Tal día como hoy, 16 de agosto de 1936, durante la Guerra Civil Española, las fuerzas republicanas desembarcaron en Mallorca. La operación fue un fracaso y las fuerzas republicanas fueron expulsadas de la isla en pocos días. El desembarco fue dirigido por el capitán Alberto Bayo, que contaba con unos 8.000 hombre.
Entre el 16 de agosto y el 4 de septiembre de 1936, las milicias republicanas intentaron conquistar, la isla de Mallorca y también las islas vecinas de Formentera e Ibiza. Fracasaron, como ocurrió de manera casi sistemática, cada vez que se enfrentaron en campo abierto, a las más fogueadas, mejor disciplinadas y armadas fuerzas rebeldes.
El fracaso de Mallorca, significó el principio del fin de la guerra, de milicias republicanas. Las fuerzas invasoras, comandadas por el capitán Alberto Bayo, estaban compuestas por unos 8.000 hombres, en su mayoría milicianos anarquistas venidos desde Barcelona, que estaban bajo la responsabilidad ,del Comité Central de Milicias Antifascista de Cataluña y de la Generalitat.
Después de unos desembarcos de apoyo y distracción en las islas vecinas, que acabaron con el factor sorpresa, tomaron tierra - de forma bastante descoordinada con el resto de las tropas del Gobierno- en la zona de Puerto Cristo y Punta Amer, en la zona norte de la isla, mal comunicada con Palma de Mallorca.
El plan de avance, era confuso y en todo caso no se ejecutó con rapidez, quedándose las tropas demasiado tiempo cerca de las cabezas de playa. Esto permitió a la guarnición de la isla, reforzada por milicianos falangistas, taponar a los invasores. En esta operación fue crucial también el rápido apoyo aéreo y de tropas italianas y la presencia de dos cruceros de este país en la bahía de Palma, en una operación coordinada.
Con el dominio del aire en manos de los rebeldes, los republicanos estaban en una situación indefensible. Tras la retirada del 4 de septiembre, dejaron detrás numerosos heridos y milicianos extraviados que fueron ejecutados. Italia quedó en una posición de fuerza en las islas.
A partir de entonces, comenzó a concentrar allí ,sobre todo fuerzas aéreas que tendrían un papel muy destacado, en el bombardeo de las ciudades mediterráneas.
El militar fascista italiano Bonaccorsi, se convirtió en el auténtico procónsul en Mallorca. Él organizó a las patrullas falangistas "Los Dragones de la Muerte" que comenzaron una auténtica oleada de terror en la isla, que resultó en unos 2.000 a 3.000 asesinatos.
Esta represión llevó al escritor católico francés George Bernanos, quien inicialmente simpatizaba con Franco, a escribir "Los grandes cementerios bajo la luna", un libro que movilizó a la opinión pública católica liberal, contra los rebeldes.
Mallorca también se convertiría, en la principal base naval de los franquistas, lo que les permitió, siempre con el apoyo italiano y alemán, hacerse con la hegemonía del mar Mediterráneo, frente a las más caóticas e internacionalmente aisladas, fuerzas navales republicanas.
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