Tal día como hoy 11 de junio de 1910 en España, el Gobierno de José Canalejas autoriza el culto público de cualquier religión, causando un gran malestar en el clero católico, que hasta ahora ostentaba el monopolio
El gobierno del liberal José Canalejas, gobernó entre febrero de 1910 y noviembre de 1912 durante el periodo constitucional del reinado de Alfonso XIII.
Fue el segundo intento de “regeneración desde dentro” del régimen político de la Restauración pero el asesinato de Canalejas por un anarquista en la Puerta del Sol de Madrid truncó su proyecto de democratización de la Monarquía de Alfonso XIII.
La política religiosa fue una de las prioridades de Canalejas y su objetivo era lograr una separación “amistosa” de Iglesia y Estado “a través de negociaciones llevadas lo más discretamente posible” pero el Vaticano, no estaba dispuesto a perder los privilegios de la Iglesia Católica en España.
Canalejas se propuso reducir las órdenes religiosas, tratándolas como asociaciones pero mientras se debatía la nueva ley, se aprobó una disposición transitoria, conocida como “Ley del Candado” según la cual no se podrían establecer nuevas órdenes religiosas en España durante dos años. Pero la ley quedó sin efecto, al aprobarse una enmienda según la cual, si pasados dos años no se había aprobado esta se levantaría la restricción y eso sucedió, pues esa ley nunca vio la luz.
En cuanto al papel de Alfonso XIII en todo el asunto, “hizo cuanto pudo para moderar los extremos más afilados de la política anticlerical del gobierno”, insistiendo en que se restablecieran las relaciones diplomáticas con la Santa Sede y según parece, el rey llegó a decir: “Es un gran corazón y una gran cabeza este Canalejas. No tiene más inconveniente que el estar un poco verde en la cosa religiosa, pero yo acabaré por catequizarlo”.
El día 28 de junio el rey se presentó sin previo aviso donde se celebraba el acto de clausura del Congreso Eucarístico Internacional, lo que causó un gran escándalo en los medios liberales que aún fue mayor cuando al día siguiente reunió en el Palacio Real de Madrid a los asistentes al Congreso, celebrándose allí una consagración de España a la Eucaristía.
Así pues, el rey con su presencia desautorizó la política religiosa de Canalejas, aunque hay historiadores que afirman que Canalejas tuvo conocimiento de lo que iba a hacer el rey, lo cual de ser cierto, cabría interpretar la presencia del rey, como una prueba de la voluntad de conciliación del gobierno con Roma.
No obstante Canalejas, fue considerado el enemigo de la religión católica, y acusado de pretender “descatolizar” España y estar al servicio de la masonería.
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