viernes, 27 de octubre de 2023

Los calvinistas queman vivo al humanista Miguel Servet

Tal día como hoy, 27 de octubre de 1553 en las afueras de Ginebra -Suiza- los calvinistas queman vivo al teólogo, médico y humanista aragonés Miguel Servet.

Este médico español, había abrazado años atrás el nuevo credo protestante, alarmado por los desmanes y lujos del papado, que había descubierto, en sus viajes por Europa. Pero su conversión fue tan radical, que le enfrentó con católicos y protestantes, por la publicación de "De Trinitatis Erroribus", obra en la que impugnaba el dogma de la Trinidad.

Miguel Servet dejó pronto España. Con solo 15 años marchó a estudiar a Francia. Servet fue todo un humanista, científico y teólogo, cultivó áreas del saber tan diversas como las matemáticas, la astronomía, la geografía y la física.

Como médico, sus descubrimientos fueron notables. Hasta esa época se mantenían vigentes las ideas sobre Galeno —el famoso médico romano— sobre la respiración, que sentenció, que el oxígeno iba al corazón por la vena pulmonar, para mezclarse con la sangre, y que la comunicación entre ventrículos, era por los poros.

Pero Servet, hizo un importante descubrimiento: la arteria pulmonar no solo llevaba sangre a los pulmones, sino que también recogía aire por los capilares. Su teoría, sin embargo, pasó desapercibida entre los científicos de su época, aunque fue reconocida por su gran valor, años más tarde.

La publicación del polémico "De Trinitatis Erroribus", le convirtió en fugitivo. Tuvo que cambiarse el nombre al de Michel de Villeneuve, y trasladarse a Vienne. Miguel Servet entró en contacto con Calvino, pero la relación duró poco. El teólogo francés, enseguida se cansó del español, al que tildó de "hereje incorregible".

Servet, convertido en médico de provincias, llevó una vida tranquila —con la excepción de la correspondencia con Juan Calvino— hasta que publicó su obra "Restitución del cristianismo".

Aunque fue distribuido, de forma clandestina y firmado solo con unas iniciales, un ejemplar del libro, llegó hasta Ginebra. Calvino inició el proceso de denuncia, que produjo una sentencia de la Inquisición, contra Servet.

El médico español, huyó hacia Italia, pero en su camino decidió parar en Suiza, y fue apresado, después de haber asistido, al sermón en la Catedral donde Calvino impartía ese día el sermón. El 26 de octubre de 1553, fue condenado por su oposición al bautismo de los niños y sus teorías sobre la Santísima Trinidad.

Al día siguiente, fue quemado vivo con su libro atado al cuerpo. En Lyon se conformaron, con hacer arder su efigie y sus libros al no poder atraparlo. Años más tarde, la Francia colaboracionista de Vichy, decidió retirar una estatua de Miguel Servet, y la volvieron a prender fuego.


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