domingo, 1 de noviembre de 2020

La historia de la bomba H

 

Tal día como hoy 1 de noviembre de 1952, Estados Unidos detona la primera arma termonuclear del mundo, la bomba de hidrógeno, en el atolón Eniwetok en el Pacífico.

La bomba H, es también conocida como bomba de hidrógeno, bomba de fusión o bomba termonuclear. Y, es sin lugar a dudas, el mayor invento militar de la historia. Esta es una de las armas más mortíferas y destructoras que ha creado jamás el hombre.

La fecha de invención de la bomba H es el 1 de noviembre de 1952, el día en que se probó por primera vez. Pero de hecho, para los Estados Unidos, la historia de la bomba nuclear de hidrógeno comienza en 1942.

Todo comenzó a raíz de una conversación entre Enrico Fermi, el célebre físico italiano, y Edward Teller -inventor de la bomba H-, su colega nortea­ mericano no menos famoso que había intervenido en la fabricación de la primera bomba atómica.

Fermi había sugerido la hipótesis de que una fisión, como la de la explosión atómica, podría desencadenar una reacción en cadena comparable a las que se producen en el Sol. Algu­ nos meses después, los estudios teóricos realizados para verificar esta hipótesis demostraron su exactitud; el combustible indicado para realizarlo sería el deuterio.

A continuación, se llegó a la conclusión de que una mezcla de deuterio y tritio conseguiría mejores resultados, pues permitía reducir la temperatura crítica y obtener un desprendimiento de energía más potente.

El principio difería por tanto del de la fisión básicamente en que ésta se reducía a una única explosión de una masa crítica cuyos átomos estaban “rotos”, mientras que en el caso propuesto por Teller se trataba de fusión subsiguiente a una fisión, con una cadena de reacciones que continuaban hasta que se agotase el combustible.

La fusión consiste, por decirlo de algún modo, en la unión de varios átomos ligeros en uno solo, lo que provoca un desprendimiento de energía mucho mayor que en la fisión.Para poner en marcha el proyecto era preciso disponer de un detonador fiable, en concreto una bomba atómica, la cual sólo se había experimentado en 1945.

El programa de la bomba H, llamado Super, continuó después de la Segunda Guerra Mundial, aunque con cierta lentitud. Sin embargo, la explosión experimental de una bomba A soviética, el 29 de agosto de 1949, reavivó en los norteamericanos una cierta sensación de urgencia.

En 1950, se inauguró en el sur de Carolina una fábrica para la producción de deuterio. Los estudios teóricos indispensables para el desarrollo de la bomba termonuclear topa­ ron sin embargo con dificultades a la hora de realizar los cálculos matemáticos que requería el proyecto: ninguno de los ordenadores entonces disponibles tenía capacidad suficiente para asumurlos.

Los estu­dios prosiguieron, no sin cierto empirismo, hasta que el 1 de noviembre de 1952 se puso a prueba la primera bomba termonuclear en Eniwetok, un atolón del Pacífico.

El potencial destructivo de la bomba termonuclear, muy superior al de bomba atómica, alarmó a las grandes potencias, que se vieron incapaces de afrontar, ni ante sí mismas ni respecto a la opinión pública internacional, los riesgos de su utilización.

El 10 de octubre de 1963, los Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Soviética firmaron un tratado trilateral que rechazaba el uso de esta arma.

A pesar de los esfuerzos políticos de las tres grandes potencias firmantes, los países que no firmaron el tratado continuaron sus propias investigaciones y fueron equipando sus arsenales con armas ter­ monucleares.

El 17 de junio de 1967, China procedía a realizar una explosión experimental termonuclear, seguida el 24 de agosto de 1968 por Francia. Actualmente, otros países, entre los que destacan la India e Israel, disponen teóricamen­ te del potencial necesario para producir bombas termonucleares.


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario