domingo, 7 de agosto de 2022

La batalla de Guadalcanal: punto de inflexión en el Pacífico

Tal día como hoy 7 de agosto de 1942, cerca de 11.000 marines norteamericanos desembarcan en Guadalcanal - isla al este de Nueva Guinea - para tomar la base aérea que Japón está construyendo allí, con el propósito de aislar el continente australiano.

Los americanos, a pesar del éxito en el desembarco en la isla, no logran obtener la superioridad naval de la zona lo que a la postre hará que los japoneses vuelvan a luchar por Guadalcanal dejando un terrorífico reguero de combates en la jungla que será la tumba de miles de soldados de uno y otro bando.

En el verano de 1942, los japoneses tenían bajo su dominio numerosas islas del Pacífico, así como vastos territorios en el sudeste asiático. Pese a la derrota sufrida en la batalla de Midway, el Imperio del Sol Naciente se cernía amenazante sobre Australia. En Guadalcanal, en las Islas Salomón, los japoneses estaban construyendo un aeródromo, lo hacía de la remota isla un lugar estratégico.

Así pues, el 7 de agosto de 1942, tropas de Marines de los Estados Unidos desembarcaron en Guadalcanal. bajo el mando del general Alexander Vandergrift, era la única fuerza de combatir a los japoneses. Las tropas solo contaba con provisiones para 60 días y municiones para 10 días.

Tras un bombardeo previo, guardaron silencio los cañones de los cruceros y destructores norteamericanos. Desde el aire, los aviones de los portaviones, brindaban apoyo a las tropas terrestres.

El desembarco no encontró oposición y la fuerza principal avanzó hacia el litoral norte de Guadalcanal, mientras que unos 6.000 marines se encargaban de tomar Tulagi y Gavutu-Tanambogo y en tan solo 36 horas logró hacerse con el aeródromo, que pasaría a denominarse Campo Henderson, en honor a un piloto fallecido durante la batalla de Midway.

Sin embargo, los marines estaban a punto de enfrentarse a graves problemas. Los portaviones se retiraron y la armada aliada sufrió duras pérdidas como consecuencia de los ataques llevados a cabo por la flota del vicealmirante Mikawa. En vista de tan nefastos acontecimientos, los buques estadounidenses abandonaron Guadalcanal.

En la inhóspita jungla de Guadalcanal, los marines subsistieron gracias a las provisiones capturadas a los japoneses durante los primeros días de la invasión, así como también gracias a las bayas y raíces, que les servían de alimento.

Por su parte, los japoneses, enviaron refuerzos a Guadalcanal y el 20 de agosto emprendió un contrataque contra los estadounidenses. Sin embargo, el intento por desalojar a los estadounidenses fracasó estrepitosamente y los japoneses sufrieron 1.000 muertos al atacar a los marines en la desembocadura del río Ilu.

Por suerte para los norteamericanos, aquel día, los primeros aviones tomaron tierra en el aeródromo de Campo Henderson. De este modo, disponían del apoyo aéreo de 12 bombarderos y 19 cazas. Los japoneses, por su parte, pusieron en marcha lo que se denominaría “el expreso de Tokio”. Transportados en destructores, llegaron refuerzos a la isla.

Alrededor de la isla se desarrollaban furiosos duelos aéreos y navales, mientras que los infantes de marina permanecían firmemente anclados a su perímetro defensivo, deteniendo todas las tentativas japonesas. Las condiciones en las que combatían en la isla se tornaron miserables, con tormentas tropicales, insectos y serpientes venenosas o enfermedades tropicales como la malaria, por no hablar de otras dolencias como la disentería.

Durante las noches del 12 y el 13 de septiembre de 1942, el general Kawaguchi trató de conquistar el aeródromo atacando a través del cerro sangriento. La lucha fue encarnizada y los nipones estuvieron cerca de quebrar las líneas estadounidenses. Pero los japoneses se toparon con un muro infranqueable. Cuando amaneció el 14 de septiembre, el terreno de batalla estaba poblado por cientos de cadáveres.

Por fin, cinco días después de la desesperada defensa en el cerro sangriento, los marines fueron reabastecidos. A medida que transcurría el tiempo, los estadounidenses veían su posición fortalecida. Pero los japoneses aún estaban lejos de darse por vencidos, por lo que arribó a Guadalcanal el general Hyakutake con nuevos refuerzos, lo que hacía que contasen con 20.000 hombres. Por su parte, los norteamericanos no habían perdido el tiempo y contaban en sus filas con tropas de un regimiento de infantería del ejército.

Tras una prolongada guerra de desgaste, el 9 de diciembre, se decidió retirar a la exhausta 1ª División de Marines. Fue entonces cuando el ejército tomó el control de la batalla, con 50.000 hombres. Por el contrario, el general japones, solo podía contar con la mitad de hombres.

El ejército USA lanzó una ofensiva y el 23 de enero de 1943 conquistó el cuartel del general japones en Kokumbona. Los japoneses lograron evacuar a sus tropas de Guadalcanal y tras seis meses de intensos combates, la batalla por la isla había concluido. La contienda se había saldado con 20.000 bajas para los estadounidenses por 32.000 bajas de los japoneses.

Con la victoria de Guadalcanal, los estadounidenses habían dado el primer paso en su camino hacia Tokio. A partir de ahí, comenzaría una dura lucha de isla en isla hasta llegar a Japón.


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