La batalla de Poltava se libró, entre el ejército del zar Pedro I de Rusia y el del rey Carlos XII de Suecia, el 8 de julio de 1709, y es una de las más famosas batallas de la Gran Guerra del Norte. Terminó con la victoria rusa, iniciando el fin del Imperio sueco, como potencia en Europa.
Cuando la batalla se inició, Carlos XII tenía cerca de 20 000 hombres, en tanto que Pedro I disponía de 45 000. Para empeorar la situación de los suecos, Carlos XII fue herido en un pie, por un francotirador ruso el 17 de junio, mientras inspeccionaba los puestos de avanzada suecos en Vorskla. Esta circunstancia le obligó a transferir el mando al mariscal de campo Carl Gustaf Rehnskiöld.
Carlos XII con sus tropas, sitió la fortaleza de Poltava en el río Vorskla, en Ucrania. Pedro I, con el fin de contrarrestar el sitio de Poltava, organizó una gran fuerza para protegerla, y fijó con gran rapidez una línea defensiva doble. Con esta defensa táctica, las fuerzas suecas quedaron confinadas, entre los muros de la fortaleza y las líneas rusas envolventes.
La batalla comenzó durante la madrugada del 8 de julio, antes de amanecer, con el avance de las tropas suecas, contra las líneas rusas. El planteamiento inicial de la acción fue al modo tradicional, con los suecos mejor adiestrados atacando el flanco izquierdo y el centro de los rusos y conquistando algunas posiciones defensivas rusas. Los suecos parecían inicialmente poseer la ventaja, pero ésta fue anulada rápidamente.
Al amanecer, el día estaba cálido y húmedo, con el Sol oscurecido por el humo de los cañones y el fuego de los mosquetes. Pedro I tenía un número muy superior de soldados de infantería, lo que le permitió que, mientras atacaba a las fuerzas suecas con fuego de artillería, numerosas unidades de infantes -que alcanzaban los 25 000 hombres- reforzaran el centro. Estas unidades se desplegaron, y tuvieron el apoyo de 73 cañones pesados.
La infantería sueca, comandada por el general Lewenhaupt, intentó atacar a la infantería rusa, que tenía al frente. Pero el avance sueco pronto vaciló, y las pobres comunicaciones entre las líneas, condujeron a una desorientación entre las unidades suecas.
Para empeorar las cosas, otra sección sueca, comandada por el general Roos, quedó aislada en las trincheras defensivas rusas, cuando una columna de cerca de 4000 refuerzos rusos, volvieron a ocupar las posiciones fortificadas, atrapando a Roos y su fuerza de 2600 hombres. Con más de 1000 bajas y con poca munición, Roos fue forzado a rendirse.
Al norte, el ataque sueco se debilitó cuando un contraataque ruso, comenzado con una fuerza de caballería, que atacó el flanco derecho sueco aislando a la infantería sueca. Ésta quedó frente a la infantería rusa del centro, comandada por el zar Pedro I en persona.
A las 10:30 horas otra sección de caballería rusa, atacó el flanco y la retaguardia izquierda suecas, rompiendo sus líneas en 15 minutos.
Viendo la derrota de su ejército, Carlos XII ordenó la retirada a las 11:00 de la mañana. Al mediodía, la batalla había concluido, pues la caballería rusa había reagrupado a los extraviados, en el campo de batalla y había vuelto a sus propias líneas.
Carlos XII reunió entonces el resto de sus tropas y el tren del bagaje, y se retiró al sur un poco más tarde el mismo día, abandonando el sitio de Poltava. Los rusos persiguieron a los suecos ,que se dirigían al río Dniéper, logrando la rendición en Perevolochna, el 1 de agosto.
Carlos XII logró atravesar el río Prut, junto con su guardia personal y algunos altos oficiales, dirigiéndose luego a la ciudad de Bender en el Imperio otomano, donde encontró refugio.Carlos XII que pasó cinco años exiliado allí, antes de poder volver a Suecia.
Casi todo el ejército sueco que sobrevivió, cuyos números llegaban a varios miles, capituló en Perevolchna, el 1 de agosto de 1709. Los prisioneros fueron puestos a trabajar, en la construcción de la nueva ciudad rusa, de San Petersburgo.
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