miércoles, 16 de febrero de 2022

El fin de la caza científica de ballenas

 

Tal día como hoy 16 de febrero de 2011, y ante las presiones recibidas por organizaciones y activistas de todo el mundo, Japón anuncia oficialmente la suspensión temporal de la caza científica de ballenas en la Ántártida.

La Comisión Ballenera Internacional (CBI) permite la caza de ballenas solo para fines científicos, no comerciales, pero muchos expertos y científicos de la misma aluden que, en la actualidad, se puede extraer mucha información para el estudio y conservación de estos animales sin necesidad de darles muerte.

Sin embargo, hasta hace poco, Japón, miembro de la CBI, seguía practicando la captura de ballenas con fines supuestamente científicos, aunque muchas voces alertaban de que, en realidad, no sería más que una caza comercial encubierta. Gracias a la presión internacional, en 2011 el país anunciaba la suspensión temporal de dicha actividad.

La caza de ballenas consiste en la obtención de recursos a partir de cetáceos, principalmente misticetos. El término "ballena" en sentido estricto se reserva a los integrantes de la familia Balaenidae.

Los primeros registros de esta actividad se remontan al menos al 3000a.C. Concretamente, el más antiguo del que se tiene constancia es el yacimiento de los Petroglifos de Bangudae. Varias comunidades costeras desde hace mucho tiempo han cazado y recolectado ballenas varadas para su subsistencia.

La caza industrial de las ballenas comenzó en el siglo XVII. A principios del siglo XX, el uso de la tecnología y el aumento en la demanda de recursos superaron el límite sostenible por las ballenas, causando el descenso en las poblaciones de éstas. Durante la década de 1930, más de 50000 ballenas fueron sacrificadas cada año.

En 1986 la Comisión Ballenera Internacional prohibió la caza comercial, con el fin de permitir que las poblaciones de cetáceos puedan recuperarse. Sin embargo, se les permite a ciertas comunidades continuar con la cacería de subsistencia, como parte de su cultura. Además, el artículo VIII de la convención que reglamenta la caza de la ballena permite la cacería con fines científicos.

La caza de ballenas en la actualidad, se articula en los siguientes países y cuotas de captura: Canadá y Groenlandia: Llevada a cabo por pequeñas poblaciones Inuit si bien tiene asignada una cuota anual de 30 ballenas solo se caza una debido a la dificultad de su traslado y procesamiento.​

Estados Unidos: Llevada a cabo por diferentes comunidades indígenas de Alaska. Islandia: Retomó la caza comercial desde 2008, con una cuota anual de 100 rorcuales aliblancos y 150 de rorcuales comunes.​ Islas Feroe: Alrededor de 950 calderones de aleta larga son cazados cada año como parte de su cultura, en una actividad regulada por las autoridades locales, pero no por la CBI.​

Japón: Producto de la moratoria a la cacería comercial y las presiones internacionales, Japón ha desarrollado la llamada cacería científica, catalogada por varios países e instituciones como una cacería comercial encubierta.

También existe la caza anual de delfines en Taiji, en la que cientos de pequeños cetáceos son capturados para la industria del ocio y algunos son destinados al consumo humano. En diciembre de 2018 Japón anunció su retirada del CBI, y el 1 de julio de 2019 reanudó la caza comercial de ballenas subvencionada por el gobierno japonés.

​Noruega: Realiza cacería comercial del rorcual albiblanco, con cuotas anuales en torno a las 999 capturas.de ellas el 90 por ciento son hembras, en su mayoría preñadas. Rusia: Actualmente, en la región de Chukotka se realiza la caza de ballenas grises, tienen permiso a 2017 de cazar de tres a cinco ballenas al año.

San Vicente y las Granadinas: Llevada a cabo por los nativos de San Vicente y las Granadinas en la isla de Bequia. La CBI permite una cuota anual de 4 yubartas, a 2017 el Primer ministro esta estudiando la posibilidad de prohibir su caza total.

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