sábado, 3 de mayo de 2025

Cuando el rey Carlos II de Inglaterra, ordenó construir el observatorio de Greenwich

Tal día como hoy, 4 de mayo de 1675, se conmemora la orden dada por el rey Carlos II de Inglaterra, de construir un observatorio astronómico en la ciudad de Greenwich, a la vez que se creaba la figura de "Astrónomo Real", cuyo primer cargo recayó sobre el astrónomo John Flamsteed, seguido posteriormente por otros de reconocido prestigio, como Edmond Halley y James Bradley.

El encargo que el rey Carlos II, le hizo a su primer astrónomo real y que constituye el motivo fundacional del observatorio, fue "la rectificación de las tablas de los movimientos de los cielos, y los lugares de las estrellas fijas, a fin de averiguar la tan deseada longitud de los lugares, para el perfeccionamiento del arte de la navegación".

Con el desarrollo de la navegación marítima, como motor de la actividad económica europea, cada vez se hizo más patente la necesidad de contar, con información astronómica suficiente y de calidad, para ayudar a la navegación, la cartografía y el cronometraje, incluido la determinación del origen de tiempos, para medir la longitud.

Hasta entonces la latitud, magnitud ligada al ecuador, era relativamente fácil de determinar, en base a la posición del sol, la estrella polar u otros cuerpos celestes. Sin embargo, no ocurría lo mismo con la longitud, ligada al movimiento de la tierra, ya que para ello era necesario conocer, la hora en un lugar de referencia, la del lugar a determinar, un origen único y relojes, de suficiente precisión.

Resolver el problema de la longitud, se había convertido en el objetivo de los principales astrónomos, subvencionados por los gobiernos, de las principales potencias marítimas.

En 1714 el Parlamento Británico, estableció el Consejo de la Longitud, integrada por astrónomos de reconocido prestigio, muchos de ellos pertenecientes al Observatorio de Greenwich, que establecería premios de distinta cuantía, para los que presentaran soluciones prácticas a este problema.

La solución vino, 60 años más tarde, de la mano de un relojero de Yorkshire, John Harrison, que desarrolló unos cronómetros de gran precisión y estabilidad, los llamados "Serie H", capaces de dar una precisión, tres veces superior a la establecida por el Consejo.

En 1773, el Parlamento Británico, tras largas discusiones y controversias, entre el Consejo y John Harrison, concedió la parte del premio que le restaba por cobrar a Harrison y le reconocía, como la persona que había resuelto, el problema de la longitud.

A partir de ese momento, empezó a desarrollarse una extensa cartografía, que tomaba como meridiano cero, al que pasaba por el Observatorio de Greenwich. Pero no sería hasta 1884, año en el que 25 países, representados por 41 delegados reunidos en Washington, D.C. elegían al meridiano, que pasa por el Real Observatorio de Greenwich como meridiano cero, o Meridiano Principal Universal, asignándole la longitud 0º, 0’ 0’’ y de esta forma, quedaba establecido el origen de las longitudes.

En 1957, debido a problemas de contaminación atmosférica y lumínica, que dificultaban las observaciones, el observatorio se trasladaba al castillo de Herstmonceux, en el condado de Sussex y posteriormente en 1990, a la Universidad de Cambridge.

Hoy en día, el original Real Observatorio de Greenwich, ha quedado convertido en museo, considerado patrimonio cultural de la humanidad, formando parte del Museo Marítimo Nacional. 

Cuenta con un planetario y numerosas galería, con instrumentos y relojes, que dan fe de lo mucho que contribuyó, al desarrollo de la ciencia, y en particular de la física, la cartografía y la astronomía.

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