lunes, 21 de abril de 2025

Historia breve de Miguel de Cervantes: un genio de la literatura universal

Tal día como hoy, 22 de abril de 1616, fallecía en la villa de Madrid el novelista, poeta, dramaturgo y soldado español, Miguel de Cervantes.

Miguel de Cervantes, esta considerado la máxima figura de la literatura española, gracias a su prolífica obra, de la que destacan la mundialmente conocida "El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha", considerada para numerosos críticos, la primera novela moderna y una de las mejores obras, de la literatura universal.

Con apenas veintidós años ,el Rey Felipe II emitió una orden de captura contra él, al haber herido en duelo a otro hombre. Con la intención de no ir a  parar a la cárcel, escapó a Italia. Allí obtuvo la protección, del cardenal Giulio Acquaviva y empezó una nueva vida, como soldado junto a su hermano menor Rodrigo.

Cervantes participó en importantes enfrentamientos, como la batalla de Lepanto. De hecho, el almirante Álvaro de Bazán, lo alabó por su valentía al combatir, aun estando “malo con calentura”. 

Durante el combate, Cervantes fue herido gravemente. Recibió tres disparos de arcabuz, uno de ellos en la mano izquierda, lo que le dejó incapacitado de por vida y le valió el apodo de "El Manco de Lepanto". A pesar de sus heridas, continuó luchando, protegiendo a los arcabuceros, desde una posición elevada en el barco.

El haber perdido el uso de su mano izquierda, a causa de un disparo, no le fue impedimento para que, a los pocos meses de la batalla de Lepanto, se reincorporase al ejército y participase en otras tantas batallas, hasta que, en septiembre de 1575, durante su viaje de regreso a España desde Nápoles, la nave en la que viajaba con sus hermanos, fue capturada por una flotilla musulmana.

Miguel de Cervantes que, en el momento en el que fue hecho prisionero, llevaba consigo una carta de recomendación de Don Juan de Austria, fue tomado por un personaje importante y capturado, con la expectativa de recibir un cuantioso rescate por él.

El "manco de Lepanto"- como era conocido-  pasó cinco años en Argel como esclavo. Mientras su familia, intentaba reunir los quinientos escudos de oro que pedían como rescate, intentó escaparse hasta en cuatro ocasiones, pero todas ellas resultaron ser un fracaso.

En 1580, al igual que otros cautivos, le llegó finalmente la libertad, mediante el pago del rescate, por parte de los miembros de la Orden de la Santísima Trinidad, los monjes mercedarios, que entre otras cosas, se ocupaba de la liberación de cautivos cristianos, mediante donaciones y colectas.

A pesar de los problemas personales, que le había supuesto su cautiverio, Cervantes supo aprovechar, esos cinco años de cautiverio y usarlos de inspiración, para algunas de sus obras, como "Los baños de Argel" y "Los tratos de Argel". 

Además, sus conocimientos de la cultura del norte de África, le sirvieron para algunas misiones, encomendadas por Felipe II, con las que esperaba pagar, las deudas contraídas por su rescate y ganarse el favor del Rey.

Tras su retorno a la Península Ibérica, no dejó de meterse en problemas, aunque podían parecer una nimiedad, comparados con lo que había pasado.

En 1597, fue a parar a la cárcel de Sevilla, bajo la acusación de haberse apropiado de dinero público, en las misiones encomendadas por la Corona, como recaudador de impuestos. 

Fue precisamente en este segundo cautiverio, cuando vio la luz la obra, que lo convertiría en una de las figuras más importantes, de la literatura universal, "El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha", que se publicaría por primera vez en 1605. 

Meses antes de morir, Cervantes recibió una carta del licenciado Márquez Torres, en la que éste relataba una conversación que había mantenido con un grupo de caballeros franceses.  

Sorprendidos estos, al conocer que el famoso Cervantes “era viejo, soldado, hidalgo y pobre”, uno de ellos comentó: "Si necesidad le ha de obligar a escribir, plaga a Dios que nunca tenga abundancia, para que con sus obras, siendo él pobre, haga rico a todo el mundo".

Miguel de Cervantes falleció, once años después de publicar, la segunda parte del Quijote,  el 22 de abril de 1616, a los 68 años de edad,  a causa de la diabetes que padecía.

Las últimas palabras de Miguel de Cervantes, según se dice, fueron: "¡A Dios, gracias; a Dios, donaires; a Dios, regocijados amigos; que yo me voy muriendo, y deseando veros presto contentos en la otra vida!".

Sus ultimas palabras fueron dichas, en su lecho de muerte, mientras estaba dictando la que se considera una de sus mejores obras, la inconclusa “Los trabajos de Persiles y Segismunda".

Actualmente, la iglesia de San Ildefonso del convento de las Trinitarias Descalzas, en la calle Lope de Vega, 18, de Madrid, acoge el monumento conmemorativo, que alberga los restos de Miguel de Cervantes, hallados en la cripta del convento

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