viernes, 30 de mayo de 2025

El bombardeo de Almería por la marina de guerra alemana

Tal día como hoy, 31 de mayo de 1937: La Marina de guerra alemana, bombardea la ciudad de Almería durante casi una hora, por orden directa de Adolf Hitler. 
    
El bombardeo de Almería fue una acción militar, ocurrida el 31 de mayo de 1937, durante la guerra civil española, efectuado en respuesta por un bombardeo gubernamental del Acorazado de bolsillo alemán Deutschland, ocurrido este dos días antes en el antepuerto de Ibiza. Hitler dio órdenes de bombardear la capital almeriense, como represalia por dicha acción.

El 29 de mayo de 1937, una escuadrilla de bombarderos republicanos Tupolev SB-2 -Katiuskas- despegan para perseguir una flotilla de la armada rebelde que estaba operando en el Mediterráneo, entre los que se encontraba el crucero Canarias. Poco después volvieron dos aviones y la tripulación rusa de uno de ellos dijo que habían bombardeado al Canarias.

Al parecer, las tripulaciones vieron al buque fondeado cerca de Ibiza y disparándoles con su artillería antiaérea. El primer avión lanzó sus bombas, que fallaron; el segundo dio una primera pasada, y en una segunda lanzó sus bombas, una de las cuales impactó cerca de la chimenea y la otra cerca de la proa.

Pero el buque que recibió los impactos no era el crucero Canarias, sino el crucero alemán Deutschland. El buque sufrió graves daños materiales y hubo 31 muertos y 74 heridos; Las bombas fueron lanzadas por el avión cuyo observador era G. Livinski, pilotado según otras fuentes por el ruso Nikolai Ostryakov.

A pesar de la larga polémica en torno a este ataque, el buque alemán incumplía la normativa del Comité de No Intervención, de permanecer a un mínimo de diez millas de la costa española y estaba presente, en la zona de patrulla naval francesa.

Al ser informado sobre el suceso y la muerte de tantos alemanes, Hitler montó en cólera, y el ministro alemán de Asuntos Exteriores necesitó seis horas para tratar de calmarle.​ Debido a la excitación, Hitler ordenó el bombardeo de Valencia como contrapartida por este ataque, así como de Cartagena.

Sin embargo, tras ser aconsejado por sus asesores militares,  decidió el bombardeo de Almería, al ser esta una ciudad sin defensas militares, de importancia y para evitar un gran eco internacional. Por otro lado, Almería se encontraba dentro de la zona, de control marítimo alemán.​

En la madrugada del 31 de mayo, los alemanes se tomaron la revancha. El acorazado de bolsillo Admiral Scheer, apareció junto a cuatro destructores alemanes, que seguían un rumbo que levantaría pocas sospechas, como queriendo continuar por la costa hacia el estrecho de Gibraltar; pero, de repente, hicieron un brusco viraje hacia el norte.

A las 7:29 de la mañana, abrieron fuego contra las instalaciones portuarias y cualquier barco que se encontrase en el puerto, incluyendo un pequeño submarino, aunque su principal objetivo, era el acorazado republicano Jaime I, que había partido hacia Cartagena para unas reparaciones. Posteriormente, las baterías de costa delataron su posición, al intentar repeler sin éxito el ataque, por lo que pasaron a ser un nuevo blanco.

La escuadra alemana, realizó en total más de 275 disparos antes de retirarse, ante la creciente actividad de las baterías antiaéreas costeras republicanas; finalmente, el ataque se saldó con 19 muertos, 55 heridos y 35 edificios destruidos.

Investigaciones más recientes, sitúan el número de muertos en 31. Al revés de lo sucedido semanas antes en Guernica, con los aviones de la Legión Cóndor, los buques alemanes en ningún momento ocultaron su nacionalidad, ni pretendieron actuar como apoyo subordinado al bando sublevado, sino como fuerza naval que ejecutaba órdenes directas del III Reich.

El bombardeo duró casi una hora y los 275 disparos, que se efectuaron, 94 de ellos con cañones de 280 milímetros, cayeron sobre la ciudad, sin que las baterías de costa pudieran hacer nada, porque sus cañones no tenían alcance suficiente, para llegar hasta donde se encontraba, la flotilla alemana.

Toda la ciudad de Almería se vio afectada y entre los edificios dañados, se encontraban la catedral de Almería, la iglesia de San Sebastián, dos hoteles, un banco, el mercado, la escuela de artes, la estación de ferrocarril, el ayuntamiento y la sede de la Cruz Roja internacional.

El consejo de ministros de la República, se reunió en Valencia, donde Prieto (Ministro de Defensa Nacional) propuso que la República bombardeara a la flota alemana, en el Mediterráneo.​ Sin duda, aquello podía provocar una guerra mundial, reconoció, pero el riesgo valía la pena. 

Juan Negrín respondió, cautelosamente, que habría que consultar con el Presidente de la República, Azaña, consultando también los ministros comunistas con Moscú. En este sentido, los dirigentes soviéticos se mostraron totalmente contrarios, a un conflicto con Alemania,​ de la misma manera que se mostró Manuel Azaña: "Hemos de evitar que el Deutschland se convierta en nuestro Maine…​" fueron las palabras de Azaña.

Al final se impuso la postura de Juan Negrín, en contra de tornar la contienda española en germen de una guerra europea, sospechando que Gran Bretaña y Francia podrían inclusive, mantener su política de apaciguamiento hacia Hitler, hasta extremos de negar apoyo a la República Española. Los nacionalistas vascos y catalanes también se opusieron a la idea, pues no deseaban una internacionalización, del conflicto. 

El Partido Comunista Español,  también opinó en contra, en tanto la URSS no estaba dispuesta a entrar en guerra contra Alemania solo por causa de España; el propio presidente Manuel Azaña rechazó el proyecto, temiendo que ocasionase solo más muertes y destrucciones, en suelo español.

Por su parte, el Gobierno franquista, tanto en su cuartel general de Salamanca, como desde la junta técnica de Burgos, o las distintas representaciones diplomáticas en el extranjero, guardó absoluto silencio.

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