno a una postura media entre ambos.

De los ambientes políticos, esto trascendió a la calle, hasta tal punto que pasó a ser una denominación ofensiva para referirse a los moderados, a los que se llamaba “pasteleros”, mientras a su líder Martínez de la Rosa, se le aplicaron los motes de “Rosita la pastelera y Barón del bello rosal” diciéndose de él que era; “bastante enamoradizo y un tanto afeminado”

Su moderación fue sobrepasada enseguida por las aspiraciones radicales de las masas populares, que llevaron al gobierno a líderes como Mendizábal, con modelos constitucionales más liberales, mientras Martínez de la Rosa, sería uno de los inspiradores del “Partido Moderado”, que había de dirigir largos periodos de la vida política española, como facción conservadora del liberalismo, sobre la que descansó mayormente el reinado de Isabel II.

Como escritor, formó parte de la primera generación del Romanticismo, destacando sobre todo en el terreno dramático, aunque también practicó la poesía y el ensayo, convirtiéndose en un prestigioso intelectual de su época y formando parte de las Academias de la Lengua, de la Historia, de Bellas Artes y de Jurisprudencia, así como presidente del Ateneo de Madrid.

4 comentarios:

  1. Según un profesor que tuve de Historia su política y su vida fue un sí pero no y un no pero sí. O sea, como bien dices: pasteleo.

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    1. No me han gustado nunca los que lo resuelven todo a "blanco o negro", porque, la vida es una sucesión interminable de grises. Desde el claro hasta el casi negro. Encontrar el gris que acomode a la mayoria, inevitablemento implica lo que la gente polar, entiende como "pasteleo".

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  2. Al leer estas historias -yo que de experto no tengo nada-, pero si me doy cuenta que en todas las épocas ha habido de todo. Entre ese todo, las personas comprensible y respetuosas con los demás, los extremos, los que no respetan a nadie y los envidiosos, inferiores, los que suelen decir toda clase de ocurrencias, con el fin de ridiculizar al envidiado. En la presenta historia, creo que no hay carencia de nada.

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  3. Es, en efecto, un compendio del "hombre eterno",que se reproduce en todos los tiempos y en todos los sistemas políticos, amigo Manuel.

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