Tal día como hoy, 13 de diciembre de 1474, dos días después del fallecimiento del Rey Enrique IV de Castilla, Isabel "la Católica" era proclamada en el atrio de la Iglesia de San Miguel de Segovia, como Reina de Castilla.
Hija de Juan II de Castilla y de Isabel de Portugal, Isabel la Católica nunca estuvo llamada a reinar. Sin embargo, tras la muerte de su hermano el infante Alfonso de Castilla y, más tarde, la de su hermanastro, el Rey Enrique IV, fue proclamada como Reina de Castilla.
El 13 de diciembre de 1474, en la Iglesia de San Miguel de Segovia, Isabel se proclamó reina y propietaria del reino de Castilla y a Fernando, como su legítimo marido. El objetivo era posicionarse, por delante de su sobrina Juana "la Beltraneja".
Sus primeros años de reinado, no fueron nada fáciles, pues tuvo que enfrentarse a los partidarios de su sobrina Juana "la Beltraneja", en una sangrienta guerra civil que finalmente, se decantó a favor de Isabel, tras la batalla de Toro.
A pesar de ello, los combates se sucedieron en la frontera portuguesa hasta 1479, año en que Portugal la reconoció finalmente, como Reina de Castilla.
El reinado de Isabel "la Católica" pasó a la historia, por el afianzamiento y la expansión del poder real, el estímulo de la economía, el fin de la reconquista con la toma de Granada y el fortalecimiento de la fe católica.
Su matrimonio con Fernando II de Aragón, supuso la consiguiente unión dinástica, que no territorial, de los Reinos de Castilla y Aragón. Unión que sentaría las bases de la actual España.
Isabel de Castilla, tuvo un impacto monumental en el mundo: inició la unificación de España y ayudó económicamente, a la exploración del Nuevo Mundo. A su muerte, el pueblo de Castilla, lloró la pérdida de una gran reina.
En su testamento, la reina Isabel les pidió a sus sucesores que se esforzasen, en conquistar para el cristianismo el Norte de África, continuando la reconquista peninsular y que se convirtiese al cristianismo, a los habitantes de América —"las yslas y Tierra Firme del Mar Oçéano"— y se les tratase justamente.
El testamento original de la reina, se conserva en el Real Monasterio de Santa María de Guadalupe. Una copia se envió al monasterio de Santa Isabel de la Alhambra de Granada. Y otra, a la catedral de Toledo, aunque desde 1575 pasó al Archivo General de Simancas
Tras su fallecimiento, en el aniversario de su muerte y durante muchos años, las campanas doblaron para conmemorar a la reina Isabel de Castilla.
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